Partida Rol por web

La vara detiene su brillo intenso, y te la quedas mirando. Sigue siendo de madera, tal cual la has cogido hace un rato, pero todavía no entiendes que es lo que ha producido ese efecto.

¿Has sido tu?

¿Será un truco de magia?

Crees que la vara ha entrado en sintonía contigo, pero ha sido algo inconsciente, ¿podrás repetirlo?

Aún sin acabárselo de creer, alterna su mirada entre la vara y el tronco.

Está cansada, pero quiere volverlo a intentar. Quiere superarse, o almenos demostrar..que no está loca.

Lo intentas otra vez. Ahora sabes como tienes que hacerlo. Tu Esencia se transmite a la vara de madera, que otra vez refulge con brillos dorados y plateados.

La vara se torna dura como el acero y cuando crees que estas lista, atacas con todas tus fuerzas.

El árbol al que estás golpeando, se parte en dos con este último golpe. Ahora crees saber muy bien que es lo que te está pasando.

La Esencia que recorre tu cuerpo te quema por dentro cuando la vuelves a utilizar y ves como tu cuerpo está iluminado por ella.

Un aura de unos centímetros de espesor cubre todo tu cuerpo y seguramente es visible a varios metros de distancia.

¡Genial! Exclama entre alucinada y excitada, entre jadeos pues se sentía agotada.

Se miraba con los ojos abiertos el aura que la rodeaba. Debería estar asustada, pues aquello no era normal, pero por alguna razón no lo estaba y sentía que estaba bien, muy bien.

Tu dragoncito, bueno, ahora está mucho más grande que el primer día, te mira con carita sonriente. Parece que siente tu alegría y eso lo pone feliz.

Corretea a tu alrededor contento, dando largos saltos en el aire y abriendo sus alas para bajar planeando.

En ese momento, tu criatura se detiene en seco, y comienza a mirar entre los árboles... ¿habrá visto algo?

Bella sonríe al ver al pequeño corretear a su alrededor.

Su expresión cambia cuando la criatura adopta la pose de alerta, y ella hace lo mismo, con la vara aún en la mano.

¿Qué has visto? Le susurra..

Tu dragón sigue mirando firmemente hacia los arbustos sin moverse, como si algo o alguien estuviera por allí escondido.

En ese momento, un movimiento extraño lo hace sobresaltar...

Bella seguía al dragón con sigilo y cuidado, vara en mano.

Cuando él se sobresalta, ella también pega un salto hacia atrás. Pero vuelve a acercarse, y empieza a separar los arbustos con la vara.

Separas los arbustos y no logras ver nada. Al parecer, lo que estaba allí ya no está.

O es demasiado rápido o tu dragón te la esta jugando.

Miras a tu criaturita, la cual parece estar disfrutando del espectaculo...

¿Te estás quedando conmigo? Le pregunta en tono serio. Pero rápidamente ríe.

Pues ya no te quiero... sigue bromeando intentando ponerse sería, pero acaba guiñándole un ojo y dirigiéndose al arroyo, a beber un poco de agua.

Al girarte hacia el agua te asustas al ver que a pocos metros de tí, una figura delgada te espera con los brazos cruzados mirándote tranquilamente.

La criatura parece estar disfrutando de tu busqueda entre los arbustos y se medio sonrie cuando le descubres junto al río.

Buenos días, Jinete.

¡Ah! Exclama al sobresaltarse.

Adopta una pose defensiva con la vara y su expresión se vuelve agresiva.

¿Quién eres? Le pregunta con ferocidad.

Bueno, bueno, veo que la pequeña tiene modales. Así me gusta, una Jinete del Dragón con temperamento. Te dice con una sonrisa.

Mi nombre es Aegnor, y soy el encargado por Eragon para llevarte a que completes tu entrenamiento. Pero antes, debo enseñarte algunas cosillas... con esa vara...

Sigue en posición de defensa unos minutos más, como si le interrogase con la mirada.

Pasado un tiempo, afloja la fuerza de la vara y la baja un poco, pero aún la mantiene en alto. Por si acaso.

Conoces a Eragon...murmura. ¿Qué pasa con la vara? Quizá él podría darle una explicación. Al principio era de madera..pero de repente... se queda mirando la vara..algo confusa aún.

Veo que has aprendido a embuir de tu Esencia a los objetos con los que luchas. Eso es importante. Tienes que saber que la Esencia es parte de ti y que debes utilizarla sabiamente. Si te quedas sin ella, tu cuerpo lo sentirá y estarás muy cansada. Siempre debes tener cuidado cuando la utilices, por que además, puede hacer que te descubran otros magos, y no de nuestro bando. Te dice el elfo mientras te mira a los ojos.

¿Pero qué está diciendo..?¿Esencia? Aunque por dentro estuviera muy confusa, por fuera no mostraba nada.

¿Que otro bando? ¿Y como sé que vuestro bando es el "bueno"? Pregunta aún con la vara en la mano.

¿Te he atacado? ¿He intentado matarte a ti o a tu dragón? Creo que sólo por eso puedo decir que soy del bando de los buenos, pero si quieres, puedes unirte a las filas de Galbatorix, no hay ningún problema. Te dice con una sonrisa, como si realmente no le importase a que bando perteneces o quieres pertenecer.

Nunca. Consigue pronunciar, pues al oír el nombre de Galbatorix, las manos que sostenían la vara la habían apretado. No sentía rabia contra este hombre, si no por el maldito que había acabado con su pacífica vida.

Dime qué tengo que hacer. Dice completamente decidida. Algo empezaba a arder en su interior.