Partida Rol por web

Calendario Estelar Estándar:
- Año: 3784.
- Mes: Febrero.
- Día: 19.
- Hora: 14:00 h.

Calendario Estelar Estándar:
- Año: 3784.
- Mes: Febrero.
- Día: 19.
- Hora: 21:00 h.

- La Oficial Shelfie llega al Comedor procedente del Puente de Mando.

- No hay ni rastro de la sabrosa comida que prepara la Consejera Saltlake, tampoco hay alimentos frescos. Las neveras están vacías y la maquinaria de cocinar parece estar desmantelada y fuera de uso.

- Lo único que quedan son los expendedores de engrudo alimentario fabricado hace 15 años en el planeta Auriga Prima. Nutritivo, pero poco atractivo en comparación con la comida de las últimas semanas a bordo.

- Poco después llega al Comedor la Consejera Saltlake.

Me dirijo a los expendedores de engrudo, porque no tiene otra palabra eso que nos queda para comer, echo una buena porción en una bandeja, es lo único que hay, así que tampoco puedo escoger. Me sirvo un café, por lo menos algo que sepa a algo. No creo que evite que duerma, unas horas.

Estoy sentada comiendo eso cuando entra la consejera, la miro y sonrío ligeramente.

Buenas, Consejera, parece que ya no queda nada de esa comida tan buena que nos ha estado haciendo estas semanas.

Señalo el engrudo.

Volvemos a esto.

Indira entró en la cocina y un simple vistazo le hizo temer lo que ya llevaba varias horas dándole vueltas en la cabeza junto con todo el tema de la nave enemiga. La cocina estaba lista.

-Si, Aurora sí. Se terminó el buen comer, los platos sabrosos y calentitos... arrrgggg
-dijo mirando la pasta de engrudo nadando en el plato de la Oficial- antes no reparaba en lo asqueroso que puede ser eso, pero ahora...¡nada más que de pensarlo se me están quitando las ganas de comer! En el Puente me lo van a tirar a la cabeza cuando nos vean aparecer llevandoles esto... -dijo mientras se ponia un poco en su plato y se sentaba junto a Aurora- Antes de ir al Puente, estuve aquí y estaban ya limpiando los hornos y los fogones, hay que prepararlo todo para cuando nos congelen a todos, dejarlo todo limpito y tal. Y ya han terminado. Tenemos a gente demasiado eficiente en su trabajo -le dijo guiñándole un ojo en plan cómplice- Sinceramente voy a sentir que nos congelen, me lo he pasado muy bien todo este tiempo...aquí -señaló con su cabeza la habitación en la que estaban- pero esa nave me tiene preocupada, espero que no sea nada importante al final y no tengamos ningún contratiempo de última hora.

Indira arrugó el ceñó cuando masticó el engrudo pero no pudo hacer otra cosa que tragarselo con un suspiro.

Como un poco de la pasta horrible, obligándome a tragarla.

Sí, la verdad es que no pensaba que echaría de menos sus platos.

Bebo un poco de café, a ver si entra mejor.

Kira y el consejero Tayte son competentes, podrán averiguar algo más, mi trabajo es salir enteros del sistema, veremos los cálculos cuando Victoria termine de hacerlos, pero a priori no tiene por qué interceptarnos.

Sonrío ligeramente.

Me ocuparé personalmente de ello. Al fin y al cabo es mi trabajo. No sólo los que han recogido la cocina son eficientes.

Vuelvo a coger otra cucharada.

Yo no sentiré que me congelen, es más, no se siente nada, cuando te quieres dar cuenta te despiertan y han pasado diez o quince años. Se que seré de los últimos, ya se echa de menos que cada vez hay menos gente despierta. Me encojo de hombros. No estoy pendiente del ritmo de criogenizaciones, tengo demasiadas cosas que hacer, cada vez paso más tiempo en el Puente, llegará un momento que dormiré allí, por si acaso, así que prefiero disfrutar un poco del tiempo que queda hasta que pase eso, aunque sea comiendo este engrudo.

-¡Oh! yo tampoco estoy pendiente del ritmo de criogenizaciones, pero viendo en que han dejado esto me temo que no me queda mucho, realmente ya tiene poco sentido que este despierta. Así que en cualquier momento me dan el pase para el congelador -se tragó otra cucharada de engrudo y apartó el plato, aquello era incomible- Tiene que ser un poco...raro...verse cada vez mas sola en el día a día, pero supongo que con todo el trabajo que tienes se te pasará rápido. La verdad es que escucharos hablar en el Puente es alucinante, es una lástima que no haya estado más tiempo allí, pero ¡no me correspondía! Bueno, creo que será mejor que no siga intentando tragar más de esto-dijo retirando totalmente el plato de su vista- y mejor les voy preparando un poco a los del Puente, aunque me arriesgo a que me lo tiren a la cabeza, me temo. Termina tranquila mientras preparo ¿Vas después para el Puente o vas a descansar? Lo digo para llevar el engrudo al Puente y así estoy un rato allí más con vosotros.

Me obligo a comer, he estado demasiadas horas en el Puente, olvidándome de algo tan básico como alimentarme, aunque bebo el café, para pasar la comida.

Debería intentar comerlo, no sabe a nada, pero es  alimenticio, tiene todos los elementos necesarios para que podamos funcionar.

Me encojo de hombros.

No tiene el mejor sabor, pero a los ingenieros se les olvidó ese pequeño detalle. No se preocupe, los tripulantes estamos acostumbrados a este engrudo, si tienen hambre se lo comerán, añada café, así pasa mejor, o cualquier bebida con sabor.

Miro a mi alrededor, estamos solas, ya apenas quedamos diez o doce despiertos.

Te acostumbras, nos han entrenado para esto, sobretodo para esto, no se trata de si es raro o no, es lo que es, Consejera, tampoco soy demasiado... sociable, me siento más cómoda en mi consola de navegación, en el Puente, que aquí, charlando o haciendo esas cosas que tanto le gustan a usted.

Sonrío ligeramente.

¿Alucinante? A mí me parece normal, todos sabemos qué tenemos que hacer, los consejeros cada vez están más integrados, veremos en la próxima parada qué tal.

Me encojo de hombros, como otra cucharada.

No, me iré a dormir, Victoria tardará unas horas en hacer los cálculos de la posible intercepción de la nave, para ir sobre seguro.

Me froto la frente.

Llevo una semana durmiendo poco, y menos que dormiré los próximos días, necesito aprovechar estos momentos para hacerlo.

Calendario Estelar Estándar:
- Año: 3784.
- Mes: Febrero.
- Día: 19.
- Hora: 21:30 h.

- El Comandante llega al Comedor procedente de la Sección Criogénica de la Tripulación.

TRANSCURREN 33 HORAS:

Calendario Estelar Estándar:
- Año: 3784.
- Mes: Febrero.
- Día: 21.
- Hora: 06:30 h.

- Buenos días, señoras - digo al ver a la Consejera Saltlake y a mi oficial de Navegación desayunando juntas -. Veo que volvemos a tener esa indigna pasta alimenticia en nuestro menú. Hay ocasiones en la que lamento no ser militar. Haría un consejo de guerra al que presupuso que una masa grumosa equilibrada en nutrientes bastaría para calmar un estómago, prescindiendo de las papilas gustativas o de otros atractivos. Ante la idea de no volver a consumir algo similar - digo mientras me sirvo una dosis -, la criogenia gana atractivo. Dioses, si se fijan, hay grumos. Debe haber sido la única concesión a la cocina hogareña - digo con notable cinismo -. Debían pensar que con ello nos sentiríamos como ante un plato elaborado amorosa pero artesanalmente por nuestras madres. Si el color gris tuviera sabor - digo llevándome una cucharada a la boca - sería este. Necesito una ración doble de café para lograr tragar esto. ¿Quieren? - digo levantándome para servirme una buena dosis de cafeína -. Consejera, pronto le tocará su turno de criogenia. Si no me equivoco, será la primera de la lista en las que se efectuarán hoy - comento tras sentarme -. De modo que pienso que esto - señalo hurgando en uno de mis bolsillos para acabar colocando un pequeño paquete de galletas sobre la mesa - podría servirnos para celebrar un pequeño desayuno de despedida. Sírvanse, por favor.

Aguardo un momento pensativo.

- Quiero comentarles algo. A usted Aurora, por ser uno de mis oficiales. A usted, Indira, porque con Jerome Proud criogenizado, es la máxima autoridad de la futura colonia de Edén. He destruido - señalo tras una pequeña pausa - el espécimen botánico que el colono Chamberlain trajo de Cruzix IV. He valorado que los riesgos inherentes a una especie alienígena de biología desconocida, tanto en la futura colonia, como a bordo, superan los teóricos beneficios de la misma.

- "Comandante, el Consejero Talent pregunta si da inicio a las criogenizaciones, y que si, de ser así, éstas serán nuevamente cinco diarias o no." -

- El deber nunca descansa - digo tras oír a Victoria -. Victoria, comunica al Consejero Talent que las criogenizaciones pueden reinicarse de inmediato y que, en efecto, se procederá según el ritmo habitual.

- "Sí, Comandante. La primera criogenia prevista es la de la Consejera Saltlake, en la Zona Colonial." -

Estoy empezando a odiar de nuevo este engrudo y se me ha terminado el café. Levanto la vista cuando entra el Comandante.

Sí, agradecería otro café, tengo un largo día por delante para terminar los cálculos de aproximación de la nave.

Observo el paquete de galletas. ¡Galletas! Eso incluso me parece más sabroso que lo que estamos comiendo desde hace dos días. Enarco las cejas.

Señor, una galleta sería casi como entrar en el paraiso.

Vuelvo mi vista al engrudo que estoy comiendo.

¿La planta por la que se cerró la zona médica? ¿Esa planta? ¿La que quería criogenizar ese hombre? ¿El que estuvo en el Puente hace unos días?

Me encojo de hombros ligeramente.

Creo que es una buena decisión, viniendo de usted.

- Coja otra galleta, Aurora. No hay muchas oportunidades para alcanzar el paraíso en un viaje como este. Los placeres sencillos, en ocasiones, son los mejores. Sí, me refiero a esa planta, la del colono Chamberlain - confirmo -. Quise que ese hombre gozara de algo de tranquilidad antes de su criogenización tras su experiencia en el planeta. Un 0,5% de energía eran un gasto que bien podíamos permitirnos. Sin embargo, no estaba dispuesto a asumir los posibles riesgos derivados de esa planta sin pruebas exhaustivas por parte de un experto y aunque la Consejera Ciliane Janesburg hizo cuanto pudo, conozco perfectamente sus limitaciones y su dictamen final se alejaba mucho de ser concluyente. Hubiéramos necesitado un xenobiólogo, pero ese es un lujo fuera de nuestro alcance. Y con un viaje de varios años por delante y desconociendo los efectos de la criogenia sobre ese especimen... Prefiero prevenir que lamentar. Aunque haya voces que me acusen de criminal. Y en cuanto a Chamberlain, lamentablemente, dudo que tenga oportunidad de llegar a saber lo ocurrido. Su criogenia ha resultado bastante insatisfactoria. Posiblemente, no resista su despertar y de hacerlo, las secuelas serán su principal problema. Oh, disculpe, Consejera Saltlake, no quería asustarla - digo disculpándome ante mi torpeza -. Olvidé por un instante que pronto será criogenizada.

-¿Sociable? Cada uno es como es, si todos fueramos iguales esto sería soberanamente aburrido. Entiendo perfectamente que se encuentre más a gusto con sus consolas y de hecho me encanta saber que ama y se encuentra a gusto con su trabajo, es una seguridad para todos, todo sea dicho de paso. Y a mi esto...bueno, cocinar no es mi fuerte, he aprendido aquí, pero si, si que me gusta relacionarme con todos, conoceros a todos. Esto ha sido solamente un anticipo de lo que será mi trabajo en Edén...

La puerta del comedor se abrió dando paso al Comandante. Sus palabras primero le provocaron una sonrisa cuando se refirió a la maravillosa pasta gris y las siguientes le borraron esa misma sonrisa -¿Seré de las primeras? Ya lo veía yo venir...¡Galletas! ¿De donde las ha sacado Comandante? Es increíble, después de haber probado el engrudo esto es la mayor de las delicias -dijo probando una y saboreándola mientras la voz de Victoria resonó en la habitación- ¡La primera! ¡Que ilusión! -bromeó.

Pero la alegría iba totalmente en serio, las palabras del Comandante le habían dado una noticia anormalmente buena y el anuncio de su criogenización quedó relegado a un segundo plano.

-¿Berta? ¿Ha eliminado a Berta? -cuando vio asentir al Comandante, Indira se puso a reir con verdaderas ganas mientras aplaudía sonoramente- ¡Berta! Jajajajajaja ¿Que quiere que le diga? ¿Que lo siento? ¿Que se ha equivocado? ¡Comandante! ¡Eso es lo mejor que se podía hacer con esa planta! Hubiera sido una temeridad llevarla con nosotros y mucho más dejarla entrar en Edén. Tiene todo mi apoyo en ese tema y me alegra saberlo, si consigo superar el siguiente despertar y estamos en Edén cuando eso suceda...si alguien pregunta por ella me encantará poder responder con conocimiento de causa. Aunque lo siento por Chamberlain...no sabía que su criogenización hubiera ido tan mal. Y no, no, no se preocupe Comandante, conozco los riesgos que tomamos al congelarnos y los que nos esperan al despertar. Cruzaré los dedos y confiaré en Talent y en su buen hacer, no nos queda otra. Jajaja ¡Berta! ¡Aun no me lo creo! Una buena noticia sin duda.

Pero no me deje coger más, señor, seguro que la Consejera querrá también. Miro un momento a Indira. ¿Verdad? Vuelvo a mirar al Comandante. Los pequeños placeres son los que marcan la diferencia, señor, no se cómo podré agradecérselo. Por primera vez en mucho tiempo una sonrisa asoma en mis labios, una de verdad.

Escucho atentamente sus explicaciones sobre por qué lo ha hecho.

Lamento que la criogenesis del colono no haya ido del todo bien, pero es un riesgo que asumimos. Tiene razón, una planta alienígena, viniendo de ese planeta, sin tener datos concretos podía ser un peligro para todos. ¿Por qué le van a acusar de criminal si tan sólo era una planta?

Casi a la vez que digo eso la Consejera se echa a reir, entre las galletas y esta noticia, parece que lo menos importante es que la vayan a criogenizar en breve.

Consejera, espero que a usted le vaya mejor que al colono, y que podamos vernos en la próxima parada, o en Edén. ¿La planta tenía nombre? Arrugo el entrecejo ligeramente. ¿Como se le puede poner nombre a una planta?

No puedo evitar sentirme relativamente sorprendido por las reacciones de los miembros de esta tripulación. Con mi oficial de navegación y la consejera, ya son tres las personas que en estos momentos revelan su animadversión hacia la planta cruziana y muestran su apoyo acerca de su desaparición. Sea como sea, la última afirmación de nuestra aurigana, tan propia de su forma de ser, me arranca una sonrisa.

- Algunos somos así. Damos nombre a aquello por lo que sentimos aprecio, humanizándolo de esa forma. Chamberlain, mientras su planeta fue devastado, tuvo por única compañía aquella planta y es lo único que lo mantuvo cuerdo, si tal cosa puede llegar a afirmarse. Que le pusiera nombre y además de mujer casi entra hasta dentro de la lógica. En fin, señoras, me temo que debo regresar al Puente. Les dejo las galletas. Consejera Saltlake, ha sido un placer tenerla entre nosotros. Le deseo una buena criogenización - digo tendiéndole la mano para estrechársela antes de salir hacia el Puente de Mando.