Partida Rol por web

Como siempre, la exposición de la situación y la explicación del plan, transcurre como siempre lo ha echo, el jefe habla y se cree el rey del mambo. Escucho el "chiste" de Vasquez, más la grave voz del coronel me impide contestar. Las explicaciones se suceden, es lo de siempre, bla, bla, muy peligroso, bla, bla, profesionalidad, bla, bla, seamos serios. Me sorprendo de mi mismo al ser la primera vez que consigo estar tanto tiempo callado, eso si es una novedad, agarrado sobriamente a una cadena, intento mantener la atención.

Hicks se acerca por mi izquierda mientras la "asesora" nos cuenta lo malos que son los bichos. Muchos datos, nada que indique que una lluvia de balas no lo pueda parar, por lo que decido atender a mi compañero. Nos habla de cubrirnos el culo, estoy totalmente de acuerdo. Le asiento para hacerle ver que me he enterado y termino de escuchar los datos de ese bicho. El último comentario de ripley me hace reir. Como si estuviera en la escuela, levanto mano.

-Yo tengo una pregunta teniente con respecto a lo dicho por la señorita aquí presente.- Una sonrisa burlona aparece en mi cara -¿Donde hay una cabina para llamar a mi madre?-

Las palabras de Hicks me obligaron a chasquear la lengua y responderlo.
-Joder tío, eso lo tienes claro tu y lo tenemos todos, solo pienso tocar uno de esos cabrones con las balas al rojo vivo.-El resto fue lo de siempre, hasta el clásico humor estúpido de Hudson.

-Mas te valdría meterte la lengua en el culo Hudson, seguro que así tu madre estaría mas tranquila.-Le contesto sin poder evitarlo, la civil parece realmente preocupada y lo ultimo que necesita es escuchar sus chorradas, ademas seguro que el Sargento nos hará pagar mas tarde sus palabras a todo el pelotón.

Ghorman suspiró cuando el enésimo chiste de Hudson colmó su paciencia. Apone se adelantó y tomó la palabra.

-¡Ya está bien de gilipolleces! El teniente quiere que esto vaya como la seda y según las normas ¡Y eso será lo que haremos! Todos los planos deben estar memorizados para las ocho treinta. La carga de artillería, montaje de armas y detalles previos de la lanzadera estarán listos a las siete. Así que ya sabéis nenes, ya lo habéis oído y sabéis como hacerlo ¡Moved el trasero! ¡Hudson, ven aquí! 

parecía que por fin nos pondríamos en marcha, por lo que termine mi desayuno y me prepare para el descenso. Por suerte no tenia que preparar armas ni memorizar planos ni nada, por lo que termine en seguida.

Arreglado y listo me dirigí hacia donde estaban Dallas y Ripley.

- Bueno, espero que disculpen a los soldados, pueden parecer problemáticos y poco serios, pero les aseguro que saben hacer bien su trabajo. No tienen de que preocuparse.

 Miro a Burke muy seriamente y le espeto

- No pienso bajar ahí abajo. Me han mentido. Esto no es una misión humanitaria. Es una misión militar para adquirir un arma. Me quedo en la nave.

Me quede atónito ante la respuesta de Dallas.

- ¿Un arma? No, no, capitán, temo que no lo ha entendido. Usted dice que ese ser con el que se encontraron es temible. Y ahora hemos perdido contacto con toda una colonia. También dijo que esos seres no eran originarios de este planeta. Si aceptamos todas esas premisas, debemos suponer que existe un riesgo real para los humanos, y no solo en esta colonia, sino quiza en cualquier otra. Si esos seres existen, y yo me inclino a creer su historia capitán, es imperativo que los estudiemos para evaluar que grado de peligro representan para nuestra especie, de donde vienen, y como debemos eliminarlos. - Mire a los ojos al capitán un instante - ¿O es que considera que lo mejor es esperar a ver si volvemos o no a encontrarnoslos antes de tomar medidas? Yo creo en estar preparado Capitan Dallas, no en esperar a que estos seres pudiesen llegar a cualquier otra colonia, o quiza a la misma Tierra. Esperaba que usted precisamente entendiese este punto mas que nadie.

Dallas, ya hemos llegado hasta aqui y la verdad, me es indiferente lo que haga.- Miro a Ripley,- ademas su amiga a accedido a ayudarnos.
Recuerde que si no lo hace se quedara sin su sueldo, sin recuperar su miembro y con menos de lo que tenia cuando fuimos a hablar con usted.


Voy a mi oficina.
Me despido de la gente con un gesto mientras grito.
Apone, informeme cuando lleguemos.

Tras los gritos del Sargento solo tenia una cosa que decir:
-Señor, si señor.

Y me marche con el resto de mis compañeros para tratar de ponerme al día lo antes posible.

- Lo estaba viendo venir... -golpee a Hudson con una colleja al pasar a su lado. No estaba realmente enfadado con mi colega, pues sabía que aquello formaba parte de la dinámica de Apone cuando le hinchaban las pelotas con un nuevo e inexperto capitán como Goorman, pero no había porqué malacostumbrar a Hudson- Serás bocazas... Esto me pasa por no seguir mi instinto y meterte un calcetín sudado en la boca esta mañana cuando aun no estabas despierto del todo por el hipersueño...

Tras esto, vi como Apone atraía a mi amigo a su lado con los ojos inyectados en sangre y una palpitante vena en la frente. Desde luego Hudson sabía como sacar de quicio a alguien. No se como acabó su culo con nosotros con semejante preparación para trabajar de funcionario de ventanilla...

 Já...como no, siempre Hudson hará que paguemos todos el cabreo del Sargento.-Me levante, llevé la bandeja a su sitio y me fui a comenzar a preparar la artillería pesada y a comprobar que mi Smart-gun estuviera lista para el combate.-¿Vienes Hicks?-Digo desde la puerta del comedor ya.

 Me siento frustrado con la situación, me he metido de lleno en la boca del lobo y no tengo medios de salir...

Vamos a morir todos...

- Tan solo espero que no les muerdan en el culo... 

Obvió las estupideces de Hudson y comprendió a Dallas. Eran unos bastardos chulitos que no eran conscientes de lo que se enfrentaban y morirían por imbéciles. Ripley por un lado quería que probaran en sus propias carnes lo que la estupidez y las bestias hacían si se ponían esas dos cosas a la vez. Pero habían vidas en juego, y si no aceptaban sus vidas serían una mierda. Sin honor, sin trabajo... solo podían intentar que no muriera más gente. Aunque se lo ponían muy difícil.

-Te comprendo, estos hijos de mala madre se merecen todo lo que les pase y más-  dijo acercándose a Dallas, con un tono que solo él podría oír- pero si la cagan caerán más vidas. Los muy imbéciles nos necesitan.

Luego se dirigió a todos señalando las armas que transportaban hacia la superficie.

-Es bueno ir bien armados, pero no creáis que tenéis el culo a salvo por tener unas armas de este tamaño. Lo necesario para sobrevivir es tener las pelotas necesarias para usarlas con un cerebro mayor al tamaño de una nuez.

Miró a todos sin mucha esperanza a que la mayoría de los militares cumplieran el último requisito.

Cita:

- Claro Vas. Cuando sea y adonde sea... -dije utilizando el apelativo de confianza entre aquella fiera marine y yo. Nos conocíamos ya desde hacía años. Habíamos ido a la misma quinta desde que nos mandaron a adiestramiento en aquella bola de estiercol llamada Satéilte Urbis-9, donde bebías el sudor que te caía de la frente mientras avanzabas contra los bots de entrenamiento y cagabas fuego de artillería a cada paso dado. Aquella zorra era mi amiga, aunque Drake era quien más intimidad tenía con ella. Al menos era con quien más pulsos echaba y competía, y conociendo a Vas, aquello significaba algo si la conocías. Siempre supuse que las armas pesadas te unían o te mataban con mayor celeridad... Para mi suerte o mi desgracia, lo mío era el viejo y fiable rifle de asalto, y no tenía cabida en ese grupo tan elitista de los smart guns... Aun así, tanto Vas como el peliteñido de Drake, eran dos cabrones por los que arriesgaría el culo. Igual que con Frost, o cualquiera de los bastardos con huevos de acero de aquel cacharo interestalar que nos llevaba al jodido LV-426 a una puta cacería de bichos. Hasta tenía un hueco especial para el melón de Hudson bajo mi armadura de Kevlar...

Quizás por eso me tocó tanto las pelotas que la asesora nos hablara con semejante desprecio cuando me dirigía hacia el umbral donde Vasquez me esperaba. Podía entender que Hudson era un cabron cargante, pero aquella tiparraca nunca se había enfrentado al fuego de un enemigo dispuesto a reventarte los intestinos. No sabía lo que era descargar tensión antes de lanzarse al meollo. Era una civil, con estúpidas ideas preconcebidas, incapaz de entender lo que tenía delante de sus pequeñas tetas de navegante. Ese desprecio logró inflarme las pelotas, si.

Quizás mis compañeros no éran las personas más agradables del mundo, pero estábamos ahí para dejarnos el pellejo para proteger el suyo de cualquier eventualidad. Aquel desprecio estaba más que de sobra y no iba a tolerar que hablaran así de mis compañeros delante mío. Y menos una asesora que no era nadie y no nos había demostrado nada.

- Sargento. -dije cuadrándome, dirigiéndome a Apone- Permiso para responder a la asesora Ripley, Señor. Puesto que ha expresado claras dudas sobre la profesionalidad de grupo marines que la acompaña, me gustaría iluminar sus lagunas al respecto, Señor.

-Permiso concedido, cabo -respondió Apone chupando del puro y mostrando una media sonrisa de diversión.

-Finalmente lo he conseguido, he sacado de quicio al Sargento.- No era ninguna novedad que antes del inicio de una misión, me ganara alguna reprimenda por bocazas, pero que le podía hacer yo? Solo era la voz de los pensamientos de todos los presentes... me rio de mi propio comentario. Inmediatamente me acerco al sargento e intento mantener una posición firme y un rostro serio y relajado.... sin mucho éxito, ya que me cuesta impedir que se dibuje una sonrisa en mis labios. Tras tomar un poco de aire, le miro fijamente y le informo de que estoy listo para la reprimenda

-¡Sargento!-

Entonces evado mi mente y la centro en lo que va a responder el bueno de Hicks intentando escucharle por encima de la voz del sargento

Con el beneplácito del sargento, adopté una postura más relajada y dirigí mi mirada a la asesora. No era una mirada hostil, pero desde luego no era amistosa. Para eso, la tal Ripley tenía que ganarse nuestro respeto, y con sus insultos estaba más bien lejos de ese punto.

- Asesora, permita que le informe que existen fichas de archivo sobre todos y cada uno de los soldados de esta unidad, entiendo que a su disposicción por ser quien es... -comencé con tono neutro y profesional- ...pero dado que ha mostrado serias dudas sobre nuestra profesionalidad, permita que le ahorre tiempo de lectura al respecto.

Esta unidad de marines ha pasado por todos los campos de combate habidos y por haber desde que el ser humano salio de la tierra. Hemos trabajado repeliendo ataques terroristas, liberado personal retenido o secuestrado, derribado cruceros suicidas, protegido comboys médicos, asaltado barcazas de piratas a velocidad sublumínica, repelido asaltos de saqueadores coloniales sobre civiles recién establecidos..."

Aqui el soldado Frost, por ejemplo, se infiltró tras las líneas enemigas en una bola de estiercol dominada por saqueadores, mercenarios y mafiosos, llamada Tethis-421, y haciéndose pasar por uno de ellos, reventó a sus líderes con un chicle de C-4 y un par de huevos negros como el ébano. Sus pelotas y su negro culo salvaron gente. Civiles. Unas 80 preciosas mujeres secuestradas que estaban destinadas a la trata por prostitución...

En Rake-998, una colonia selvática, Drake y Vasquez aguantaron el tipo en la boca de un valle con sus smart guns y solo 3 cargadores, cuando unos narcos a los que les jodimos el laboratorio azuzaron una manada salvaje de cuarafones locales para que la estampida nos dejara hechos papilla. Si nunca ha visto un cuarafón le diré que es un cruce entre rinoceronte y un cachalote, con muy mala hostia, e hinchado hasta las trancas de esteroides. Ningún buen compañero murio ese día. Y todo es bajo fuego enemigo...

Hasta este melón que tenemos como mascota -con una sonrisa, pusé una mano sobre el hombro de Hudson- fue capaz de reventar los sistemas de control de una tropa de bots de asalto ilegalizados, que trataban de asaltar una complejo militar con armamento de reserva, en Alpha Centaury, con un miserable unidad de radio y una mierda-conexión wifi. Los controlaba una facción de terroristas radicales que pretendía abastecerse con armamento pesado para atentar contra objetivos civiles... El bueno de Hudson hizo que los bots se volvieran contra ellos mientras les mandaba mensajes a sus controladores de que todo funcionaba correctamente. Su bocaza y su cerebrito salvaron el día...

Si siguiera con cada uno de esta unidad, me tiraría todo el día. Como verá, no somos ni neurocirujanos, pero a todos nos sobran pelotas y cerebro para hacer nuestro trabajo con eficiencia y entrega. Todos en esta unidad tendrían la Medalla de Honor, si no fuera porque somos unos machacas sin rango; unos bastardos sin gloria que solo saben partirse la cara unos por otros. Y no hablo de mi mismo porque en los marines nos adiestran para no ser arrogantes, pero si orgullosos.

Y lo menos que usted y el asesor Dallas aquí presente podrían hacer, sería mantener un poco de respeto por nosotros, que vamos a sangrar lo que haga falta. No tenemos porqué caerles bien, ni tienen que lamernos nuestros feos culos. Ni siquiera nos interesa esa mierda. Pero somos nosotros quienes vamos a jugarnos el pellejo para que usted conserve el suyo, así que va a permitirnos un poco de choteo a cambio.

Vale, son ustedes un par de supervivientes. Se enfrentaron a algo desconocido y salvaron el culo hace 50 años gracias a sus pelotas y su cerebro. Bravo. Enhorabuena. Son la polla confitada... Nosotros no nos movemos SOLO para sobrevivir, si no para salvar y aportar. En este caso SALVAR SUS culos. Ustedes decidieron embarcarse; nosotros hemos venido por obligación, pero hemos venido a cumplir y cumpliremos. Quizás yo no sea un figura, piloto de primera clase, pero mi madre me enseñó a saber distinguir las cosas que importan... Ah, y si lo desea, el formulario para denunciar insubordinación y falta de respeto es el A-38. Le invito a que haga uso de él si considera esto una falta de respeto, señora... Y ahora, si me lo permite, asesora, tengo trabajo que hacer en la armería. Solo son armas grandes y toscas, pero igual sirven para algo contra su maldito problema...

Y mi nombre es Hicks. Cabo Hicks. Que tenga un buen día... -volví a cuadrarme en dirección a Apone- Permiso para retirarme, Señor.

Solté sonoramente el aíre al terminar. Quizás me había buscado un problema, pero había que poner los puntos sobre las íes desde el principio. Y si les caíamos como el culo, ese era su problema, no el nuestro. Nosotros sabíamos cual era nuestro trabajo.

-Hijo, ya has "demostrado" cuan preparados estáis. Pero no he oído nada en relación a las cosas que tenemos aquí. Y si quieres hacerme quedar como la idiota bocazas que puede que sea demuéstrame lo que valéis ahí fuera y no con palabras. Porque el enemigo aquí no son mafiosos, ni terroristas, sino algo que solo mata por deporte, así que solo quiero advertiros de que esto no es lo mismo.

En realidad toda esa retahíla de hechos solo le hacía ver a Ripley que creían que estaban más que preparados para ir a la misión. Y subestimar al enemigo era la primera cosa que no debían hacer. Pero poco podía hacer por ellos ahora, sería fuera donde se vería de qué madera estaba hecho cada uno.