Partida Rol por web

Zeeth, tratando de mantener siempre un ojo en el combate, se acercó al primero de los prisioneros y comenzó a tratar de desatar las ataduras.

El windling desató a uno de los prisioneros aprovechando que los muertos vivientes estaban enfrascados en la lucha, ajenos a todo lo que ocurría a sus espaldas.

Naelon parecía sufrir para mantener su hechizo - Vamos rápido, vosotros podéis con ellos muchachos.- Dijo mientras mantenía su mano extendida hacia el esqueleto que tenía delante mientras parecía concentrado en acabar con su enemigo.

El cuerpo sometido por Naelon comienza a contraerse. Los huesos se parten con una multitud de chasquidos y se descompone, cyaendo al suelo como un muñeco de trapo.

B'tritz seguía sometido a una lluvia de zarpazos del muerto hipervitaminado. Una vez más parece que las garras rotas iban a clavarse a atravesar su suave piel escamosa.

Por su parte Granogg seguía sin tener problemas en mantener a raya a su aletargado contrincante. ¿Cómo podía haber tanta diferencia en la forma de actuar de sus adversarios?

El hiperactivo muerto estaba resultando ser todo un reto para el t'skrang; en esta ocasión, la furia de los golpes traspasó la defensa y B'tritz pudo sentir las frías uñas desgarrando su piel...

A pesar de los movimientos aletargados de su oponente, o tal vez porque tanta dejadez le inquieta, Granogg vuelve a fallar en su intento por dejar a su contrincante en el suelo.

No estaba siendo la mejor forma de estrenarse para B'tritz; uno de los muertos había penetrado sus defensas, y ahora la espada dudaba en sus manos, como si tuviera vida propia... ya se lo había dicho mil veces su maestro: entrenar palidece con el caos del combate.

Se habían acabado las opciones para Leanda. Aunque la trovadora no estaba cómoda en el cuerpo a cuerpo, había usado todas las opciones para abatir a su enemigo a distancia. Apretando los dientes se lanzó para rematar a su enemigo, espada en mano...

¿Qué ha ocurrido? - preguntá Zeeth al liberado mientras continúa desatando al siguiente prisionero.

Venga, venga, no te quedes parado, ayúdame con el resto. - le dice mientras sus manitas no paran de moverse.

El enano se libera de las cuerdas y empieza a desatar a sus compañeros.

Naelon se acercó lentamente al combate para intentar tomar control de uno de los esqueletos uqe todavía luchaban con sus compañeros

B'trizt revolotea entre las manos del muerto que intentan clavarse en su carne verdosa, demostrando una increíble agilidad. Por su parte, Granogg no tiene tanta suerte y un certero zarpazo se le clava en una piera, donde empieza a manar la sangre...