Partida Rol por web

-¿Von Kammerstein? ¿Qué influencia puede tener el padre Andrej sobre él? Parece un tipo siniestro. ¿Qué tipo de experimentos realiza?

Nathan apoyó su mano en el hombro de la chica, para empatizar con ella. El contacto con otro ser humano la tranquilizaría, quizás lo suficiente para llegar al meollo de la cuestión.

-Erika, sé que esto es delicado, pero me gustaría echar un vistazo al interior de ese castillo. Tú llevas toda la vida aquí. Seguro que hay una forma de entrar discretamente.

Con los alemanes acercandose y creando tensión en el ambiente, Ron decide con fugaz y hábil juego de manos y ganzuas desmantelar rápidamente los candados. Al abrir el cajón, un click con un eco atroz suena, y algo os recuerda a un golpe que marca las horas de un reloj con péndulos enormes, ya que el eco se puede oir a varias decenas de metros de distancia.

Tras un silencio terrible, sepulcral, y solemne, el viento azota el campo con furia y el frío invade a todo ser vivo presente. Mientras, una pequeña columna de humo negro se eleva desde el cajón hacia el cielo, a la vez que dos soles gemelos negros se disputan la flamigera radiación que emanan ambos. Haces de luz verde infecta rodean los campos y el cereal comienza a marchitarse delante de vuestros ojos. Los pájaron no cantan pues yacen todos inertes en el acogedor y muerto suelo. No hay insectos pues han sido desterrados de la vida todos y cada uno de ellos a la vez. UNa terrible sensación de enfermedad os invade y cedéis ante los impulsos incontrolables del vómito negruzco y petróleo que sale de vuestros cuerpos. Una voz habla en susurros terriblemente altos, en diferentes idiomas a la vez, sus palabras son los colores más atroces y sus matices ininteligibles se vuelven ondas de sonido que se vuelven insoportables para vuestros oídos. Por fín el dolor os hace perder la conciencia, mientras por fín entendéis las últimas palabras. —Sea liberada la bestia negra—

Ante tamaño poder solamente os podeis sentir insignificantes seres que son nada más que un punto en el longevo abanico del tiempo. Eones transcurren cuándo la materia estelar se vuelve una y se desintegra. Contempláis absortos la falta de entidad propia aunque estáis fascinados también por la aterradora belleza de lo que sea que haya provocado todo esto. Poco a poco la luz recobra su sitio y os oencontráis tirados en el suelo. Todo está igual; el campo, los pájaros, los insectos y árboles, nada ha cambiado, o ¿puede que sí en vosotros?. Al fondo la patrulla alemana yace en el suelo, desconcertada, recobrando la consciencia y la conciencia que parece que todos habéis perdido. Sólamente una figura en pié. Ataviada con una túnica negra, delgada y ciertamente encorvada, es la que más sorprendida parece de todos. Ron se arrodilla y contempla el contenido del cajón. Un libro impío que jamás debería haberse escrito y que se encuentra en un idioma que al menos un humano versado podría leer, titulado Schatten des Ewigen Dunkels.

La figura negra en túnica advierte la columna de humo que emana del cajón y se lanza a la carrera a vuestra dirección.

Claramente afectada y ago apabullada, se toma su tiempo para contestar.

—El padre Andrej, se ha convertido en alguien decidido a entrometerse en los planes que tenga  Von Kammerstein. No se cuales son, lo siento, solamente puedo decirles que muchos niños y jóvenes están siendo rescatados cada ve que Andrej va de misión, luego nos los trae para intentar esconderlos o darles refugio.

Yo, sinceramente quisiera mantenerme los más alejada posible del castillo, por algún motivo me da escalofríos, es como si....algo maligno habitara allí, y no quiero ir, es una decisión firme.

Mi consejo es que se vayan, huyan del pueblo antes de que los alemanes sepan que están aqui y no les dejen salir. Hay trenes a primera y última hora del día, vayanse antes de que sea tarde.

Pero......si están tan decididos a ir, y dios sabe por qué, no soy la persona indicada para ayudarles. Creo que deberían conocer a Helena, ella sin duda les será de más ayuda. Dejenmé ver la hora y les diré donde es probable que se encuentre.—

Al acercarse al reloj, un Gong excesivamente lejano suena, y por un momento vuestra realidad se vuelve gris, mucho más oscura y siniestra. Una violenta corriente de aire azota despiadadamente las tímidas flores que luchan en el jardín de la casucha por no sair volando y ser merced del frío viento. Aun aura enfermizamente verduzca se adentra por los recovecos de las ventanas y puertas. Todo pasa en un eterno segundo para volver a la realidad.

—Si, a estas horas creo que estará en el mercado, ¿quieren que les acompañe?—

En cuanto Jack se percató de la llegada de los alemanes el oficial de la wehrmacht pasó a ser un retrato exquisitamente centrado. A esta distancia no necesitaba compensar el viento, y mucho menos el efecto Coriolis. Asegurandose de que la luz del sol no se reflejaba en ninguna parte de su arma, en especial la mirilla lenticulada, siguió el rápido avance de las tropas del führer. Pese a su desprecio por el enemigo no pudo sino admirar el nivel de displicina y la marcialidad con la que los soldados alemanes se conducían. Los míos no tienen este entrenamiento, pensó. No pudo evitar sentir miedo por su amada patria... y entonces el click.

"Killer" tardó un segundo en recordar donde estaba. Salvo que ahora estaba en el suelo, con el rifle a su lado tirado junto a su brazo izquierdo y... El subidón de adrenalina le llegó un latido después. Desechando como buenamente pudo lo que acababa de ocurrir, recuperó el rifle y volvió a buscar a la patrulla alemana en su punto de mira, en especial al oficial alemán. Todos sus esfuerzos por recuperar la razón se desvanecierón cuando observo que, desde Dios sabe dónde, una figura de aspecto funesto se lanzaba a la carrera hacia sus compañeros y el cajón. Lanzando un juramento entre dientes el gigante irlandés volvió su atención, y su rifle, hacia el oficial nazi. Lo que "no parecía una simple recogida" se acaba de convertir en un gigantesco cubo de mierda para todos, alemanes incluidos. De un momento a otro el oficial se iba a poner a ladrar ordenes y se les iba a complicar la situación a los tres soldados.

Allí, respirando profundamente, soltando despacio el aire con cada exhalación, el subconsciente de Jack empezó a formar una idea en su cabeza. Una reacción a la ausencia de forma sufrida. Para sentirse real. Para reafirmar su propia existencia. "Killer apretó los dientes y recuperó el control un instante antes de esparcir los sesos del oficial alemán por el maizal.

¡Vamos muchachos, moved el culo! Se dijo en un susurro.

Nathan parpadeó varias veces, utilizando una sencilla técnica psicológica para obligarse a centrarse en la realidad. Se centró completamente en la taza de té que le habían servido, la fina porcelana de aspecto brillante, lo delicado de su grabado, el vapor de agua que surgía de ella... Al final sus charlas con el profesor Walters junto con los manuales de psiquiatría que había leído, más por curiosidad que por otra cosa, sí habían servido de algo. Ello le permitió ignorar la sensación completamente horrenda que luchaba por invadirle.

-¿QUÉ ha sido eso? ¿Alguna de vosotros lo ha notado? balbuceó antes de continuar. Helena, sí. ¿Quién es? Si puede ayudarnos debemos conocerla.

La inmensidad de la vida, del universo, la rotundidad del cosmos, el inalcanzable descanso...todos esos pensamientos y el infinito recorrió la sencilla mente de Ron Ferret. Nunca pensó en tales existencias, nunca pensó cuestionarse la vida. Una vez recobrada el cuerpo y el alma, dudó si lo sucedido era real, si tan siquiera algo le había pasado. Pero cuando miró a su compañero a los ojos, se dio cuenta que ambos habían sufrido el mismo trance.

Tras unas décimas de segundo eternas, una figura negra, oscura imprecó algo mirando hacia ellos. Los alemanes se estaban recuperando también, por lo que estaba claro cual era el siguiente paso.

-Corre Williams, vamos vamos, hay que salir cagando leches.

Cuando ya casi iba a emprender la carrera, casi por instinto, recordó el libro. Se agachó lo cogió y comenzó a correr por su vida hacia la zona de cobertura, confiando en "Killer".

Sus ojos estaban en blanco, sin embargo extrañamente veía cosas que parecían estar proyectándose en su mente. Creía estar viendo y a la vez ser víctima de una ceguera innenarrable. Porque lo que había creído ver no podría ser otra cosa que algo que habitase en el mundo de los sueños.

Afortunadamente como todas las pesadillas, aquella tocó a su fin y se encontró tirado en el campo, con briznas de paja pegadas por todo su cuerpo. Y frente a  él el cofre abierto de cuyo interior su compañero estaba extrayendo un tomo de visible antigüedad.

—¡Vámonos! —exclamó buscando darse ánimos y que sus piernas obedeciesen aquella orden que se estaba dando a sí mismo. En la lejanía aquellos cabrones nazis se habían puesto en marcha y les habían avistado. Ya no había tiempo para la discrección, había que correr como alma que llevaba el diablo y confiar en que 'Killer' cubriese sus espaldas. 

Si llegaban a tiempo a una posición ventajosa podrían apoyar al francotirador con el fuego y acabar con aquella avanzadilla... Pero se estaba adelantando demasiado en sus pensamientos.

—¿Notar el qué? Quizás haya servido su bebida demasiado caliente, es normal, en esta región tanto el café y el té suelen ser un poco más fuertes.

Helena es... una buena amiga, se ha encargado  de  muchos de los niños rescatados por Andrej y les ha buscado cobijo temporal o una familia que les acoja. De vez en cuándo tiene ideas peligrosas y eso me temo que la ha convertido en una radical y a la larga va a hacer que esos alemanes la maten. Pero es muy buena gente, y estoy seguro de que ha contactado con más gente como ella, eso que dicen llamar la resistencia.—

Erika hace una larga pausa, pensando y meditando en un incómodo silencio mientras vostotros seguis intentando discernir que acaba de pasar.

—Sí, es muy probable que ahora se encuentre donde creo, así que si quieren que se la presente, es el mejor momento. ¿Vamos?.—

La figura negra y encapuchada corre hacia vosotros mientras saca una especie de cuchillo ritual, moldeado de forma peligrosamente obscena e inclina hacia ángulos imposibles. Es muy rápido y antes de que os hayáis dado couenta le tenéis prácticamente encima de vostros. Aün no sabéis si os ha visto  por lo que sin mirar atrás seguís avanzando todo lo rápido posible.

Los alemanes del ejercito, ya recuperados del momento de shock, miran hacia todos lados tratando de comprender qué demonios les acaba de pasar. Eso es hasta que uno de los soldados tira su fusil al suelo y comienza a correr camino arriba. Tras un segundo su oficial comienza a gritar aunque el soldado parece haber sucumbido al miedo. El oficial saca de su cartuchera una pistola negra y amartilla el arma. Unos segundos sedupés el cadaver del soldado yace en el suelo con la cabeza atravesada por el tiro que el oficial acaba de propinarle. Los demás de forma inmediata vuelven a su formación, y tras una orden del oficial, avanzan corriendo hacia el lugar donde ha caído el cajón. Al ver que la figura de negro corre hacia el mismo sitio, el oficial da una orden y todos los soldados comienzan una estrategia de dispersión de amplio metraje para peinar el campo de cereales al completo.

Miro extrañada a chase - ¿que ocurre? - miro por las ventanas desde un lateral deseando que no haya enemigos en el exterior y llevando la mano a mi arma oculta. Tras unos segundos y ver que no ocurre realmente nada, echo una mirada desaprobadora a chase y confirmo su sugerencia, debemos ver a helena cuanto antes

-¿Vas a decirme que no has visto...? Bueno, da igual. Estamos listos para irnos, frau Erika.

La resistencia. Aquello prometía, intentó recordar si durante el informe de misión les habían mencionado a algún agente con el que aún no hubiesen contactado. Helena era seguramente una civil, pero bueno, Chase también lo era hace no tanto. Y toda ayuda de la que pudiesen disponer sería poca.

Podeis intentar correr, pero es un terreno bastante irregular. Igual que a ellos les puede llegar costar encontraros, a vosotros salir por patas de alli también. Si solamente queréis correr, hacedme una tirada de entrenamiento en combate

Erika coge sus cosas; un abrigo, un bolso y las llaves de su casa. Os anima a ir con ella, ya que estáis tan interesados en conocer a esa amiga suya que os puede ayudar.

Tras un paseo de alrededor de 15 minutos, llegáis a un pequeño establecimiento. Allí os recibe con una amplia sonrisa el camarero. Pronto os dáis cuenta de que la sonrisa no está dedicada a los forasteros, sino más biena a vuestra guía. Ella se sonroja y tímidamente desvía la mirada. Un cierto brillo en sus ojos le delata, la complicidad, el ambiente, el olor a cerveza vieja de barrica, el aroma a carne de venado recién hecha.

Es un lugar idílico escondido en medio de la nada, ya que podría pasar por un hogar más desde fuera.

Al fondo dos hombres fuman tranquilamente un cigarro, mientras comentan con nostalgia tiempos mejores. Una mujer, rubia y solitaria, vestida de negro, saborea un buen sorbo de un licor tostado, que brilla intensamente a la luz del lugar.

Erika: —Hola Helena, te estaba buscando y tuve la corazonada de que estarías por aquí.

Helena os mira, con cara de pocos amigos, y hace un gesto al camarero. Pocos minutos depués, su copa ha sido rellenado, y vosotros tenéis sendas pintas de cerveza negra en la barra.

Helena: —Vaya, sí que sabéis moveros. Creo que os dije que nos reuniríamos esta noche, pero ya da igual. Mi cometido ha sido cumplido. He conseguido una reunión con Ángel. Esta noche. No puedo revelaros el lugar, ya que aún no puedo confiar en vosotros, pero alguien pasará a buscaros en un camión en el mismo sitio en que nos hemos visto por primera vez. Cuándo el sol se esté escondiendo estad alerta.

Podéis marcharos, que Erika y yo tenemos que hablar seriamente.—

—¡'Killer', todo tuyo! —exclamó William mientras con el arma en la mano seguía avanzando cada vez a un ritmo más intenso. Sorteó obstáculos, pequeñas colinas como socavones repentinos con maestría, ahí era donde se notaban las horas de entrenamiento que había pasado.

Combatir no era una opción, por eso habían dejado a Killer en la retaguardia listo para eliminar a aquellos que se acercaran demasiado. William comenzó a correro con entusiasmo y para cuando Ron se quiso dar cuenta ya le había sacado unos metros, por lo que de forma acelerada trató de salir corriendo lo más ágilmente posible. Por desgracia parecía que las horas pasadas anteriormente ocultos, así como la tensión acumulada, no le permitió demostrar el entrenamiento duro previo a la misión.

-Mierda. - dijo resbalando en los primeros pasos.