Partida Rol por web

-¿No estais quizás... exagerando? Si que hay gente de dinero y poder... -dijo la albina susurrando-. Pero a los guardias no deben pagarles lo suficiente para un viaje así. Respecto a nuestro equipo... al lobo. Supongo que el billete nos da ese privilegio.

- A la morena y a la rubia. - Añadió a lo dicho por su hermano. Si se había dado cuenta de que eraba siendo sarcastico... eso no lo había demostrado. - Cada día tienes menos fe en mi. - comentó esbozando una sonrisa, mientras miraba de reojo a Raven. Pero entonces comentó que todos los titulares eran de fiar.

Uhm.... no, nosotros no lo somos.

- ¿Estás seguro? - Le preguntó, con cierta ironía. Allí había más de uno con ciertas pintas que no estaba seguro que fueran totalmente de fiar. Empezando por ellos dos. - Bueno, no importa, no contestes. - Movió la mano de lado a lado antes de que dijera nada. - Creo que ahora deberiamos comenzar a echar un vistazo por aquí. Yo quería hablar con esta gente, pero se han largado como quien no quiere la cosa. Vamos a buscar a las chicas, la morena parecía simpática. ¿Como dijo que se llamaba? - Preguntó, y entonces miró a Sharly.

- ¿Te vienes? - Le preguntó, señalando hacia atrás.

Mire, extrañada, a mi hermana y a aquel tipo que se había sentado con nosotros a la mesa, para marcharse poco despues- ¿Que pasa? Arion vino a buscarme. - dije a mi hermana, mientras miraba a mi alrededor, alerta. ¿Que estaba pasando para que cada vez se estuviera acumulando alli mas gente?- ¿Por que hay tanta gente aqui? - pregunte entonces, esperando que algunos de los presentes pudiera resolver aquella duda.

Noto la expresión de su rostro, parecía sorprendido aunque no me perturbaba en absoluto. Continuaba allí en los pasillos curiosa por saber más sobre aquel sujeto, había pasado un rato bastante largo buscándolo y una vez que allí estaba no quería desaprovechar la ocasión. 

- Sobre tu interés en los libros, quería contarte sobre el mío... - respondo manifestando un vestigio de sonrisa en mi rostro hasta que se cambia radicalmente cuando el guardia nos conduce de nuevo al salón. Quería comentarle algo más pero la presencia de mi hermana y su pregunta logró que toda mi atención hacia el erudito se traslade hacia Nyssaë. 

- No pasa nada, estaba recorriendo La Dama y justo me encontré en el camino a Adam.  No comprendo porque Arion te envío a buscarme, no había peligro, eso sí cada vez más personas se aglomeran aquí. - respondo en un tono inocente, no quería preocupar a mi hermana con mis intentos de explorar dentro del lugar. Tampoco comprendía la actitud de Arion, ya comenzaba a comportarse como Nyssaë. Eso me daba alegría porque contaba con ellos incondicionalmente a pesar de su extrema protección.

-¿Que tal la conversación en la mesa? - pregunto mientras abro paso para iniciar el retorno a la misma junto a mi hermana. Le dedico una mirada a Adam para ver si nos seguía y luego de acariciar la cabeza de Arion que se fregaba por mis piernas, camino tranquila. Tenía que contarle algo a Nyssaë, esos guardias hablaban de algo extraño que no alcancé a comprender y siempre la paranoia de que sea de la Inquisición reinaba en nosotras. Sólo esperaba que no fueran ellos así teníamos un viaje ameno.  

Al menos advertirle de que debemos estar más alerta que de costumbre. -pienso al dedicarle otra mirada cómplice como si estuviera a punto de decirle algo y lo reservo para después.

-Disculpen... no quisiera ser descortés... pero ¿pueden volver al comedor con los demás? susurró un guardia a las tres personas que se encontraban en el pasillo. A decir verdad el lugar no era nada ámplio y el guardia estaba algo apurado por devolverlos hasta el comedor. No tuvo reparos en empujar un poco si hacía falta.

El interes de la muchacha rubia había atraído mi curiosidad nuevamente. Y una alegría. Al menos parecía que podría hablar con alguien sobre algo interesante, aunque mi alegría fue interrumpida. Di un pequeño salto cuando aquel gorila enlatado empezo a empujarme. Por dios, sabía que podían ser salvajes e incivilizados, pero al menos esperaba un poco de cortesía hacia un cliente, y no unos empujones.

-Malditos gorilas, no saben comportarse como es debido-dije mientras caminaba hacia la mesa mientras me colocaba bien la ropa-. No saben mantener ni el minimo de educación ni nada-entonces me giré hacia la muchacha de nuevo, practimante ignorando a su gorilesca hermana embutida en cuero-. Bien, has dicho que quieres hablar de tus gustos sobre los libros. ¿Y cuales son?-no esperaba mucho, pero siempre estaba bien albergar cierto atisbo de esperanza.

Vi como Nyssaë salía en busca de su hermana y de como mi hermano no le quitaba ojo. Y antes de que dijera nada hubiera apostado todo mi oro a que se iba detrás de ella, como así fue.

Que pena que sea tan pobre...

- Un billete como este da bastantes privilegios - dije mientras me ponía en pie para seguir a mi hermano. No estaba dispuesto a dejarle solo en aquel cacharro. No porque tuviera miedo de que le pasara algo sino que tenía miedo de que él hiciese que pasara algo.

Era como meter un zorro en un gallinero y esperar que sea quedase tranquilamente sentado viendo a las gallinas.

- Te equivocas - le susurré a Kilian. - Ya no tengo fe en ti. La perdí el día que tuvimos que escapar de la aldea de pescadores porque si no nos linchaban.

Miré a Sharly y repetí el ofrecimiento de mi hermano pero sin preguntar.

- Vamos, vente...

Mire al lobo al escuchar la contestacion de mi hermana, con gesto interrogante y aire desconfiado. - ¿Seguro que no habeis visto nada raro? - pregunte a ambos, justo antes de que aquel tipo nos interrumpiera, haciendo gala de sus exquisitos modales.

Mire a mi alrededor entonces, buscando algo fuera de lugar, algo que no terminara de cuadrarme, o que pudiera suponer algun tipo de amenaza. Y entonces me dirigi al tipo, con aquel aire estupido y bobalicon que tanto apreciaban los hombres de las mujeres y que tanto distaba de mi verdadero yo- ¿Que esta haciendo aqui toda esta gente? ¿Y por que no podemos salir del comedor? ¿Ha sucedido algo? - pregunte entonces al tipo, acompañando el gesto con la mejor y mas inocente de mis sonrisas, dejando la pregunta de mi hermana sin contestar, tras dedicarle un gesto de que esperara un instante a aquella respuesta.

Y entonces me centre de nuevo en el tipo, esperando su contestacion, aun con aquel aura encantadora a mi alrededor. Se cazan mas moscas con miel... eso todo el mundo lo sabe, ¿no?

Al cabo de unos minutos no demasiado largos, un guardia comenzó a empujar a tres personas hacia la sala común donde estaban todos. Estas personas eran Adam Griffin, y las hermanas Erëssea y Nyssaë. El guardia, realmente molesto por la situación, no respondió ninguna de las preguntas que se le hizo, y cerró la puerta al pasillo.

Todos los demás guardias de la sala hicieron lo propio, mientras que los viajeros estaban a lo suyo y comenzaban a percatarse de la extrañeza del asunto. Las habladurías de los viajeros se transformó en rumores sutiles y el abrir y cerrar de una puerta reclamó la atención de todos los presentes. Irrumpe súbitamente armado con una espada larga y una ballesta en la otra mano, exigiendo la atención de todos los pasajeros.

Los otros cuatro soldados desenfundan sus armas, como si estuviesen esperando al momento concreto, y se disponen a cubrir las salidas. Entre los gritos asustados de los pasajeros, el soldado recién llegado anuncia:

-¡El dirigible está bajo el control de nuestro capitán! Y... siento deciros que los presentes seréis ejecutados por traición.

Tras la amenaza, el tipo de la ballesta no tarda en cumplir su amenaza, y avanza lentamente, pero seguro, hacia la primera víctima; una bella jovencita de pómulos rojizos y ojos lagrimosos.

-Magia antigua.-  apenas alcanzo a responder la pregunta de Adam cuando soy arrastrada como si fuera un animal hacia el salón. Me fastidiaba de sobremanera los modales de aquellas personas, yo no era como mi hermana que sabía fingir a la perfección sus emociones, en mi rostro un poema completo se reflejaba en cuestión de segundos. 

Ahora portando una actitud soberanamente hostil, no avanzo un paso más intentando desafiar a quien se interponga en mi camino. Nyssaë era consciente de lo temperamental que solía ser cuando utilizaba la magia de invocación, por ello al cerrar mis ojos, intento aislar mi mente para centrarme en lo que estaba por hacer mientras mis dedos dibujaban símbolos en el aire, aún no recitaba ninguna frase. Sólo me preparaba.

Nada era bueno en esta situación planteada, habían tomado La Dama a la fuerza y no pensaba quedarme de brazos cruzados. Tal vez eran de la Inquisición y por obvias razones del pasado, no podía arriesgarme al beneficio de la duda. -Arion...-  llamo a mi lobo para que se coloque junto a mi. Su pelaje estaba erizado mientras que un intenso gruñido hacia eco dentro del lugar. Una clara señal de que nos estábamos preparando para lo peor.

-Nyssaë ... ¿Lista? - pregunto a mi hermana, tras haber escuchado la clara amenaza de ser ejecutados por traición. 

¿Magia antigua? Sin duda era un tema inusual. Jamas había estudiado sobre la magia, era dificil hacerlo sin poder verla o sin que alguien te enseñara sobre ella. Y gracias a cierta panda de gorilas retrogrados incapaces de aceptar a cualquiera que no sea igual que ellos era dificil encontrar a alguien para estudiar esos temas. Aunque antes de poder seguir 

Di un par de pasos atras cuando el guardia dijo aquello. ¿Ejecutados? ¿Traición? O dios mio no. Nonononono, aun me quedan demasiados libros por leer. Y aun no había entrado en la parte mas profunda de la biblioteca de la gran universidad. No, no quería morir. Recuerda, como en el pueblo: esquiva Fue lo unico que me vino a la cabeza así que me puse en guardia.

Tuve que hacer un enorme ejercicio de contencion para no estampar a aquel tipo alli mismo. Sin embargo, si algo me habia enseñado la experiencia era que la paciencia y la templanza eran grandes virtudes y que, en mas de una ocasion, constituian una gran ventaja, sobre todo cuando el enemigo no se esperaba tu reaccion final.

Y asi, aguante aquellos empujones, sin perder de vista a mi hermana, conocedora de su temperamento- Calma... - fue lo unico que le susurre, justo antes de que acabaramos de nuevo en el comedor, junto al resto de nuestros acompañantes.

Y fue entonces cuando el otro tipo hablo, dejando claro de una vez qué era lo que estaba sucediendo, y el porqué de aquel comportamiento tan extraño. No respondi. No dije nada. Ni quejas, ni insultos, ni lamentos. Ni siquiera me inmute cuando empezaron a acercarse a la doncella llorosa. Lo unico que hice fue asentir a mi hermana, de forma imperceptible, para despues dirigir mi mirada a aquellos dos hombres que acababamos de conocer, en un gesto cargado de significado. Y, con total discreccion, lleve mi mano hasta la empuñadura de mi arma, desenvainandola lentamente, aprovechando la cobertura de mi capa.

Claro que estaba preparada y, por mi parte, no estaba dispuesta a morir sin oponer ningun tipo de resistencia.

Alce una ceja cuando vi como se desarrollaba la situación y sonreí de manera un tanto tétrica... -Parece que ya no tienes que ir a buscarlas... Los guardias las han traído para ser ejecutados todos juntitos y abrazados... Con la vista fija en los guardias empuje con mis pies bastarda envainada de mi equipaje dejándola bajo mis pies, y con cuidado y aprovechando la cobertura que me proporcionaban los asientos frontales, la tome con mis manos desenvainando el acero quedando silenciado por los lloros y lamentos de los pasajeros... -Ummm... cuatro soldados... Parece que su capitán esta tomando el barco... ummm... ¿Quizás ha asaltado el puente?... Me levante lentamente flexionando las rodillas y sonreí, mientras colocaba mi acero apuntando hacia atrás y flexionándome como un felino a punto de abalanzarse contra su presa...

- No querían lincharnos, querían... - Se cruzó de brazos, buscando una palabra que no llegó. Principalmente porque era verdad, querían lincharlos. Incluso levantó el dedo indice buscando la palabra o algo que le diera la razón. Pero no, el motivo era demasiado obvio como para negarlo. Así que lo mejor sería... bueno, pues callar y poco más.

Por suerte, y por suerte pra Kilian, pero no para los demás, la bronca llegó de manos de uno de los guardias. Que parecían tener ganas de liarla con el tema de secuestrar el dirigible lleno de jovencitas y gordos ricachones.... y ellos. ¡Toma ya! ¡La segunda cosa que más le gustaba a Kilian! ¡Ostias! Repartir leña a base de bien en el nombre del Khala y de la defensa de las damiselas indefensas que necesitaban de sus atenciones. - Mira, Raven. ¡ostias! Te dije que sería un viaje divertido. - Le acabó dando un codazo mientras dejaba caer la capa al suelo y se ponía en guardia.

- Eh, tu. - Señaló al que había hablado. - Veo tu futuro. Son dos manos arrojandote por la ventana. ¡Mis manos! - Le enseñó las manos. - Así que porque no vienes y hablamos un rato de como pasará eso. -

Con una velocidad que casi rozaba lo inhumano, recorrí en apenas una fracción de segundo los diez metros que me separaban del que parecía ser el líder de ese equipo... -Lamento tergiversar tu orden... pero los únicos que vais a ser ejecutados bajo pena de alta traición, vais a ser vosotros... Con un movimiento rápido y fluido, casi como una danza ensayada miles de veces, me interpuse delante de la muchacha para que no viera lo que venia después...

Con un movimiento rápido y preciso antes incluso de que el soldado se percatara de lo que pasaba, di un veloz giro con mi espada, apuntando directamente al cuello del hombre...