Partida Rol por web

23 de Julio de 2025, 12:00 pm, en alguna parte del océano Pacífico....

El crucero llevaba varios días navegando, y la mayoría de la gente estaba en la gran cubierta, disfrutando de una fiesta matinal, todos o en su mayoría llevaban traje de baño o bikini; los únicos que no llevaban eso eran los marineros y el capitán.

Pusieron una música que aunque algo antigua, era bastante marchosa e invitaba a bailar. Todos os lo estabais pasando muy bien, todo parecía de lujo. Hace cosa de menos de una semana, habíais recibido vuestra notificación de ingreso a la universidad más prestigiosa de Japón: la Todai. Entrar era muy complicado, y el que lo consiguierais, os ganó un premio que no ibais a desperdiciar: un viaje por el Pacífico y algunas islas paradisíacas a bordo del Sunshine. Hacía unos 30º y la humedad y brisa del mar lo hacían más que soportables. 

En uno de los lados había una barra libre de comida, para aquellos que quisieran comer o picar algo, mientras que en el otro lado habia una barra libre con todo tipo de bebidas, con varios mayordomos para servirlas: desafortunadamente pedían el DNI para poder servir bebidas alcohólicas y éstas solo podían ser servidas y tomadas en un recinto apartado, donde los menores de edad no podían entrar.

El capitán anuncia por megafonía que en una hora llegarían a un archipielago paradisíaco, pero que no disponian de permiso para deternerse, ya que aun no estaba listo el complejo turístico, pero os permitiria ver desde lejos lo que podría ser la joya del Pacífico.

Akira se encontraba tomando un baño en la piscina con su bañador sin tener ninguna clase de pudor al mostrarse así. Callado como de costumbre, el muchacho nadaba bastante bien, los deportes no se le daban mal y no se iba a dedicar a ser profesor de educación física por nada.

La música si bien le gustaba, la que sonaba en el crucero le ponía nervioso. Arrugaba el ceño cuando los agudos eran muy altos y suspiraba negando en los estribillos, no le gustaba para nada pero era lo que tocaba. De naturaleza apagada y poco habladora, no iba a ponerse a protestar porque saquen esos acordes endemoniados.

Pasada una media hora, salió del agua ajustándose un poco sus ropajes inferiores y se acomodó los cabellos hacia atrás. Sin buscar una toalla caminó hacia una silla para recostarse un momento. De piel pálida y músculos atléticos entrenados, este chico de más de metro noventa descansó sin hablar mucho con nadie.

—Maldita música —musitó para sí, pero fue todo lo que dijo.

Hay estaba yo: en medio de un fiestón, con comida a mansalva, bebidas, y un montón de personas bailando... y yo en un rincón, bebiéndome la tercera taza de café para no quedarme dormido y acompañando a Menta-chan para que ella se divirtiera... la vida de lacayo es muy dura, pero al menos ella se divertía bailando, algo era algo.

La música que habían puesto... meh, no es que me agradara mucho. Muy estridente y animada para mi gusto -Creo que yo puedo hacerlo mejor... pero uff, que pereza decirlo- pensé. -Meh... este café es muy flojo... UAGHHH... me estoy quedando sopa- me dije a mi mismo. Había una piscina... a lo mejor mojarme me despertaba un poco y así podía intentar divertirme con Menta. Me deslice entre la multitud de la pista de baile hasta llegar a ella -Menta-chan... me voy a tirar a la piscina para ver si me despejo, ¿te vienes?- le pregunté muy calmado -Así, por si no funciona y me duermo, al menos evitas que me ahogue- le dije con todavía más tranquilidad.

Waaa cuando sea Emperatriz Galáctica viviré en un crucero.

Estaba bailando alegremente cuando Nemo-chan, mi mejor, más querido, y único lacayo dice que quiere irse a la piscina y jolín, sería una mala ama si no dejara a mis sirvientes relajarse de vez en cuando de modo que sin dudarlo me quito la ropa quedandome en bikini y dejo al grupo de gays disfrazados con el que hacia la coreagrafia para ir junto a el. Mmmm está bien. Pero solo si me invitas a un helado. Hay mucha gente y las princesas como yo no hacemos cola en las heladerías Hmmmpf. Antes muerta que plebeya.

Al acercarnos a la piscina veo salir de ella a un chico con pinta de matoncete. Muy nerviosa miro a Nemo maliciosamente y despues al chico varias veces girando la cabeza como en un partido de tenis mientras me sangra la nariz. Nemo-chan acercate a ese chico y dile que le permito ser mi vasallo.

Cuando sea mi sirviente le haré hacer esto y lo otro con Nemo-chan... y tal vez aquello tambien... Si, aquello definitivamente tambien muajajajajaja

Ahí estaba tomoyo, tomando sol en la piscina. Estaba estrenando su bikini, exhibiendo su figura.

-En estos momentos todos deben de estar babeandose por mi- pensaba Tomoyo

Aunque su padre le enseñó que el ego obstruye el cuerpo y la mente, Tomoyo no podía evitar pensar que era la mejor y mas bonita en todo el barco. La mejor en que?? Pues en todo!!

Solo hay un chico en la piscina con buen cuerpo, pero Tomoyo esta segura que podría derrotarlo fácil

-Seria un juego de niños, seguro no ha peleado tantas batallas como yo- Ríe tomoyo para sus adentros

Fantasea con derrotarlo frente a todos y hacerse ver, pero desde q lesionó de gravedad a ese niño en la primaria no hace caso a esas ansias de demostrar de que es capaz... Pues si lo lastima, quizás no le permitan ingresar a la universidad, y su padre la castigaría...

Por lo pronto tomoyo toma agua, para purificar cuerpo y alma, no como esos tontos q destruyen su cuerpo con alcohol

Nada más llegar a Japón desde su país natal se enteró de que tenía un crucero como premio al entrar en la universidad, cosa que no le agradó mucho, pues el sol y el calor no era mucho de su agrado, pero tampoco iba a despreciar el viaje y allí se encontraba, deambulando por el barco sin rumbo fijo, hasta que le llego el sonido de la música y sobretodo el olor de la comida, eso hizo que el estómago le empezara a rugir.

Mientras aquella gente se se entretenía con la música y demás, el se dirigió a donde se encontraba la comida y las bebidas (claramente refrescos y demás) y empezó a arrasar con la comida, aunque tenía una economía bastante afortunada, nunca se desprecia una comida gratis. 

Además el prefería estar dentro del barco a a sombra y con el aire acondicionado continuamente puesto.

Me seguía pareciendo increíble que nos hubieran regalado este viaje en el crucero. Me encontraba en en una tumbona tomando el sol tranquilamente, desde aquí podía ver a varios de mis compañeros, los cuales también habían conseguido entrar a la Todai. Despues de haber estado estudiando tanto tiempo, unas merecidísimas vacaciones no estaban tan mal, era el viaje perfecto, o casi...

-Haaaaaaa, mataría por una cerveza...

Me había estado molestando bastante el hecho de que pidiesen carnet para consumir alcohol, pues todavía no había alcanzado la edad mínima para beber, segun el codigo civil japones, aunque en casa siempre solía tomarse una o dos al día. A pesar de eso, el viaje no iba tan mal, era disfrutable.

Orphen, un muchacho alto y de físico envidiable se pasea por aquella zona del barco. Avanza mirando con desconfianza a todos aquellos "pijos" que están allí. El, un joven que creció en las calles cuando quedo huérfano, no comprende a esas personas. Si no fuera por el deporte y la beca que ganó gracias a su buen desempeño como capitán de un equipo de baloncesto, no estaría allí en el crucero.
Como no tiene traje de baño, va vestido con un pantalón largo color negro y va descalzo y con el torso descubierto. Al ver las mesas con comida pone rumbo hacia allí a toda velocidad y comienza a servirse un poco de todo. Ese cuerpo no se mantiene solo.

Viendo al muchacho albino que esta arrasando con todo, decide doblar su porción antes de ir con una plato relleno a sentarse con los pies en el agua, al borde de alguna de las piletas. Desde allí, pasea la vista por la gente que recorre el lugar.

Y allí estaba él, la 1era víctima de Tomoyo... Un joven que tenia buen cuerpo, pero no aparentaba pertenecer a su circulo social. Ni siquiera tenia traje de baño, y no solo se sirvió usando sus manos, sino que se sentó a comer junto al agua

-Puaj, llenara la piscina con la grasa de la comida... Y ni siquiera lleva un traje de baño, que acaso es pobre o que?? Aish como me molesta esta gentuza!! Quizá debería ir a darle una "bienvenida"... Se lo ve muy a solo-  pensaba Tomoyo mientras planeaba molestar al pobre incauto.

Con calma se acercó a la barra y pidió 2 helados

-Tu, el rarito... 2 helados, rápido!! No tengo todo el día sabes??- Le increpaba al chico de la barra en un tono despectivo

-Idiotas, ni trabajar con eficiencia pueden, hasta yo lo haría mejor que ellos- Murmuraba

Una vez los helados estuvieron en su poder, se acercó a Orphen y le tiro uno de los helados en la cabeza

-OH NO!! LO SIENTO TAAAANTO!!!- Gritaba Tomoyo para q todos vieran a ese pobretón ser humillado...

-Soy tan torpe, solo quería que tomáramos un helado, te vi tan solo... Debe ser duro para ti hacer amigos, es decir... Quien se acercaría a un pobretón que ni modales tiene?? Por cierto, tu traje de baño se ensució, una pena- :(

Tomoyo no podía evitarlo, le molestaba q un pobretón estuviera en su mismo barco... E IRÍAN A LA MISMA UNIVERSIDAD!? Ni pensarlo, debía mostrarle cual era su lugar

Orphen siente los pasos detrás de el, chapoteando en el suelo mojado por todos aquellos que entraron y salieron de la pileta. Al voltearse ve a la muchacha a la que "accidentalmente" se le esta cayendo el helado. Con destreza se hace a un lado para esquivarlo y cogerlo antes de que caiga al suelo. El capitán del equipo de baloncesto carraspea y se pone de pie mientras prueba el helado. Hace un gesto de desagrado.

- Es frutilla... - Dice bajando la vista y observando a Tomoyo desde arriba. - Odio la frutilla - Añade lentamente, frunciendo el ceño y tendiéndole el helado. - Tráeme uno de limón - No es un pedido, es una orden. Su voz no admite queja alguna. No parece ser del tipo de persona que permita protestas o balbuceos.

Akira notó a Orphen y tornó la mirada hacia él —tal vez esté en mi clase—, pensó. Luego entrecerró los párpados con curiosidad observando a Tomoyo con dos helados que se acercaba sigilosamente al muchacho. Cuando le lanzó uno esbozó una pequeña y sutil sonrisa, queriendo ver cómo iba a terminar eso.
Se podría decir que él pocas veces se sorprendía, sin embargo le resultó curioso ver cómo Orphen atrapó el aperitivo y pudo probarlo sin que se le caiga la bocha encima.

Manteniendo el silencio y el gesto sempiterno de sosiego que lo caracterizaba, se inclinó sobre la silla a "ver más de cerca". Aun así, de reojillo notó a una rubia que llamaba la atención y se le quedó mirando un instante junto al otro muchachito que parecía que se lo iba a llevar el viento —o eso pensaba él—. No dijo nada ni se percató de la orden que Menta le dio a su lacayo, su curiosidad fue mayor y devolvió la vista hacia el basquetbolista y la revoltosa.

La cara de Tomoyo es de absoluta sorpresa, habrá sido suerte que el muchacho notara su presencia?? Pero dejando de lado eso, que fueron esos movimientos??!! Casi en un instante tomo el helado que ella le había lanzado, sin dejar caer ni una gota. Es la 1era vez que tomoyo ve un despliegue tal de habilidades, al menos en un chico de su edad

-Maldito... MALDITO!! Todo lo q había planeado decirle, y ahora todos deben estar observándome...-

tomoyo mira alrededor, para notar que algunos ojos curiosos observan la escena. El muchacho la ridiculizó frente a todos, e incluso le dio una orden!! Esto no puede quedar así... Tomoyo ya no puede controlar las ganas de golpearlo, pero enfrentarlo en una piscina, podría jugarle en contra, pues podría resbalar, un buen ninja sabe cuando retirarse...

-Escuchame... Voy a quitarte esa actitud tan chula, entiendes?? Te veo en un rato en los pasillos del barco, mas te vale estar preparado-

Tomoyo no pudo evitar retarlo, lo odia por verse pobre, y ningún pobre la ridiculizaría... Decide q se pondrá algo mas cómodo para luchar, su traje de entrenamiento, y lo buscara por el barco por si se acobarda

Antes de responder a Menta sobre lo que me ordenó, me quedé viendo con indiferencia todo lo que ocurría con ese helado, la chica lanzahelados y el chico de la piscina. Una vez la chica amenazó al tío, ya pasé de seguir prestando atención. Luego volví a Menta... sangrando por la nariz -Ains... ya está teniendo esas fantasías de las suyas conmigo, ¿con quien me habrá puesto ahora?- pensé calmado debido a la costumbre, luego miré al chico que me dijo que fuera a pedirle que fuera su lacayo -Ahh... claro- pensé al unir las piezas. Me dirigí a Menta -Vale... ahora te traigo tu helado principesa- le dije, con un leve tono de broma, muy leve.

Me fui a la mesa de los helados y cogí dos conos de helado de nata y una servilleta. Volví con Menta y le di uno de los conos y la servilleta -Aquí tienes todo... y recuerda, para parar el sangrado tápate la zona del puente nasal en el lado de la fosa que te esté sangrando, y límpiate luego con la servilleta Menta-chan- le dije y aconsejé, como de costumbre -Voy ahora a lo del tío ese- y con eso me fui hacía el tomándome el otro helado.

Me puse al lado del tío y le empecé ha hablar -Ejem...- me aclaré la garganta para que Akira me prestara atención, aunque lo hice muy flojo y sin ganas. Cuando me prestó atención, empecé la rutina de cuando a Menta se le antojaba un nuevo lacayo -La gran princesa Menta-chan Buruburu Tennosuke, futura soberana global, te ha elegido a ti para ser su lacayo... Uaaagh... es un gran honor al que pocos le permite y... y... ZZZ... ZZZ- le estaba diciendo sin ganas el discursillo que tenía que decir siempre que Menta-chan quería un nuevo subdito, cuando me quedé dormido de pie debido a la modorra que llevaba. Mi cabeza se fue para abajo y estrelle mi cara contra mi helado ,que incluso dormido sujetaba, y me quedé en esa posición totalmente K.O.

Akira siguió observando un momento más la conversación de Tomoyo y Orphen, pero pronto dejó de prestar atención cuando vio que lo resolvieron con una retada a duelo en el pasillo. De buenos reflejos, detectó al muchachito que se le acercó por el costado y alzó las cejas para verle. Rara vez hablaba con nadie, por lo que si alguien se le acercaba, era por algo. Sosegado y tranquilo, escuchó paciente lo que tenía para decirle y cuando se quedó dormido, ladeó la cabeza un poco y se levantó de su silla. Miró hacia la princesa un instante.

—¿Está bien? —preguntó a Menta, con una voz grave propia de su porte—. Se acercó a hacerme una broma y se desmayó.

Luego de decir eso, buscó con la mirada a un médico del lugar, pero se agachó pronto a girarlo para que no se asfixie con el helado. Se lo sacó de la cara y palpó su pulso, deseando ver si todavía estaba vivo. Akira sabía cómo comprobar si alguien estaba muerto o no, pero de ahí a tratar su problema, había un trecho largo.

—Está vivo... —musitó para sí y luego alzó la cabeza y la voz, arrugando el entrecejo en su seriedad—. Voy a necesitar un médico.

Me encontraba en la amplia cubierta acostada en un diván cerca de la barra de bebidas. La música era muy llamativa, no me quejo. En mis manos sostenía un gran libro que tenia escrito con alguna especie de tinta roja en su portada "Animales Maritimos";  A decir verdad lo habia leido millones de veces en tierra firme, pero quizás en éste  crucero de lujo  podría apreciar algunos de ellos. Una que otra ojeada a mis alrededores, no observaba más que adolescentes alocados.
Andaba semi-Desnuda en aquél diván, un traje de baño muy pegado de dos piezas, las tiras del mismo se entrelazaban entre sí para darme un toque más sexy. 
Intercambiaba miradas con los chicos y ya está; A mi lado derecho tenía un cóctel a punto de terminarase, el cual logré conseguir con mucho trabajo  rogandole a los mesoneros del barco. Así pase varias horas, leyendo una y otra vez la misma página del libro para parecer una chica muy ocupada.
Después de unas cuantas horas más, decidí por levantarme y darme un chapuzón en aquella piscina.

Inevitablemente el nuevo lacayo se me acerca pero lo que dice claramente no me gusta ya que sin poder evitarlo me pongo roja de la ira y hago un gesto de enfado inflando los mofletes. No es una broma. Baka!!!. Es cierto lo que  Nemo-chan dice. Te acabo de conceder el honor de ser mi lacayo. Cruzo los brazos y miro hacia otro lado intentando ignorar la descortesia del muchacho Hummmpfff comprendo que los plebeyos no os podáis creer que alguien de mi categoría os hable así que supongo que te perdono por esta vez.

Cuando dice lo del medico sonrío ligeramente mostrando mis malvados colmillos de Emperatriz Galactica. No lo molestes. No conoces su superpoder. Según los medicos es narcolepsia y por eso se queda dormido hasta de pie. Pero... me subo a una silla y continuo hablando en su oreja. En realidad entra en trance y va a visitar otros planos. Y no, no son sueños. Tu hazme caso a mi que se de lo que hablo.

Sorry, Master... ahora posteo... 

Me encontraba en un crucero por culpa de una amiga, todavía recordaba sus palabras ''...por favor, vete en mi lugar, yo no puedo ir y es un desperdicio... porfi... porfiii...'' y de alguna forma me convenció, estábamos a punto de entrar a la universidad y yo solo quería estar en casa tranquila haciendo las maletas y preparando las cosas de la uni pero bueno... que se le va a hacer... intentaré que el viaje se me pase lo más monótono posible para así poder volver cuanto antes a mi casa...

Empecé a caminar cerca de la piscina donde muchas familias y parejas pasaban el rato, unos niños estaban jugando con el agua y salpicaron tanto que llegó hasta la zona por donde estaba pasando, antes de que me diera cuenta me había caído dentro de la piscina con toda la ropa puesta...

Observo a la muchacha de pelo gris durante unos instantes y noto su gesto de sorpresa. Eso me causa algo de gracia hasta que oigo lo que menciona y alzo las cejas. No puedo negar que tiene buen cuerpo, pero

- ¿Que quieres que? - Antes note que no paraba de mirar mis pantalones. Repaso mentalmente sus palabras:"En los pasillos", "preparado". No puede referirse a otra cosa, pero no traigo condones conmigo. Como sea, seguramente podre conseguir en algún lugar del barco.

-Ah, si. Te veré allí - Digo finalmente, guiñando le un ojo, luego de observar a la muchacha de abajo hacia arriba. - Pero no lo grites tanto, que... -

A mitad de mi frase veo que una muchacha cae al agua, con ropa y todo. Con tanta gente los salvavidas pudieron no haberla visto. Sin dudar un instante más, me lanzo a la pileta, y nado hacia donde se encuentra a grandes brazadas. Al llegar hasta su posición, ayudo a la muchacha y verifico su integridad. Nado hasta la zona de menos profundidad, llevando a la chica hasta allí.

- Oye, ¿Te encuentras bien? - Digo tomándole un poco el rostro, viendo si reacciona.