Partida Rol por web

Michael Simons, el propietario de aquella bolera tan cutre de la Interestatal-70, te llamó. No era la primera vez que te mandaba un encargo. Él sabía perfectamente que necesitabas el trabajo y la pasta, así que sabía que te podía llamar a cualquier hora y pagarte una miseria, que seguramente aceptarías.

Te empezó a explicar el problema, pero no tenía ni idea de lo que hablaba, era de esos tipos que se las daban de resabidos cuando en verdad no clavaban ni una. Ni lo escuchaste, cogiste tus herramientas y te fuiste para allá. Por la Interestatal-70 la cosa está muy tranquila, apenas has encontrado coches, supones que la gente está de vacaciones o nadie quiere salir con ese calor. 

Te has cruzado de un pequeño convoy de vehículos militares. Cuatro coches llenos de soldados y lo que parecía un camión de una empresa llamada One World. No era la primera vez que veías movimiento por la zona, pues había un cuartel no muy lejos de ahí. Aunque ese tipo de despliegue no dejaba de ser curioso de ver.

En medio de los campos de cereales amarillentos por la ola de calor se encuentra este complejo de cristal y cemento, rodeado por un inmenso parking que puede albergar a más de doscientos vehículos, aunque cuando llegas solo hay una veintena.

Aparcas tu camioneta.

Son las 20:52 y has llegado al Bowling Paradise.

El tipo iba vestido de manera horrorosa. Le encantaba sentirse el especial, el local era suyo y le gustaba que la gente lo supiera. Te estaba esperando y parecía nervioso, cuando aparcaste tu vehículo salió disparado dando grandes pasos.

— ¡Joder! Para que te pago yo, has tardado muchísimo. ¡Bah! — con un ademán desestimó aquel argumento. — Tenemos noche de citas y va a venir mucha gente, no podemos tener la cosa así.

Te señalaba una caseta que había a unos 20 metros, alejada del edificio principal. Solo con un vistazo sabías que era el generador de emergencia.

La verdad es que incluso desde tu posición hacía muchísimo ruido y era molesto. Te podías imaginar porque estaba tan alterado aquel tipo, la noche iba a ser un desastre si aquel ruido persistía.

— Arregla la mierda esa ¿podrás? Sino llamaré a otros que si sepan — mintió, para ponerte presión y empezar a ganar puntos imaginarios para rebajarte el pago.

Algo extrañado por la presencia de los militares aunque no demasiado, concentrado en conducir rápido para llegar a la bolera Paradise y aparcar frente a la atenta mirada del señor Simons que lejos de parecer alegre, mostraba todo lo contrario.

Suspiré bajando de la camioneta y miré al hombre mientras me contaba lo de la noche de citas. — Me he dado toda la prisa posible, señor Simons. ¿Qué pasa? mientras le preguntaba me dirigía a la parte de atrás de la camioneta a coger la caja de herramientas y los guantes, caminando detrás de Michael hasta llegar a esa infernal máquina que sonaba como si sufriera.

— Le echaré un vistazo, seguramente esté fallando por el calor. — Asentí convencido con las manos en la cintura, mirando a Michael asintiendo, dando confianza de si mismo de poder arreglar el generador. — Deme un rato y se lo dejo listo para que esta noche no tenga ningún problema.

Te acercas a aquel armatoste, a medida que te acercabas el ruido se hacia mas insoportable. A simple vista sabías que era una maquina vieja, pero de las que funcionan bien si se les hace un buen mantenimiento. El ruido era normal, el problema era porque estaba funcionando ahora un generador de emergencia cuando todo parecía funcionar perfectamente.

Abriste la caja del motor y el panel de control para hacerte una idea de que problema se trataba.

Samuel se agazapó para mirar mejor el origen del problema, mirando con detenimiento el panel de control y metiéndole mano sin tomar algún tipo de precaución antes..

Abriste la caja, solo con mirar tenías bastante claro donde estaba el problema. Había un par de cables cruzados que estaban haciendo interferencia, lo que hacía que el generador estuviera activado a toda marcha aunque no hiciera falta. Un piloto de indicaba que había corriente normal externa por lo que debería estar apagado.

Tan claro lo viste que quisiste adelantarte sin precauciones. No llegabas con tus dedos y metiste un destornillador, lo que provocó un pequeño cortocircuito que de repente dejo en silencio toda la zona. Se había apagado todas las luces del recinto y el parking dejándolo completamente a oscuras.

Aprovechando que estaba todo apagado, colocaste las cosas en su sitio y dejaste el problema del generador arreglado. Pensaste que seguramente llevaría horas funcionando y habría gastado parte del combustible del que se nutria.

Ahora tenías por delante un nuevo problema. Encender las luces del Bowling Paradise de nuevo.

Aquel tipo desagradable que estaba mirando se echó para atrás asustado cuando escuchó el ruido. Enseguida se recompuso y se ajustó su extraño traje.

— ¡Fantástico! ¿Y ahora que? Hostia puta la que has liado macho me cago en Dios. Mas vale que lo arregles y rápido! — siguió mascullando y gritando insultos mientras se iba corriendo hacia el local, para comprobar cualquier daño o problema que hubiese surgido.

Sam levantó la mirada viendo como todas las luces de la bolera se habían apagado y soltó un leve Mierda.. cuando además escuchó de nuevo al señor Simon.

— No se preocupe las encenderé en un periquete, de todos modos debo haber solucionado el problema del generador así que solo queda verlo. tan rápido como podía empecé a buscar la forma de encender de nuevo las luces de la bolera.

Aquel tipo se había ido y no tenias ni idea dónde podía estar la caja de los fusibles del sistema externo. Cerraste la tapa del generador de emergencia pues tu trabajo ahí había terminado.

El sol pegaba fuerte y alzando tu mano a modo de visera, miraste hacia el edificio, en la parte lateral donde solían estar esas cosas a ver si encontrabas algo parecido a lo que buscabas.

Buscando con la mirada al señor Simons que había desaparecido, Sam intentó buscar por los alrededores de la bolera la caja de fusibles para ver cuales habían saltado. Maldiciendo un poco por la calor y el estropicio, sabiendo que no le iban a pagar muy bien rezó un poco por encontrarse con el señor Simons de nuevo y así poder preguntarle por la caja de fusibles.

Rodeaste el edificio de la bolera por la izquierda, al menos era la parte sombreada y podías darte un respiro. Llevabas apenas 10 minutos en ese sitio y ya estabas sudando como un cerdo. Estaba lleno de cajas de fusibles y otros aparatos que no tenías ni idea para que eran y que seguramente ni estaban en funcionamiento.

Podías ver como habían unas escaleras de emergencias que bajaban desde el segundo piso de aquel lugar pero estaba replegadas.

Decidiste dar media vuelta y entrar dentro a buscar a aquel tipo, ero algo llamo la atención. Entre los contenedores metálicos que había ahí estacionados, escuchaste como unos lamentos casi inaudibles, podías ver una figura que se tambaleaba como si estuviera rebuscando en la basura muy torpemente.

A pesar de todo no parecía todo tan malo y la aventura de ir buscando la caja de fusibles era una manera de desatender un poco la monotonía de estar en casa.

Dispuesto a entrar en el edificio de la bolera escuché de improvisto esa especie de lamentos extraños y me acerqué a mirar por un poco de curiosidad, quizá fuera un animal salvaje pero tratándose de eso prefirió acercarse con cierta cautela, ya que le parecía extraño. ¿Sería un mendigo?

Tropezó y causo bastante estruendo ya que se movieron y chocaron entre así aquellos contenedores de basura metálicos. Se levantó con dificultades y esbozó una especie de sonrisa con la mitad de dientes en su boca.

— Cada día me lo ponen mas difícil. — dijo mientras se estaba levantando.

Su aspecto era deplorable, supusiste rápidamente que era un yonki o un mendigo, quizá ambas. 

— Eh tu.. compadre.. no tendras por ahí unos dolares que te sobrene ¿verdad? — masculló mientras se acercaba lentamente.

Calmándose un poco después de ver que era un mendigo, Samuel suspiró un poco.

— Lo siento colega, pero he venido con lo puesto para hacer un trabajo. luego miraba de nuevo a la puerta para entrar en al bolera.

— Ten cuidado no te vaya a pillar el jefe del sitio, no creo que te vaya a tratar con mucha cordialidad. tras decir eso pretendía meterse en la bolera, si no para encontrar la caja de fusibles, para al menos encontrar a Simons y preguntarle.

Ajeno a tu encuentro con aquel mendigo, Michael sacó la cabeza por una puerta trasera que daba muy cerca de donde estabas, al lado de de las escaleras de emergencia.

— Muchacho — dijo en español con acento americano máximo, en tono burlón — ¿Te has perdido o qué? Ven aquí y arregla esto de una maldita vez o se me va a echar a perder todas las neveras.

Hacia grandes aspavientos para que te dieras prisa, su humor parecía de perros.

Cuando te giraste de nuevo, el mendigo ese se había largado sin dejar rastro.

— Precisamente estaba buscando la caja de contadores. ¿Dónde queda, señor Simons? viendo que el mendigo había desaparecido y Michael parecía continuar con su humor tan jovial, Sam se acercó a él y entró dentro de la bolera, lanzándole esa pregunta al gerente.

Intentaba tomarse las cosas con calma pero profesionalidad, al fin y al cabo había sido culpa suya todo eso.

Te abrió la puerta a lo que parecía un cuarto de contadores que a su vez parecía usarse como una especie de trastero. El típico cuarto indefinido que se dejan las cosas que no tienen cabida en otros lados.

— No si la mitad del trabajo lo estoy haciendo yo.. como todo en esta maldita bolera. Si me pudiera multiplicar se acabarían los problemas — exclamó de manera grosera mientras se despedía de ti tras darte paso al pequeño cuarto.

— Tengo cosas que hacer, búscame luego pásate otro día para el pago.. — concluyó finalmente.

Se marchó dando un portazo.

Ahí estaba detrás de una maderita el cuadro de los fusibles. Era bastante antiguo al igual que el generador, por suerte por ahí cerca de encontraba una pequeña caja con recambios viejos llenos de polvo. No te costó mucho encontrar el recambio necesario y enseguida pudiste reactivar la luz del edificio. 

En total no habría estado apagado mas que un par de minutos.

Tu trabajo aquí ya estaba hecho.

Sam se dedicó a cumplir con el final de su trabajo el tiempo necesario para hacerlo esta vez bien y sin cagarla de nuevo, tras acabar seguramente se dirigiría al señor Simon a decirle que había cumplido.

Viendo que no era muy tarde y ya se había hecho el camino de venida, Sam se miró en la cartera para ver si tenía dinero para tomarse unas cervezas y cenar allí en la bolera, al fin y al cabo era mejor que cenar en casa algo precocinado.

Se tomó su tiempo para devolver algunas de sus herramientas a su camioneta, luego volvió a la bolera y se sentó en la barra a pedir una cerveza dispuesto a echar un poco de tiempo allí.