Partida Rol por web

Alma Cubrae I: lo que acecha en la Oscuridad

Acto I: Entre los Desaparecidos

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01/06/2021, 17:24
Archivos del Ordo

Aún no podían creerlo, pero así era. De un momento a otro, se habían convertido en reclutas al servicio de la Inquisición Imperial, elegidos de entre miles de millones para ser formados como Acólitos, agentes, expertos y especialistas de campo. Elegidos para convertirse en la primera línea de soldados en la secreta guerra que libraba el Imperio contra las fuerzas de la corrupción interior y los horrores exteriores y del más allá, que buscaban subvertir y derrocar el gobierno del Trono Dorado de Terra.

Después de ser seleccionados e incorporados al servicio de la Inquisición, las cosas no habían salido exactamente como habían imaginado. Apartados de su vida pasada, habían pasado por una iniciación, siendo probados y medidos, cuestionados e interrogados. Pero, aparte de unos pocos sermones dados en salas oscuras que les dejaron estómago revuelto, y un torrente aparentemente interminable de códigos y cifrados con instrucciones de ser memorizados y destruidos, se les había dado completa libertad por el momento. Alojándose con nombres falsos en anónimos habitáculos en la Colmena Vesuna Regis, en Juno, el planeta capital del Sector Askellon, habían estado esperando durante semanas el llamamiento de sus nuevos amos, y tal vez, su veredicto.

Y por fin había llegado dicho llamamiento, cuando un mensajero de ojos perdidos les entregó una nota con una codificación cifrada perteneciente a los Sagrados Ordos. El mensaje en su interior era simple, como si se hubiera copiado de una plantilla automática, y contenía poco más que una hora, una fecha y un lugar. La instrucción, acudir preparado y esperar compañía, estaba firmada con un único epíteto: El Emperador Protege.

Cada uno respondió a la llamada a la hora señalada, trayendo todo el equipo que poseían, y despidiéndose, tal vez por última vez, de su temporal y anónimo alojamiento. Tras atravesar las bulliciosas masas anónimas del barrio del Administratum, llegaron hasta la parte trasera de un imponente y vasto edificio cubierto por bajorrelieves de cráneos, urnas medio envueltas y otros tantos símbolos de muerte, coronado por la inmensa estatua de un Santo doliente. El lugar concreto, era la caja de una plataforma elevadora, pegada a aquél edificio.

La luz de los quimifaroles arrojaba sombras sobre el interior de la caja a través de sus paredes metálicas enrejadas. El marchito rostro de un servidor incrustado en el mecanismo de la plataforma los fue estudiando a medida que llegaban, pronunciando un robótico "Pase" cada vez que alguien subía a bordo. El variopinto grupo se fue reuniendo en la plataforma, manteniendo un tenso silencio mientras esperaban a que algo sucediera. En cuanto el último del grupo fue escaneado por el servidor, se escuchó un sonido de activación proveniente del mismo, y la puerta de la caja se cerró de forma automática.

La plataforma dio una sacudida, y lentamente, empezó a descender, con una escotilla cerrándose sobre sus cabezas con un golpe atronador. La plataforma siguió yendo hacia abajo durante algunos minutos, a través de lo que parecían niveles de mantenimiento, profundizando en las entrañas del distrito gubernamental.

Notas de juego

¡Bien, empezamos! Primer post para poneros en situación. Aunque la introducción habla en plural, cada uno tiene sus vivencias y llega al lugar por separado (salvo Naya y Graham). Os dejo que os presentéis y os conozcáis entre vosotros e intercambiéis opiniones (si queréis) mientras desciende la plataforma.

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24/06/2022, 21:00
Leonid Ilich Brézhnev

Demasiadas cosas había vivido en su corta vida, demasiadas perdidas y una vida que no conoció la tregua, que todo lo que los interrogadores y agentes de los ordos le hicieron pasar, no fue nada que ya hubiera vivido; al menos, en esencia. El dolor, la amedrentación, los sondeos, las sondas e inyecciones. Nada nuevo en cuanto a sensaciones y emociones, aunque, por razones obvias, no había llegado a experimentar exactamente eso. 

Su tiempo en aquella colmena sí que le fue extraño, terriblemente extraño. Acostumbrado a las minas, las aldeas de pequeñas casas y al frío, aquel lugar a Leonid le pareció una auténtica pesadilla. El calor de algunas zonas, el ruido, la gente, que parecía infinita. Poco le gustaba ese nuevo mundo, prefería, sin ningún género de duda, volver a los interrogatorios que a eso, al menos, en esas oscuras y húmedas salas, se encontraba solo o con muy poca compañía. Se revolvió en su interior al recordarlo conforme se encaminaba hacia el punto de encuentro. 

Los vocoemisores del casco emitían el característico sonido de su respiración, la cual parecía que tenía dificultades. Pero solo era en apariencia, sus andares eran firmes, con la espalda tan recta que parecía un muro de carga. Leonid llegó el primero, colocándose en el mismo centro del lugar, observando a un lado y a otro conforme llegaron figuras, extrañas para él, que, conforme los iba pudiendo ver con claridad, más raros se le hacían. No abrió la boca, solo los miró, protegiendo su identidad tras el casco que ocultaba sus facciones. Finalmente, cuando el montacargas inició la marcha, le quedó claro que ya estaban todos.

Leonid Ilich Bréhnev - se presentó. Su voz sonó sintética, pero perfectamente entendible - ¿sois todos nuevos? Espero que no, estoy cansado de ser la niñera - preguntó, con un tono ¿divertido? Se quedó unos instantes mirándolos y una leve risotada se emitió a través de los emisores, dándole cierto aspecto cadavérico - ¿apostamos a ver quien es el primero que muere? ¿Cincuenta tronos por participante? - quiso saber; en ese momento su tono sonó endiabladamente serio, sin vacilar. 

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25/06/2022, 00:43
Beatrix Mithra

Cuando la misiva llegó, Beatrix sintió que su penitencia había llegado a su fin. De todo el proceso de instrucción, la peor parte había sido precisamente la espera. Jamás se habría imaginado que un día se alegraría de recibir noticias de la Inquisición. Como arbitradora, su forma de lidiar con la incertidumbre era perseguirla hasta conseguir que delatara a alguien más tangible, pero aquel último encuentro con ella no había sido como ningún otro que hubieran tenido en el pasado. En lugar de acechar a la incertidumbre, Beatrix había tenido que convivir con ella durante semanas, obligada a no hacer nada, ardiendo por dentro. De haber podido, habría pedido que volvieran a interrogarla. Prefería al miedo y al dolor, con mucho, a la duda. 

Gracias al dichoso Emperador, todo aquello había terminado: había pasado la prueba y allí estaba, rodeada de completos desconocidos. Mientras buscaba un lugar entre ellos y la pared en el que dejar sus espaldas bien cubiertas, pensó si no serían todos carne de cañón, y sus ojos se estrecharon en una sonrisa funesta. Sus rasgos eran peculiares, sobre todo por la capacidad que tenían de conjurar expresiones tan discordantes como aquella. Por sí solos eran agradables de ver, pero cuanto más los contemplaba uno, más percibía en ellos una cierta capacidad para la insidia. Por ejemplo, su rostro parecía el de una santa, y de hecho recordaba a los bustos esculpidos en los contramuros de las catedrales de la Eclesiarquía, pero un ligero prognatismo lo echaba a perder y levantaba ciertas dudas acerca de la pureza de sus genes. A su corte de pelo, al estilo del de las novicias del Adepta Sororitas, lo desbarataba el carmín de sus labios, y la gabardina que vestía a duras penas bastaba para esconder la armadura de caparazón que llevaba por debajo. Aparte de esta, lo único que tenía en común con el resto de de arbitradores del sector era la frialdad de su mirada. 

Cuando uno de los acólitos empezó a fanfarronear, ella le ofreció un pitillo, solo por ver si se quitaba la máscara. Después se llevó uno a su propia boca y lo prendió con una cerilla.

—¿No es tu primera vez? —le preguntó, inocentemente, antes de darle la primera calada— ¿No crees que somos muchos?

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25/06/2022, 08:37
Graham McNeill

Semanas. El tiempo implicaba paciencia. Era algo que entendia bien. Quien fuera que al final tras habernos marcado como "aptos" habia decidido enviarnos a este mundo colmena para dejarnos a nuestra suerte por tanto tiempo sin duda era alguien peligroso. El simple hecho del tiempo de espera necesario para hacer el llamamiento ya implicaba una razonamiento logico y frio, preciso. Era un inquisidor despues de todo, aunque esa solo era una palabra rimbombante, en el fondo, no era otra cosa que un cazador. Solo que la presa era... mas dificil de agarrar en su caso.

Deje escapar una leve sonrisa carente de humor, mientras golpeaba sutilmente el pitillo de ilho entre mis dedos, dejando caer algo de cenizas. Lo lleve a mis labios y tome una pequeña bocanada, dejando salir el humo al poco.

Era bueno estar en la calle, era bueno poder filtrar algo de esa mierda envuelta en papel que tenia entre los dedos, aunque no era mi habitual, siempre estaba bien cada cierto tiempo.

El pitillo estaba casi terminado y mi mirada estaba pendiente de mi compañera. Habian sido semanas interesantes a su lado, sobretodo dado el tipo de cobertura que nos habian dado. La observe detenidamente, a la espera de que ella captara como estaba pendiente de ella. Asenti levemente cuando sus ojos se posaran en mi.

En ese momento uno de ellos decidio hablar. Con algo de hastio movi mi cabeza y mire a los dos que hablaban. Mi cuerpo estaba cubierto de arriba a abajo por mi armadura, mi rostro estaba marcado por algunas arrugas que me hacian algo mas viejo de lo que era.

Graham McNeill. - Dije con un tono simple y directo. Lleve el pitillo a mis labios de nuevo, mientras observaba a la mujer del corte de pelo a lo sororitas. - Si, si que lo somos.

Si esto era un grupo de caza, sin duda eramos demasiados...

Deje de lado la apuesta y el juego en si. Si mis tronos debian ir a alguien tras mi muerte, ya sabia a quien era.

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26/06/2022, 21:26
[Muerto] Telum Molkavar

Kahelus, con ese nombre he cubierto mis pasos en la colmena como si a alguien le importase quién soy. No he salido demasiado de mi habitación, no me acostumbro a la muchedumbre y la de Juno es de las peores que he visto, es como estar en medio de un enjambre de millones de insectos moviéndose continuamente sin sentido. Admito que tiene un efecto secundario interesante, todos están demasiado inmersos en sus insignificantes vidas como para detenerse en mi, lo cual resulta ser un alivio transitorio. Es como si Tellum no hubiese existido nunca.

La nota que me entregaron ha sido sencilla de descifrar, quién hubiese imaginado hace uno años que los Sagrados Ordos me recibiesen entre los suyos? Aquél incidente terminó con la vida de muchos, en cierto modo también con la mía y si aún respiro fue sólo gracias a Azurtam. Ese inquisidor no me ha soltado la mano desde entonces, todavía no entiendo realmente el porqué de su protección, ni siquiera estoy seguro que realmente vea en mi algún potencial o ve más bien un peligro, pero a la distancia ha allanado mis caminos desde que me interrogó hace unos años. Pocos meses atrás lo volvieron a hacer otros inquisidores, la insistencia de sus preguntas me resultó tortuosa pero me he acostumbrado a que las sospechas se posen sobre mí continuamente. La intensidad de las pruebas y el dejar atrás lo que he sido me parece un precio justo si con ello puedo acercarme a esos malditos que nos acechan, conocerlos mejor aunque se escondan, y por sobre todo hacerles mucho daño.

El camino por el barrio del Administratum se me hace familiar, la misma burocracia que sostiene este Imperio sin límites está presente en todos lados y pese a estar en la capital de Askellon no difiere en esencia a lo que viví durante años en Opthea IP-23. Si difiere en tamaño, en Alejandría XV no éramos más que algunas decenas y aquí en Juno hay miles o tal vez millones dentro del Adeptus. Podría decirse que disfruto de la camina hasta el punto de encuentro, el cual resulta ser un lugar sagrado y ominoso dónde la muerte y el recuerdo están presentes en torno a la estatua de un Santo Doliente. Me detengo ante ella, inclino mi cabeza hacia adelante y mantengo silencio por unos instantes. El Emperador Protege, me repito una y otravez, en parte por ellos y más aún por mi.

Me encierran en una jaula, así me siento en esa plataforma cuando comienza a descender. No estoy solo, mis ojos van de un lado al otro evitando cruzar la mirada con quienes me acompañan. El grupo es dispar en todo sentido, cada cual es muy diferente, algunos de ellos parecen tener un aire exótico incluso, todo esto es sin duda una bendición de nuestro Santo Emperador, tantas piezas diferentes podrían llegar a encajar, y si alguna sobra puede descartarse. Tal vez las cicatrices aún sangrantes de mi cabeza le generen alguna incomodidad a más de uno, siempre lo hacen, pero me importa muy poco lo que piensen. Mientras descendemos saco mi autopluma y registro en un código cifrado la descripción de cada uno de ellos y la impresión que me causan, que los considere dignos de ser incluidos en mis registros es un halago silencioso a mi dispares compañeros de destino. 

Interrumpo mi escrito por un instante para sumarme a las presentaciones - Tellum Molkavar - al hacerlo dejo atrás a Khaelus por el momento. El hombre del casco asegura haber estado antes en contacto con la Inquisición, poco me importa pues pronto estaremos como él, además por nada del mundo lo elegiría a como entrenador si su experiencia lo lleva a apostar por nuestras vidas. La mujer acierta en su observación y coincido con Graham en la respuesta, aunque no es un problema que seamos muchos mientras no me estorben. Es verdad, son muchos y son peligrosos, resuena una vez en mi cabeza. Pronto serán menos, no hay porque preocuparse, dice otra antes de volver al silencio.

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27/06/2022, 18:53
Katherine von Heppel

Apestaba. Esa era la descripción que mejor caracterizaba a Juno, o al menos a Vesuna Regis. En las calles el hedor de las cloacas y el sudor humano acompañaban a uno cuando caminaba, respiraba, comía, y vivía. En el aire, no importa qué tan alto esté uno en su edificio, la contaminación ambiental se escurría por los viejos sistemas de ventilación que se suponía que debían mantener ese hedor fuera y el aire respirable y hacían que el ambiente se sienta pesado lleno de una sensación que no sólo se olía sino que casi se podía saborear los metales pesados y polímeros industriales en el aire. Era la peor ciudad que Katherine había visto nunca y sospechaba que si no estuviese ya curtida por otros nauseabundos hedores producto de campos de batalla habría vomitado la primera vez que puso pie en ese planeta. Lejos estaban los paisajes de su mundo natal, como si cuanto más se acercase a servir al Emperador más dura su existencia se volviese.

Ese pensamiento le daba fuerzas. Siempre supo que una vida de servicio al sacro maestro de la humanidad era una de sacrificio, que tenía que dejar atrás lujos y comodidades para dar su existencia en gratitud por todo lo que Él les había en su querido Corus IV. Y habiendo tantos mártires en la historia de la humanidad que dieron su vida por un Imperio mayor que todos ellos, ¿qué era vivir en una apestosa colmena? Y luego de adentrarse en los campos de batalla más cruentos del sector Askellon, peleando contra xenos y traidores por igual, tampoco era un sacrificio demasiado grande. No, eso venía ahora.

Katherine había sido elegida por la Inquisición, sacada de los rangos de la Guardia Imperial y llevada a una seguidilla de estrictos interrogatorios y pruebas antes de que se le dijese siquiera qué estaba sucediendo. No fue hasta las últimas sesiones donde la interrogaron que se enteró de su próximo destino y a qué organismo estaría contestando, algo que la dejó completamente anonadada, a tal punto que agradecía el último tramo de descanso para poder ordenar sus ideas de lo que venía en su vida, incluso si a veces la ansiedad surgía y deseaba que ya se comuniquen con ella para seguir con el siguiente paso de esta nueva asignación, la cual finalmente llegó a través de un cifrado de los Sagrados Ordos.

Así es como se encontró en compañía de otros soldados de la Inquisición esperando que le den órdenes a los pies de la estatua de un santo, a la cual Katherine le tocó los pies pidiendo por su bendición en esta ventura, al lado de un hombre cuya calva estaba recorrido de desagradables cicatrices que se presentó ante los demás, quienes discutían en voz alta sus números, juzgando que "éramos demasiados", a lo cual Katherine empezó a contar cabezas.

—Ocho rifles. Somos un escuadrón de manual. — Señaló desde su experiencia de su regimiento de la Guardia Imperial. —No somos muchos, estamos justos dependiendo de lo que se necesite. — Porque esa era otra cosa, todos juzgaban que "éramos demasiados", ¿en base a qué? Si todavía no les habían hecho un briefing de lo que tenían que hacer. Si alguien puso ocho rifles en una habitación por algo era.

—Teniente Katherine von Heppel, del 342. — Se presentó a los demás, dando su rango y número de regimiento sin pensar en ello, a pesar de que ya no importaban para la situación, por pura costumbre. No solamente el que se presentara como una militar, sino que los dos rifles, a falta de uno, que llevaba, uno en la espalda y el otro desarmado en una valija de armas con el símbolo del Astra Militarum, informaba a todos de donde venía.

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28/06/2022, 17:13
Naya

El trayecto hasta allí se hizo corto. Muy corto. Aquellas dos semanas en el anonimato, con él, habían sido como las vacaciones que nunca había podido disfrutar. Tranquilidad. Bienestar. Paz mental. Pero ahora tocaba mover el culo y cumplir con su promesa.

Caminaba al lado de Graham sin prisa pero sin pausa, como si sus pasos se acompasaran a su calmada respiración y esquivaba a la muchedumbre que recorría las atestadas calles con fluidez y sin perder a su compañero. Se llevó un segundo dos dedos al implante en el lateral de su cabeza rapada que ahora estaba parcialmente oculto por unas oscuras gafas que llevaba a modo de diadema. Chasqueó un segundo la lengua pero siguió adelante.

Al ver la "jaula" su cuerpo se retrajo en un destello de su instinto de supervivencia pero si él traspasaba el  control ella también. Al ver a más gente allí dentro gachó ligeramente la cabeza, dejando que su pelo ocultara parcialmente su rostro mientras se quedaba en la retaguardia. A pesar de su posición, sus ojos indagaban por la plataforma buscando cualquier flaqueza, cualquier ventaja, mientras todos comenzaban a hablar.

Tropezó con su mirada pero no se detuvo en ella. Después de todo solo necesitaba eso, saber que "seguía ahí". Permaneció callada sin presentarse a pesar de que todos lo hacían, esperando que no repararan mucho en ella. Después de todo, no era ella quien importaba allí.

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28/06/2022, 22:40
[Muerto] Hermana Mort

Con fluidez esquivó la muchedumbre mientras se dirigía al punto de encuentro, allá donde el anódino papel que le habían entregado decía que tenía que ir. 

Atrás quedaban años de entrenamiento, sufrimiento y porqué no, placer alcanzado a través de la comprensión y aceptación de que el Emperador era todo lo que necesitaban, y que el dolor y las diversas formas de enseñanza que había soportado eran un camino más para acercarse a Él, en toda su grandeza. 

No se hacía ilusiones, era un minúsculo grano en una playa atestada, en el borde de un mar inmenso al cual no se le veía fin alguno, una más entre billones de billones, y sin embargo, un grano especial, una seguidora infatigable que daría todo por la causa. 

Sus sinuosas piernas la llevaron hacia aquella jaula donde varios más esperaban, era la última en llegar, pero eso no importaba. Con apenas unas miradas calibró a todos y cada uno de los que estaban allí, haciéndose una idea del trabajo que cada uno iba a desempeñar y valorando las diferentes posibilidades. 

Contempló a la mujer del pelo verde-rosado, y una ligera sonrisa asomó a sus labios. No sabían porqué estaban allí, pero la gran I les había llamado, y era su deber responder. 

¿Por qué habían llamado a alguien de su culto? No le importaba, sus órdenes eran obedecer, y eso es lo que haría. Allá ellos al tirar de un recurso como ella. 

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29/06/2022, 00:44
Archivos del Ordo

Al final del lento descenso de la plataforma, el grupo fue depositado al final de un amplio corredor gris, iluminado por pálidos ilumiglobos con forma de querubines llevando antorchas. Únicamente estaba iluminada la primera parte del corredor, mientras que en el resto tan solo se visulmbraban tinieblas. Pero al descender de la plataforma, más ilumiglobos idénticos prendieron, mostrándoles el camino a tomar, con más y más encendiéndose a medida que recorrian el largo túnel, apagándose aquellos que iban dejando atrás. Fuera lo que fuera lo que les esperase, solo había un camino para llegar hasta ello, ya que el corredor no presentaba distintivo alguno, si bien los más perspicaces pudieron notar como durante todo el recorrido el ambiente desprendía un ligero olor a desinfectante químico.

Tras alrededor de dos minutos de camino, el corredor llegó a su fin frente a una puerta metálica blindada, que automáticamente se destrabó con un siseo de aire presurizado, abriéndose con un fuerte rechinar de engranajes. Al cruzarla, entraron en una habitación que contenía poco más que un desbarajuste de cajas de metal polvorientas marcadas con símbolos inteligibles apiladas contra un muro, mientras que en la pared contraria había, abandonada y tumbada de lado, una camilla de hospital con correas para manos y pies.

La característica más impactante de la habitación, no obstante, no era sino un amplio espejo que dominaba la mitad superior de la pared opuesta a la entrada. Lentamente, el espejo se fue aclarando hasta hacerse transparente, revelando detrás de él una brillante cámara de acero. Dentro de la cámara, mirando hacia la habitación, se encontraban dos hombres, un anciano con anteojos y una bata blanca, y otro hombre vestido con un abrigo gris oscuro, alto, de pelo corto negro, y una barba gris que, junto a las numerosas arrugas y cicatrices de su rostro, le daban un aire de madurez. El brillo de un pitillo de Lho encendido de vez en cuando aparecía en sus labios.

Tras él, cubierto por una sábana gris moteada, se encontraba lo que parecía ser un cuerpo colocado en algún tipo de armazón puesto de pie para su inspección. Mientras tanto, flotando expectantes en el aire por encima de ambos, se vislumbraban un par de cráneos blancos esmaltados, en los que se había injertado diversos instrumentos de bronce y largas agujas hipodérmicas.

El hombre del abrigo gris les hizo una señal con la mano para que se acercaran al cristal y, tras un estallido de estática, su voz se escuchó a través de un pequeño altavoz en el techo.

Notas de juego

Quien quiera puede hacer tiradas de Percepción +20, de Saber popular (Tecnología) +10 y de Saber popular (Imperio) +0

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29/06/2022, 00:49
Vodric Lorr

Me alegra ver que todos han respondido al mensaje — empezó diciendo — Soy el Interrogador Vodric Lorr, y eso es cuanto necesitan saber por el momento de los Sagrados Ordos — tras dejar aquél punto claro, hizo una pausa, mientras los iba examinando uno a uno — La sangre nueva, ¿Eh? Veremos si resultan una buena adición a la guerra secreta... — Lorr hizo una nueva pausa, esta vez para dar una profunda calada al pitillo y exhalar el humo, antes de seguir con su explicación — Debo asistirles en la investigación de un asunto de interés que hace poco ha salido a la luz de forma inesperada. En estos momentos, se encuentran en las profundidades del Templum Mori, el hogar de los muertos, en el que los Señores del Prefecta Mortem tienen su corte, y donde los caídos y perdidos de la gran ciudad son registrados y contados. No les sorprenderá por tanto, saber que se encuentran aquí para ver un cadáver. Dudo que sea el primero que vean... aunque este es algo singular.

El Interrogador se giró hacia la figura de la bata blanca, que tiró a un lado de la sábana gris, revelando el cuerpo diseccionado y eviscerado de un humano adulto —  El cuerpo ha sido identificado de forma positiva como el de un tal Saúl Arbest, varón, 23 años de edad, trabajador de colmena, certificado como trabajador no cualificado. Anteriormente contratado por el Condominio Tantalus. Habitación registrada: habitáculo 6/23 bloque 7-17#, División Coscarla, zona sur, Colmena Vesuna Regis — mientras hablaba, los servocráneos desaparecieron de su ángulo de visión — Se encontró al sujeto fallecido en el sistema ferrocarril de tránsito de la Colmena Media hace tras días cuando el tren regresaba a cocheras. El examen preliminar en la escena sugería que la muerte se había debido a una sobredosis. Sin embargo, el examen post-mortem realizado por los medicae forenses — señaló al hombre de la bata blanca — reveló ciertas anomalías que obligaron a nuestra participación.

Los servocráneos regresaron entonces, acarreando desagradables especímenes orgánicos en jarras y tubos de ensayo aferrados en sus diestros calibradores de bronce, y mostrándoles de cerca cada uno de ellos para su estudio.

La causa real de la muerte... — siguió hablando Lorr — fue de hecho un fallo sistémico total provocado por un rechazo tisular a causa de un órgano sintético implantado. Dicho órgano destruyó su sistema nervioso central al intentar controlar la respuesta inmunológica. En resumen: esto…

Uno de los servocráneos mostró una sencilla jarra en la que se podía ver una especie de arnés vertebral de unos quince centímetros de longitud compuesto de ondulantes zarcillos, aún en movimiento, aún vivos.

— …acabó desde dentro con su vida — el servocráneo volvió a elevarse en el aire, llevándose el espécimen con él — ¿Para qué sirve? Desconocido, pero en mi opinión, su función es, en una palabra, “control”. Control neuronal y sináptico, tal vez peor. Maestro Arzour... — invitó entonces a hablar al otro hombre.

El de la bata blanca se aproximó al cristal También se encontraron otros injertos y operaciones quirúrgicas menos singulares; un pulmón reemplazado por una cavidad de almacenamiento oculta, posiblemente para su uso como correo. También, un nervio óptico extirpado, piel arrancada de su estómago, no tengo idea del por qué. Su sistema está inundado de restos alquímicos, agentes coagulantes, supresores de dolor y similares — fue citando el forenseLa cirugía se ejecutó de forma experta, pero a juzgar por las lesiones y el estrés tisular sufrido, dudo que hubiese alguna preocupación por que fuese indolora. De hecho, teniendo en cuenta el daño sufrido por sus cuerdas vocales, yo diría que probablemente gritó durante tanto tiempo como fue capaz de ello.

Lorr intervino de nuevo — Pero lo que nos preocupa es este pequeño monstruo. No hace falta estar familiarizado con el saber genético ni con el edicto del Omnissiah, para saber que no sólo es ilegal, sino que está prohibido, es herejía. El mero hecho de traficar con este tipo de tecnología oscura es suficiente como para que los Sagrados Ordos, el Arbites o el Mechanicus dicten una sentencia de muerte — nueva calada al pitillo — Se preguntarán cómo es posible que algo tan vil y peculiar haya acabado enganchado a la espina dorsal de un prole anónimo de subcolmena — dio un vistazo general sobre ellos, aunque no fue difícil adivinar lo que iba a decir a continuación — Bueno, a la Inquisición también le interesaría saberlo.

>> El hombre no tenía antecedentes criminales previos, se le consideró inválido para el contrato. Fue despedido, si lo prefieren, hace ahora sesenta días y su hermana, una tal Lili Arbest, residente del mismo bloque habitacional, informó de su desaparición hace treinta y dos días. Estarán de acuerdo conmigo en que es tiempo más que suficiente como para meterse en toda clase de problemas. Estos injertos tienen una antigüedad máxima de ocho ó diez días como máximo. No sabemos nada más sobre él.

>> Esta investigación deberá realizarse de forma encubierta, sin ninguna participación oficial ni notificación a las autoridades locales, y tampoco sabrá nadie de su paradero. Coscarla está prácticamente en la Subcolmena, por lo que una aproximación encubierta atraerá mucha menos atención que ir derribando puertas a patadas, y es mucho menos probable que destruya alguna pista que nos lleve hasta nuestro hereje — el casi consumido pitillo de Lho desapareció, lanzado al suelo para ser pisoteado, ante el fruncimiento de ceño del anciano de bata blanca — Descubran el por qué y el dónde, si pueden… mejor aún, descubran el cómo. Aún mejor, descubran al responsable. Ah, y sería una bendición si pudieran proporcionar muestras adicionales.

Lorr quedó callado entonces, expectante, mirándolos fijamente. Si tenían alguna pregunta que hacer, era el momento, de lo contrario, harían bien en ponerse en marcha hacia su primera misión para los Ordos.

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29/06/2022, 19:11
Graham McNeill

Observe a Lille mientras bajabamos, comprendia lo que pasaba en gran medida por su cabeza, pero mientras ella no mostrara sintomas de necesitar nada, me mantendria en posicion. Sonrei muy levemente, apenas perceptible, al ser consciente de como estudiaba el entorno, buscando los puntos debiles y las rutas de escape.

Lista, demasiado lista a veces...

Levante la mirada ante la ultima adquisicion. La evalue sin decir nada, antes de seguir moviendo mi mirada con tranquilidad por los demas, hasta simplemente centrarla en la nada, mientras el elevador se ponia en marcha.

El elevador toco suelo, delante un pasillo envuelto en oscuridad y unos ilumiglobos que apenas permitian ver los primeros metros del mismo. Con tranquilidad y facilidad me movi y pronto ante la presencia del grupo, el camino quedo revelado. Las multitudes no solian ser un problema, pero en un lugar bajo tierra tendian a provocar acumulaciones de gente.

Demasiados...

Mire de nuevo a mi alrededor antes de posar mis ojos y al poco mi presencia al lado de Lille. Avanzamos y al poco estabamos en otra sala, instantes despues tras un cristal aparecio un tipo de aspecto duro y lo que solo podia ser un magus, aunque faltaba ver de que especialidad.

Interrogador Vordic Lorr.

Muchos terminos. Muchas palabras con tintes mas peligrosos de los que parecian. Los deje pasar porque ahora mismo no tenian importancia. El motivo de nuestra presencia aqui, si, por contra.

Analice y compartimente, a la espera.

Un cadaver. Un cuerpo humano. Abierto como un cerdo para su diagnostico. Nada que no hubiera visto antes, como bien habia dicho Lorr, pero tambien expectante por lo que debia ser descubierto. Los datos fueron dados, con simpleza, saque una libreta y comence a apuntar tranquilamente los datos segun salian de la boca del interrogador.

De los multiples injertos que se le habia otorgado al sujeto, el mas extraño era una especie de gusano alargado que aun parecia con vida, por como se movian algunos de sus zarcillos.

Mi mirada paso al interrogador cuando dijo la palabra control. Un organismo o injerto para conseguir controlar a una persona. Eso entraba dentro de novedades, dentro de lo que estaba acostumbrado a escuchar, incluso en una colmena y eso que habia escuchado mierda muy rara.

La informacion seguia fluyendo. Enganchado a la espina dorsal.

Cuando el silencio reino sobre la sala, mire al magus biologis. - ¿Hay alguna diferencia notable entre las otras alteraciones previas y el gusano sinaptico ese? ¿En su experta opinion podria haber sido hecho todo por la misma persona aunque fuera en diferentes fechas? - No era lo mismo extirpar un pulmon que enganchar esa mierda a la espina dorsal de alguien, el nivel de habilidad sin duda debia ser completamente diferente.

Un matasanos bien podia haberlo hecho todo y segun quien o que pagase, o que deuda tuviera que pagar, se movian cosas muy raras en el submundo de una colmena. Con el cuerpo aun lleno de tanta droga, sin duda no hacia mucho del implante...

Mire de nuevo a Lorr y señale el frasco. - ¿Algun indicio de como es posible que tras ser extirpado siga "vivo"?

Esa mierda si era una especie de cabron que buscaba controlar o hacer algun tipo de simbiosis rara, deberia haber muerto con el huesped... pero parecia... estar buscando un nuevo mejor amigo.

Notas de juego

Pendiente de tirar en base a una duda expuesta al master.

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29/06/2022, 19:41
Leonid Ilich Brézhnev

Mientras descendían, Leonid se dio de bruces con una terrible realidad, todos y cada uno de ellos eran unos rancios. Los miró protegido por la máscara que llevaba y negó con la cabeza - el entierro de la babushka fue mucho más alegre, joder, y eso que todo el mundo la lloró - volvió a negar sacando un dado de ocho caras con runas. Jugueteó con él entre sus dedos y lo lanzó al aire antes de atraparlo con gesto cansado. Miró la runa iluminada y contó con el índice - vaya, lo siento, cincuenta tronos a que tú eres la primera - a quien le tocó fue a la peliverde que trataba de pasar desapercibida y no había abierto la boca. El azar dictaminó y Leonid lo encontró divertido, por lo que una leve risotada distorsionada fue emitida a través de los emisores del casco.

Miró a uno de los pocos que le había hablado y asintió ante su primera pregunta y luego respondió a lo que a más de uno le preocupaba - podríamos ser más, mientras todos sepamos mantener un perfil bajo, da igual ocho que ochenta - comentó de pasada, quitando hierro al asunto.

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Una vez llegaron al punto de reunión después de seguir el camino de querubines que se iban iluminando conforme avanzaban. En cuanto empezó todo aquello, Leonid se quedó algo apartado y se apoyó contra la pared más cercana. Le dolía la pierna derecha de tanto andar y necesitaba descansarla un poco. Escuchó con atención la información que les facilitaron, pareció todo claro a ojos de Leonid, pero tampoco tuvo demasiadas dudas, tenían un inicio por el que empezar, un lugar, unas inmediaciones y un cirujano clandestino que buscar, sin embargo, sí que había dicho algo que no le cuadró. Por otra parte, aquel dantesco espectáculo sí que molestó al psíquico, que, a pesar de saber mantener la compostura, no era de su agrado ver aquello; por fortuna, su máscara ocultó el gesto de desagrado que no pudo evitar.

Cuando ya hubo terminado el "briefing", levantó la mano como para pedir la vez, pero sin esperar, preguntó después de que Graham hiciera lo propio - ¿El cirujano que hiciera los injertos podria tener entrenamiento civil o del omnissiah? Puede que sea un sacerdote con su propia agenda de investigación  - y ladeó la cabeza, mirando al sacerdote de marte que los acompañaba.

Diferentes tesis empezaban a danzar en la mente de Leonid, pero, por ahora, no descartó ni se centró en ninguna.

- Tiradas (2)

Notas de juego

disfunción!!!

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30/06/2022, 00:12
[Muerto] Vantes-013

 

Parte 1: Despedida y encuentro.

El conducto de alimentación comenzó a rozarse contra su suave y pálido rostro, como si de una serpiente entumecida se tratara. A través de este, se iban canalizando todo tipo de compuestos nutritivos, medicamentos y suplementos específicamente destilando para el sujeto. El cual, parecía dar buena cuenta de estos. Dejando escapar una amplia cortina de burbujas emergiendo lentamente desde su nariz y a posteriori, a través de la escafandra atornillada a la mandíbula. Deslizándose con una lentitud cuasi imperceptible para el ojo humano, pero de forma molesta para el ocupante del tanque de gestación.

Diversos cables y conductos descendían a lo largo y ancho del escaso espacio colmado de líquido espeso y ambarino, como un conjunto de lianas y enredaderas, como una parodia de jungla mecánica. En apariencia inmóviles y presa de una escasa gravedad que los hacía quedarse suspendidos hasta medio metro por encima de la criatura pequeña y glotona. Balanceándose cuando los filtros comenzaban a depurar de secreciones el líquido amniótico y sintético del tanque. Latentes y contoneándose, los cables parecían una trenza desastrosa. La cual, como si yacieran en el espacio, ingrávido y el más mínimo soplo de aire, lo arrojará a acometer contra su anfitrión. Llegando a un punto de incomodidad tal que el bebe reacciono apartándolo de un manotazo antes de cambiar su postura y dar la espalda a su observador.

Los diversos manípulos de alrededor del tanque comenzaron a notificar sus constantes vitales (levemente alteradas, pero estables) con un leve sonido cuyo eco destacaba por marchitarse deprisa. A diferencia del olor a óleo sagrado, a plástico y al cobre recalentado que decoraba la parte exterior de cada aparato en forma de cráneos y efigies con engranajes alrededor.

Vantes-013 paso una mano metálica y articulada por secciones capacitadas para adoptar diversas maneras y emplearse en distintos cometidos por la superficie vidriosa, trazando un símbolo de "bendición" para honrar a la todavía enjuta forma en el interior. Otro para mostrar buena fe tanto a su ciclo de desarrollo como para agradecer al Omnissiah por otro más de sus milagros. Sus dedos carecían de tacto, pero las conexiones que conformaban la complejidad de sus articulaciones ya habían recopilado suficiente información para que la perdida del tacto no supusiera una molestia. Miro al rostro fruncido del bebe y deseo poder sonreír por un solo segundo.

010011-La carne es débil, así lo dicta nuestro credo. Pues siempre ha sido de esta manera. Al menos, de momento.-000010

Susurro a través de su voco-emisor para sí mismo mientras se apartaba del enrejado suelo para no molestar al transporte y servicio de mantenimiento del que estaba dotado el laboratorio. El cual, constaba de al menos 12 servidores con implantes mecánicos y completamente automatizados, 5 servocráneos y un querubín con el rostro deformado, que se mantenía vigilante y siempre escondido en lo alto de una columna. Un ingenio de lo más intrigante, pero esquivo.

De pronto, una diminuta señal comenzó a refulgir de forma intermitente en su ojo biónico. Tenía que abandonar aquel lugar, había llegado el momento. Dos tecnosevidores se aseguraron de que abandonara las instalaciones y de que no tratara de dar marcha atrás o vacilar de ningún modo.

Tras 30 minutos de caminar por túneles subterráneos y dos ascensores en condiciones muy precarias, llego a la superficie de un callejón. El acceso subterráneo sé cerro tras él con un sonoro repiqueteo de metal, luego quedo en completo silencio mientras se recubría la escotilla con dos láminas de asfalto que recobraban su auténtica posición. Lo que en cierto modo había sido su hogar durante los dos últimos meses, no volvería a serlo nunca más. Echaría de menos aquel laboratorio completamente automatizado. Estaba seguro de ello, pero no a aquel horrible querubín.

Parte 2: Encuentro y horror.

Al salir a la calle principal del complejo en el que se emplazaba. Se encaminó por un callejón repleto de charcos pegajosos que hacían arrastrar los bordes de su húmeda túnica, montones de contenedores de basura agujereados a golpes y cubiertos de grafitis y panfletos religiosos de color amarillento. Fue entonces cuando Vantes-13 se percató de lo conglomerados que estaban en aquella ciudad, escuchar el barullo que provenía no muy lejos de su paradero le trajo de vuelta a la realidad de su situación.

Llevaba tanto tiempo bajo los cimientos de esta urbe ingente y rebosante de actividad, inmerso en sus propios pensamientos y fascinado al observar la tecnología y los experimentos que se llevaban a cabo en aquel lugar de ciencia y milagros. Que había olvidado por completo el día de su llegada a aquella Ciudad Colmena y la de gente que se movía de un lado para otro en esta titánica metrópolis, tanto antaño como en este momento.

Llegar al sitio pactado requería el acabar en el otro extremo de la ciudad, un sector distante que le llevo 3 transportes públicos atestados de carteristas y demás delincuentes. 2 controles por parte del Adeptus Arbites, en los que le pregunto para dar testimonio de un asesinato, dos calles más abajo y un incendio en una tienda cercana al punto en el que se encontraba. A esto sumémosle otras cuatro horas de caminata a través de calles laberínticas y de distinta amplitud y una pequeña carrera cuesta abajo con tal de esquivar a una procesión del Adeptus Mechanicus especializado en la reparación y mantenimiento de los mecanismos de los que dependía el tránsito de los ciudadanos tanto de a pie como en sus diversos tipos de vehículos. Con el fin de ahorrar tiempo y que ninguno de sus hermanos lejanos le preguntara más de lo debido o diera parte de su presencia en el área. Al fin y al cabo, era un fugitivo.

Llegaba bien de tiempo al lugar acordado cuando percibió algo moverse a su derecha entre unas viejas cajas clasificadas con el logo de la Eclesiarquia para la beneficencia. Acelero el paso y continuo, sin mirar atrás, sus cálculos le ofrecían un claro tanto por ciento de probabilidades ante la pregunta que se había formulado al escuchar ruido tras de sí y ver algo que se movía. Entonces bloqueo la pantalla emergente que veía a través de su retina artificial y comenzó a repetirse a sí mismo en voz baja.

000110-Me da igual que los balances digan lo contrario, no pienso girarme a comprobar mis sospechas. No quiero, no voy a hacerlo.-000110

Al cabo de un par de minutos, aquel sitio había quedado ya muy atrás. Vantes-13 vio a varias personas acercarse al sitio pactado sin aparente prisa, se dispuso a entrar en edificio al igual que el resto sin siquiera aparentar serenidad alguna, con paso firme. En su interior, realizo un barrido a la arquitectura y la tecnología que allí se hallaba, le costó unos minutos llegar hasta la plataforma donde se le dio el pase. Una vez en esta y al llegar el resto del equipo, los mecanismos se activaron y comenzó su descenso. Creyó escuchar a varios integrantes entablar conversación, pero estaba demasiado ensimismado en la ingeniería que le rodeaba, en aquel lugar y su sagrada tecnología.

Parte 3: Horror y asombro.

000011-Sagrado Omnissiah. Este edificio es una obra de arte.-001000

Comento para sí mismo en un tono parcialmente inaudible de gótico y binario que quedo oculto por el sonido que generaba su sistema respiratorio al iniciar su medida automática de mantenimiento y revisión. Tras un breve paseo y dejando ya la tarima que les había traído hasta este nivel del subsuelo muy atrás, el camino comenzó a iluminarse mediante lo que le pareció un sistema de sensores rudimentarios, pero optimizados y de indudable utilidad.

001001-Dios Máquina, esto solo podría ser obra tuya.-010000

Un leve error en la graduación de su voco-emisor elevo el tono de su voz por encima de lo deseado, pero nadie pareció darle mucha importancia. Se sintió un poco avergonzado, pero acondiciono su estado de humor a uno de los estados predefinidos que había configurado para este tipo de casos e inicio una revisión completa de su aparato transmisor.

Cuando llegaron a la habitación, ya les estaban esperando. El Inquisidor Lorr estaba allí, también su lacayo. El cual le pareció un simple aficionado en comparación a los Magus de su orden y todo el potencial y conocimiento que albergaba el Adeptus Biologis. Acerca del ser humano, de su anatomía y de muchas otras cosas que muy poca gente sabían.

Aumento los niveles de audio para captar y grabar la descripción del sujeto y se centró en examinar su anatomía ya deshilachada como un muñeco de trapo. Pero mantuvo ciertas distancias con aquella aberración que le había costado la vida al paciente, que había arruinado la pureza de su carne. No se acercaría si no le ordenaban hacerlo.

 

Notas de juego

Notas: Tiradas pendientes de discusión con el master.

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30/06/2022, 05:32
Graham McNeill
- Tiradas (1)
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30/06/2022, 13:23
Archivos del Ordo

Sus ojos más que acostumbrados a escudriñar a todo tipo de individuos en busca de posibles amenazas, a McNeill no le costó descubrir que el abrigo de Lorr ocultaba  placas de blindaje en su construcción, y que el bulto bajo su brazo no podía provenir sino un arma oculta de algún tipo.

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01/07/2022, 01:12
Beatrix Mithra
Sólo para el director
- Tiradas (1)
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01/07/2022, 01:16
Archivos del Ordo

Sus ojos más que acostumbrados a escudriñar a todo tipo de individuos en busca de posibles amenazas, a Mitrha no le costó descubrir que el abrigo de Lorr ocultaba  placas de blindaje en su construcción, y que el bulto bajo su brazo no podía provenir sino un arma oculta de algún tipo.

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01/07/2022, 01:25
Beatrix Mithra

Beatrix se esforzó por atender la explicación del interrogador, pero cuando este les enseñó lo que tenía para ellos, su concentración cayó en picado. Empezó a mirar la monstruosidad con una mezcla de fascinación y asco. Le faltaban las palabras y, tratándose de ella, eso tenía su mérito. 

Tenía un millar de ideas rondándole la cabeza, pero no se atrevía a lanzar ninguna al vuelo. No era que sintiera vergüenza, sino más bien desconfianza: no se fiaba de ninguno de los presentes. Si al final habló, lo hizo porque tenía la sensación de que su enlace con la Inquisición no iba a acompañarlos durante sus investigaciones, por lo que lo mejor iba a ser que ataran cabos cuanto antes.

—¿Es posible que el cadáver no hubiera muerto en la escena? ¿Qué le hubieran desplazado hasta allí? —miró entonces la cosa. Cuando retomó la palabra, habló con una cadencia entrecortada que fácilmente podía pasar por vacilación, pero detrás de la cual se escondía, en realidad, una curiosidad malsana y comedida— Y… eso… ¿es mutante? ¿o de origen xeno?

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01/07/2022, 09:37
Naya
- Tiradas (1)

Notas de juego

Creo que los demás compañeros la han hecho de otra forma pero imagino que así vale (yo me he sumado el +20 sabiendo que tengo que sacar por debajode 42, que es mi percepción) Más que nada porque si no es pifia, estoy cerquisima, XDDD.

No se cuando vas a actualizar pero intentaré el fin de semana postear, pero la gente escribe mucho y tu maravilloso post (me ha encantado el del interrogador) tampoco puedo saltarlo muy por alto y con mi vista, necesito ir escribiendolo poco a poco

GM: No te preocupes que así está bien xD El atributo y el modificador sería ponerlo en Dificultad, para la próxima. Y si, a un pelo de la pifia, aunque en este caso no,habría pasado nada xD

El ritmo es medio así que me gustaría actualizar un par de veces por semana según lo que posteéis vosotros, pero soy flexible con el tema. Y más en tu caso, si no te ves aún (broma no intencionada xD) no te preocupes, incorpórate cuando estés recuperada del todo :)

Gracias por lo del post!

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02/07/2022, 08:21
[Muerto] Hermana Mort

En silencio y sin responder a nadie, continuó con el resto a través de aquel pasillo con luces automatizadas que sin duda estaba plagado de defensas invisibles y trampas mortales para cualquier intruso no invitado.

- Ya llegará el momento de hablar. - pensó dirigiendo una ligera sonrisa al del dado.

Al entrar en aquel Templo a la muerte se sintió automáticamente cómoda, como si estuviera de nuevo en uno de sus lugares sagrados, y aunque era muy extraño para ella el haber sido convocada con tantísima gente, su cuerpo no pudo evitar una relajación inconsciente que la llevó a caminar de forma mucho más laxa y convencional. 

Examinó con atención (un observador atento apreciaría el deleite en su mirada) el cadáver y aquella creación artificial que sin duda era surgida de la locura de un cirujano fuera de sus cabales, y escuchó con atención, memorizando los datos clave, la explicación del Inquisidor Lorr sobre lo sucedido, así como lo que requerían de ellos. Sintió rechazo y casi aversión por la forma tan burda en la que había muerto aquel pobre desgraciado, y ya comenzó a imaginar cómo sería el ritual que emplearía para sacrificar al Sagrado Emperador al hereje culpable de todo esto. 

No terminaba de entender qué hacía ella allí. Normalmente sus misiones eran de búsqueda y exterminio, no de investigación, pero sus razones tendrían los Sagrados Ordos para haberla convocado, y ella no era quién para cuestionar aquella decisión, así que automaticamente se autoasignó el papel de "eliminadora" de peligros para el resto, que serían los encargados de investigar aquellos sucesos. No es que ella fuera imbécil, aportaría lo posible, pero no era su especialidad y era esencial entender el papel que uno tenía en la vida que Él le había otorgado. 

Dejó que el resto hicieran las preguntas que consideraran oportunas, a ella sólo le importaba encontrar al culpable y darle su castigo.

Decidió también que, saliéndose de lo normal para ella, sería bueno conocer al resto y sus especialidades, y de nuevo volvió a su mente el pensamiento anterior... - Ya llegará el momento de las presentaciones. -