Partida Rol por web

Buen trabajo Torres, aunque perdiste la compostura al final, Kashi tendrás tu oportunidad en otra simulación. - dijo el mayor con total serenidad para luego girarse hacia Tanya con expresión severa.

Nosenko, nunca más volverás a estar al mando de nada mientras yo esté aquí, hemos terminado por hoy, los veré mañana a las 09:00 horas para su primera clase de anatomía kaijuu.

Pueden retirarse. - agrega el mayor en tono marcial, para luego retirarse en compañía del Dr.  Serizawa.

Viendo cómo Eliza se preocupaba por salvarla, Tanya no pudo evitar sentirse culpable ante el hecho de haber causado semejante preocupación en ella. Tal vez... ¿debería de controlarse un poco más durante los combates? Era difícil, principalmente porque sentía aquel llamado al conflicto, cada vez que encontraba una razón para aquello, por lo que a la rubia se le dificultaba negar tal llamado, incluso si era para no preocupar a la pelirroja. Era verdad que podría haber muerto, lo supo en cuanto la necesidad de defenderse se desvaneció de su mente, a medida que sus compañeros abatían a la criatura que la tenía sometida. Sin embargo, la muerte nunca había sido algo que la preocupara. La debilidad, en cambio, si era un problema para ella, así como el hecho de tener que pensar en su madre o... perder a otro ser querido para ella.

- Lo siento, Eliza. Te prometo que me comportaré. - Le prometió a su compañera en un tono que demostraba cierto arrepentimiento, cierta culpa, mientras su mecha yacía en el suelo, y ella se dejaba llevar por sus pensamientos, reflexionando un poco sobre lo que había hecho. Al menos, intentaría no saltar al peligro en la primer oportunidad que tuviera, excepto si la pelirroja se encontraba en peligro. En ese caso, no dudaría en protegerla, como le había prometido anteriormente. No obstante, una promesa era una promesa, y una vez no hubo más peligro, la rubia no pudo evitar criticarse a si misma por su incompetencia, al permitir que aquel kaijuu la sometiera de esa forma. Aún tenía mucho que aprender, a pesar de todas las peleas en las cuales había participado en sus años. Había preocupado a Eliza, cuando se suponía que era ella quien había dicho que le cuidaría la espalda.

Los kaijuus habían sido eliminados, aunque no principalmente gracias a su ayuda, sino al trabajo en equipo de sus compañeros, que habían hecho un buen trabajo. Si, era verdad que Tanya le había asestado un buen daño al kaijuu del aguijón, si bien, también se había puesto en peligro, y abandonado su rol como líder, delegando toda responsabilidad a Eliza. Si no fuera por la pelirroja, a la rusa no le habría importado mucho todo aquello, no le habría importado el hecho de que había sido su responsabilidad como líder guiar al grupo, en vez de saltar al peligro. Sin embargo, a Tanya no le había agradado la idea de ser una carga, una molestia para aquella que anteriormente se había mostrado tan asustada por la situación en la que se encontraban, y por haberla preocupado de esa manera. Suspirando, simplemente permaneció en su cabina, en silencio, al menos hasta que la simulación finalizó, y escuchó las palabras de uno de sus superiores.

- Muy bien. No es como si hubiera pedido esa responsabilidad. - Respondió la chica con total indiferencia, mientras se encogía de hombros. Podía sentirse culpable por Eliza, pero no se sentiría mal porque aquel sujeto, cuya vida poco podía importarle a ella, la criticara de esa manera. En ningún momento había pedido ser líder, por lo que no era como si la molestara demasiado. Una molestia menos, supuso, antes de mirar a Eliza, aún con cierta culpa por haberla preocupado. No era como si no hubiera tenido la confianza para escapar de aquel aprieto en el que se había encontrado pero, por su culpa, habían criticado a su compañera por perder la compostura, además de haber hecho que se preocupara. Aquello la hizo recapacitar en cierta medida.

Despues de la simulacion, me habia quedado con un trago amargo en la boca. Mis compañeros habian hecho un gran trabajo pese a ciertas cosas que nos sacaron de balance como por un segundo, Tanya Nosenko. Es la primera vez que habia visto a una persona como ella, amante de la adrenalina y el peligro, de la batalla, de la muerte. Ese no es el problema, pero al parecer es una ecuacion que ha hecho preocupar a la señorita Torres, hasta pidiendo apoyo. Queria hablar, pero, no me encontraba en la confianza necesaria para mencionar como podiamos solucionar aquello, aun cuando Nosenko parecia decir que no volveria a arriesgarse tanto. 

— Tus decisiones fueron buenas, Eliza. —  Le dije con una sonrisa amigable mientras me preparaba para partir, cuando mi mirada cambia a una mas triste, incluso como si mostrara dolor al recordar algo, guardandome las palabras que deseaba sacar, pero, no queria. Seria muy grosero, y juzgador, asi que me mantenia callado. Ellas dos... ¿Estan enamoradas? Ya comprendo entonces, pero, me mantendre al margen, mientras no nos afecte como en este momento... 

Al terminar el entrenamiento, dejo mi casco sobre la consola y sin perder tiempo me acerco a Tanya y le digo algo en voz baja luego me acerco a Eliza y me sumo a las felicitaciones de Vincent.

En verdad Eliza lo hiciste muy bien, gracias a tu estrategia logramos vencer a los kaijuus sin problemas.

Si tienes algo de tiempo libre, me gustaría conversar contigo unos minutos, voy a ir un rato al gimnasio y te veré en una hora en la cantina. ¿Estás de acuerdo? - pregunto con amabilidad.

Espero que no hayas olvidado nuestro compromiso, te espero en el gimnasio Tanya. - le digo con tranquilidad a mi compañera para luego alejarme de ella como si nada.

Eliza sentía un puño en su garganta, la emoción de jugar y el simulador que rebosaba de un exceso de realidad, no eran muy buenas para su salud.

En parte el ejercicio le resulto sencillo ya que era similar a un juego.

Pero, la pelirroja admitía que recordar la muerte le había hecho perder la concentración.

-Gracias y disculpe Mayor Chris –Agacho su cabeza, pero también preocupada se atrevió a preguntar. ¿Alayna? ¿Cómo está?

Si resultaba que era su culpa, Eliza no creía poder soportarlo.

Cuando tuvo tiempo de escuchar a sus compañeros, sabía que solo la adrenalina que fluía por su cuerpo evitaba que se apenara o sintiese alguna inhibición social.

Primero con Tanya, se puso frente a ella alzando su mano para abofetearla.

-Tú, no vuelvas a preocuparme así.

Bajos rápida y rauda su mano, pero en vez de golpear salto a abrazarla llena de sentimiento.

-Hasta el Game Over… -Le dijo. No antes por favor.

 Luego limpiándose una basura en sus ojos miro a los demás.

-Vincent, Gracias… -Eliza parecio ver algo raro en su mirada, pero no supo discernir qué cosa era. Pero fue un trabajo de equipo.

Luego miro a Michael y su mirada cambio.

-Yo… gracias… -Quería decirle algo, pero la valentía se había esfumado, incluso podía sentir su cuerpo flaquear, las piernas comenzaban a fallarle. Michael…

No pudo decir nada y el nudo en su garganta se sobrepuso a ella.

-Si, nos vemos en la cantina.

Se resignó a responder.

Suspire al salir del simulador, contenta de estar un paso más cerca de eliminar Kaijus, tras recibir las instrucciones me sume al grupo. Quería igual enterarme si respondían lo que le había pasado a la única piloto que se llevaron.

-Fue en equipo, aun así, no puedes hacer menos tu contribución Eliza.

Luego lanze una mirada de reproche a Tanya, pero no tenía sentido alguno discutir.

-Por mi parte, creo que deberíamos dividirnos las labores, sentí que lo hacía bien haciendo equipo con tu liger, Eliza.

Puse un dedo sobre mi barbilla meditando.

-Además creo que se me da bien el ataque a distancia.

Cuando Eliza se acercó a ella con la mano levantada, como si fuera a abofetearla, la rubia supo que se lo merecía por lo que simplemente permaneció allí, esperando aquello, con los ojos cerrados, como si se preparara para el impacto, el cual nunca sucedió. El abrazo, por parte de la pelirroja, la tomó por sorpresa, provocando que la rusa abriera los ojos sorprendida, antes de que ésta le devolviera el abrazo, demasiado afectada por el hecho de haber preocupado de esa manera a su compañera. 

- No… no lo haré. Perdóname, Eliza. Soy una tonta. – Le aseguró a la chica, sintiéndose como si tuviera algo atravesado en la garganta. Las palabras sobre el “Game Over”, hicieron que la expresión de la rubia se oscureciera. No dejaría que nada le sucediera a Eliza, había dicho que cuidaría su espalda, y eso es lo que haría. Antes se había dejado llevar por la posibilidad de tener un buen combate con aquella criatura pero… no volvería a cometer ese error. No cuando debía cuidarle la espalda a su líder. Su abrazo no hizo más que intensificarse, en el momento en el que no pudo evitar sonreír un tanto alegre por aquel abrazo, a pesar de lo que había sucedido antes. Eliza… la hacía sentir bien. Le gustaba cómo la trataba.

No obstante, al separarse, Michael llamó su atención al susurrarle esas palabras, despertando una sonrisa divertida en el rostro de la joven. No había imaginado que el chico insistiría tanto con esa pelea que habían pactado, si bien parecía que quería tenerla en ese momento. Probablemente, quería darle una lección. No sería extraño que estuviera disgustado por el desempeño de la rubia durante la simulación, por lo que Tanya simplemente asintió, ya que ella también necesitaba liberar un poco de tensión tras aquel fracaso, por su parte, contra los kaijuus.

- No sabía que había otros que adoraran tanto una buena pelea como yo. ¿Estás impaciente? Está bien. Vamos al gimnasio a darnos unos buenos golpes. – Afirmó en un tono divertido mientras le miraba como si disfrutará el desafío. Necesitaba mejorar, la pelea con Enslaver lo había demostrado. Necesitaba más experiencia, entrenamiento, y tal vez, la pelea con Michael, la ayudaría a mejorarse. Incluso si no era así, al menos le serviría para divertirse un poco. Si bien, decidió permanecer en silencio, en el momento en el que vio que Michael se acercaba a Eliza para hablar con ella.

- Yo también regreso luego para hablar de esa cita que me prometiste. – Le dijo con cierta picardía a la pelirroja, dedicándole una sonrisa que demostraba que estaba feliz por lo de la cita, luego de que Michael terminará de hablar con ella. No se demoró demasiado en comenzar a caminar hacia el gimnasio para la pelea que habían acordado que tendrían.

Su compañera se encuentra estable, pero parece haber sufrido un colapso nervioso al estar tan cerca de los kaijuu.

En este momento, la están trasladando a la sección médica, donde se determinará si está capacitada o no para prestar servicio. 

Eso es todo lo que se puede decir de momento de la alferez McKenzie. - responde el mayor con total seriedad.

Aun con la adrenalina y visiblemente emocionada me quito el casco de simulación de un tirón y me levanto de un salto.

-¡Wooow!, ¡que intenso! - digo en voz alta - Que bueno, les dimos una lección, nuestros robots son una pasada.

De pronto me doy cuenta de que tratan de animar a la muchacha rusa, pero a esta parece solo importarle lo que Eliza piense de ella, no puedo evitar una sonrisa.

Mis manos aun tiemblan de la emoción, el mayor Chmielecki se muestra severo con nuestra actuación sobre todo con Tanya, siento un poco de lastima por como la tratan, pero no creo que sea el mejor momento para hablar con ella, poco a poco mis compañeros salen de la sala de simulaciones, hago lo propio, contenta y nerviosa a la vez, no sabia que pilotar mi mecha en un combate fuera de esa forma.

-Gracias Natasha –Eliza tendió su mano a su compañera de “juego”, como era su costumbre, solía intentar llevarse con quien le cubriría la espalda, aunque es esta ocasión, fuese algo real y no un simple juego. Espero que todos lleguemos juntos al final.

-Mayor ¿Luego puedo visitar a Alayna?

Con la respuesta del Mayor Chris, un miedo paso sobre la pelirroja, lo que le sucedió a su compañera pudo haberle pasado a ella, así que aunque unas flores fueran algo simbólico quería expresar su respeto a la chica.

Viendo salir incluso a Hiroko, se puso a pensar en su siguiente movimiento, quería vistar los hangares pero también las palabras de la rubia al salir le hicieron tener su corazón de nuevo agitado, aunque esta vez no era por el entrenamiento.

Esos dos…

-Si me disculpan… voy al gimnasio.

Luego de la primera simulación, a todos los cadetes se les asignaron sus respectivas labores, las mismas que fueron variadas la siguiente semana:

Natasha, Michael y Alanya - Enfermería / Psicología

Tanya y Eliza - Biblioteca

Elliot y Vincent - Taller

Hiroko y Kyoga - cocina

Durante la siguiente semana, realizaron dos simulaciones bastante exitosas, en las cuales Eliza se consolidó como líder del escuadrón Fénix, quedando vacante el puesto de líder del escuadrón Excalibur.

El mayor tenía tres candidatos para el puesto y los pondría a prueba en la siguiente simulación, la cual tendría lugar en dos días.

Esta tatde, los cadetes debían presentarse a servicio a sus respectivas asignaciones y luego tendrían un día libre, para emplearlo como ellos quisieran.

Mientras están cumpliendo sus labores, una alarma general suena en toda la base, luces rojas y sirenas por doquier al parecer una emergencia estaba en curso.

De pronto los altavoces suenan por todo el lugar, repitiendo el siguiente mensaje.

TODOS los pilotos a la Sala de operaciones, esto no es un simulacro, múltiples kaijuus han sido detectados. 

A todo el personal técnico, preparar máquinas de guerra para despliegue inmediato. Hangares preparar lanzaderas.

Los primeros en llegar a la sala de operaciones fueron Elliot y Vincent, seguidos de cerca por Michael y Alanya. Los cuatro jóvenes se veían listos y dispuestos para el combate.

Acto seguido llegó el teniente Uligorreta, quien clavo su vista en un gran mapamundi, en el cual se podían observar tres puntos brillantes.

A un lado del monitor se encontraban el comandante Drake y el mayor Chmielecki, quienes discutían en voz baja la situación, al tiempo que el capitán Khumalo introducía datos en su ordenador a una velocidad casi inhumana.

Al observar con mayor detenimiento el mapa, notan que el primero de los puntos tiene como destino la ciudad de Tianjin en china, el segundonse dirige hacia la Habana en Cuba y el tercero hacia la gran bóveda de semillas en el polo norte.

Al oír la alarma en toda la base, la expresión de Tanya no tardó en tornarse en una de completa seriedad, aunque cierta anticipación ante lo que la alerta había comunicado. Kaijuus. Varios. Aquello prometía una buena pelea, si bien la rubia había prometido que se controlaría como pudiera, para evitar causarle problemas a Eliza. No quería que el incidente de la primer simulación volviera a repetirse, si bien estaba claro que había aprendido lo suficiente en todo ese tiempo, y se había decidido a controlar aquel espíritu combatiente que hacía que la chica se lanzara al peligro sin ninguna clase de consideración. Tenía que hacerlo por la pelirroja, de lo contrario, no podría protegerla como ella deseaba hacerlo.

A pesar de que en esos días había comprendido que Eliza sentía algo por ella, algo que la había alegrado mucho, en ese momento, toda alegría se desvaneció por completo de su rostro, comprendiendo ahora las dificultades de la situación en la que se encontraba. Principalmente, porque ahora tenía algo que perder, o más bien, alguien que perder, y eso era algo que jamás desearía. Se tomaría en serio todo lo que sucediera durante la misión. Ya no podía arriesgarse como antes, no cuando la pelirroja dependía de que ella estuviera bien. No quería preocuparla, ni hacer que cometiera un error por su culpa.

Sin dudarlo demasiado, se encaminó hacia la sala de operaciones, con la intención de unirse al resto de los pilotos que habrían de participar de la misión. Al ver a varios presentes, permaneció en silencio, esperando las ordenes a seguir en aquel momento, mientras esperaba a que el resto apareciera en la sala. Había tres puntos, por lo que estaba claro que eran los kaijuus, varios localizados en regiones totalmente diferentes. Aquello sería un problema.

.   .... por que tenia que sonar tan pronto esa cosa .... me seguía repitiendo estas palabras mientras corría detrás de  Herts-san hasta la sala de operaciones, en donde solo se encontraban el comandante y el jefe Chmielecki, quienes al vernos entrar desvían por unos segundos su vista de los monitores.

   A los segundos después de nuestra llegada entra Cruz nii-san, el cual también centra su vista en aquel holograma de la tierra y aunque quería poder hablar un poco con el, la situación apremiaba  mas que cualquier necesidad individual, por lo que al igual que el resto,me centro en contemplar el globo, el cual deja ver 3 grandes destellos separados una distancia bastante grande .... ¿ en que mierda se estarán metiendo esos bichos ahora ? ...

“Aquí estamos nuevamente y esta vez en serio”

Agucé la vista localizando los oscilantes y titilante puntos en la pantalla, espaciados, tan separados uno de otros que cualquiera podría asegurar ante un evento como este habrían sacrificios en alguna de esas localidades.

-Tendremos que separarnos.

Murmure pensativa, un planteamiento que seguramente muchos ya se abrían formulado. Era imposible que nueve mechas fueran enviados a ocuparse de una sola amenaza, hubiera en lo mínimo sido ideal apoyarnos entre todos y tener la fuerza numérica pero realmente improbable dada la realidad que nos abofeteaba.

Las palmas me sudaban, aunque no de miedo, sino de preocupación. Ya podía percibir la individualidad de cada uno de mis compañeros en la red neural y aunque no me afectaba como al principio sin duda esta sería una prueba de fuego. Ellos contaban conmigo y no podía defraudarlos esta vez.

Resuelta me encamine a mi puesto, el fantasma debería asistir desde las sombras sin flaquear.

Habia llegado finalmente acompañado de Elliot, con un rostro decidido. Sin duda alguna, hubiera preferido tener mucho mas tiempo para relajarme, pero desgraciadamente el destino es cruel, y somos los unicos que podemos responderle en este momento. Tengo muchas expectativas que cumplir en este momento, asi que no puedo cometer ningun error, debere de luchar con todo lo que tengo. Miro a Elliot por un segundo, y le digo. — Finalmente ha llegado el momento... 

Al llegar, espere las ordenes de mis superiores, pues seguramente nos van a separar en grupos para dar abasto a la cantidad excesiva de kaijuus que han aparecido en tres puntos, me pregunto como sera la distribucion pero me mantengo diligentemente callado, hasta nuevo aviso. 

Eliza se sobresaltó al escuchar tal alarma, incluso si había encontrado tiempo para sus pasatiempos, sentía al tiempo conspirar en su contra, pero desecho esa idea cuando rápidamente se vistió para “proteger al mundo”.

Su figura correr por los pasillos ya era una escena típica de la joven pelirroja, aunque no tanto verla congelada al llegar y que lo primero que notase fuesen los tres puntos.

¿Eso es siquiera posible, un ataque triple?

Tras esos pensamientos se puso a lado de sus compañeros y superando sus miedos dijo.

-Piloto Eliza esperando órdenes.

De reojo miro la reacción de todos, si ellos se mostraban nerviosos, ella estaba desesperada, apenas podía proteger a los suyos en equipo, si los separaban, era más probable que alguno sufriera heridas o algo peor.

Bum bum marcaban mis latidos al compás de una alarma.

“Por fin la revancha real…”

Estaba ansiosa de matar Kaijus, eso era por lo que había acudido a este sitio.

Camine con calma a la sala de operaciones, aprender estas semanas sobre paciencia y entrenamiento personal debía mostrar sus frutos en estos momentos, no me aferraba a la falsa idea de mejorar mucho en tan pocos días, aunque estaba segura de haber logrado algo.

Llegue al pasillo, cruce la puerta, vi a mis compañeros, luego a lo que nos presentaban. No sabía si reír o llorar, matar a más de un Kaiju era una buena idea, solo que la situación no era la ideal.

“Espero que estemos listos”