Partida Rol por web

Janus Reid

Cuando Janus decidió abandonar su tranquila vida para perseguir a la mujer que amaba, nunca se podría haber 

imaginado en las mil y una aventuras en las que se acabaría entregando. Dejó la comodidad de su hogar en Hod por qué un suceso insólito asoló su sosegada vida. Drucilla Cassar, su amada, asesinó a un hombre inocente y luego huyó.

Con un pequeño esfuerzo puedo imaginar cómo su intención era dejar atrás esa vida belicosa que había vivido junto a Drucilla, y sin embargo es verdad lo que dicen, los fantasmas del pasado siempre vuelven a llamar a tú puerta. Pero tras varios días de duelo, partió en busca de respuestas.

Caminó durante cinco soles y cuatro lunas hasta que encontró una aldea que se separaba unas millas de la calzada imperial. Planagal, en muchos aspectos, se parecía a Hod, pero su intención ya no era quedarse a vivir en ningún lado. Preguntó aquí y allá, y nadie parecía haber visto a Drucilla, a pesar de que todas las pistas apuntaban en esa dirección. Sin embargo encontró consuelo en un abrumado comandante imperial. Éste, que se había asentado con su compañía en un viejo castillo de la Guerra de Dios, necesitaba de una ayuda "imprescindible" y Janus parecía ser el candidato idóneo. Por supuesto, querido lector, el comandante Adon tenía información jugosa sobre Drucilla. 

Janus aceptó el trato y partió con la intención de completar su tarea y contentar al comandante. El enfrentamiento contra esos cadáveres animados permitió a Janus presenciar lo horrible de lo sobrenatural y la magia nigromántica. Aunque puedo mantener la compostura, tuvo que enfrentarse a si mismo para no acabar con la vida de la pequeña bruja. 

Más, cuando volvió, las buenas fueron lo suficientemente beneficiosas que el comandante se permitió un suspiro de alivio. Cumpliendo su parte del trato, le comunicó que su amada doncella guerrera había estado justo donde Janus se encontraba, preguntando por un hombre que el Sacro Santo Imperio de Abel busca muy activamente. La última vez que el comandante Adon vio a la mujer, parecía dirigirse al noreste. 

Janus decidió llevarse a la niña con él, llamándola Angélica. De entre los diferentes lugares donde Drucilla podría haber viajado, el más cercano era Eytan, así que no dudó demasiado en partir en busca de la mujer que amaba. A través del Bosque de Eytan, y mientras la niña aprendía a controlar sus peligrosos poderes.

Alaric Weiss

Se dice que una maldición; la de la ruina, persigue a Alaric allí donde va desde que una coalición de nobles de Togarini decidieron ponerle punto y final al linaje de los Weiss. El motivo es todo una incógnita. Pero según pude enterarme, Alaric debería de haber muerto, y en cambio sobrevivió. La mansión acabó siendo pasto de las llamas, y toda su familia fue consumida por ese mismo fuego. 

Como único descendiente vivo de la pequeña Casa Weiss, o lo que es lo mismo, descendiente de nada, Alaric partió en un largo y peligroso viaje donde solo busca una cosa: venganza. Armado con una lanza de su padre, y la bella y oscura armadura de su hermano mayor, Alaric es como una fuerza de la naturaleza imposible de detener.

Ahora el nombre de su familia es nombrado con una mezcla de respeto y miedo por otros nobles, o incluso por el campesinado local. Todas esas habladurías intensificadas con los rumores de una estirpe maldita, o hablando sobre el hombre que eludió a la muerte, que trae desgracia allí donde se presenta. Algunos rumores son exagerados, pero me dan la inspiración necesaria para darle grandiosidad a mi novela. Toda historia necesita un antihéroe.

No se le puede detener. Alaric caminará en busca de venganza hasta que lo consiga, sin miedo a correr riesgos o a la muerte, ya que como los rumores instan en revelar, Alaric Weiss ya eludió una vez a la muerte. Si pudo hacerlo una vez, lo volverá a hacer, lo que le convierte en un hombre muy peligroso.

En su búsqueda de venganza llegó a Reindhold buscando a uno de los culpables de la matanza. Finalmente encontró respuestas: el tipo se escondía en una pequeñísima casa de campo subiendo la cordillera.

Cuando llegó arriba y usó la intimidación para alejar a los guardias, entró en la casa tirando la puerta abajo. Edoardo Di Blasi, su objetivo, estaba asustado y sorprendido a partes iguales de ver con vida a Alaric Weiss. Pero antes de que Weiss asestase el golpe mortal, Di Blasi le comunicó que él no había participado en esa purga. Se había acobardado antes de tiempo, aludiendo que él no es un asesino.

Durante la conversación atacó un asesino bastante profesional, que fue vencido por una acción conjunta entre estos dos inesperados aliados. Al parece el Clan Barakah estaba mandando asesinos para acabar con ambos. Un seguro contratado por esa confabulación de nobles.

Drucilla Cassar

El motivo de un asesinato es tan amplio como lo es la persona. Todos los días mueren personas por miles de motivos: enfermedades, vejez, política, locura, sentimientos... pero el impulso que espoleó a Drucilla a asesinar a aquel hombre inocente en Hod es todo un misterio.

Resguardada por la noche y cubierta por las sombras que proyectaba el granero, Drucilla acabó con la vida de aquel hombre, con su espada ensangrentada y un desconcertado Janus. Los grises ojos de Drucilla se fijaron en Janus, en ese instante estaban insensibles y fríos. Después salió corriendo como alma que lleva el diablo. Janus guardó silencio sobre lo sucedido, y hasta el momento nadie sabe quién asesinó a ese hombre. 

Como amigo íntimo de Janus que soy, me permití el lujo de preguntarle si ese acto de asesinato a sangre fría podía ser común en ella. Aun recuerdo su mirada, estuve a punto de sentir la fría hoja de su espada en mi estómago. Si, todavía sigo pensando que no fue una buena pregunta. No obstante logré mi objetivo, y acabó respondiendo. Drucilla Cassar era una soldado, y como muchos otros había acabado con la vida de muchos soldados. Pero Janus me aseguró que ser soldado y ser asesino, en la mayoría de ocasiones, es algo muy distinto. Drucilla no era una asesina y su acto no tenía sentido alguno.

Al parecer, la guerrera está interesada en encontrar a un hombre buscado por el Sacro Santo Imperio por asesinato. Me pregunto por qué una asesina buscaría a un asesino.