Partida Rol por web

"Homura" leticia ya la escuchaste pero yo tambien lo dire GRACIAS

"Leticia" no hay de que y es un placer Mathaya... aunque el espacio es pequeño-

"Homura" pues perdon por mi falta de entre-

 "Leticia" -pero es confortable y no nos sentimos olvidados o atados

"Homura" -me sonroje un poco- es bueno escuchar eso

-mirando a Mathaya- No creo que sea difícil ya que, yo crecí hablando con algunos es algo normal y es mas bien algo interesante ya que no solo es mi punto de vista sino escuchar sus opiniones y ver como reaccionan a cosas nuevas- con una sonrisa en la cara- nunca hay un momento aburrido

"Homura" amenos que cuentes las distintas lecciones de cada uno

"Leticia" Homura se lo diré a los demas

"Homura" por favor no leticia

y si existe la posibilidad d encontrar otro compañero de viaje las cosas séran mas divertidas por que nunca sabes que pasara despues

Leyendo el diario te das cuenta que algo está muy mal en este lugar. En vísperas del Festival, la idea te perturba. ¿Qué pretenden estas fuerzas?

 Abajo en la sala común la fiesta parece continuar hasta tarde. Eventualmente los sonidos de música y celebración, sumados al cansancio del viaje te arrullan a un sueño intranquilo y lleno de pesadillas.

A la mañana siguiente, tocan tu puerta y al abrir es la camarera Luga con tu comida.

─ Buenos días señor, aquí tiene su desayuno, cuando termine de comer, pasó por aquí la aprendiz de nuestra líder, la Gran Vidente Mathaya. Dijo que en cuanto pueda siga la calle principal hasta el final para reunirse con ella que le está invocando para una reunión de suma importancia.

La semi-orca además trae consigo una palangana llena de agua para que te asees.

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Comes hasta quedar repleto y te aseas la cara, movido por la curiosidad; un respeto hacia la autoridad de la ciudad; o tal vez por los hechos de la noche anterior. Sigues las indicaciones que te dejaron, subes por la calle principal que tiene un gran flujo de gente que sigue su rutina diaria, hay un poco de conmoción como si algo hubiera alterado la rutina diaria y los rumores que oyes mientras avanzas parecen mencionar una columna de soldados atravesando la ciudad más temprano.

Un panadero vuelve con su carro vacío hacia su negocio para hacer más rondas, algunos puestos de mercado comienzan a abrir al público y algunos entusiastas ya comienzan a ofrecerle agresivamente los productos a los transeúntes. Puedes observar a varios mercaderes que obviamente solo han venido por el festival colocando unos puestos temporales entre los mercaderes establecidos quienes les miran con una mezcla de desconfianza y competitividad.

Tras atravesar muchos de los anillos, llegas al fin a una plaza helada llena de asientos y estatuas de los dioses locales. Aquí solo hay unos cuantos niños jugando, algunos de ellos solo se sientan en los bancos y miran con impaciencia a la pieza central de la plaza que es una tienda enorme hecha de pieles. Una visión que solo has visto una sola vez antes en tus viajes. Te recuerdan a las viviendas de los nómadas elfos de las Grandes Llanuras, una visión común en las ciudades y pueblos centrales del continente donde paran por suministro antes de continuar su viaje.

Al acercarte ves a una niña con los ojos vendados esperándote, su cara es inescrutable y su tono de voz es monótono.

─ Buenos días señor Zota, mi nombre es Felicia, soy la aprendiz de Mathaya, me disculpo, le hubiera guiado hasta aquí pero había alguien más a quien localizar, espero que no haya tenido problemas encontrando este lugar. Pase ella le está esperando.

Al entrar, y tras pasar unos instantes para que tus ojos se acostumbren a la penumbra que abunda en el interior ves un lugar abarrotado de lamparitas que cuelgan del techo y alfombras de lejanos lugares cubren el suelo. En el medio de la estancia hay una pequeña mesa donde reposa una caja de caoba. Sentada frente a la mesa se encuentra una mujer de edad indeterminada que te sonríe ampliamente al llegar, sus ojos nublados y el hecho de que este dirigiéndose a tu hombro te revelan su ceguera.

─ ¡Bienvenido! Bueno tendremos que empezar sin Kelsier ya hicimos esperar mucho a todos. El destino quiere que él se una a ustedes de otra manera.

Notas que en la estancia hay otras cuatro personas, todos hombres jóvenes como tú.

Tres de ellos visten ropas extrañas que nunca antes has visto en tu vida, parecen tensos, excepto uno de ellos que está sentado junto a la mujer. Dos de ellos comparten un ligero parecido físico, el tercero tiene una máscara y realmente no puedes diferenciarle.

El cuarto hombre es un humano de pelo castaño y mirada pérdida que está sentado sobre un cofre al fondo de la estancia a espaldas de la mujer.

Mathaya voltea hacia Gunnar, al principio no dice nada pero su expresión es una de respeto profundo. Pasados unos segundos dice en voz queda:

─ Eres alguien muy raro entre tu gente, Gunnar. Y lo digo en el buen sentido… ─ no agrega más nada y dirige su atención a Korgoth quien no puede creer lo que oye.

La mujer ríe entre dientes ante la reacción del chico.

─ Tal vez estuviera perdiendo facultades, tal vez haya conseguido lo que buscaba… confió en que eventualmente lo descubrirán. ─ apoya su cabeza sobre sus manos mientras escucha ─ Entiendo, un objetivo muy interesante; Enseñarle a respetar a otros… creo que haría lo mismo en tu lugar… Les deseo lo mejor a los tres. Si Egel debe morir, a manos de ustedes o de alguien más que así sea. ─Su sonrisa desaparece de nuevo, su tono de voz es tranquilo pero firme─ Pero algo mueve a ese hombre, algo que ninguno de nosotros comprende por completo. Repito: Las cosas no siempre son lo que parecen. Espero que puedan darle una oportunidad para explicarse.

Mathaya no parece tener ninguna intención de continuar con el tema ya que voltea en dirección a Homura y parece escuchar por algunos segundos alguna conversación que ninguno de ustedes parece oír, suelta una carcajada pasados unos segundos.

─Me alegra oír que los cuidas bien a todos, jovencito. De otra manera… no importa estas cosas siempre tienen una consecuencia. Espero poder compartir el té en otra ocasión contigo.

En ese momento entra un hombre a la tienda, posee solo un ojo y sus vestimentas lo identifican como un sureño.

La vidente le recibe con una amplia sonrisa y mientras le ofrece una taza de té dice:

─ ¡Bienvenido! Bueno tendremos que empezar sin Kelsier ya hicimos esperar mucho a todos. El destino quiere que él se una a ustedes de otra manera.

Ella comienza un cántico en voz baja y mueve las manos haciendo gestos que ninguno de ustedes comprende del todo y de pronto un polvo ambarino llena la estancia, una brisa sobrenatural mece las lámparas a su alrededor creando un tintineo místico en el ambiente. En las profundidades de las prisiones de cristal las llamas se ven opacadas por sombras que llenan la estancia, la penumbra se acrecienta hasta el punto de que es difícil ver más allá de tu nariz, sin embargo la mujer sigue su cántico en una lengua extraña.

El polvo parece agruparse creando siluetas en la estancia, cuentan a cinco personas y a lo que parece un perro con un pájaro encima. Y de pronto con el sonido que hace una burbuja al romperse... las siluetas se convierten en personas que parecen tan asombrados como ustedes de verles.

Ven a una mujer elfa que está cerca de donde se encuentran parados Naranbaatar y Korgoth revisando las lámparas. En el suelo alrededor de la mesa dos chicas jóvenes sostienen tazas de té; una de pelo amarillo como el sol y otra de color tan blanco como la nieve.

La segunda posee un arma que nunca antes han visto apoyada sobre su regazo: Consiste en un alargado tubo metálico reluciente con un mango de caoba finamente tallado en su parte inferior.

Un chico humano apenas lo suficientemente mayor para ser llamado hombre se encuentra al lado de esta última completamente embutido en una armadura de escamas que refleja en pequeños destellos a las lámparas que aún se tambalean.

En la zona donde se encuentra Homura se materializa una visión rara para los norteños, un gnomo calvo de mirada dura y aspecto escuálido. A su lado un perro con un cuervo en su lomo ladra alegre al ver el grupo de gente a su alrededor...

"¡Demonios!,¿qué está ocurriendo?" Pienso para mi mismo, mientras me dirijo con apuro hacía la taberna, atento, con la espada en la mano, listo para combatir.

De existir un reguero de sangre, cambio mi dirección y lo sigo.

MÚSICA PARA EL POST: 

Vuelves a la posada donde te diriges de una a dormir, la noche ya está avanzada y no crees poder resolver nada hoy. No duermes bien haciéndote preguntas acerca de los eventos que transpiraron la noche anterior.

Duermes gran parte de la mañana hasta que un sonido que te hiela la sangre te arranca de tu descanso:

Los rugidos de la noche anterior esta vez puedes oírlos con toda claridad, oyes gritos provenientes de la calle principal. Bajas a toda velocidad y corres a ver qué sucede.

Las enormes puertas de bronce se están cerrando pesadamente y por la abertura los trabajadores del puerto entran apresurados, ves que algunos se están quedando atrás y no logran pasar a tiempo. Levantas la vista para ver qué es lo está causando este pánico y logras ver a duras penas una criatura parecida a un ciempiés gigantesco con miles de dientes y dos ojos facetados que anuncian la muerte de todo aquello que se cruce en su camino.

La puerta pequeña deja pasar a algunos de los rezagados pero un grito desgarrador te deja con la certeza de que no todos fueron tan afortunados.

Los guardias asustados comienzan a manipular la maquinaria que parece controlar el cierre de la puerta y entonces un temblor saca a todos de equilibrio, la gente a tu alrededor tarda unos segundos en recuperarse pero entonces todos gritan horrorizados y señalan algo arriba, unos cuantos ciudadanos huyen horrorizados hacia los anillos superiores. Al levantar la vista ves la enorme abolladura en las puertas. Ni los guardias saben qué hacer, el hielo se agrieta alrededor de las bisagras al recibir el siguiente golpe.

Detrás de ti, en la ciudad se oyen algunas explosiones cuando reciben el tercer golpe, parece un terremoto que estuviera golpeando las puertas para entrar. Las grietas se ensanchan e incluso ves que hay algunas en el suelo alrededor del punto de impacto

Todo se estremece al recibir una nueva descarga y ves a una de las casas cerca de las murallas exteriores derrumbarse.

La gente huye a toda prisa, los gritos y llantos llenan todo el ambiente a tu alrededor, todos se empujan sin orden de ninguna clase, atropellando a todo aquel que no sea lo suficientemente ágil para salir del camino de la horda.

Las puertas no aguantaran mucho tiempo.

"Joder, esto va a ser interesante" Pienso mientras saco mi espada. Me posiciono a un par de metros,  de la puerta, escondido, esperando a que sea lo que sea que se encuentre del otro lado, venza la resistencia de la puerta e ingrese.

Tus ojos de elfo, afinados por años de entrenamiento logran percibir una ligeras marcas en la parte interior del arco de la puerta una de ellas bastante cercana al nivel del suelo parece haber sido vandalizada deliberadamente, pero te es difícil darte cuenta de este detalle al principio... como si alguien se hubiera tomado el esfuerzo para que no se notara el vandalismo.

Logras encontrar un espacio entre dos edificios a una distancia segura para observar la puerta, te mezclas entre las sombras haciéndote prácticamente invisible a las hordas de gentes que huyen despavoridos hacia los anillos superiores, sea lo que sea que está golpeando la puerta está creando unos terremotos potentes, cuesta mantenerse parado y temes por la integridad de los edificios a tu alrededor.

Al principio estas en tensión esperando que en cualquier segundo caigan las puertas pero la criatura parece ser más débil o la estructura está muy bien preparada para una situación así, porque esperas por unos buenos veinte minutos y no hay cambio alguno en la situación.

Los gritos de horror y la gente corriendo se vuelven cansinos pasado un rato y de no ser por los constantes temblores te habrías largado.

Muchos edificios comienzan a prenderse en fuego y ves como los habitantes se ayudan mutuamente en la evacuación. Un contingente de guardias trata de mantener el orden con poco éxito.

Entonces algo inusual sucede que te llama la atención una chica de cabello dorado corre contra el flujo de gente abriéndose paso a codazos entre los habitantes e ignorando los gritos de los guardas. Cualquier intento de seguirla se frustra cuando el edificio a tu lado se derrumba cortando la calle, pasados unos minutos vuelves a verla acompañada por una chica de cabello castaño con una pequeña mula a su lado.

Entonces una mujer que supera fácilmente los setenta años embutida en una armadura de pieles tan vieja como su usuaria. A su lado un gnomo acompañado de un perro con un cuervo encima tiene de compañeros a un humano con una espada de dos manos, aunque te cuesta determinarlo (todos parecen tan jóvenes para ti) este humano es casi un niño aun. Junto a ellos una elfa con una cicatriz en el ojo que parece tener más o menos tu misma edad tiene una sonrisa de suficiencia.

Al variopinto grupo se le une una chica de pelo blanco con lo que parece una “varita de fuego mecánica” como llama tu hermana a los mosquetes de la capital se trata de mantener alejada de la elfa de la cicatriz y se junta con el chico humano. Pasados unos minutos más llega un hombre que parece ya tener unos cuantos inviernos encima acompañado de una sierpe blanca, el animal es algo que no logras identificar del todo. Arriba junto a esta extraña pareja un hombre de ropas sencillas que parece faltarle un ojo.

La anciana ladra unas órdenes a los guardias de la zona que las cumplen sin rechistar al instante. No logras entender bien de que va el asunto pero al rato aparecen con unos barriles que comienzan a colocar alrededor de las puertas que ahora parecen bastante golpeadas.

Reparas en que un siseo proviene de la puerta y el marco alrededor de la puerta parece ligeramente derretido. Una nube de vapor se alza sobre el muro y la gente a tu alrededor grita en panico.