Partida Rol por web

Enseguida Señor Foster, entonces Jack sacó un pañuelo de su bolsillo y se limpió las lagrimas y la boca después, aun le temblaban las piernas cuando comenzó a caminar, apoyó su peso en la pared y tomó impulso , ese es mi pinche Loui?, Oh Dios mío, si ese chico no hablaba por no ofender, no dijo mas y con premura abandona la habitación, recorre el resto de dependencias en una búsqueda infructuosa de supervivientes, los nervios se le empiezan a acumular en el estomago y vuelve a sentir nauseas y un dolor punzante en las sien, Señor Foster, Señor Foster,  grita aterrado, estamos solo los presentes Señor.

-Sacré Bleu-Fue lo que dijo el mago tras ver aquella horrible imagen, antes de sacar una carta, el AS de Picas, agitarlo y convertirlo en un pañuelo con una Pica bordada en el, para taparse al boca por muchos motivos, entre ellos ha consecuencia de la horrible visión de muerte y otra el fuerte olor a sangre.

Como muchos otros se mantuvo un tanto distante, mientras los mas viejos en aquel lugar ponían en orden las cosas, por otra parte esto era obra claramente de alguno de los presentes y en algún momento tendrían que hablar al respecto. Pero aun era pronto incluso para él quien estaba acostumbrado a corta en dos a personas y ensartar espadas, no todo lo que hacia eran trucos de cartas.

-Sí señor... veré que puedo hacer -Johnson se acercó a los cuerpos, cubriéndose la nariz con un pañuelo impoluto. El olor a sangre era demasiado fuerte para su sensible sentido del olfato.

Miró los cuerpos desangrados uno por uno. Trató de ver si había huellas de zapatos en medio de aquellos charcos de sangre o alguna otra pista que pudiera señalar al autor de tan atroces crímenes, más sus intentos fueron infructuosos. El era un detective del pasado. Las huellas que él sabía reconocer eran las que dejaba el paso del tiempo. Apesadumbrado volvió hacia donde se encontraban los demás, negando con su cabeza el haber podido encontrar algo útil. Tal vez si hubiera un médico entre los presentes...

-Señorita...Merryweather, ¿verdad? -aunque no tuviera experiencia en medicina, su cerebro aún era lúcido y si podía ayudar pensando, al menos no se sentiría tan mal-. Yo tengo el sueño muy pesado y tras la fiesta del día anterior, el cansancio ayudó a que durmiera más profundamente que lo normal, así que lamento no tener ninguna pista que aportar. Pero estoy dispuesto a ayudar en lo que pueda para encontrar al responsable.

Toda la noche había transcurrido sin mayores eventualidades, su sueño perpetuamente era pesado, pero aquella velada la paso hundido en sueños y pesadillas cual si hubiese participado del abuso de alcohol, sin embargo tomar aguas embriagantes era algo que dejo atrás cuando su modo de vida rondaba por el tráfico de uvas a bajo costo. Con cierta pereza salió de las habitaciones destinadas a los empleados donde ya solo restaba él por levantarse y aprestarse al trabajo. Pese a escasos ánimos de trabajar, se dirigió sin dilación al salón de la fiesta por si los excesos hubiesen dejado algún artilugio por reparar, sin embargo apenas puso un pie en la sala el conocido olor a sangre y muerte le rodeo haciendo que se detuviese en seco tomando un perfil más discreto, cual si quisiera hacerse invisible. Pese a todo, la combinación de gritos, murmullos y sollozos terminaron por empujarle al centro de una horrorosa escena de sangre, burla y mórbida impotencia.  

En cuanto escucha la voz del patrón no puede sino acercarse a él. - De..dejeme revisar el teléfono y el telégrafo, quizás pueda hacerlo funcionar, no sé. ¿Podría ser un cable roto?- Se le ocurrió comentar en su impulso por desviar la atención de su pasado criminal que podrían ponerlo como sospechoso,  pero pese a todo no logra evitar el mostrarse nervioso y asustado mientras daba esperanzas absurdas.

La pobre muchacha se dejó llevar con los demás a la biblioteca, aún sin poder contener los temblores y las lágrimas, su dolor se acrecentaba al escuchar a los demás murmurar los nombres de las víctimas. Buscó una silla donde poder calmarse un poco y hacerse a la idea de que ya no volvería a ver a muchos de sus amigos con los que había compartido tantas cosas bonitas, recordó a Ralph y a sus siempre hilarantes bromas; a Loui y sus sueños de niño iluso, enamorado del mar, sin siquiera conocerlo...en los ojos de la muchacha se agolparon nuevamente las lágrimas y se dió cuenta que era demasiado doloroso pensar en todos ellos, se obligó a ser fuerte y dedicó una larga oración a Dios para que las almas de sus amigos descansaran en paz. Posteriormente ofreció a todo aquel que quisiese, que se uniera a sus rezos.

Yo... yo tampoco he oído nada... creo que deberíamos presentarnos todos para al menos conocernos... solo de pensar que hay asesinos entre nosotros... - Reprimo un escalofrío - Quizás si pudieramos saber quiénes somos todos podamos intentar averiguar quién ha sido... o al menos será una forma de ayudarnos unos a otros

Empezaré yo... Me llamo Linda Hamilton. Soy estudiantr y he venido a preparar mi fin de carrera y posterior tesis.

Al escuchar que una de las mujeres comienza a presentarse al tiempo que propone lo mismo al resto, el buen Morgan comienza  a seguir el cable del teléfono más cercano, como revisándolo, a fin de evitar en lo posible el develar a todos lo que su patrón ya conoce, su pasado reciente está lleno de historia criminal.

Casi sin darse cuenta, se vio arrastrada lejos de la escena principal por el señor ​McQueen, el muro con el que se había chocado, y el señor Quatermass, aquel viejo anciano con el que había coincidido un día antes. Allí habían otros inquilinos, todos parecían igualmente nerviosos, asustados. La cosa iba a terminar mal, lo sentía en la boca del estómago. Ella querría haber desayunado, incluso almorzado, sin embargo el miedo y el desconocimiento le bloqueaban como si se tratase de una puerta cerrada. Entonces fue cuando la señorita Hamilton se presentó y alzó una mirada vidriosa hacia ella.

Dorothy Hansen, también soy... estudiante. Yo... no sé cómo ayudar. No sé nada, ni siquiera he podido entrar a ver... qué ha pasando.

De reojo observo a una mujer inmersa en rezos, Betty Simpson, creía recordar, y hasta ella se sintió tentada a unirse, sin embargo sacudió aquella idea de la cabeza. Se sentía demasiado aturdida como para poder centrarse como un rezo exigía.

Asiendo el brazo de la joven, avanzo hasta llevarla lejos de esa escena tan grotesca, usando mi cuerpo como barrera para impedirle mirar nuevamente, nos retiramos de la sala, esperando que los demas se aparten de su caminar.

Mientras las palabras se agolpan en mi mente, mueren antes de siquiera salir, me encuentro sin duda ahogado por lo poco apropiado que pudiera ser, -Aunque quién puede tener la práctica como para saber que decir en este tipo de situaciones- pienso, divertido por mi ocurrencia.
Tras alejarlos del gentío y acompañarla al primer sillón, le acerco mi botella de bolsillo.
-Beba.-Imperó, -Siento no poder ofrecerle un vaso, más le ayudara a recuperar su “yo”, señorita¹.-

Enciendo dos cigarros a una vez, dejando uno a su alcance sobre la mesa, y me giro para negar con la cabeza a las palabras de Merryweather.
-Duro, Juan Duro.-Comento a la sala, que exige nuestras presentaciones, pero me dirijo en concreto a la pálida joven que tengo en frente, a ella miro a los ojos.

La resaca del día posterior a la fiesta de bienvenida había recibido un más que preocupante ocho en la escala de resacas de Michael Bay. Tuvo que pasar la mañana de la cama al baño y del baño a la cama. - ¿Qué coño me habrán echado en la bebida esta vez? - Pensaba de camino a la cama la última vez que volvió de vomitar.

A eso del mediodía consiguió que lo que pudo comer se quedase dentro de su cuerpo y, poco a poco, su enorme cuerpo fue estabilizandose y respondiendo positivamente.

Una pequeña pero reparadora siesta después de comer consiguió ponerle a tono para comenzar a trabajar en la obra de teatro que estaba creando. Y a eso dedicó el resto de la tarde.

Al día siguiente, al bajar a desayunar se tropezó con un gran revuelo. Por un lado, alguien había dicho que estaban aislados por culpa de una tormenta. Eso era malo. Y por otro lado, durante la pasada noche alguien se había dedicado a matar al servicio. Eso era peor.

Alguien decidió que todos debían ir a otra sala y Michael Bay les siguió. Más tarde una chica comenzó la rueda de presentaciones. Esperé que llegase mi turno, me evanté y tomé la palabra, - Hola a todos. Como alguno sabrá soy Michael Bay. Me dedico al mundo del espectáculo. Soy actor de teatro y había venido a Clanmurk con la intención de trabajar en una nueva obra. Pero veo que no va a ser posible.

Incliné un poco el cuerpo en señal saludo y volví a sentarme.

Después de varios días intentando conseguir contactos y buenas amistades de negocios con los que se iban del pueblo antes de las nevadas, ahora me tocaba conseguir lo mismo con los que nos quedábamos. Un aislamiento quizás podría darme el tiempo necesario para preparar los negocios para la primavera.

Baje finalmente a recargar las energías con un cafe y observar a los que iban a ser mis compañeros de aislamiento durante el invierno. Una gran fiesta y una mala noche de tormenta era demasiado para mí. Descendí el íltimo escalón y empezaron los gritos y las caras pálidas. Me acerque corriendo y me asome al comedor, donde un cuadro completamente de locura me esperaba.

Los demás gritaban, rezaban, murmuraban o simplemente callaban mudos, con un rostro de puro terror. Cuando vi la escena tan común, pero llena de sangre y con los cuerpos atados a las sillas, por poco me voy al suelo de la impresión. Solo una mente completamente desequilibrada, mas loca que todos los dementes juntos de un manicomio, podía haber hecho esto. Me costo algunos segundos serenarme y recuperar algo de color, apoyando la mano en una pared y con la cara completamente pálida, tuve que forzarme a respirar hasta recuperarme minimamente.

Había visto a empresarios y grandes magnates hacer cosas terribles, también a estresados empleados saltar de un rascacielos, robos, violaciones, suicidios y extorsión, era típico en la gran ciudad y dependiendo de los barrios por donde te movieras. Pero aquí y ahora veía algo nuevo y horrendo, hecho por una criatura que distaba mucho de ser hombre o animal, esto lo tenía que haber hecho un monstruo sin alma.

Me dirigí finalmente con los demás agradecido de no tener que continuar cerca de esa habitación. Empezaron las presentaciones y según lo hacían conseguía calmarme poco a poco para poder hablar.

-Yo soy Bastian Baltasar, soy un hombre de negocios. Hicw una pequeña pausa, mientras se me pasaba poco a poco el Shock imicial. Yo vine aquí a hacer negocios y ha preparar otros en un ambiente mas tranquilo y aislado. Niego con la cabeza y vuelve a levantar la vista. Tendría que haberme quedado en la gran ciudad. Suspire finalmente dejando al próximo hablar.

Milos se había demorado mucho tiempo caminando cerca del lago, y aun cuando escucho disturbios a lo lejos no le presto demasiada atención hasta que estos se incrementaron y se hicieron demasiado frecuentes.

Al llegar al lugar, le fue claro que algo sumamente serio había sucedido. Todos estaban como locos, algunos gritaban, otras caminaban temblando y había quienes incluso se mostraban sumamente horrorizados. Milos se decidió a entender que sucedía antes de hacerse un juicio en base a habladurías pero aparentemente era de los últimos en llegar y no le dejaron pasar. Siendo conducido a la biblioteca, se encontró con el caos que conformaba aquel variopinto grupo de personas llegadas desde distintos lugares y cuyas profesiones desentonaban demasiado.

Su estadía allí tenía cierta lógica, pero ahora, allí todos reunidos, bien podría jurar que había algo raro en todo ello. –Asesinos??- exclamó Milos ante las palabras de la señorita que se hacia llamar Linda Hamilton. El había alcanzado a ver sangre antes de ser conducido hasta allí, pero no se había imaginado que se tratara de algo tan serio. –Pero de que hablas mujer, como que asesinos??, eso es plural, que se supone que ha sucedido-.

Todo el servicio... ha sido horriblemente asesinado. Bueno... casi todo el servicio... Es algo grotesco, repugnante. ¡Había decenas de muertos! ¡Desangrados como cerdos!

- Al igual que el señor Bay, también trabajo en el mundillo del teatro. Soy directora y escritora, en Broadway. Sobre todo, de románticas. Igual han oído hablar de mi gran éxito, la adaptación de Cumbres Borrascosas...

Acertó a decir la mujer. Después, recorrió la sala con la vista.

- Tampoco estamos todos. Durante la fiesta me pareció ver caras que todavía no han aparecido, ni muertos ni vivos. ¿Creéis que les ha podido pasar algo? ¿Que les hayan secuestrado... o algo peor?

Para calmarse, la mujer pidió una infusión. Estaba al borde del colpaso mental a estas alturas.

- No puedo prohibirle que lo vea, Sr. McNamara, pero sí se lo desaconsejo firmemente. Querrá poder dormir esta noche - La expresión de John es agria, pero se esfuerza en mantener la compostura. Era su trabajo.

- El Administrador está tratando de averiguar qué ha pasado. Es el hombre al mando, y es sensato pensar que estar juntos nos confiere algo de seguridad. Aún hay gente que no ha aparecido. Temo que puedan ser víctimas... o algo peor. Como sea, parece que no esté interesado en los huéspedes, por lo que probablemente sea algo personal con el servicio - Empieza a hablar más para sí mismo que para nadie en concreto - A no ser claro que este sólo haya sido el primer golpe para mermar nuestra capacidad para atender la crisis y protegerles. 

Queda en silencio dos segundos antes de regresar a la escena para responder a otra pregunta formulada anteriormente.

- Mi trabajo actual lo conocen, caballeros. Y puedo afirmar que en los cuatro años que llevo desempeñándolo, nunca ha pasado nada más allá de alguna "sustracción no autorizada".

Antes de eso fui militar y hasta policía, pero eso no me cataloga como tal.

Jeremiah asintió a la afirmación de miss Merryweather. Él también había notado que faltaban algunos de los huéspedes y gente del servicio también.

-Creo que un grupo de nosotros tendría que buscar a los que faltan. Temo... temo que puedan haber corrido la misma suerte que las personas que trabajaban aquí... o también podría ser el caso que quisieran ocultar algo. Aún estamos a tiempo de resolver este asunto rápidamente. Creo que no hay tiempo que perder.

Tras escuchar las palabras de nuestro cocinero me dirijo al lugar ocupado problema los huéspedes, mientras me acerco oigo el sonido de las presentaciones que se van realizando, y llegó justo para cuando el sr Jeremiah, termina.
Señoras, señores veo que se están presentando para los que no me conozca, en persona, soy el Sr. Foster, administrador y encargado de este sitio, aclarado esto dos cosas Importantes, aún no sabemos que ha podido pasar y en el resto del recinto no hay nadie más solo nosotros, y a menos que el sr.O'mally, aquí presente, logre arreglar las comunicaciones estamos aislados, de momento todos somos sospechosos y todos somos inocentes, por eso mismo propongo que no nos se paremos ni andemos nunca en menos de grupos de 3, hay que evitar darle oportunidad al responsable de esto que tenga oportunidad de volver a intentarlo. Suponiendo que este aún aquí.

Espero que dándoles un inicio de esperanza respecto a que el asesino ya no este, comiencen a tranquilizarse, y dándoles pautas de conductas los pueda mantener a salvo pienso mientras tomo un respiro para evaluar la situación.
Les puedo jurar que nunca este lugar se había enfrentado a una crisis de estas características, pero creo que con ayuda de todos podremos sacarla a delante

- Pues yo aquí no me encuentro segura. Y nuestra seguridad debería ser lo primero. Así que, o nos da una opción de marcharnos de Clanmurk, o avisa a los medios, o hace algo. Porque no me quiero quedar de brazos cruzados observando como la gente muere y pensando que la próxima podría ser yo.

Y después la dramaturga se encendió otro cigarrillo, el último de la pitillera. Por fortuna, tenía más tabaco arriba, tanto casi como para fumar un mes... a menos que siguiera a ese ritmo desenfrenado.

Todos los muertos eran trabajadores, quizás no vaya a haber más muertes, aunque esto no parece una venganza, parece mucho más... grotesco. La obra de un lunático

Digo confusa y esperanzada en que todo haya acabado

Jack fue a la barra del bar y se puso un par de chupitos de bourbon, despues enñeor la botellaal resto ofreciendola para quien quisiese.

No hay comunicaciones, pero dispongo de comida en la despensa, agua y aqui hay alcohol, creo que deberíamos darles a los fallecidos Santa sepultura, no solo por temas religiosos, también por el olor y las alimañas, madre mia pobre Loui, iba a casarse esta primavera en Alburquerque, quien ....

Tapa sus manos y comienza a llorar por el difunto muchacho.