Partida Rol por web

William estaba en la sala dónde había tenido lugar la última reunión, justo cuando se decidió quién partiría hacia Desembarco del Rey y con qué compañía cuando oyo ruido que provenía de la parte del patio. Willen entró a la sala.

- ¡Han vuelto! - dijo alegramente.

***

En el patio los asistentes que se habían concregado allí aplaudían el regreso de los hombres y hacían miradas furtivas al salvaje que los acompañaba, atado de manos y siendo escoltado por un grupo de soldados. Roderick no vio allí a su hijo Jon, ni tampoco a Lady Elisabeth o su sobrina Darina, ni a William. Aunque acababan de llegar y a decir verdad tampoco habían anunciado su regreso...

      La bienvenida me resultó excesivamente calurosa teniendo en cuenta cómo volviamos y las preocupaciones que rondaban mi mente... Sin embargo, mantuve mi porte acostumbrado, y traté de no causar alarma saludando a algún que otro soldado por su nombre y sonriéndoles afectuosamente.

      Lo primero que hice fue acercar el caballo y llamar a un mozo para que se hiciese cargo de él, y me dirigí a dos soldados que parecían de guardia para que se hiciesen cargo de encerrar al salvaje hasta que se supiese algo nuevo... Casi como si no me importase el estado de salud del ahora prisionero, me entretuve en dar el dia libre a mi escolta y les mandé a descansar antes de girarme hacia un muchacho que pasaba por ahi.

¡Chico! Busca a alguien que se haga cargo de las heridas del prisionero, y que se aseguren de mantenerle fuertemente vigilado mientras lo hace... Tendremos que interrogarle más a fondo, asique quiero asegurarme de que esté en forma.

       A continuación, busqué con la mirada a mi hijo, a William, o a alguien de la familia... al no verles, me encogí de hombros teniendo en cuenta que llegaba sin avisar, y emprendí camino hacia el salón, suponiendo que les encontraría alli... estaba realmente fatigado, pero no sentia ninguna alegria por regresar al hogar... no recordaba haber estado tan intranquilo en mucho, mucho tiempo.

La noticia llego como un soplo de aire fresco, de libertad, de esperanza, pero también de pesadumbre y de interrogantes, entre ellos estaba el que debía hacer un señor, si esperar en el gran salón o salir a recibirles, el corazón le pudo y salio corriendo poniéndose un capa para el frió de la montaña salio por los pasillos hacia el patio para encontrarse con los recién llegados y escuchar que había pasado.

a los que veía por el camino les decía: - Cuantos han regresado?, pero apenas se paraba a escuchar la respuesta, pues la tenia a cuatro esquinas de la puerta del patio.

Los soldados miraban a William y saludaban.

- Señor! Hemos regresado con Ser Roderick! - dijo uno de ellos antes que el muchacho lo perdiese de vista.

Al cruzar las puertas del castillo se encontraron cara a cara, William y su tio.

al ver a mi tío corro hacia el como cuando era un chiquillo e importándome una mierda lo que pueda pensar la gente, al llegar a su lado le doy un fuerte abrazo sin dejar que diga nada.
un poco mas tranquilo después del abrazo le digo soltando pregunta tras pregunta de golpe:
- Hola Tío, cuantos habéis regresado?, que paso?, Que pasa por hay fuera?, habéis visto a los montañeses?, que paso con mi padre?

La ultima pregunta era para escuchar de boca de su tío lo que sucedió, sin interpretaciones ni imaginación... La cruda realidad.

mientras esperaba las contestaciones una luz volvio a mi cabeza y digo: - Tío, vayamos a la sala privada y cuéntame todo con tranquilidad.

Girándome pare a un mozo al que comunico que suba comida y bebida a la sala.

      La actitud del joven William dejó en evidencia que habría sido necesario mandar esos jinetes... Respondi a su abrazo con afecto aunque con la incomodidad propia de alguien poco dado a tales demostraciones, y tras escucharle, antes de acompañarle a la cámara privada, hice un gesto de calma y le transmití las primeras noticias para tratar de calmar también a los demás que pudiesen escucharlo.

Tranquilo William, tu padre se encuentra bien, a no ser que tengas noticias más frescas que las mías - tras estas palabras comencé a caminar tras él, haciéndole un gesto con la mano indicandole que pasase delante - te explicaré todo tranquilamente una vez tome asiento. ¿Os habeis arreglado bien? ¿No querrá tu hermana también escuchar las noticias?

mientras se dirigían al lugar donde tendría lugar la reunión, me doy cuenta que mi tío no sabe nada de los demás miembros de la familia por lo que mientras avanzamos a paso vivo le digo:
- Tio Roderick, Aryan, Darina, Hug, Jhon y Madre salieron ayer* para Desembarco del rey. No pudimos esperar mas y al recibir de golpe los cuervos que os llevasteis, supusimos que había pasado lo peor, por lo que no tuvimos mas remedio que hacer lo que nos había ordenado la Mano.

Entonces llegaron a la habitación y señalandole a Roderick un asiento enfrente del suyo le digo:
-Bueno tío, cuéntame que ha pasado?

      Las palabras de William me van haciendo arrugar cada vez más el ceño. Tomé asiento y me tomé unos instantes para digerir la información recibida... había demasiadas preguntas, sin embargo, primero debía tranquilizar a mi sobrino.

La situación es sospechosa... - comencé a hablar con calma, pero poco a poco fui animándome y le miré directamente a los ojos - creo que había un traidor entre nuestros hombres, que soltó a todos los cuervos, supongo que con la intención de generar el caos aqui. Pero puedes tranquilizarte en cuanto a tu padre, está bien, o al menos lo estaba cuando me mandó venir a verte para informarte y aconsejarte... aunque no me fío demasiado de Lord Corvier, en cuyo castillo le dejé en medio de la reunión, ya sabes cómo es tu padre, tuve que dejar a uno de mis mejores hombres al mando de la escolta y apresurarme hasta aqui... al salvaje lo encontramos por el camino.

      Al fin y al cabo las explicaciones no resultaban quizá suficientemente claras, pero conforme hablaba trataba de recordar tódo lo que se había hablado, y en ese momento me horrorizó lo que habia dicho el joven William... ¿Podían ser ciertas las intuiciones de Lord Sumner? ¿Alguien había preparado todo? Cuando retomé la palabra mi tono era de urgencia.

Y antes de que te explique nada más, haz el favor de explicarme qué es eso de las órdenes de la mano y el viaje a Desembarco, porque temo que aquí se trama algo realmente grave...

Un grito de mujer interrumpió la conversación. Escucharon la agitación de varias personas corriendo por el pasadizo exterior a la sala de reuniones donde se encontraban los dos.

Escucho lo sucedido de primera mano, pero no me da tiempo a responderla como es devido por un grito de mujer y pisadas apresuradas, por lo que me apresto a decirle: - Tío, vayamos corriendo a ver que pasa, ya que no me gusta nada, pues si había un traidor entre la escolta, quizás lo siga habiendo ahora en el castillo y entonces tenemos mas problemas de los que yo pensaba.

dicho esto se levanta y sale corriendo en busca de la mujer que grito seguido de cerca por Roderick y mientras corre va diciendo: - Tío,creo que lo que os ha pasado a vosotros... uf, uf... y lo que ha sucedido aquí, ... uf, uf... esta relacionado, uf....

dejo de hablar pues la carrera no me deja expresar como yo quisiera y me centro en llegar a donde este la mujer, preguntando por el camino a quien me cruce y mirando sus caras por si no les conozco y reteniendo a quien no me suene, ya que al estar en el castillo conozco a todo el servicio.

El grito provenía de los aposentos del servicio de Lady Elisabeth, la madre de William y Aryan. Cuando los dos llegaron allí ya había un coro de personas y la escolta del propio William, que al verlo correr se habían unido a él y a su tío.

El maestre Willen llegó instantes después y se acercó dónde estaban los dos.

- ¿Ha sucedido algo?- preguntó.

El servicio se apartó y mostraron a una de las mujeres del servicio que estaba observando un armario abierto, su cara expresaba horror.

- Es el maestre. ¡Dejadlo pasar!- dijeron algunos de los allí reunidos.

William y Roderick miraron el armario y comprendieron qué era lo que había provocado el grito. Dentro del armario había el cuerpo de un hombre que había sido degollado.

      Seguí a mi sobrino con cierta reticencia, no me gustaban esas urgencias, pero en ausencia del señor le debía obediencia... Sin embargo, el cansancio acumulado en el viaje me hizo quedarme ligeramente rezagado, aunque no tanto como para no escuchar su conversación: parecía un chico inteligente, pues estaba poniendo con palabras lo que yo me temía.

       Una vez frente al armario, mi expresión fue de claro desagrado... no por la escena en si misma, había visto cosas peores, sino por lo que la misma implicada. Con una voz fría como el acero me anticipé a mi sobrino, dando las ordenes que consideraba pertinentes.

Haced que vengan inmediatamente dos hombres de la guardia, los demás... - contemplé a cada uno de los presentes, dejando claro que registraba sus rostros en mi memoria - marchaos inmediatamente, excepto el maestre. Si escucho un solo rumor sobre lo que habeis visto aqui, TODOS tendreis problemas conmigo. ¿A qué esperais? ¡Marchad!

       Mi tono era imperioso, estaba acostumbrado a los soldados y su obediencia casi ciega a un oficial de confianza... Si el servicio osaba desafiar mi amenaza, siempre que mi sobrino o, en el futuro, mi hermano consintiesen... tendrían que verselas con el más inflexible de los Tilverton. Y estaba seguro de que ellos lo sabian.

Las personas allí reunidas se dispersaron y volvieron a sus deberes. Tan sólo quedó el maestre, William y el propio Roderick. Dos de los hombres de la guardia allí reunidos entraron e hicieron el saludo marcial a los presentes allí reunidos.

asentí a las ordenes dadas rápidamente por mi tío, el estaba acostumbrado a dar ordenes, y las que daba en ese momento eran adecuadas, todas y cada una de ellas, no pudiendo estar mas de acuerdo en ellas.

Cuando llegaron los dos soldados y saludaron les digo:-bien, monten guardia en la puerta y no dejen pasar a nadie que no sea ninguno de nosotros tres, venga salgan y cierren la puerta.

Cuando salieron digo:Willem, inspeccione el cuerpo y díganos lo que averigüe. dejando que empiece a inspeccionarlo, les comento:Amigos ya tenemos al mismo traidor de vuelta en casa, o a otro mas. Tío, ¿conoces personalmente a todos los que vinieron contigo? si es así, podemos tener mas de 2 traidores, esto me suena muy mal.
mesándose la barbilla mientras medita un poco comenta seguido: - Me parece que la comitiva que va a Desembarco del Rey tiene un traidor entre sus filas, debemos mandar un cuervo al primer punto por el que pasen, no creo que el traidor se haya desenmascarado ya, esperara a estar fuera de las montañas.
- Ahora solo podemos hacer dos cosas, o mandar una tropa,o no mandarla, que opináis, no quiero tomar decisiones precipitadas sin la opinión de mis consejeros.

El maestre se arrodilló e inspeccionó el cuerpo tal como William le había ordenado. Al cabo de unos segundos se levantó y miró a los reunidos.

- Éste hombre es Brian Piedra...pero... ¡no puede ser!- el maestre estaba visiblemente nervioso.- Brian fue nombrado escudero de Ser Tyllon Hiwen y vi como partía entre la comitiva que iba hacia Desembarco del Rey...

Las cosas se complican, habían colocado un espía en la comitiva, eso era peligroso, pues no sabia cual era su misión, por lo que digo: - Mierda, en la comitiva va un espía, eso significa que debemos mandar rápidamente un cuervo a su primer destino de parada pero con un idioma que solo mi hermana y mi madre entiendan, aunque indicarles que es el, me parece mas complicado...
me quedo un rato reflexionando y concluyo diciendo: - que se os ocurre?, Debemos mandar 4 u 8 hombres a caballo con otros tantos de refresco que les den alcance rápidamente, o no mandar a nadie?

El maestre inspeccionaba aún el cuerpo.

- No hay duda, es Brian Piedra. ¿Cabe la posibilidad de que hubiese alguien que se le pareciese tanto? Por el momento creo que deberíamos enviar cuervos a las posadas que quedan más próximas en su ruta de viaje, empezando tal vez por la del Tridente. Enviar cuatro hombres de su confianza tampoco sería una mala idea.- concluyó el maestre.

la cosa se ponía fea y había que actuar.
- Bien, escribe una carta indicando que esperen a 8 soldados mas, 4 me parecen pocos y no voy a arriesgarme a que les pase cualquier cosa por las colinas. indica a mi familia que la situación con los clanes montañeses se esta poniendo muy fea y temo por su seguridad.
- No quiero que ni ellas se pongan nerviosas, y menos que el traidor se entere que le buscamos.
doy dos vueltas a la habitación pensando rápidamente y concluyo diciendo:
- Bien, tio, escoge a 8 soldados leales a la casa y tráelos aquí, tenemos que hacer todo esto en secreto y advierte a los vigías de si ven cuervos saliendo del castillo o cualquier especie de mensajero nos informe inmediatamente, pues quiero estar seguro de que aquí no hay nadie infiltrado. Ademas a partir de ahora nosotros tres dispondremos de una escolta de dos hombres cada uno por si las moscas, Tío escogelos entre los mas leales y mejores.

Los dos hombres se retiraron para cumplir las órdenes del joven. Al cabo de unos instantes Ser Roderick llevaba a los soldados que William había pedido, los ocho para el viaje y los cuatro que servirían de escolta tanto para él como para su tío. Todos ellos eran caras conocidas, llevaban ya varios años al servicio de su padre y respondían personalmente a su tío Roderick.

- William- dijo su tío al cabo de un momento- ¿no crees que alguien de la familía debería ir con ellas? Tomaste la decisión de permanecer en el castillo cuando tu padre y yo estábamos de viaje, pero ahora yo he regresado, y tu padre hará lo mismo dentro de poco.