Partida Rol por web

Janet estaba demasiado contrariada y todo terminó de empeorar, no con la mirada de Keneth, sino cuando Phillip dijo lo que sabía y la tomó de la mano; le dedicó una sonrisa angustiosa y se soltó suavemente de su mano.

-Está bien, Phillip, ya lo has dicho.

Intentaba aparentar calma y creía estarlo consiguiendo, luego se volvió a Keneth, finalmente era quizás la persona que más le conocía en aquel lugar, además Brandon. Hizo un ademán a Phillip, agradeciendo de nuevo su gesto y se acercó a Keneth apartándolo un poco, conocía sus miradas y sabía que queria hablar con ella. Se aseguró con la mirada de que los demás estuvieran más pendientes de sus cosas que de ellos.

-Creo que debería irme pronto, así que hablemos lo que sea. Buscaré a David, no es lógico que esté desaparecido y ambos lo sabemos-dijo a Keneth con una mueca de preocupación.

La noticia que dio Phillip resonó en todo el departamento. Salvo Janet nadie dijo nada de nada pero de seguro, la mayoría pensaba lo mismo que ella. La situación hacía largo rato que había dejado de ser normal y, ahora, se había vuelto realmente preocupante. Como consecuencia de esto el ánimo festivo, si es que aún existía, se disolvió por completo. Ya no tenía sentido permanecer en el departamento, esperando a que llegara uno de los homenajeados el cual, al parecer, estaba desaparecido.

Todos, a su modo, decidieron irse ya que la fiesta había terminado por razones más que obvias.

Sin embargo Brandon no quería que la misma se echara del todo a perder. Uno de los motivos de la reunión era el que Mr. Kentely pudiera ver y estudiar ciertas primeras ediciones que Brandon tenía en su biblioteca. Dichos libros habían sido puestos en la mesa del comedor para que Henry Kentley pudiera verlos cuando el lo desease. En un extraño ejercicio de magnanimidad (para aquellos que lo conocen bien) este decidió que Kentley se llevara los libros con el. Fue a la cocina a buscar algo con que atarlos y luego procedió a darle el paquete a Mr. Kentley.

Luego todos se dirigen al hall principal donde, paciente y rápidamente, Mrs. Wilson le da a cada uno su abrigo y su sombrero según corresponda. Nadie sabe que es lo que realmente pasó con David (y tal vez no fue nada) pero el aire ya estaba muy enrarecido como para seguir celebrando.

La sola imagen de la soga con la cual estrangulaste a David envolviendo los libros que en este momento tiene su padre en sus manos realmente te aterra y te repugna. ¿Hasta donde puede llegar el sadismo de Brandon? ¿Hasta cuando vas a poder tolerarlo?

El toque final de tu obra maestra. El viejo estúpido se lleva los libros conjuntamente con el instrumento que causo la muerte del inservible de su hijo. El broche de oro para una noche gloriosa.

Lastima que Rupert no pudo ver cuan genial eras…

En fin, cosas de la vida.

Los cuatro salen juntos y bastante compungidos. Henry con los libros en la mano seguido de su cuñada y Janet sale junto con Kenneth, ambos en silencio y dispuestos a acompañar al señor Kentley a ver si se puede averiguar algo sobre David. Por mas que sea extraño esta horrible noche volvió a acercarlos a ambos.

Los demás ya están en o casi en el pasillo y eres el último en recoger sus cosas. Lo último que te pones es el sombrero, cosa que provoca una risita por parte de Mrs. Wilson. Por un momento crees que esta loca o algo peor pero ella enseguida te aclara que su risa se debe a que el sombrero que te dio no es el tuyo. Al parecer es idéntico pero más pequeño y no lo notaste al colocártelo.

Te lo sacas y lo observas con atención.

En un total silencio se lo devuelves a Mrs. Wilson justo cuando ella te da el que es verdaderamente tu sombrero.

Todo era muy repentino. De pronto todo conducía a la salida, y para Rupert las cosas claramente le habían apuntado a la permanencia en aquel recinto. Sólo dos o tres minutos atrás había estado convencido de que lo que transcurriría en el interior de ese piso podría llegar a ser memorable, siempre dependiendo de Brandon; pero cuando las cosas habían dependiendo de él, siempre habían bordeado la excelencia. Y ahora estaban todos allí, extrañamente, tensos, poniéndose sus abrigos, sombreros y accesorios, luego de la gran noticia: David no iba a llegar.

Rupert miró, mientras se ponía su abrigo. Eso explicaba la alteración de Phillip, aunque no del todo. La explicaría en la mayoría de los que se encontraban presentes, pero sólo a medias en los anfitriones. Y era en ellos en los que se centraba la mirada de Rupert, mientras las cosas se movían. Anfitriones de una fiesta la cual de pronto había sido cortada por una incertidumbre, como espina para todos los demás. Pero para ellos, en realidad, ¿cuánto efectivamente podía alterarlos? ¿Por qué ninguno de ellos había hecho nada para retenerlos?

No habían habido palabras de aliento. Nadie había intentado minimizar la situación. Todos actuaban como si se hubieran colocado al borde de una tragedia, pero aquello no tenía ningún sentido, al menos no para Rupert. No cumplir una promesa podía significar para todos ellos el aviso de que algo no estaba bien; para él, en realidad, era más bien un motivo de orgullo. Quizás David sí había aprendido algo, al fin de cuentas. Quizás por eso Brandon y Phillip dejaban a todos marchar, sin intentar que rectificasen sus primeras impresiones. Quizás eso era lo que Brandon quería exhibir, festejar. Quizás.

Se levantó las solapas del abrigo, se arregló las mangas y se calzó el sombrero. Sobrevino la risilla. Rupert se dio vuelta hacia Mrs. Wilson y ella señaló la equivocación. Extraño, ya que todos los hombres que se iban ya tenían el suyo puesto. Rupert se lo quitó para entregárselo, y lo miró. El borde gris y recubierto en marrón por dentro le parecía igual a todos los sombreros que había visto. No había cambio en el tamaño, al menos a sus ojos. No había cambio. Y entonces vio brillo en la sombra. Brillo y dorado. Manchas doradas. Manchas.

Bordes. Curvas. Símbolos.

Letras.

D y K.

Dee Key.

Todo cerró en la cabeza de Rupert, mientras devolvía el sombrero a Mrs. Wilson con el lado del interior apuntando hacia el suelo, fuera de la vista. Era un juego. Brandon era el observador de un grupo de animales a los que había logrado meter en un corral que controlaba: su casa. Era un experimento. David en realidad no estaba desaparecido: David ya estaba allí. Quizás habían hecho una apuesta, y todo aquello era parte de una demostración. Quizás. Lo cierto era que David ya estaba allí, y Brandon lo sabía. Y Phillip también, y por ello su alteración, pues la madre de David debía estar muy alterada por el destino de su hijo, y Phillip había tenido que mentirle para seguir el juego. Y Phillip tenía que seguir mintiendo. Y Phillip no servía para eso, ese era Brandon. Phillip debía sólo querer que todo se terminara, y poder decirles que todo era una farsa, que no sufrieran. Ahora lo entendía todo. Y gracias a Dike.

Sonrió.

Todo era muy repentino. De pronto todo conducía a la salida, y para Rupert las cosas claramente le habían apuntado a la permanencia en aquel recinto. Sólo dos o tres minutos atrás había estado convencido de que lo que transcurriría en el interior de ese piso podría llegar a ser memorable, siempre dependiendo de Brandon; pero cuando las cosas habían dependiendo de él, siempre habían bordeado la excelencia. Y ahora estaban todos allí, extrañamente, tensos, poniéndose sus abrigos, sombreros y accesorios, luego de la gran noticia: David no iba a llegar.

Y allí estaba él, con su abrigo ya puesto, pero con el sombrero aún en la mano. Había vuelto a reunirse con ellos luego de recibir sus cosas por parte de Mrs. Wilson, quien solícita como siempre y como nunca había repartido todas las pertenencias con más o menos acierto. Poco acierto, en su caso, pues le había dado un sombrero que no era suyo y sólo después de reírse, se lo había cambiado por el que le pertenecía, ese que estaba en su mano sin ánimos de cubrir su cabeza. Nadie miraba a nadie en particular, excepto Rupert, que miraba a los anfitriones como si esperara algo, alguna reacción en particular de ellos. Nadie hablaba y Rupert tampoco, aunque sus razones para compartir el silencio parecían, indudablemente, lejanas a las de cualquiera de los demás.

Cuando lo rompió, sus palabras también fueron distintas de las que cualquiera dirigiría, en ese momento.

- No hace falta que nos retiremos, ninguno de nosotros. Lo que buscamos evidentemente está aquí.

Rupert sonrió, una media sonrisa que indicaba una gran, enorme certeza.

- ¿O me equivoco, Brandon?

La inmutabilidad de Brandon se mantuvo en todo momento, pero la pregunta del profesor logro amenazar ese estado por otro desconocido

-No, prof..sor no se equivoca, aquí esta lo que todos están buscando.

Levanta el dedo y apunta a un rincón de la habitación

-En ese rincón esta la esperanza, tal vez se quieran llevar un poco antes de salir buscar a David, que por cierto, esta perdido hace 4 horas y ya nos ponemos como locos, se a perdió por mas tiempo cuando viajábamos por Europa hace unos años estábamos en Amsterdam y desapareció por 24 horas, eso si, apareció con una camisa totalmente distinta que con la que se fue.

Sonríe un poco al recordar el anécdota.

-Pero usted profesor, usted no busca esperanza en estos momentos de eso estoy seguro, dígame, que desea encontrar?

Janet no entendió ni media palabra de lo que Brandon y Cadell estaban diciendo, de hecho se quedó de pie en el pasillo mirando hacia dentro, esperando comprender, más allá del hecho de la camisa cambiada de David, un dato que no le aportaba nada en absoluto.

Mr. Kentley despues de los intercambios de opiniones con los conocidos de sus hijos habia perdido casi todo el animo para el cotilleo y apenas si mantuvo alguna que otra charla pero respondiendo solo con monosilabos.

Espero que David no se este contajiando del caracter de Mr. Rupert o del joven Shaw

Venia muy concentrado en sus pensamientos cuando vio detenerse a la prometida de su hijo Pasa algo Srta. Walker?

Rupert seguía en el pasillo, y eso permitió que vieran su expresión ante las palabras de Brandon.

- A David, por supuesto.

Era una expresión de genuino interés, una expresión voraz.

- Si tan convencido estás que nada sucedió a David, ¿por qué dejar que todos se marchen? ¿Por qué no hacer nada para salvar la fiesta? No es algo esperable de ti, Brandon - Rupert sonreía - A menos que quisieras hacer una demostración de algo. Una exhibición, eso ya es más esperable de tu parte. ¿La estás dando? No, sólo estás haciendo una prueba. De nada sirve que el auditorio se vaya cuando intentas representar algo con significado, al menos para una porción de él. No me engañas, Brandon: no estábamos esperando a David. David ya está aquí.

Vieron a Rupert desaparecer del pasillo, entrar de nuevo al piso y dar su sombrero a Mrs. Wilson.

- Así que, pasado el momento de filtro de la audiencia y esta muy interesante demostración, ¿qué tal si empezamos la verdadera fiesta?

Resuelta a responder al señor Kentley estaba Walker cuando Cadell volvió a abrir la boca, la joven enarcó una ceja y miró al profesor primero y luego a Brandon. Si era un juego, ambos se estaban pasando, volvió a mirar al padre de David y respiró profundo.

-Estoy bien, Mr. Kentley... No se preocupe. Quizás debamos atender con mayor atención las palabras del Profesor Cadell y de ese modo no perdernos en lo enredado de sus acertijos o mejor aún, quizás Brandon pueda explicarnos lo del show del cual hablan porque si es todo para conseguir que usted lea sus escritos, debo reconocer que esta vez me ha superado ampliamente.

Se colgó del brazo de su futuro suegro y con la otra mano sujetó a Keneth, si quería a alguien a su lado en ese momento, era a Keneth, quizás podía confiar en él y todo. Miró con atención a los dos que estaban dentro de la casa y esperó a que los dos intelectuales del grupo añadieran algo más a ese juego que sostenían y que a ella, evidentemente, no le gustaba nada.

Brandon ríe ante el comentario de Rupert y luego aplaude unas dos o tres veces, en su rostro no entra mas gozo simplemente porque es imposible

-Brillante mi querido profesor, no esperaba menos de usted, pero dígame, como llego a esa conclusión?

La voz de Rupert, que llegaba al pasillo tan fuerte como si estuviera él aún allí, pareció sonreír.

- Te acabo de decir cómo. Sin embargo, tú me debes una explicación del porqué.

Miró hacia un costado. Vio a Janet, a Mr. Kentley sosteniendo su brazo, a Kenneth. Miró a Phillip. Finalmente, de nuevo a Brandon.

- Aunque quizás, justamente, eso es lo que querías exhibir. Así que guardaré mis opiniones y te permitiré lucirte esta vez, sin intervenir. Tengo curiosidad por tu respuesta, y los demás esperan ansiosamente ver a David - Rupert se quitó su abrigo, y se lo dio a Mrs. Wilson - Así que, Brandon, ¿por qué no empiezas?

Para Janet era todo una maldita incongruencia, cada cosa que Brandon había hecho le recordaba cómo era él, lo que le gustaba hacer rabiar a las personas pero no esperaba que se tomara semejante trabajo con David y mucho menos pensaba que su prometido estuviera implicado en aquel asunto del cual sólo el profesor y Brandon parecía saber. Lo cierto, que yéndose o al menos teniendo la intención, lo único que habían conseguido era regalarle un laurel más de triunfo al irónico hombre que ella conocía muy bien. Bajó la mirada unos instantes, no, no eran enemigos; nunca lo fueron, más bien al contrario porque quizás ella en algún momento había entendido muy bien el proceder del muchacho y había sido más que su confidente consiguiendo destruir algunas de las paredes de Brandon, al menos estando solos, cosas que seguramente Phillip conseguía ahora.

Se volvió a mirar al padre de David con una especie de disculpa en el rostro pero también con un mucho de súplica, si él y la tía no se quedaban y Keneth también, ella no lo haría. Para ser un juego o una broma de Brandon ya habían llegado bastante lejos pero era mucho peor si dentro de aquel juego quasi macabro, también estaba implicado el vástago de Mr. Kentley. Sin duda era una de esas cosas que Janet, ni aún con su aire de superada y mujer de mundo, podría entender y mucho menos perdonar. No se había quitado el abrigo, ni se había puesto los guantes, aunque si el sombrero pero eso era lo de menos. Miró a Brandon fijamente, no quería una explicación de su parte, de hecho no la quería de ninguno de los allí presentes, excepto de David y cada vez se sentía más que furiosa por ser parte de aquel teatro.

-¿Keneth?

Si Keneth sabía algo su rostro no dejaba entreverlo pero sabía que esas cosas eran más del tipo de Brandon, aunque haciendo un recuento, la verdad es que no conocía a ninguno. Si no se sintió hundir en aquel mundo de personajes de las altas esferas, era sólo porque estaba demasiado acostumbrada a estar entre ellos pero para una chica de pueblo, aquello habría sido el acabóse. Y volvió de nuevo a pensar que era una infeliz que no conocía a sus amigos y ex amantes, casi se sintió nauseabunda, enferma. ¿Qué clase de grupo eran?

-Muy bien, te lo explicare Rupert, pero espera un momento...

Dice Brandon retirándose de la habitación hacia la sala de estar

Cruza toda la sala de estar con pasos calmos y se mete en su habitación, abre el cajón de su mesa de luz y toma el rebollar guardándolo en su bolsillo-

Y reaparece pasado un minuto o menos, lo mira a los ojos

-Recuerdas los largos debates que teníamos sobre que los idiotas son los juguetes de los intelectualmente superiores? supongo que si, casi solo hablábamos de eso, bien, y siempre tuve la impresión de que tenias las ideas correctas, pero no las agallas suficiente para llevarlas a la practica? acompáñame...

Mientras se voltea y vuelve a entrar a la sal de estar, los que mas pronto llegan ven que Brandon tira todas las cosas que estaban encima del baúl sin preocuparse, los que llegan mas tarde solo es cuchan el barullo de platos caer y romperse, apoya su dedo indice en el baúl.

-Aquí mi querido profesor, esta la prueba fehaciente de que el alumno a superado al maestro...

La cara de Brandon es inmutable, se quedo congelada en una de sus sonrisa de estar todo bien y bajo control, por primera ves deja de mirar a Rupert para mirar a todos los ahí presentes, sus rostros sus expresivos rostros...

-Y bien, ya han caído en la cuenta de que hay en la caja de los secreto o son mas idiotas que lo normal y tengo que explicarles?