Partida Rol por web

Si hay algo de lo que uno puede estar seguro siempre es que a los oficiales de tropa les encanta gritar ordenes con grandes gestos mientras permanecen quietos como faros, iluminando a la soldadesca. "Killer" aprovecho esa circustancia para apretar el gatillo mientras apuntaba al oficial alemnán.

Chance resopló aliviado tras darle un buen trago a la cerveza. Allí estaremos respondió a Helena.

Al menos hemos establecido contacto le dijo a Marga al salir del bar. Volvamos al punto de reunión con el resto. Espero que no se hayan metido en ningún lio.

Mientras los dos combatientes corren por su vida, sabiendo que todo puede salir mal en cuestión de segundos, y siendo perseguidos por un misterioso y peligroso hombre enfundado en túnicas negras, un sonido atronador, cómo salido de las mismísima garganta del averno rompe el silencio. Desde el otro lado de la colina, Killer acaba de realizar un disparo certero que ha ajustado al pecho del oficial Nazi, que se lleva las manos a su agujero borboteante de sangre. Varios soldados se tiran al suelo en un gesto instantáneo y ya conocido y automático de haber recibido fuego enemigo con anterioridad. El oficial Nazi, Hans Von Werwick, cae al suelo con la respiración entrecortada expulsando sangre a borgotones al mismo ritmo frenético que su corazón late. Sus ojos se van cerrando poco a poco mientras se centra en su respiración entrecortada sabiendo que es muy posible que muera en un campo de cebada. Un soldado saca todo el valor que tiene dentro y va corriendo hacia su oficial mientras busca algo en su mochila torpemente. Los demás buscan el lugar del que ha posido provenir el disparo, y varios de los soldados miran fijamente al lugar donde creen que está apostado su enemigo, para ser distraído por las palabras incomprensibles de la figura negra.

Nadie se ha percatado del hombre alto y escualido que calmadamente y con una mano en alto, con los dedos cruzados en ángulos imposibles, marcha hacia el pequeño pelotón de soldados.

—Que hinquen por las espaldas porque no vean sus faltas

guerra me la daréis, y con esto me la traeréis, que no me le dejéis estar ni reposar, hasta que conmigo venga  a estar; IA, IA PhTng!!!!

Yo te conjuro con la sangre del lupino, yo te conjuro con la sangre de un hermano, yo te conjuro con el corazón del hombre muerto a hierro frío, yo te conjuro con las doce tribus de Israel, yo te conjuro y te destierro a un mindo impío.

En un ronco y gutural trance, el hombre sigue avanzando y los allí presentes parecen ignorar su presencia. Todos excepto el perseguidor de Ferret  y Fry, que da media vuelta, y con su enorme cuchillo curvado en alto, carga contra este extraño hombre, ignorando por completo a sus dos presas iniciales.

—¡Esa es la nuestra! ¡Corramos¡ —le gritó Frye a su compañero, aquel enfrentamiento entre sus enemigos era como maná caído del cielo y no aprovecharlo era cosa de necios— ¡'Killer' recoge todo, nos vamos de aquí! ¡Tenemos que borrar nuestro rastro!

Estaba dando demasiadas órdenes pero era la adrenalina del momento, no un desafío a la jerarquía del grupo.

En varios puntos de la retahíla de Helena, estuve tentada de cortarla, pero lo cierto es que de momento la necesitamos, por lo que aguante estoicamente y simplemente asenti. No pruebo ni un trago de la cerveza, y por supuesto no pensaba pagar ni un céntimo así que cuando acaba y ya salimos, respiro más sosegada
Parece que prefieren tratarnos como a escoria en vez de como a alguien interesados en su supervivencia. Por esta vez creo que pensaré que la traicionaron los nervios y su reacción no fue la adecuada...

La figura de negro carga contra el hombre recién aparecido que murmulla en alto palabras que jamás podríais llegar a conocer, y que os suenan apacibles pero a la vez incoherentes y obscenas en vuestros oídos. En el momento en que Fry y Ferret abandonan el campo de cereal, una repentina y terrible niebla de color morado comienza a surgir del suelo.

El hedor es terrible y su densidad vuelva la zona antes clara y bien iluminada por la luz del sol en un lugar impío, sucio y denso de miasma cancerígena. No escucháis nada, ni disparos, ni gritos, y la niebla parece quedarse justo al borde del campo de cereal, que aún siendo mecido por el viento, parece no inmutar la purpúrea neblina. Algo os hace sentir la maldad del lugar mientras el trigo se va envenando y muriendo a medida que pasan los segundos. Nada, ni nadie debería poder sobrevivir a eso.

Intentáis recomponeros y hacer una retirada estratégica ahora que tenéis lo que habéis venido a buscar, y que gracias a ese misterioso hombre también os váis intactos.
 

Os encontráis fuera del bar, en un día precioso y soleado, algo fresco ya que la el viento de la zona no perdona, aunque detro de un rato es probable que haga mejor, cuándo caliente más el sol. Un ruido sordo y seco se escucha a lo lejos y resuena por las montañas. Es indudablemente el sonido de un disparo en la lejanía, lo que os hace volver a centraros en el sitio en el que estáis, y no en el hermoso y acogedor pueblo que podría ser si la ocupación Nazi no estuviera ya aquí. Vuestros compañeros son gente más que capaz, pero eso no os quita la intriga perpetua de qué es lo que está pasando y si ellos se encuentran metidos en algún tipo de problema.

Habéis establecido contacto y eso os aligera un poco la carga mental actual ya que era una de las misiones más importantes que se os había dado. Ahora os toca hacer tiempo.

—No vayas por ahí, debemos dar un rodeo o les llevaremos a nuestro escondite —gritó deteniendo a Jack, ¿o tal vez era a Ron? en su momento lo tenía claro pero lo que vio después mientras corría como un caballo desbocado hizo que aquello no tuviese relevancia.

Primero vio una sombra que les alcanzaba e inevitablemente volvió su mirada al firmamento, ¿qué era aquello?, ¿no era aquel un día soleado hasta aquel momento? ¿Con qué estarían experimentando los nazis que estaban consiguiendo aquello? Era desde luego un arma como nunca se había visto.

—Dios mío, ¿qué es esto? Ese arma es... Joder huyamos antes de descubrir que puede hacer.

El cómo volvió a su escondite nunca lo recordó pues todo lo que alcanzaba a ver en sus pensamientos era el gran nubarrón que lo ocultó todo, afortunadamente su cuerpo tenía memoria, o tal vez había seguido a alguien que sí que sabía lo que pasaba. Porque William siempre ha seguido órdenes... Era lo que mejor se le daba.

Creo que no nos haría daño dar una vuelta por el pueblo, incluso entablar conversación con alguno de los parroquianos, conversación intrascendente y dentro de un par de horas ir a reunirnos con nuestros compañeros. Si lo hacemos ahora cualquiera que nos haya visto hablar con Erika podría sospechar es mejor que bajen la guardia antes de exponernos - comentó en voz baja Margarita mientras una sonrisa juguetona asomaba a sus labios y se agarraba del brazo de jonathan como si fuera una muchacha tonta enamorada. Sus ojos desmentía toda esa información, no quería que hubiera confusiones...

-No soy un experto pero diría que está usted intentando seducirme, señorita Novakova susurró Chance, burlón. Si alguna vez decide dejar de salir con imberbes cadetes de la armada, lo que sin duda forma parte de sus preferencias actualmente, siempre puede probar con un aguerrido profesor de universidad reconvertido en comando de élite. Mens sana in corpore sano, ya sabe le guiñó un ojo.

Jajajaja rió exageradamente por si alguien los observaba vayamos pues a descubrir los fascinantes secretos de este exótico lugar. Quién sabe,puede que hasta encontremos un instrumento de percusión de inusual tamaño por los alrededores.

Los últimos momentos habían sido caóticos, y por unos instantes parecían los últimos que iba a vivir. Lo sucedido iba más allá de lo que el podía entender. Trató de convencerse que lo sucedido no era tan extraño. Necesitaba tiempo para asimilarlo.

-¿Qué cojon**s ha sucedido? ¿Están haciendo experimentos de guerra química? ¿Quién era ese tío? - Las preguntas salieron apresuradas, encadenadas sin apenas pausa.

Sintió el peso del libro que habían obtenido en su ropa. La decisión de cogerlo no sabía si había sido buena o mala...lo cual era más que preocupante para alguien como él.

-Jack, Will, deberíamos volver al punto de reunión cuanto antes. No quiero perder un segundo más en este lugar. Luego veremos que contiene el libro.

Tras unos segundos en los que os mirais incrédulos después de lo que acaba de pasar, termináis por decidir volver al punto de reunión. Alrededor de 15 minutos de trayecto andando pero apresurados, cargados con un libro extraño y obsceno, y sobre todo, en silencio. Nadie se atreve a decir o mejor dicho a predecir qué demonios acaba de ocurrir.

Al llegar al pueblo, todo parece normal, sigue siendo un día soleado, frío por el aire de las montañas, cargado de restos del ozono matinal que ha dejado la bruma nocturna y que os sigue dando la misma impresión; si no fuera por la ocupación alemana, este sitio sería un pequeño trozo de paraíso perdido entre las montañas.

Os acercáis hacia el lugar en el monte en el que habéis establecido vuestro lugar de reencuentro, cuándo algo extraño ocurre, y es que aprece que lo extraño, es norma en este lugar.

El hermoso cielo azul se vuelve oscuro, las nubes desaparecen y dejan lugar a una noche estrellada con constelaciones imposibles de definir. Varias aves de especto solamente imaginables en sueños o cuentos aparecen volando en circulos, dejando surcos verduzcos tras de sí en un patrón aleatorio al rededor de lo que parece ser un enorme agujero en la estratosfera. De su cénit emanza una luz tenue y blanca, acogedora y llamativa que os atrae mentalmente a cruzarla mientras varias columnas de humo caen directamente a tierra, certeras en donde está situado el castillo. —Algo no va bien— Una voz resuena en vuestras cabezas y por un momento pensáis que cada uno ha escuchado a su compañero hablar, aunque al miraros, todos estáis en un solemne silencio.—EL castillo, un gran mal, impedir—

Incrédulos volvéis a miraros, y esta vez, con intención de complicidad sabéis que algo o alguien o está hablando directamente a vuestras mentes.

Tal y cómo apareció aquel agujero, súbitamente desparece.

Chance aprovecha para tirar un par de chascarrillos a un más que tensa Novakova, sabiendo que el humor puede lllegar a ser un gran aliado en situaciones de gran tensión.  NO sabiendo muy bien cómo reaccionar, Novakova sale por la tangente espetando un gesto de quizás con la cabeza, mientras sonrie tímidamente. Es jóven pero ya ha vivido lo suficiente cómo para saber cuándo se le toma el pelo y cuándo una proposición puede ser más seria.

Camináis un tanto despreocupados pensando en cuál va a ser vuestro siguiente paso a investigar cuándo.....

El hermoso cielo azul se vuelve oscuro, las nubes desaparecen y dejan lugar a una noche estrellada con constelaciones imposibles de definir. Varias aves de aspecto solamente imaginables en sueños o cuentos aparecen volando en circulos, dejando surcos verduzcos tras de sí en un patrón aleatorio al rededor de lo que parece ser un enorme agujero en la estratosfera. De su cénit emanza una luz tenue y blanca, acogedora y llamativa que os atrae mentalmente a cruzarla mientras varias columnas de humo caen directamente a tierra, certeras en donde está situado el castillo de Karlstein. —Algo no va bien— Una voz resuena en vuestras cabezas y por un momento pensáis que cada uno ha escuchado a su compañero hablar, aunque al miraros,  estáis en un solemne silencio.—EL castillo, un gran mal, impedir—

Incrédulos volvéis a miraros, y esta vez, con intención de complicidad sabéis que algo o alguien o está hablando directamente a vuestras mentes.

Tal y cómo apareció aquel agujero, súbitamente desparece.

La sensación de notar que alguien habitaba en su mente por unos momentos fue muy desagradable. Estuvo a punto de pensar que sus compañeros le estaban gastando una broma pero por las caras de estos sabía que no había sido así. Desde que había visto la silueta en el cuadro de la iglesia, las cosas se habían vuelto cada vez más...surrealistas.

-¿Habéis escuchado? - Inquirió a Jack y William. - No se que está sucediendo pero yo...yo había venido a realizar una misión contra los alemanes. -La voz de Ron no era dura y vivaz como habitualmente, los acontecimientos estaban haciendo mella en él.

Todo parecía tranquilizarse, finalmente estaban en su improvisado asentamiento cuando todo lo que parecía que podía ir mal, acabó por suceder. Sin embargo aquello no fue lo peor, si no la premonitoria voz.

—Callaros joder, salid de mi puta cabeza cabrones —exclamó William agarrándose a las solapas de ambos compañeros, al advertir su extrañeza empezó a agarrarse los pelos de su cabeza durante unos segundos que se hicieron eternos... Hasta que finalmente acabó por tranquilizarse.

—Ya... ¿Qué pasó?

El silencio que los cubrió tras los acontecimientos del prado fué un pequeño bálsamo para Jack. Haber entrado en acción despues de varios días de preparativos antes del viaje, y la extraña noche de la visita a la iglesia, supuso un cierto descanso para la mente del veterano. Sin embargo, el carácter surrealista y demencial que había tomado la misión empezaba a hacer mella en el buén juicio del gigantón irlandés. Nadie había visto las luces verdes la noche anterior, pero no había ninguna duda de que sus compañeros habían presenciado lo mismo que él en el prado, desmayo incluido. Y ahora, sin poder atribuirlo a la adrenalina o al estrés, el trio de soldados empezaba a caer en una espiral de alucinaciones... ¡oh Dios, que fueran alucinaciones!

"Killer" apenas escuchó a Ron preguntar por algo en un tono casi histérico, y cuando Will le agarró por pura desesperación, el sargento apenas pudo reprimir un sobresalto, como un gato sorprendido por la espalda.

Tiene que ser algo en el agua, o quizás en el aire... elucubró en voz alta para que le escucharan sus compañeros. Sí, para sus compañeros... Alguna sustancia disuelta en los colectores o dispersada en el aire... quizás el avión que dejó caer la carga. Pero Jack sabía de sobra que se engañaba así mismo porque los tres habían escuchado la misma advertencia en sus cabezas.

De repente tuvo una revelación. Si esto tenía que ver con el propio castillo, como decía la voz preternatural en sus cabezas, Jack se aseguraría de que no quedase una sola piedra en pie. Ni una sola alma que esté relacionada con esto, inocente o no... No se percató de que esto último lo había expresado con palabras en un tono aminoso y cruel.