Partida Rol por web

Todo había ocurrido demasiado rápido. Aquello parecía una pesadilla, de esas de estúpidas películas de serie B... pero la diferencia era que estaba ocurriendo en la vida real.

Sintió miedo poco después de levantarse y se asomó para ver que ocurría en la calle. Su mente no era capaz de procesar lo que estaban viendo sus ojos. El apuro y la ansiedad se apoderaron de ella y vió que en su casa no estaba segura, pero en la calle tampoco. Tendría que reunirse con alguien más si quería sobrevivir... la comisaría, el ayuntamiento,... todos aquellos lugares de seguro servirían de refugio para un grupo de gente, pero estaban demasiado lejos. No, la Iglesia del padre Lancaster estaba más cerca.

Diablos... con lo que me odia a mi el padre Lancaster... seguro que me echa para ser comida de estos monstruos - pensó en ese momento, pero no había tiempo para andarse con tonterías. En la puerta principal de su hogar se oían golpes, así que tenía que correr.

Salió por la puerta trasera, atravesando la cocina. Suspiró de alivio al ver que en esa zona no había más monstruosidades y emprendió su marcha hacia la Iglesia, a un ritmo apresurado, pero mirando para todos los lados. Ya cuando la Iglesia se divisaba al final del camino, corrió con toda su alma para entrar entre sus firmes muros de piedra.

Ayudó a atrincherar las puertas y las posibles entradas. Intentó controlar su respiración, pero los gritos y los golpes en la madera le hacían sobresaltarse cada vez. Ni siquiera llegó a sorprenderle la idea de que el padre estuviera armado con una escopeta.

¡Qué hacemos! - intentó moderar su voz, pero aún sonaba histérica - Esas cosas terminarán por entrar. ¿No hay ninguna otra salida?

El padre Lancaster siempre había sido un hombre calmo y verlo con esa escopeta realmente cambiaba la noción de lo que era el padre Arian. Hab+ia ubicado el solo varios bancos en la entrada. Entonces se dispuso a decir unas palabras para calmar a la muchacha.

 Calma hija ya nos encargaremos de esas alimianias. Dios esta de nuestro lado no lo olvides. Exclamo el padre lancaster mientras le cargaba la escopeta y sonreia calmadamente. Su rostro era tranquilo y sereno.
 
Entonces comenzo a pensar una buena idea para salir de alli.

Arian exclama de manera suspicaz: 
Podríamos salir por la puerta de atrás. Pero primero seria bueno armarlos a ustedes con algún tipo de palo o algo que se encuentre en este lugar..

La voz del hombre sonaba con desgano dándose a entender de manera tortuosa y lenta.
Exclama el tozudo hombre explicándose con métodos algo burdos. Enseguida volteó y comenzó a romper una silla para agarrar un palo para sigo mismo por si se le acaban las balas o surge alguna otra eventualidad. 

Si.. claro. Voy a enfrentarme a un ejercito de... ¿Qué coño son exactamente esas cosas?. Bah, da igual. Pero si voy con un palo me van a matar más o menos lo mismo que si huyera... - estaba asustada, pero intentaba controlar sus emociobes para mantenerse fría - ¿Donde consiguió ese arma padre? ¿Sabe dónde podemos conseguir más? ¿Comisaría, armería,...?

No, la verdad nose donde hay mas armas pero Samantha. Si en algún momento se queda sola a veces es mejor tener algo en las manos a no tener nada. Y cálmese yo no soy el enemigo aquí. Esas criaturas lo son. Como primero que no cunda el pánico entre nosotros. Vamos a estar bien.
Exclama el padre tranquilamente dando dotes de calma y serenidad en ese momento tan complicado.

Había permanecido en silencio durante toda la conversación de los otros dos que habían llegado a aquel lugar lleno de maravillosas y ardientes velas, estaba contemplando el crepitar de las velas, una por una, apagando las que no me gustaba como ardían para luego volverlas a enceder.

Parecía que aquellos dos individuos estaban preocupados por algo, la gente de fuera parecía perturbarles... solo gemían y arañaban la puerta, además, seguro que ardían facilmente...

...arden muy bien... seguro. Digo mientras me acerco a ellos, aunqeu no parezco dirigirme a nadie con la voz. Si tuvieramos gasolina, podríamos hacer una bonita fogata de criatura gimiente. Propongo abarcando las velas con un gesto de la mano mientras una sonrisa se dibuja en mi rosotro, los ojos miran hacia arriba, fuera del techo, al infinito se dibujan llamas en mis pupilas de solo imaginar lo bonito que quedará.

Miro a Lancaster ¿Tienes algun maravilloso liquido incendiario aquí, hombre?

Esto es la casa de dios. No una despensa de armamento. Para eso deberíamos dirigirnos o a la comisaría o a alguna casa de armas. Tenemos que salir en algún momento o ellos entraran y seguirán entrando. Tenemos que encontrar un lugar seguro. Deberíamos salir por la puerta trasera. Es lo único que se me ocurre. En estos momentos. Aunque primero Podríamos ver desde arriba a ver si que lado nos conviene tomar. 

Exclama de manera elocuente el hombre. Mientras sostiene su arma firmemente.

Oh... entonces no hay gasolina... Digo borrando la sonrisa de mi cara. Vuelvo a acercarme a las velas y cojo una para luego sentarme en uno de los bancos dejando chorrear la cera y dibujando con ella. Mientras entono con los labios la melodía de Highway to hell.

Sabia que no era una idea segura. Pero en ese momento no había muchas opciones. El padre resumió rápido todo lo que había visto arriba para que los demás se percatasen de la situación y le aportasen ideas. Y termino su resumen diciendo.

 .......bien Por ahora lo único que podemos hacer es irnos de aquí. Aquellos extraños seres en algún momento entraran. ¿Me acompañareis por el callejón? ¿O os quedareis?. El único problema es que nose adonde se dirige dicho callejón. Tal vez sea peor que adentrarnos por el frente. Pero en el frente ya hay de esos extraños humanoides. Y en la parte de atrás solo veo algunos cadáveres. Tal vez sean humanos comunes tal vez no.

Exclamo de manera calmada y precavida. Parecía listo. Tenía un palo y la escopeta. Sabía que podría defenderse de manera eficaz. Pero... ¿hasta cuando?. ¿O tal vez la pregunta era Hasta donde llegarían? 

- ¡Padre Lancaster! ¡Ayúdeme! ¡Mi novio tuvo que dispararle a la cerradura para entrar, pero ellos lo atraparon! ¡No puedo mantener la puerta cerrada yo sola! ¡Ayúdeme por favor!

 Al oír el estrepito de la puerta salgo de mis ensollaciones, la vela cae al suelo todavía encendida. Me levanto pisándola y adelanto a Lancaster hacia la puerta. Miro a la chica haciendo esfuerzos por mantener la puerta cerrada.

Tu debes de ser idiota, no ves que ahora entrarán todos y no tenemos gasolina... Le digo mientras empiezo a empujar la puerta. ¿Hay algun coche aquí cerca muchacha?

Intenté parar entonces al padre Lancaster, antes de que hiciera una temeridad.

¡Alto padre! ¿Qué sabemos de ella? ¿Y si es un monstruo como los de allá afuera? - presta atención entonces a las palabras del loco - ¡Oh, mierda mierda, la puerta está abierta! ¡Tenemos que largarnos de aquí ya, joder! 

- ¡Hay montones de autos en la calle y ninguno sirve! ¡Pero ayúdenme a cerrar la puerta primero! – exclama la joven empujando con todas sus fuerzas la puerta, tratando de cerrarla mientras varias manos aparecen en el umbral buscando abrirse paso a toda costa.