Partida Rol por web

Aetas luporum

Capitulum 2: Camino a Ucero

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24/05/2017, 22:38
Director

Notas de juego

Nuño: El carro está un poco más arriba. Tira por Descubrir para encontrar el yesquero. El zurrón lo encuentras automáticamente. 

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24/05/2017, 22:59
Nuño

Tanteando encuentro mi zurrón y busco el yesquero sin soltar la antorcha. Espero ser capaz de volver a encenderla, no quiero que los lobos vuelvan a pillarnos por sorpresa.

- Tiradas (1)

Motivo: Descubrir yesquero

Tirada: 1d100

Dificultad: 40-

Resultado: 12 (Exito)

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25/05/2017, 00:33
Director

El hombre empieza a retroceder mientras intenta esquiva tus puñaladas e intenta sujetar la muñeca con la que sujetas el puñal, pero no tiene reflejos y cuando le clavas el puñal en la pierna izquierda y se inclina instintivamente, recibe una puñalada en el costado, que le hace desplomarse, tras atravesar dando pasos agonizantes toda la cuadra. Queda inmóvil. 

- Tiradas (2)

Motivo: Esquivar

Tirada: 1d100

Dificultad: 40-

Resultado: 76 (Fracaso)

Motivo: Esquivar

Tirada: 1d100

Dificultad: 40-

Resultado: 44 (Fracaso)

Notas de juego

Si quieres escapar tendrás que tirar por Sigilo. Viene gente hacia la cuadra, pero todavía te puede dar tiempo a salir y esconderte. También está tu caballo. 

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25/05/2017, 19:55
Amelia
Sólo para el director

Notas de juego

Justo el plan era saltar al burro y al galope... ¿Los burros corren?

Qué tiro?

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25/05/2017, 21:49
Tancredo, Señor de Fuenfría

Veo con satisfacción como el demoníaco lobo negro desaparece y como el resto de los cánidos huyen si es que no están muertos. Esta batalla contra el mal ha acabado de manera satisfactoria pero no sin un coste, algunos de ellos están heridos y yo mismo también, ahora no queda sino descansar y restañar nuestras heridas.

¡¡¡Tiago!!! ¡¡¡A mí!!! Y traed con vos a ese carretero

Grito desde lo alto de mi montura para, a continuación, descender de ella y acercarme a los heridos. 

Soy Tancredo, señor de Fuenfría. A fe mía que he llegado en justo momento, gracias al Señor. Si os place, recoger los heridos y cargarlos en la carreta que ahora llega y dirijámonos a Ucero más pronto que tarde.

Y mientras espero me mantengo ojo avizor por si vienen mas lobos...

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27/05/2017, 00:50
Director

Sueltas al jumento, te subes y le arreas para salir al galope por el zaguán de la cuadra, al claustro, hacia el portón. Por el camino ves como varios canónigos, que avanzaban cautelosos por hacía la cuadra, al verte se quedan sorprendidos, y no intentan interponerse. En la oscuridad no son capaces de discernir quien monta al burro, y parecen precavidos. Pero empiezan a gritar para que te detengas.  

Notas de juego

Si, galopan, pero no muy rápido.

Tira por Cabalgar con un bonificador +25%. Como no tienes nada, usas la base, AGI. Si la sacas, el burro va como una exalación, consigues escapar de claustro y logras salir por la puerta norte de la muralla de Burgo de Osma, pero perseguida. Si la fallas, sales del claustro únicamente, con varios monjes detrás. Pifia, ya veremos. Crítico, todo como la seda.  

Hasta ahora pensaba que tu personaje iba a caballo. 

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28/05/2017, 21:06
Amelia
Sólo para el director

-Iah. Gritó la joven tras montarse rápidamente en el jumento al tiempo que le azuzaba con las dos piernas. Una labor nada femenina sin embargo cuando la perspectiva de la horca o peor incluso la hoguera rodeaba su cuerpo no había momento para sutilezas.

Los monjes llegaron, tarde para ver que había sido atacada y para ver cómo luchó por defender lo que era suyo. Ahora la harían esperar al alguacil a quien no se prestaba de contarle su vida. Había hecho cosas horribles. Legítimas pero horribles a ojos de la justicia. 

Los campos de cultivo de los monjes se sucedieron en un suspiro hasta que finalmente llegó al claustro donde se encontraban algunos monjes. Como si fuese un instinto natural se llevó la mano al cuello recordando así el colgante que mucho tiempo ha recibió. Y murmuró unas palabras desconocidas casi como si de una plegaria se tratase.

- Tiradas (1)

Motivo: Cabalgar

Tirada: 1d100

Dificultad: 42-

Resultado: 62 (Fracaso)

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31/05/2017, 09:46
Orosia

Agacho la cabeza ante la llegada del Señor Tancredo, pues no era sitio para mi para hablar habiendo hombres delante y religiosos algunos. Ayudo a atender a los heridos et cuando veo llegar la carreta les ayudo a subir a la misma para poder terminar nuestro viaje. Recojo todos mis enseres que hayan quedado esparcidos por la zona fruto de la contienda, como por ejemplo mi arco que torpemente salió despedido de mis manos cuando traté de usarlo contra la bestia negra

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01/06/2017, 23:09
Zacarías, "el judío"

—Un placer, mi señor —digo inclinando ligeramente la cabeza como muestra de respeto—. Sin su ayuda no creo que hubiésemos podido salir de esta. Gracias.

Magullado, me dirijo, como los demás, a recoger mis pertenencias esparcidas por el campo de batalla, especialmente mi hacha nueva que tan buena cuenta de los lobos había dado y a la que empezaba a cogerle un cariño especial.

Notas de juego

¿Los caballos huyeron?

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05/06/2017, 00:06
Director

Atraviesas el portón que da a la explanada de la catedral, por la que entraste ayer, y te encuentras la plaza vacía, tan sólo un perro famélico sale corriendo, espantado ante el galope de tu burro. Al fondo, ves la puerta del norte, y casi sin tiempo a pensar, la alcanzas. Llegando al torreón, un pensamiento te asalta, y en un instante ya imaginas a los guardas apresándote y el abismo de preguntas y quizás suplicios a los que te van a someter. Pero no hay nadie. 

La puerta está desguarnecida. No hay un alma. Como en la explanada, y así, la puedes atravesar sin problemas, y te encuentras fuera de las murallas de Burgo de Osma. En el camino que lleva a Ucero. 

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05/06/2017, 18:16
Guardia

A pesar de acompañarles voluntariamente y de buena fe, la comitiva de veinte vecinos, monje y mozo que sigue os sigue a ti y a los guardas y aguacil, te dan aire de reo al que acompañan al patíbulo. Inquieto y rodeado llegas hasta el portón del claustro que da a la catedral. Donde antes viste a dos rufianes tramando algo, ahora hay monjes y peregrinos discutiendo acaloradamente en corro. El aguacil se adelanta por el zaguán, ordenando que espereis fuera a ti, y a dos guardas. El corro de fuera se calla, y por un momento todo queda en silencio. De repente, suenan campanas tras los andamios que cubren la catedral, y el aguacil sale por el hueco de la puerta, seguido por otro guarda. En concreto el que te cobró el peaje para entrar ayer. Con los ojos entornados y fruncido el ceño, el aguacil te dice: 
-Paréceme que vuestra mullher, caballero, ha dado muerte a dos peregrinos aquesta noche...-
 

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05/06/2017, 20:06
Amelia
Sólo para el director

Amelia sonrió ante su propia suerte: primero tras largas jornadas maldurmiendo con un ojo abierto al raso logró entrar en una ciudad al tiempo que se conseguía un breve marido al que sacarle uso durante el instante que se requería al cruzar la ciudad. Después consigue alojamiento el cual lejos de haber sido una experiencia perfecta al menos era un lugar seco. Para finalmente salir airosa de aquel enfrentamiento con bandidos. Sabía que face mucho había dejado de ser una joven inocente, sin embargo no sabía la fortaleza que tenía que la facía capaz de plantar batalla a un par de malnacíos.

Orgullosa et sonriente se puso en marcha.

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06/06/2017, 20:52
El Quebrantahuesos

Los rasgos del caballero de Santiago se difuminan dn la débil luz de la antorcha, enmascarando su edad y dándole un aspecto imponente. Pero un galope interrumpe las presentaciones; un grupo de jinetes, también con antorchas, las cuales ya habíais visto desde la distancia, os alcanza. Reducen el paso al ver la carreta volcada y se os acercan con cautela. Son ocho jinetes, entre los cuales reconocéis a uno, el hombre calvo vestido de negro que acompañaba al señor de Ucero esta mañana en la Ordalía. Pero os llama la atención la mitad del grupo, pues van envueltos en lana,  como pastores, y no parecen soldados como el hombre que conocéis y los tres jinetes con loriga. Uno de ellos, es un auténtico gigante y hace pequeño al hombre de cabeza afeitada, ya corpulento.
Entre los cuatro, el más pequeño y de barba más poblada, viste una pelliza de lobo, en lugar de lana. Todos con ojos hundidos y claros, y mandíbulas angulosas camufladas bajo barbas desiguales. Rasgos que resaltan con las antorchas que llevan a la altura del rostro. Lucen pelo largo. Todos visten ropa de cuero espesa y caperuzas de color marrón. 
El hombre de cabeza afeitada da una vuelta con su caballo alrededor vuestro, y de repente dice: 
- ¡Cuatro! ¡Los frailes dieron muerte a más lobos en aquesta noche que aquestos cazadores en tres días...!-
 

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08/06/2017, 18:16
Arturo Peláez
Sólo para el director
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08/06/2017, 18:16
Arturo Peláez

Señores, me temo que ha habido un mal entendido. La moza no era mi mujer....cierto que me acerqué a ella con intenciones...bueno ya se pueden imaginar mis intenciones. Pero de ahí a estar casados hay un mundo. Mas todo esto me escama y me gustaría ayudarvos a solucionarlo, pues de algún modo me siento responsable por lo ocurrido. Si hay alguna cosa que yo pudiera fazer para enmendar aqueste entuerto, a fe mia que lo haré. Digo en tono tranquilo, sabiendome inocente.

- Tiradas (1)

Motivo: Elocuencia

Tirada: 1d100

Dificultad: 70-

Resultado: 23(-25)=-2 (Exito)

Notas de juego

aplico el bonus de +25 por tratar con plebeyos por campechano. La paso sin necesidad de usarlo ;)

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09/06/2017, 11:17
Director

Notas de juego

La carreta no ha ido muy lejos, puesto que ha volcado, y los caballos están al lado, todavía enganchados. 
Orosia, encuentras el arco. 
Zacarías encuentra también el hacha. 
 

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09/06/2017, 11:18
Director

Encuentras el hacha en la oscuridad, puesto que ves un brillo metálico entre los arbustos. Al cogerla entre tus manos la sientes todavía caliente, y aprecias algo de lo que no te habías percatado antes. El fuego ha quemado la banda de cuero que la envolvía, y ha dejado al descubierto unas entalladuras en el acero que puedes sentir con la mano, pero no ver bien, pues hay poca luz. 

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11/06/2017, 20:44
Nuño

Soy Tancredo, señor de Fuenfría. A fe mía que he llegado en justo momento, gracias al Señor. Si os place, recoger los heridos y cargarlos en la carreta que ahora llega y dirijámonos a Ucero más pronto que tarde.

- En buena hora apareció caballero - le digo tras su presentación - agradecemos mucho su ayuda contra estas bestias -

Estaba contestando al caballero cuando por fin llegaron los jinetes que portaban las antorchas que veíamos venir por el camino.

Ante la exclamación de uno de ellos, le contesto

- Más fue necesario, eran ellos o nosotros. ¿Podedes axudar con la carreta?, aqueste fraile esta malherido y necesita pronta asistencia -

Ahora que la pelea ha acabado, comienzo a prestar más atención a mis heridas, yo también necesito la ayuda de un curandero. Espero que no tardemos mucho en llegar a Ucero.

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11/06/2017, 21:35
Froilán el Bueno

-Pierde cuidado, amigo Nuño, pues conosco ensalmos para curar llagas et cortes, et golpes et magulladuras, et si non fuesse suficiente para aliviar los males, faremos el de Pronta Cura... Más antes, aviemos de trovar resguardo non vaya a ser que apareciessen más lobos.-

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11/06/2017, 21:41
Eneco "el sermones"

El gigantón empieza a protestar, pero el de la pelliza de lobo le hace un signo para que calle.

-Se-señor, a-a-aquestos omnes han fe-fecho una te-te-temeridad. Acaso vos de-de-dezides que son ca-ca-cazadores? más de este lance con cuatro lo-lo-lo...- Tiene que parar de hablar un instante - ... lobos, todos han sido fe-fe-feridos, uno yace malferido, et la ca-ca-carre-rreta han vol-vol-volcado. Mi-mientras, nosotros fa-faziamos planes... -