Ignoro las palabras del médico, pero mi golpe en la pierna me da una idea. Quisiera ver como huye sin poder andar. Es un destino cruel y funesto, pero este ser no merece otra cosa.
Así, lanzo mi estoque hacia la otra pierna, abriendo esta vez una herida algo más profunda.
Motivo: Medicina Preventiva
Tirada: 1d100
Dificultad: 60-
Resultado: 54 (Exito)
Motivo: Localización
Tirada: 1d10
Resultado: 10
Motivo: Daño
Tirada: 1d6
Resultado: 5(+1)=6
Si no me equivoco, hay dos acciones, con una puedo atacar, y la otra guardarla para defender, ¿no?
Bueno, de momento dejo la tirada. Tres de daño para la pierna si no se defiende o algo :D
Mi plan no tiene sentido. Es como si un hechizo mantuviera alejada a la madre de esos dos. Hice bien en intentarlo, pero el tiempo se va escapando y no sé cómo ayudar a mis compañeros. Eso es lo que más me frustra. Elena combate contra la bestia, el Hidalgo está hiriendo a uno de ellos y Martín trata de ir por los hermanos. Yo no sé qué hacer, pero sé que el médico es mi objetivo.
No soy una mujer de pelea, pero no quiere decir eso que no pueda buscarla si es necesario. -No quiero lastimarte, no creo que seas totalmente malo aun... no.
Saco mi daga y se la muestro. La sostengo en mi mano derecha y me preparo a atacar.
-Pero no sé qué más hacer...
Y lanzo el primer golpe de mi acero contra el maldito médico que ha olvidado su juramento y por ende, la naturaleza de su labor.
Motivo: Ataque
Tirada: 1d100
Resultado: 48
No estoy dispuesto a entregar mi única arma al chico. A pesar de su repugnante naturaleza, ese cadáver andante no parece ser agresivo y eso me reconforta. Quién sabe si el espíritu de la puta de su madre después no tomaría represalias contra mí por haber ejecutado al hijo indeseado o ayudado a ello a su otro hijo cuando había posibilidades de reconciliación. Mierda, este lugar es el maldito infierno.
—No puedo quedarme indefenso, mi señor —digo sin mantener la visa, volviendo la cabeza hacia atrás constantemente para ver el percal—. No parece buscar el daño, espera algo vuestro. ¡Habladle, puede que hasta tenga esa capacidad! ¡Déme algo de tiempo y le sacaré de aquí!
Presupongo que la llave la tiene o el médico o su ayudante, pero no tengo tiempo de averiguarlo todavía.
—¡Puede que el médico tenga la llave que abre la celda del conde! —grito al noble y a la mentirosa que se enfrentan a él mientras corro de vuelta al camino por donde venimos.
Las palabras del ayudante me han revelado cuan estúpidos somos y las pocas posibilidades que tenemos de sobrevivir a este entorno infernal. Corro todo lo rápido que puedo al camino de antorchas para apagarlas como sea. ¿Cómo no pudimos caer en la cuenta?
Motivo: Tirada1
Tirada: 1d100
Resultado: 56
Motivo: Tirada2
Tirada: 1d100
Resultado: 12
Pues eso, mi intención es apagar las antorchas del camino antes de que lleguen los aldeanos locos. Dejo un par de tiradas hechas por si fuera necesario.
Elena mientras sigue burlandose de la criatura descarga un golpe descendente de su hacha, cortandole uno de los cuernos y parte de la horrible faz de la bestia, llevandose dientes y parte de un ojo, la bestia no se esperaba un golpe de tal magnitud y por eso su ataque además de fallar por mucho le hace caer al suelo totalmente aturdido. Ni siquiera Elena esperaba un golpe tal, otra vez la suerte le sonrie ante la adversidad. La bestia gruñe enfurecida dispuesta a lanzarse en cuanto vuelva a levantarse.
El médico se encuentra entre dos enemigos, él no es un hombre de acción y es por pura suerte que esquiva el ataque combinado entre Pietro e Iñigo, al ver el golpe que ha recibido el brucolaco que era lo más parecido a una defensa que tenía al ser ignorado por el otro ente(el que se hace pasar por su joven aprendiz) Os grita:- Si me matais no sabreis como parar a los aldeanos, soltad vuestras armas maldita sea.-
Martín discute con el joven conde, que al ver que no recibe arma le grita:- Maldito seas, no me dejes solo con esta alimaña, por piedad de Dios- Esta completamente enloquecido por el miedo, mientras que el no-muerto empieza a ponerse al lado suyo y él vuelve a rehuirle. El arguacil se acerca a la primera antorcha, y se da cuenta de que por lo menos tendria que quitarlas antorchas de dos tramos de tunel, pues la sala esta lo suficiente iluminada para que pudieran seguirla los enloquecidos ciudadanos, lo malo es que las antorchas están ancladas y como no encuentre algún modo de apagarlas todavia sujetas no podra apagarlas a tiempo...
Motivo: defensa brucolaco
Tirada: 1d100
Resultado: 66
Motivo: localización daño a brucolaco
Tirada: 1d10
Resultado: 1
Motivo: daño a Brucolaco
Tirada: 2d8
Resultado: 8(+3)=11
Motivo: conmoción Brucolaco
Tirada: 1d100
Resultado: 63
Motivo: defensa médico a Don Iñigo
Tirada: 1d100
Resultado: 23
Motivo: ataque Brucolaco
Tirada: 1d100
Resultado: 94
Motivo: daño a Brucolaco bien puesto
Tirada: 2d8
Resultado: 5(+8)=13
Vamos que le hace 11 de daño al Brucolaco, que me he liado XD.
El médico trata de defenderse con las palabras, ya que el Hidalgo y yo misma lo hemos atacado. No le confío nada, igual no es mi intención acabar con su vida.
-Ahora pides que soltemos las armas, es una buena broma. No pienso matarte, pero como doctor... o doctora sé muy bien como hacer que te duela.
No soy una persona malvada, mi corazón siempre se ha abocado a la tarea de sanar pero no pienso soltar mi daga o creerle a un mentiroso.
-Si quieres que eso no pase es mejor que hables ahora... total, si los aldeanos nos van a matar igual, nada pierdo con dejarte tullido.
En mi voz y en mi mirada no hay un poco de duda, si tengo que cortarlo de a poco lo haré. Mi respeto hacia él se ha perdido.
En otro sector Elena ha embestido a la fiera. Es una mujer muy fuerte, toda una guerrera y Martín está diciendole algo al hermano "sano", luego sale corriendo no sé bien a qué pero debe tener sus motivos. Yo sigo acercándome con mi daga dispuesta a darle al médico una probada de su propia medicina.
Motivo: Psicología
Tirada: 1d100
Dificultad: 55-
Resultado: 8 (Exito)
Antes de hacer nada, tiro psicología, para saber si me quiere colar un farol o no.
De broma nada, por la forma de hablar y demás puedes deducir que esta contando la verdad, que sea el único que sepa como parar esto es otra cosa.
Mi golpe fue bastante mejor de lo que hubiera previsto en un primer momento y dejé a la criatura en el suelo por culpa del impacto. Así todo lo que había fardado antes incluso tenía algo de sentido, porque ya había contado con tener que tragarme todas y cada una de mis palabras cuando comenzara el combate.
Escuchaba cómo el resto hablaba y demás, pero yo estaba demasiado ocupada con el tema que tenía entre manos y si me necesitaban para algo o querían que no matara a esa criatura sólo tendrían que gritarme un par de veces.
De nuevo parecía que la ventaja jugaba de mi parte así que por mi parte, me dispuse a atacar de nuevo, aunque sin terminar de fiarme del todo de lo que podría hacer una criatura como aquella, a parte de empalmarse, que eso sí que me había quedado claro.
Motivo: Ataque
Tirada: 1d100
Resultado: 34
Motivo: Defenda
Tirada: 1d100
Resultado: 67
Me desespero al ver que las condenadas antorchas están ancladas. No dejo de pensar en todas las que son y el poco tiempo que tengo mientras rasgo de manera temblorosa un buen trozo de tela de mis ropas. Es una completa locura, pero debo intentarlo o acabaremos rodeados por la turba.
Mi intención es ahogar las llamas con el trapo. Si en el túnel subterráneo hay algún charco o rastro de humedad (o si dispongo de un odre con agua) mojo la tela antes. Si nada de esto funciona, desesperadamente trataré de "descapullar" las antorchas con mi hacha xDDD
—Hablad ahora y puede que os perdone la vida —digo al fin al tipo—. Y sed rápido, o no habrá clemencia.
Dicho esto, espero a ver que dice, espada en mano, presto para resolver el combate si dice algo que no me gusta.
El demonio sisea un momento, antes de enfrentarse a Elena, levantandose de un salto con una agilidad extraordinaria. Es rapido, pero descuidado y Elena, no perdona con su habilidad de su hacha, con todas sus fuerzas descarga un golpe que le cercena uno de los brazos que cae en el suelo espamodicamente. El ser grita y chilla dolorido e intenta escapar de una muerte segura, ahora todo lo poco de "humanidad" que demostraba se ha diluido por el miedo a la muerte.
Martín pierde un tiempo en encontrar un lugar con humedad para mojar el trapo, cuando apaga la primera antorcha sonrie aliviado, si se da prisa conseguira apagar las suficientes para perder sino a todos a casi todos los pueblerinos, en tanto empieza a escuchar el griterio, pues ya han roto la puerta y se dirigen hacía aqui.
El médico con la daga en la mano y con largos goterones de sudor ante la muerte casi cantada del brucolaco y la situación peliaguda en la que se encuentra, saca una llave que deja caer en el suelo y os dice:- Si matais a los dos gemelos se detendra todo y podreis escapar indemnes, aunque tambien puede pasar lo mismo si matais a uno de los gemelos... Pero ¿Cual de ellos? Quien sabe...- Al ver que ha sido traicionado el chico que se hacía pasar por ayudante del médico habla con voz gutural:- Traidor hasta el final, incluso por quien podría pagarte esa traición... Nos volveremos a ver.- Desaparece en una nube de humo que tiene un toque sulfuroso. El joven conde al escuchar lo que decis y con su hermano a su lado tiembla de miedo sabiendose en peligro...
Motivo: defensa brucolaco
Tirada: 1d100
Resultado: 94
Motivo: localización daño
Tirada: 1d10
Resultado: 2
Motivo: daño hacha
Tirada: 1d8
Resultado: 7(+1)=8
Motivo: secuela
Tirada: 1d10
Resultado: 10
Motivo: initimidar Pietro
Tirada: 1d100
Dificultad: 25-
Resultado: 6 (Exito)
Motivo: valor Médico
Tirada: 1d100
Resultado: 8
Motivo: antorchas apagadas
Tirada: 1d6
Resultado: 1
Martín tira 1d6+1, que se considerara el numero de antorchas que apagues el siguiente turno, hay 4 en este pasillo, no vas a poder apagar todo el rastro de antorchas pero al menos despistaras a bastantes si las apagas.
Elena había logrado abatir casi totalmente a la bestia, me costaba creerlo pero ella era un claro ejemplo de que una mujer puede valer tanto como un hombre, incluso en esta sociedad tan varonil.
Mas mis ojos se enfocan en el médico, que ahora deja caer una llave y nos da consejos. -Debe abrir la celda- le digo al Hidalgo que es el que está combatiendo cercano a mí. El otro tipo, el que asistía al doctor, se esfuma en una especie de maldición.
-No creo que debemos matar a ninguno. En todo caso voto por llevarlos junto a su madre, y que ella decida cual será la suerte de sus hijos.
Miro alrededor y le doy la llave al Hidalgo.
-¿La abrimos? Puedo ir yo si vos no queréis, como digáis.
Aun Martín no ha vuelto, pero espero que no sea una mala señal. El tema es como llevarle los gemelos a la loba esa.
Lo mío ya era en línea recta y en mi rostro, sólo se veía la sombra de quien va a dar muerte a una criatura que ni siquiera sabía de dónde podía haber salido.
Quizás, sin venir a cuento, estaba dejando salir todo lo que me había jodido que aquella " perra " me hubiera dominado dos veces como si fuera su puta esclava, pero vamos, que éste me las estaba pagando sin venir a cuento o quizás viniendo... tampoco era importante.
En realidad, no esperaba estar tan acertada a la hora de golpearlo y de verdad había pensado que seguramente, aquel sería mi último combate, pero quizás, antes de morir, alguien pudiera recordarme como la mujer que acabó con... bueno, con lo que quiera que fuera eso, con el demonio cachondo al que seguro que ya le había quitado las ganas de joder a golpes.
- GRRR!
Sí, quizás otra persona en aquel momento se hubiera podido poner elocuente, pero yo lo único que hice fue gruñir de nuevo, concentrada como estaba en la pelea, sin perderme detalle del bicho.
No, ya le había dicho todo lo gracioso que se me había ocurrido antes de que comenzaran a llover hachazos.
Motivo: Ataque
Tirada: 1d100
Resultado: 45
Motivo: Defensa
Tirada: 1d100
Resultado: 79
Cuando el médico canta, decido que es mejor no dejar nada sin atar. Este hombre ha hecho demasiado mal al mundo como para dejarle vivir. Así, lanzo mi estoque contra él.
El estoque se clava en su pecho, haciendo que de su boca sólo salgan balbuceos llenos de sangre. Puedo ver en sus ojos la mirada del ¿Por qué?, pero es tarde. Ha recibido el justo castigo que espera a los traidores, y allá donde va, esto le parecerá un regalo.
Una vez el médico ha expirado, miro al resto del grupo, para decir— ¡Rápido! ¡Liberemos a los muchachos y llevémoslos con su madre! ¡Ella sabrá qué hacer!
Dicho esto, saco mi estoque del pecho del "médico", y recojo la llave, para tendérsela a Pietro, o como se llame en realidad. Que abra la puerta y nos vamos de aquí con ellos.
Después grito a Rodrigo— No apaguéis todas las antorchas, coged una para nuestro camino —también miro a Elena, para decir— Elena, ayudad a "Pietro" con los muchachos.
No hay tiempo para cuestionar nada, el pueblo se nos echa encima, y si no somos rápidos, estaremos perdidos. Tenemos que ir a buscar a la madre de los muchachos, o todo habrá sido en vano.
No os parezca raro, es que ha gastado sus puntos de suerte para obtener la muerte directa del médico.
El Hidalgo me alcanzó la llave y me acerqué al calabozo y me dispuse a abrir la puerta, pero antes le dije a Elena -Elena, por favor ven conmigo, ayúdame si quieren escapar, no soy fuerte...
Luego le hablé a ambos hermanos, no tenía idea de si el que parecía un cádaver podría entenderme pero debía probar.
-Voy a abriros y os vamos a llevar con vuestra madre. Ella os quiere, ella está en peligro a causa de intentar siempre salvaros. No le temas a ese chico- le advertí al hermano sano -es tu hermano, lo creas o no, y no te hará daño. Digo... si hubiera querido hacerlo... ¿entiendes?
Me puse al lado de la celda y esperé a Elena.
-Yo tomaré al enfermo- no que no me diera algo de repulsión pero más que nada me daba mucha pena, y después de todo era una doctora.
Quiero tomar al enfermo de la cintura y llevarlo al hombro, o algo así. ¿Se puede? : /
Elena termina su trabajo, su hacha es descargado sobre la espalda de la criatura que chilla horrorosamente por última vez. Antes de caer al suelo, el monstruo se disuelve en una nube de humo de olor sulfuroso como el ser que ha desaparecido.
El cuerpo del médico cae en un charco de sangre intentando hablar quizás para maldeciros por última vez, pero su boca se llena de sangre. Ahora todos vuestros enemigos están muertos o han desaparecido, pero por lo que se oye por los corredores, si no escapais de estos pasillos vais a pasarlo bien mal. Constanza se acerca a la celda, abriendola gracias a la llave alcanzada por Iñigo. El chico que está dentro de la celda le grita:- Deja a esta alimaña aqui, no se que hablais de mi madre, ni que decis de que es mi hermano. No se que está pasando... ¿Donde esta don Nuño?- Y Constanza se da cuenta de como el chico cambia según habla, una parte de su cara se desfigura corrompiendose como si estuviese afectado por la misma enfermedad que su pueblo, mientrás que la del "no-muerto" se vuelve igual que la de su hermano, como si cuando uno se corrompe el otro se vuelve sano, Constanza se carga al no-muerto, aunque le es complicado por que no es precisamente fuerte.
En tanto Martín apaga otra antorcha, hasta que escucha las palabras del hidalgo e intenta sacar una antorcha, al verlo complicado corta una con su hacha y corre hacía el grupo. Ahora hay demasiados tuneles, incluido por el que ha llegado el monstruo con la cabeza aun yaciente del parroco.
Motivo: defensa brucolaco
Tirada: 1d100
Resultado: 71
Motivo: localización daño brucolaco
Tirada: 1d10
Resultado: 4
Motivo: localización daño brucolaco
Tirada: 1d8
Resultado: 6(+1)=7
Motivo: racionalidad
Tirada: 1d6
Resultado: 6
Elena sumás 6 puntos de racionalidad por acabar con tus propias manos y sin utilizar magia a una criatura de otro mundo.
Me sorprende que cuando el chico sano está hablando, su cara comienza a sufrir un cambio, una deformación y a su vez el enfermo parece tener una mejora en su aspecto en el mismo momento. Están conectados, de eso no cabe duda. El chico enfermo no es demasiado pesado pero yo no me caracterizo por mi fuerza; de todos modos logro tomarlo y llevarlo conmigo. Me lo pongo sobre el hombro, y lo sostengo de las piernas y cadera.
-Tenemos que ir con la madre... ¿alguno puede guiarnos en estos túneles? Porque volver por donde hemos partido... están esos pueblerinos y creo que no nos quieren.
Era una pena que no se pudiera llamar a la mujer aquí dentro por ese hechizo así que no cabía otra que intentar llegar hasta ella y llevar a sus hijos. Elena sostiene al sano con suma facilidad, y él sigue hablando pero yo ya no le presto atención.
En este instante solo me interesa que nadie más de nosotros muera, y llegar al final de ésto.
—No podemos ir por ese camino, pero no creo que nos quede mucho de los túneles por explorar —contesto a "Pietro". Después, digo—. Ahora que el mal está casi erradicado de este lugar, seguro que el Señor prooverá...
—Venga, vámonos, antes de que llegue la gente. No tardarán mucho en encontrar el lugar pese a que Martín apagó las antorchas...
Dicho esto, espero por si alguien tiene algo que decir, sino, comienzo a andar por los túneles en busca de la salida.
Gastemos puntos de suerte para encontrar el camino (a menos que alguien tenga una idea mejor).
A mí si me queda algo, lo gasto.
Molesto conmigo mismo por la falta de maña y tiempo para apagar más antorchas corro de vuelta a la estancia desde donde Don Íñigo me llama a voces. Me sorprendo al no encontrar enemigo vivo allí —obviando al chico putrefacto, que espero que no aguante mucho más en este mundo—. Si finalmente consigo salir de una pieza, esto será digno de contar.
—¡Aprisa! ¡Esos locos encontraran el lugar rápidamente! —digo adelantándome con el trozo de antorcha—. Sigamos de primeras el túnel por el que llego el sobrino del párroco. Es lo más sensato.
Motivo: Tirada1
Tirada: 1d100
Resultado: 23
Tiradita al canto por si acaso (gasto puntos de suerte).
Siento la tardanza.