Partida Rol por web

Tanta charla empezaba a impacientarme. Para estos negocios hay que decir las cosas breves y directas, nada de andarse por las ramas. Si alguna cosa no ha quedado clara o se malentiende ya están los cuchillos y las dagas para solucionar estos problemas. Quien, cuando y cuanto. No hay que saber más. El como es cosa nuestra y el por qué no es de mi incumbencia. El tiempo me ha enseñado que cuanto menos conozca uno ciertas cosas mejor, después de tanto tiempo en este oficio uno ha de saber ya alguna cosa que otra. Y por supuesto, este tipo de gente o bien no tienen ni idea de los detalles mas profundo del trabajo, o bien serían muy capaces de contarte cualquier falacia con tal de hacerte creer más seguro en la labor y así aceptar el trato. De pardillos y bocazas esta el cementerio lleno. A lo cual no puedo evitar mirar al "rubito" teñido. Y es que como bien dice el encapuchado: ¿a la dama? mas bien la llamaría "esa zorra Fortuna" no pinta nada en este evento, y si pinta sera en bastos, menuda es ella.

-No hace falta ponerse transcendental  - respondo ante el escepticismo que demuestra el temerio manteniendole la mirada seriamente - Por supuesto, mi palabra vale tanto e incluso más que la de todos los presentes, mi linaje y mi raza es mas que muestra de ella.- Desviando la mirada hacia el misterioso acompañante y mis otros compañeros les sugiero -Espero que no solo yo tenga esa fea y, ultimamente, rara costumbre -

Abandono la habitación en dirección a la sala común pues no espero respuesta alguna del anfitrión, sinceramente me importa un bledo la palabra de este, eso si, me cuesta mucho olvidar el haber rajado a gusto y que en mi bolsa haya un hueco molesto. No obstante, intento buscar por mi memoria algún posible suceso en el que el nombre Heinagger aparezca. Robos, hurtos, asaltos, pinchazos, emboscadas, viola...nah esto ultimo no creo. Quizás ofrezca mejor precio por la información. Ah no, espera que di mi palabra...y de eeeelfo. Vaya, ojala hubiera nacido humano, todo seria más...como decirlo...ruin...Tras el ejercicio de contabilidad monetal de Yémil cojo mi parte del adelanto, a poder ser el primero, y donde vea que haya mas volumen de monedas. No se suele saber mucho de sumar en esto del bandidaje. Satisfecho con el peso de la bolsa me empieza a irritar la verborrea del contable. Me agacho lentamente hacia el y le susurro levemente. - Tu ocúpate de no hacer demasiado ruido con la hojalata que portas y yo le "asustare" con mucho sigilo. ;-) - Concluida la conversación con mis "compañeros" y apalabrado el lugar y momento de la próxima cita hago un rápido análisis de la situación. Tengo el estomago y la bolsa llena, no hay sed, y parece que los enanos aunque borrachos y descuidados, tienen las bolsas ya tan vacías como sus cráneos. Será mejor largarse. Salgo a la intemperie embozado en la capa y me desplazo entre las sombras hacia mi hogar con la mano izquierda en la daga y la mirada en cada esquina y rincón.

Qué otra cosa va a ser del interés de este cobarde más que el indispensable para su supervivencia concepto de sigilo, el cual no es sino síntoma de la mayor y vergonzosa enfermedad que una persona pueda para más inri ostentar en vez de sufrir. Me es innecesario darle vueltas: los elfos dan asco. Temo que no sepan cumplir.

Tras pasarle a Sandor el dinero y echar una mirada de lástima hacia el vomitivo grupo de enanos que tan idóneamente combina con el sabor de la cerveza sinérgicamente, abro la puerta de la posada desde dentro con la misma familiaridad con la que entré pero con un cierto añadido de ansia, ánimo, urgencia, sensación del deber –sea lo que fuere– cumplido.

Me encamino hacia la familiar habitación que tengo reservada en un tugurio medianamente respetable –qué bajo cayó ese listón y ya ni me importa, me hace feliz–, que me lo he ganado.

Al día siguiente no hago nada especial ni necesito comprar. Dedico parte de mi tiempo, como siempre, a afilar mi espada, y este día además reviso mi armadura. También aprovecho para darme un paseo por la puerta sur de la ciudad, y, si hago ganas, quizás vaya al Tejón en soledad; es posible que vea allí a alguien conocido. La imagen de un tipo solitario bebiendo de una jarra de líquido espumoso y el peso de las monedas de mi bolsa contribuyen a potenciar la tentación de volver al burdel donde conocí a Samantha, para tener buena compañía.

Sea como fuere, me encuentro puntual en el Pichel de barro.

Concluyo el acto de la posada:

Como he dicho tengo unas breves palabras con los enanos antes de irme a mi mansión. Invito a una ronda, (me quito las monedas que me digas, o mejor, dime las monedas que me pongo de inicio menos estas que me he quitado)

Trato sobre los concursos de cabezazos (sin ningún ánimo de participar), sobre los jodidos elfos de mierda y sobre el comercio en la zona. No fuerzo los temas ya que no quiero delatarme, pero dejo hablar e incito a proseguir cuando fuese necesario.

Tras terminar me marcho de la posada (creo que soy el último) y durante el día siguiente hago lo que dije que haría. Si me sobra tiempo visito el mercado y las calles de comerciantes (de armas y orfebrería) haciendo oídos de lo que considere util. 

CUÉNTAME MIS AVANCES (si los ha habido) Y TE DIGO SI FUERZO ALGÚN TEMA (INTERPRETO/ROLEO)

OK, me quito el dinero. Podría haber roleado lo de los niños y los enanos, pero creo que con 4 jugadores si todos roleamos escenas secundarias....

Trato de sacar un rato para ir al yelmo oxidado y hablar con Yémil sin que los demás se enteren. ¿Cómo lo hago? Por privado con él y contigo?? Dame permiso y le mando un privado.

En cuanto a los enanos: Maese enano - digo dirigiéndome al pelirrojo - Estaría encantado de compartir una jarra de auténtica cerveza otra noche con usted y sus camaradas. Puedes llamarme "Sand el escuálido" si lo deseas. Paso por esta posada a menudo por si alguna vez necesitas un feroz y ágil aliado, pues yo también busco, amigo matador, una muerte honrosa.

Otra cosa, que acabo de leer mi PJ y soy Dios en averiguar intenciones y diplomacia.

Me acerco al Tejón Taciturno a ver a quien encuentro que pueda interrogar.

También hablo con Mike; Mike!! sírvete una buena pinta. Venía a ver si andaban por aquí mis compañeros de faena, ¿les has visto por casualidad? Necesito planificar con mayor certeza un trabajillo, tu ya me entiendes, y supuse que andarían frecuentando tu taberna. ¡Dios Mike! cada vez que vengo a esta tasca la encuentro más a mi gusto, ¿no precisarás de un ayudante? -sonrío.

Tras varios desafíos y maldiciones en enano, al final el vencedor de este particular concurso de idiotez taponil es el enano pelirrojo, Drokern. Este está tan contento por haber vencido al calvo, su rival más duro, que no se percata de que sangra profusamente por la ceja izquierda y además te invita a una jarra de cerveza por tu "apoyo" durante la práctica del "deporte"

- Maese Escuálido, es usted un verrdaderro entendido en materria de cabezazos. Sin embarrgo estoy convencido de que no aguantarría un asalto ni siquierra contra Rgart. JAJAJA. No querríamos que se hicierra daño en su delicada calaverra. -brinda contigo cuando lleváis la jarra a la mitad, partiendo ambas-. Oh.. vaya. JAJAJA. A eso me referría, prrecisamente. Bueno, ya nos verremos en otrra ocasión sin duda. Ahorra me temo que deberría desperrtarr a mis camarradas. A los pobrres no les ha sentado nada bien la aguada cerrveza de Mike. ¡NI MIS CABEZAZOS! JAJAJA

Hablo por la tarde del día siguiente con Mike.

Trato de hablar con Yémil en un aparte antes de que llegue el momento de la acción.

Mike parece bastante aburrido en el momento en que llegas. El hediondo antro está prácticamente vacío a esas horas, salvo por un par de delgados encapuchados en una esquina que beben, al parecer, vino. Ante tus palabras, Mike parece entre suspicaz y sorprendido. Incluso enarca una ceja cuando le sugieres lo del ayudante. Luego sonríe:

- No, no, no quiero ayudante alguno. Nunca tienen lo que hay que tener. El último se dejo matar estúpidamente por un gnomo borracho ¿puedes creerlo? De acuerdo, sí, el gnomo tenia una maza considerablemente grande para su tamaño, e incluso sabía balancearla con cierta gracia aun borracho... -suspira- pero en este lugar uno tiene que estar preparado para estas cosas. Además, me apaño solo con toda esta gentuza... me respetan por llevar esto solo... incluso hay alguno que me reverencia... aunque eso solo suele pasar cuando echo a patadas a los que se quedan demasiado tiempo tirados en el suelo cuando estoy cerrando...
¿Qué me preguntaste? ¡Oh, sí, claro, tus compañeros!... -hace una larga pausa-. No, no han pasado por aquí, o no les he visto. Ya ves que hay mucho jaleo, y se me podría haber pasado. Tenía bastantes ganas de verlos, por cierto, ya que el elfo no me pago anoche, y quería recordárselo amablemente... Pobrecillo, seguramente se despistó, pensando en floripondios. A cualquiera podría haberle pasado...
 

Ya sabes como son estos elfos Mike, la verdad es que yo podría recordarle que a Mike el Tejón se le paga si o si, pero como ya te he dicho no lo encuentro a pesar de que lo ando buscando. Le daré un toque cuando le vea. - Saco monedas y pago mi parte y la del elfo, además dejo pagada una jarra- Esta última es para Yémil, si lo vieses, salúdale de mi parte. 

Cambiando de tema Mike ¿Dónde compras esta cerveza? No lo tomes como una queja, no lo es, pero he probado otras más caras y mucho peores. Tendrás que tener un buen proveedor imagino, de confianza. Tal y como están las cosas últimamente, es útil tener gente de confianza...

Mike deja entrever una sonrisa ante tu pregunta, como un gesto de entendimiento, y sigue limpiando vasos.

Precisamente, contando con que los horarios son fijos esperaba enterarme de si se les había encomendado alguna ronda o algún cambio que se saliera de lo normal (la posible distracción que nos iba a conseguir el encapuchado) Por ese motivo me interesaba encontrar un puesto de guardia cercano a la zona de emboscadas, dormir unas horas tumbado por allí cerca y pasar el día recostado y pegando la oreja a ver si me enteraba de algo y explorando la zona de la puerta en busca de un buen lugar para la emboscada.