Partida Rol por web

Lars maniobró el vehículo con pericia mecánica de manera que cubría el flanco dañado del vehículo que les acompañaba, y soltó un milímetro el acelerador para mantenerse a la par del chimera dañado.

Ambos chimeras empezaron a circular a la par, uno al lado del otro... Mell no daba señales de vida por el comunicador, pero sin duda estaba al volante ya que su transporte avanzaba al mismo ritmo igualando la velocidad. Un par de intersecciones superadas y se llegó al acceso a la gran autovía que daba hacía una de las salidas del complejo de agujas, pero para horror de los conductores vieron un gran taponamiento de vehículos civiles que trataban de huir, seguramente directos hacía la base de la guardia imperial apostada a las afueras.

Lars, abre tu la marcha, en fila de a uno tendremos más posibilidades de avanzar - le recomendó la chica, pero sin esperar su asentimiento se colocó tras vosotros cerrando la comitiva...

Recibido.- Fue la escueta respuesta del conductor, que pisó a fondo. El Chimera zumbaba y serpenteaba entre el tráfico con la suavidad de una bailarina de ballet.

- Capitán, deberíamos pedir a los civiles por los altavoces externos que aparten sus vehículos o al menos que salgan de ellos por si tenemos que volar alguno para abrir hueco, dice Bruul desde la su posición de artillero.

¿Abrir la marcha?

Seguro que pinchamos una rueda y retrasamos a los dos vehículos.

El pequeño halfing no veía lo que estaba pasando, no tenía ventana para ver el exterior, era mejor así quién sabe cuándo podía meterse una granada por uno de aquellos pequeños agujeros. Todo lo que sabía era porque oía a los demás.

Los civiles no se apartaran si se lo decimos, es más, seguro que si explotamos algún coche se esconden en ellos creyendo estar más seguros; luego nos juzgarán por eso.

     Delta se giró para mirar sorprendido al oficial de comunicaciones tras escuchar su alegato. - La imposibilidad de que pinchemos una rueda es un hecho certificado, ya que nuestro vehículo carece de ellas. Nos movemos gracias a la tracción continua de unas orugas de eslabón de cadena. Mucho mas resistentes y eficientes en entornos bélicos. 

- Permíteme que dude un poco que nos vayan a formar un consejo de guerra, con tantas cosas volando por ahí, unos pocos disparos no creo que importen mucho.-

dijo Strelnikov sin dejar de asir el bolter. Aquel embotellamiento podía ponerles las cosas difíciles, sobre todo si aparecían vehículos rápidos enemigos, serían blanco fácil y palmarían irremisiblemente.

Y Artyom no pensaba cascar porque unos infelices quisieran huir despavoridos. Eso lo tenía muy claro.

De modo que acerrojó el arma y apuntó hacia la multitud, con el dedo en el gatillo. Sí, estaba mal, eso de disparar a civiles inocentes no lucía mucho en tu hoja de servicios, pero la guerra era así: sucia y brutal.

Peor me lo pones -contestó el ratling- tendremos que soportar el traqueteo de una cadena contra el asfalto. Miles y miles de kilómetros con un trac-trac-trac-trac-trac, hasta que nos volvamos todos locos.

Pudiste ver como pequeñas naves xeno se arremolinaban cerca de aquel atasco, pero no parecían tener intención de participar en el, simplemente observaban, estáticos en el aire o con vuelos semejantes al de una bandada de buitres

     Aquel pequeño individuo era realmente derrotista pero parecía que se había fijado en la secuencia de pisada de las cadenas de oruga. - En caso de que el traqueteo deje de ser regular, avíseme. Podría deberse a un desalineado de la tracción.

-¡Atentos!¡Varias naves enemigas a las doce en punto!¡No atacan a la población civil, están dando vueltas observando el atasco!-

gritó Strelnikov para informar al resto de la unidad. Lo cierto es que la actitud de los enemigos era bastante extraña: o estaban quietos o daban vueltas alrededor de la marabunta de vehículos y personas que intentaban largarse. ¿Una simple misión de reconocimiento?¿O algo más?. Era muy raro, podrían ametrallarlos con suma facilidad y hacer una escabechina pero no había disparos.

Tendrían que estar alerta.

- Pueden estar esperándonos y solo tienen que hacer que la gente no avance para que nos paren, dijo Brull mientras preparaba de nuevo el bolter del Chimera

El conductor, con sus pitorradas y ágiles movimientos fue logrando avanzar entre la gran masa de vehículos... el tortuoso paseo duró más de una hora, pero ni los xenos mostraron interés en atacar a todos los vehículos, estaban tranquilos y fuera del alcance de vuestras armas.

No fue hasta que los dos chimeras llegaron a unos treinta metros de la salida, la gran y pesada puerta blindada estaba cerrada y no parecía estar dispuesta a moverse... las armas centinela estaban desactivadas y el puesto de la guarnición parecía estar carente de actividad, es allí donde estaban los controles para abrir las puertas blindadas.

Los civiles se arremolinaron entre los vehículos de los guardias suplicando por ayuda, implorando para que los sacaran de allí mientras en la distancia, de las distintas torres colmena se veían detonaciones distantes...

Malditos estos Eldars Oscuros - empezó a quejarse la más ilustre del grupo - Solo quieren esclavos, les importa una mierda el planeta y sus recursos... solo esclavos que vender... los odio

¿Y tú cómo sabes esas cosas?

A mi me pagan por pensar, a ti por ser la secretaria - le contestó con dureza

Ahora tengo dos trabajos y sólo un sueldo. Es perfecto -refunfuñó-. Ven a la Guardia Imperial, dijeron, hay un gran futuro, dijeron; la guerra está casi ganada, mintieron.