Partida Rol por web

- Agradezco su apoyo e interés, majestad - musitó en agradecimiento a las palabras del rey, preguntándose qué porcentaje de verdad tendrían y cuánto de cortesía. Posiblemente la balanza se inclina en favor de lo segundo, pensó de forma despectiva. Apenas reparó en que su "yo" de hacía unas semanas no hubiera pensado eso pero estaba claro que ese mismo "yo" no estaría amargada y repleta de lúgubres pensamientos sobre suicidios o respecto al horrible hecho de que en un futuro próximo compartiría lecho con un vejestorio odioso.

Apretó los labios hasta convertirlos en una fina línea al pensar en este último y así permaneció hasta que el nombre del sujeto surgió de la boca del rey. Por un momento, apenas una décima de segundo, su mandíbula se desencajó y miró al rey con una mueca de terror. No obstante, su boca en seguida esbozó un rictus similar a una sonrisa, pero tan rígido y falto de alegría que resultaba siniestro y desagradable de contemplar.

- Gracias majestad, estoy segura de que así será. Si me disculpáis - hizo una reverencia en dirección al rey y sus acompañantes y se fue seguida del frufrú de su larga falda, evitando la mirada de su familia pero sin apartar la vista del frente.

-Si Magestad, he llegado sin novedad, no tenia constancia de que mi primo se hubiera apuntado, pero no me estralla, pues un gran luchador. Y como siempre esta bien informado, se enfrento al un jefe tribal sin armadura y con las manos desnudas. No me gusto nada la cara que puso Darina, pero que se podia hacer si era decision del rey?. Nada en absoluto, no le sorprendió que Jon se hubiera apuntado, pero en las circustancias actuales no era muy recomendable exponerse a una herida mortal, pues los accidentes ocurren y si son premeditados aun mas. Tengo que decirle que tenga cuidado. En cuanto terminemos la reeunion hablare con el y conocere al entrenador de Aryan, no me puedo fiar de nadie. Y si me daa tiempo intentare enterarme de quien es ese goldfish
Asi que para terminar digo:Mi señor, sstoy a su disposicion para lo que estimeis oplrtuno. y espero pacientemente a que se fueran sus familiares para ver de que asuntos queria hablar el rey.

Aryan pudo contenerse únicamente porque el rey no la mencionó y por tanto, no habló. Habría sido una ofrenda muy grande hablar sin su permiso y aunque era tan impulsiva como para ello, consiguió contenerse. Pero estaba segura que si le hubiera tocado hablar, no habría podido contener la rabia que tenía encima, sobre todo después de escuchar sus últimas palabras. ¿Gran Boda? Si parece que el marido vaya a caer fulminado solo de levantarse de su asiento... Ahhh cómo odiaba la jovencita todo lo que ocurría desde que había llegado a Desembarco del rey. Aún le quedaban unas pocas esperanzas que fue alimentando en su mente durante el viaje, pero una vez allí, ni siquiera el tener un maestro del agua la había animado del todo.

Sin embargo y para relajar los nervios de sus seres queridos, Aryan no abrió la boca, observó detenidamente al rey desde su lejana posición, luego permaneció mirando al suelo y apretando los labios. Seguramente incluso mordiendo su lengua para concentrarse mejor. Pero no dijo nada. Volvió a hacer una torpe reverencia cuando fue el momento indicado y se retiró tras su prima, dejando allí a su hermano gemelo.

Cuando todos hubieron salido de la sala, a excepción del Rey, la Mano y William, el Rey Robert Baratheon prosiguió.

- Bien, hablaré claro y sin rodeos. Nos ha llegado información que afirma que la Casa Tilverton se está preparando para la Guerra y por ello se está aliando con los salvajes, atacando a otras casas menores para conseguir más poder. De ser eso cierto se os acusaría de traición a la corona, al haber traicionado a vuestro señor, Lord Arryn, Señor del Nido de Águilas y Guardián de Oriente. No obstante,- dijo el Rey con tono tajante- no nos gusta hacer caso a rumores que por otro lado podrían ser invención de gente que no os tiene en estima.

En ese momento intervino Lord Arryn.

- Si bien es cierto que vuestra Casa ha tenido un pasado inquieto, por los acontecimientos de vuestro hermano, siempre me ha servido con lealtad, a mi y por consiguiente al Rey. Dejemos que se explique Majestad...

Darina fue conducida por una dama de compañía hacia los patios de la Fortaleza Roja. Le parecía irónico ser tratada ahora como una dama de alta cuna después de haber desempeñado ella el papel de dama de compañía de Aryan durante su estancia en la Casa Tilverton. 

Cruzaron pasillos y puertas hasta llegar a una antesala desde la que tenían una perspectiva a través de grandes ventanales de los jardines. A Darina le sorprendió tanta belleza y durante unos instantes olvidó porqué motivo estaba allí...hasta que lo vio a él, al centro de los jardines, esperando en un banco, con su característico bastón encima de su regazo. Cuando reparó en ella se levantó lentamente con esfuerzo.

- Ah! Querida! - Darina tardó unos instantes en comprender que se estaba dirigiendo a ella- ¿Os gustan los jardines? Si me permitís os mostraré dónde se celebrará nuestro enlace.- Le tendió el brazo derecho mientras que con el izquierdo sujetaba el bastón y empezaron a andar hacia uno de los extremos dónde se divisaba el mar y los acantilados.- No se si os han informado de ello, pero hemos decidido adelantar la boda, viejos asuntos requieren de mi presencia, así que partiremos hacia mis tierra de aquí tres días, lo justo para poder ver el Torneo de Su Majestad.

Empezaba a hacerse a la idea. No era algo que le fuera grato, ni la idea ni la compañía, pero cuando una se pasa la vida sin luchar, aprende que resignarse no es, en realidad, tan difícil. Eso era lo que le pasaba a Darina por la cabeza cuando llegó a los hermosos jardines, hasta el punto de que incluso pudo maravillarse por su belleza. ¿Así que aún soy capaz de eso? pensó con un dejo de ironía.

Descubrió a su prometido observándola desde un banco y se le acercó con semblante inexpresivo. Podría sobreponerme a la diferencia de edad si no fuera por su motivo para casarse conmigo. Su único motivo. Aún con el asco que sentía, se le acercó con un suave vaivén de caderas y se cogió a su brazo, conteniendo el gesto de desprecio.

- Estos en particular son realmente hermosos, mi señor - le dijo en tono educado. Al menos, sirvo para lo que me han enseñado toda la vida: dar conversación -. Los terrenos que circundaban mi hogar eran tan verdes y frondosos que hacer un jardín con semejante belleza alrededor hubiera sido un despropósito, pero el lado cuidado y dócil de las plantas también puede ser hermoso a su manera - Igual que Aryan y yo, supongo. Sentía que podía manejar la conversación y desenvolverse bien con frases sin sentido pero bien expresadas cuando el hombre añadió el avance de su boda. Tuvo que pararse, sintiéndo un repentino vértigo, mientras parpadeaba varias veces con el fin de aclarar su visión -. Lo siento... - murmuró antes de reemprender con cuidado la marcha junto a su prometido -, no estaba informada, me ha tomado ciertamente por sorpresa. ¿Cuándo decís que se celebrará, entonces, el feliz enlace? - no pudo o no quiso evitarlo, pero el final de su pregunta destilaba toda la ironía que sentía por el concepto de que ese enlace pudiera aportarle un ápice de felicidad.

Al menos que de gracias por no haberle vomitado encima, se dijo con tristeza.

Escucho las palabras que me dice el Rey, así que era cierto, algún cabrón se quiere hacer con toda la zona.
Cuando termina hago hago otra reverencia acorde con las posiciones de la mano y del rey y respondo:- Mi Rey, mi Lord, La casa Tilverton siempre ha sido y sera leal a la casa Arryn, es decir en este momento a Jon Arryn aquí presente, y por consiguiente a mi Rey Robert Baratheon. Al nombrarles hago otra reverencia y sigo: Es cierto que la casa Tilverton se esta preparando para la guerra, empezó hace poco justo después de que mi padre y señor fuera a una reunión de la zona con otros señores. al día siguiente apareció en el horizonte del castillo toda una banda de montañeses preparados para la guerra y de las patrullas que mandamos, tomando una decisión difícil fui a parlamentar con ellos y a ofrecerles mutuo apoyo,( con lo que mejoraría la seguridad de los trasportes por su zona y solo me requería darles comida y una seguridad, lo cual no era un gran esfuerzo para la casa Tilverton), tuvimos que realizar un combate con sus reglas contra su jefe y al vencerlo obtuvimos su respecto y una ligera tregua. A las preguntas sobre las patrullas y otras cosas que habían pasado en la ausencia de mi padre, nos contaron que un hombre de alta cuna, del que no sabían el nombre, quería destruirnos y hacerse con nuestras tierras, que les había tentado a ellos y a otros clanes.
Después de esa funesta noticia, mandamos algún cuervo a mi padre pero no recibimos respuesta, por lo que la sospecha de un complot crecía en nuestro interior, la cosa se confirmo y pensé que los Montañeses nos habían traicionado, pues al día siguiente que es cuando tenían que venir con sus mujeres e hijos y que se asentarían en una parte de nuestro territorio, a los cuales intentaríamos civilizar como prueba para la posterior civilización del resto y asimilación dentro de la sociedad y así acrecentar aun mas el nombre Arryn, eliminando el temor a asaltos indiscriminados en los caminos.
Es mas ese día llego un soldado de la casa Trepton mal herido con la funesta noticia de que la casa Trepton había sido destruida y todos los de esa casa aniquilados salvo Darina Trepton que estaba en nuestro castillo para que educara con buenos modales a mi hermana Aryan.
Luego todo vino seguido, ya que si la casa Trepton había sido destruida, y con la información de los montañeses que no habían aparecido, decidí mandar la comitiva requerida a Desembarco del rey cuanto antes para protegerles, quedándome yo allí pues mi padre aun no había regresado. todos los cuervos que llevo mi padre regresaron de golpe, acrecentando el nerviosismo y un asesino se infiltro en la comitiva que llego hace unos días, previo asesinato y caracterización perfecta de el, acabo de llegar y aun no he tenido tiempo de buscarlo. quizás ese hombre podría darnos respuestas si aparece. O hundirnos, quien sabe lo que puede contar.
Por Ultimo llego mi Señor padre y pude acudir a la llamada de Mi Lord y Mano del Rey Jon Arryn, no sin antes enterarme de que los cuervos habían sido saboteados y con un montañés prisionero que tenemos en las celdas de nuestro castillo, y que resulto ser un montañés de los que tenían que haberse reunido con nosotros, a este no me dio tiempo a interrogarle pues la alarma del asesinato y el peligro de que pudiera asesinar a mi familia evito que me retrasara.
Por todo eso creo que alguien quiere hacerse con el control de la zona y no somos los Tilverton, ese señor habría hecho un complot para acusarnos de hacer sus actos y así quitarnos de en medio, legitimando la aniquilación contra nosotros por ser desleales. Y supongo que estar detrás de lo sucedido a los Trepton.
Hago una pausa y concluyo:- Esto es lo que ha ido sucediendo, y como demostrarlo estando aquí, en vez de en las montañas de Arryn va a ser difícil, mas aquí estoy para lo que se me requiera como siempre mi casa ha echo.

Aryan miró atentamente la puerta cuando se cerró tras ella, allí quedaba su hermano hablando con el Rey y con su Mano, tratando de defender a su casa, los Tilverton, para que no fueran acusados de traición a la corona.

Darina debía reunirse con su prometido, su madre se retiraba también a sus aposentos... las miró marcharse, no tenía ganas de ir a su cuarto, así que optó por ir a las cuadras a visitar a Nym, no le dejaban tenerla más cerca así que la echaba terriblemente de menos... pensó que tal vez podría buscar a su prometido, Hug, para charlar un rato... pero no lo hizo, simplemente se fue cabizbaja y pensativa a ver a su gatosombra.

Aryan estaba dirigiéndose hacia las cuadras cuando vio a una mujer con el rostro cubierto por unas telas de seda mirando nerviosa alrededor mientras avanzaba hacia uno de los edificios de la Fortaleza. Antes de entrar volvió a mirar y acto seguido se adentró en la oscuridad que conformaba la entrada del edificio.

***

El prometido de Darina suspiró.

- Dentro de dos días si todo está dispuesto para entonces- Lord Goldfish se detuvo y miró a Darina a los ojos.-Os debo una disculpa por mi falta de tacto en nuestro anterior encuentro...hace ya un tiempo que olvidé cómo era charlar con una dama. No puedo llegar a imaginarme el infierno por el que habréis pasado...o por el que estaréis pasando, os juro que conmigo no os faltará de nada y os trataré bien, no os lastimaré. No soy estúpido y sé que ocultáis vuestros verdaderos sentimientos detrás de una máscara que desde pequeña os han enseñado a mostrar, sé que no sería del agrado de ninguna joven casarse con alguien de mi edad. Si esto os alegra, podéis invitar siempre que queráis a vuestros primos o tíos a nuestro castillo e iremos a visitarles cuándo sea posible, no es mucho, pero es cuánto puedo ofreceros por ahora.

***

Lord Arryn susurró unas palabras al oído del Rey, éste a su vez miraba a William Tilverton directamente a los ojos. Al cabo de unos instantes el Rey se levantó y con voz firme dijo:

- Si lo que decís es verdad tenemos que estar atentos y prevenidos para reaccionar a tiempo. Es mi deseo que se cumplan las condiciones de Lord Arryn, vuestra hermana se quedará como su "pupila" aquí en Desembarco, puede disponer de las clases de su tutor (o lo que sea). Descansad un poco y quedaros a ver el Torneo, confío en vuestra palabra, pues por el momento no habéis dado muestra de traición. Lord Arryn irá pronto a sus dominios a visitar a su esposa, supongo que aprovechando el viaje podrá haceros una breve visita y calmar las tensiones que se están produciendo. Ahora iros y descansad.- el Rey se volvió a sentar y con un gesto de su mano despidió al joven.

Aryan se sorprendió de ver una mujer con la cara tapada, le habían hablado de ellas, en las ciudades libres al parecer ocurría a menudo, allí en Poniente, nunca lo había visto. Si bien es cierto que tampoco había salido mucho de sus tierras...

Aquello la llenó de curiosidad, así que decidió seguirla, estuvo a punto de perderla pues no conocía bien los caminos, desde luego en su castillo no habría ocurrido, de hecho habría llegado antes donde fuera que fuese que la mujer espiada.

Aun así llegó a tiempo de ver por dónde se escabullía, y entre las sombras la siguió.

Aryan siguió a la mujer manteniendo la distancia en el angosto pasadizo, bajaron por unas escaleras hasta llegar a un conjunto de salas con diferentes mesas cubiertas por manteles y demás objetos que Aryan no supo identificar con la escasa luz de la que disponía, alguna antorcha ocasional en las columnas o paredes.

La mujer avanzó hacia otra sala y Aryan pudo ver otra figura en el otro extremo. Cuando la mujer se dio cuenta de su presencia corrió hacia él, Aryan pudo adivinar que se trataba de un hombre, y lo abrazó.

- ¿Qué haces aquí Lys? - preguntó él- ¡Si nos ven podría ser nuestro fin!

- No te preocupes, me he asegurado que nadie me seguía- decía ella mientras lo besaba- Nadie sabe que estoy en Desembarco del Rey, además si alguien me viera podría justificar mi presencia diciendo que he venido a ver a mi marido Lord...

- ¡Calla, no pronuncies su nombre! No me fio de estas paredes, el eunuco siempre sabe que pasa aquí en la ciudad.

- Te hecho de menos...

- Lys ya hablamos de ello, no puedo hacer nada por el momento, estoy atado de pies y manos...

- Sí, he pensado en lo que me pediste...¡Lo voy a hacer!

Darina siempre había sido una muchacha crédula o más concretamente, confiada, de modo que si hacía unos meses Lord Goldfish le hubiera dicho esas mismas palabras, ella habría sonreído agradecida y habría creído posible mantener una relación de amistad con el hombre al que había sido designada para casarse. Pero ya no era esa chica, sus padres habían muerto y había pasado de una calamidad a otra, llenando su vida de tristeza y desesperación como un vaso se llena de gotas de agua hasta rebosar. Su "rebosar" llevaba el nombre de Walter Goldfish, alguien que en el momento en el que más había necesitado tener esperanza la había empujado por un camino sin retorno de pensamientos suicidas que, por cobardía, no se había atrevido a realizar.

Contra más miraba a su prometido, más se daba cuenta de lo que ese hombre veía en ella: una belleza de rostro pálido, ojeroso y con los ojos demasiado abiertos. Por más que según su primo el sufrimiento la hubiera vuelto hermosa, posiblemente ese hombre estaba más preocupado en la salud de su futuro heredero que en la de Darina pero, quizás, en un atisbo de inteligencia por su parte, había descubierto que una cosa no iba desligada de la otra.

Por fin, tras una eternidad en silencio, volvió a recuperar la voz.

- No es tan sencillo reparar el daño causado, Lord Goldfish, aunque agradezco su ofrenda de paz - musitó con seriedad inusitada y la mirada fija en él, sin parpadear -. Pero estemos bien o no, eso no cambia el hecho de que la boda se celebrará y de que ambos tendremos que aprender a sobrevivir con la compañía del otro - Darina sentía que la lengua se le trababa al hablar, pero no le importaba -. Si buscabais una mujer educada en los buenos modales de la obediencia y la rectitud, no pudisteis escoger mejor - acabó con una reverencia ligeramente burlona.

Hago una reverencia al Rey larga y seguida otra a lord Arryn un poco mas corta retirándome seguidamente.
Al salir tengo una cosa en mente. Ir a hablar con la guardia. Y buscar al cabrón infiltrado.
Con eso en la cabeza me dirijo hacia mi lugar de residencia si lo se y sino preguntare donde reside la familia Tilverton.

Aryan siguió escondida espiando a las dos personas, el hombre y la mujer, que por otra parte habían desatado sus instintos más primarios y en ese momento estaban besándose, pero eso no duró mucho, por algún motivo se interrumpieron y el hombre le dijo algo en voz baja a la mujer, Aryan comprendió que le estaba diciendo que se fuera, esta pasó casi rozando la columna detrás de la cuál se escondía ella y se perdió por la puerta por dónde habían entrado minutos antes.

De una pared que estaba oscuras salió una persona calva y más gorda que vestía túnicas de varios colores, el otro hombre exclamó:

- ¡Vaya, por fin veo a la Araña moverse por su red de pasillos!

- ¿Qué hacéis aquí Baelish?- dijo la Araña.

- Ahhh, disfrutar de un instante de paz tan sólo... 

- Algo tramáis, pero no deberíais ser tan incauto...estas paredes tienen oídos y ojos...- y en ese momento a Aryan le pareció que el hombre miraba hacia donde estaba ella.

- Ahora me dirigía al consejo...¿tendréis la amabilidad de acompañarme?

- Nos veremos allí, tengo unos asuntos que atender...

- Como gustéis.- dicho esto el hombre que respondía al nombre de Baelish hizo una pequeña reverencia y salió por otra puerta distinta por la que había salido la mujer.

Cuando hacia un rato que había marchado el otro hombre dijo en voz alta.

- Puedes salir de dónde sea que te escondas, no tienes que temer nada...

***

Cuando William salió para dirigirse hacia la guardia casi chocó contra una persona alta y robusta, molesto miró quién era y su expresión cambió radicalmente hacia una sonrisa, delante suyo tenía a su primo Jon.

- ¡Por los Siete! William! ¿Qué haces aquí?- exclamó jovial.- Yo ahora iba a hablar con Darina, la pobre lo estará pasando fatal con lo de su enlace...¿Sabes dónde puedo encontrarla?

- Hola primo, dije dándole un abrazo. y seguí diciendo: - La verdad es que no tengo ni idea, pero te acompaño, y así me pones al día de lo que ha pasado, como fue vuestro viaje, si tuvisteis incidentes, y que paso al llegar aquí, si os recibió la mano y que os dijo, cuéntamelo todo, pus estamos en el ojo del huracán y debo sacarnos cuanto antes de hay.
Me encanto encontrarme con mi primo, nunca me había fallado, y quizás el me dijera lo que otros no me dirían, de paso buscaríamos a Darina, a mi madre y al jefe de la guardia por lo que termine diciendo: - Jon, mientras buscamos a Darina, podemos buscar también a mi Madre, y al jefe de la guardia de vuestro viaje. hay cosas de las que tengo que enterarme y comentar con ellos.

Aryan trataba de recordar lo que había visto y escuchado, cuando se dio cuenta que el hombre se refería a ella.

Contuvo la respiración, pero luego pensó que sería peor si la descubrían a malas, así que dio un paso y salió a la luz.

No se acercó, simplemente se quedó donde estaba observando al hombre y a meditando qué hacer, si salir corriendo o actuar más tranquilamente.

No se reconoció, la Aryan de siempre habría salido dispuesta a defenderse, con voz fuerte y segura, pero ahora ella... se debatía entre hablar o solo asentir a lo que aquel desconocido le dijese.