Partida Rol por web

Ahí en la ducha comenzaba a elevarse la temperatura de manera irremediable. Elijah agarró la cintura de Olivia y al notar sus intenciones tan sólo se dedicó a acariciar la espalda de ella conforme descendía, hasta que "la herramienta" acabó engullida por los sinuosos labios de la mujer.

- Si con esto no se arregla la tendremos que dar por muerta.

Elijah emitió un suave gemido placentero al notar tus labios en su pene. Su miembro había engordado levemente y tenía un sabor salado. Su olor era intenso aunque el agua suavizaba las sensaciones. El hombre colocó ambas manos a los lados de tu cabeza pero no para empujar, sino que con los dedos te acariciaba, sobre el cabello.

- Espero que se estrepee más a menudo.

Le estaba gustando todo ese cúmulo de sensaciones que le proporcionabas y no parecía tener prisa ni querer forzarte. Su herramienta había crecido un poco más y todo indicaba que se iba a poder reanimar, pudiendo recuperar todo su esplendoroso tamaño.

Además de su verga, notabas la cercanía de unos abdominales marcados, así como la musculatura de sus muslos. Era un hombre bastante fibroso y debía de ejercitarse para mantener esa atractiva forma física.

Me hizo reír con aquello de tener que darla por muerta, aunque después del sexo que habíamos tenido sobre la moto, me parecía que era poco probable que aquello permaneciera muerto demasiado tiempo. Si algo me había quedado precisamente claro era que Elijah era un hombre muy vigoroso.

- ¡Ummmm!

No podía responderle a eso de estropearse cuando el aparato del que estaba hablando precisamente estaba en el interior de mi boca. De todas maneras, me estaba gustando cómo reaccionaba su cuerpo a lo que le estaba haciendo y cómo había colocado las manos sobre mi cabeza...

- Definitivamente, puedo acostumbrarme a esto del sexo diario.

Me di cuenta en aquel momento del físico que tenía aquel hombre y tuve que levantar mis manos para pasarlas por sus duros muslos, subir mis manos hasta sus abdominales... Todo esto sin dejar de chupársela claro.

- ¡Uff! No sé cómo puede estar tan bueno.

Parecía que tu boca era un bálsamo milagroso porque estaba consiguiendo que el miembro de tu amante reaccionara y la sangre volviera a fluir hacia él, endureciéndolo.

Su cola no era fácil de manejar por su embergadura pero estabas lográndolo y eso debía de estar calentando a Elijah, quien miraba hacia abajo disfrutando de cómo te lo comías.

- Por el viejo dios, Olivia...

Ahora volvía a estar dura y el hombre la apartó un momento de tu boca y la paseó por tus labios.

- La has arreglado del todo.

Elijah te cogió de los brazos para poder alzarte y después de un empujón tiró de ti hacia arriba, sujetándote con los suyos. Acto seguido besó con pasión tus labios. Notabas que su verga estaba buscando tu entrada. Él te alzó un poco más y colocó el glande en tu vagina mientras te seguía besando. Había separado un poco tus labios inferiores pero quería aprovechar el momento para besarte de un modo tan intenso como el primero que os habíais concedido haría como una hora.

Tu cuerpo se deslizó un poco hacia abajo y su glande acabó dentro de tu sexo mientras él continuaba su ardiente beso.

Como no jugaba demasiado a aquellas cosas, no me había dado cuenta de lo excitante que era hacerle aquello a un hombre. Era increíble con la adoración que te miraban cuando les dabas placer de aquella manera y bueno, su cuerpo reaccionaba a todas y cada una de las atenciones que le prodigaba. Era una maravilla.

- Ummmm.

Protesté cuando salió de mi boca, pero después, cuando paseó su miembro por mis labios saqué morritos para que pudiera rozarse en condiciones. Era excitante.

Me incorporó y yo, me perdí en aquel maravilloso beso que me proporcionó, sorprendiéndome un poco de que no le importara que momentos antes había estado su miembro en mi boca.

¡Joder me derretía que me besara de aquella manera!

Pronto sentí su miembro buscando mi entrada y levanté una de mis piernas para "agarrarme" con ella a su cuerpo y que tuviera un mejor acceso a mi cuerpo.

- ¡Aaahhhh! - Gemí dentro de su boca cuando consiguió adentrarse en mi interior.

Tus gemidos escaparon de tus labios mientras se fusionaban con los de él. Elijah se había introducido en tu sexo contando con tu ayuda. Otra vez notabas aquella sensación del hombre haciéndose hueco en tu interior, usando para ello su otra vez robusto miembro.

El agua seguía resbalando por vuestros cuerpos, acumulándose la experiencia de las gotas de agua deslizándose con la del movimiento de Elijah. Sujetándote de las nalgas y de la pierna ahora elevada, empujó varias veces hasta que estaba completamente dentro.

- Olivia, si no fuera por ti, este mundo sería una basura.

Penetraba tu cuerpo, excitado y embriagado. Llevó su boca hasta tu rostro y besó la mandíbula, teniendo que agacharse un poco para ello. Luego marcó con sus dientes la misma zona y la besó de nuevo.

- No hay nadie como tú en todo Gorgon.

Cogiéndote con firmeza de la nalga, se deslizó despacio hacia fuera y adentro, aprovechando toda la longitud de su cetro. Se incorporó un poco y miró tus ojos, todavía penetrándote despacio pero conociéndole, no tardaría en recurrir a toda su fogosidad.

Sus palabras me hicieron reír, pues la verdad es que te dijera algo así una persona que te acababa de conocer era cuanto menos gracioso. Eso sí, la risa no me duró demasiado, pero es que era imposible no dar rienda suelta al placer y los gemidos cuando se tenía a un hombre como Elijah entre las piernas.

- El mundo no sé, pero yo quiero de esto todos los días... - Pensé sin decirlo en voz alta porque a mí eso de decir aquellas cosas en alto no me salía así de fácil, ni en una situación como esta.

Lo de que no había nadie como yo ya me hizo sonreír, pues eso lo tenía claro.

- ¿Eso es un halago?

Sí, tenía que bromear, pues no sabía cómo reaccionar a aquellas palabras ni a los halagos, la verdad. No sabía qué decir incluso cuando me decían que había hecho un buen trabajo, como para saber qué decir mientras me lo hacían de aquella manera...

- ¡Ufff! Esto es genial Elijah... - Dije casi acto seguido antes de gemir con un poco más de fuerza.

El hombre introducía su miembro en el ansioso sexo de la mujer, quien se estremecía y deleitaba por la intensa sensación que nacía en el interior de ella.

- Claro que es un halago.

Empezaba a penetrar con un ritmo más vivo pero no llegaba a ser rápido. Aún había tiempo para compartir algunas palabras más, entre cada empujón y cada sacudida de placer. Olivia notó cómo recibía toda su polla dentro suyo, llenándola de forma ardiente.

Elijah dirigió la mano izquierda, que se mantenía libre, hasta la nuca de la mujer y la atrajo hacia sí, besándola ardorosamente. Ambos pudieron perderse en un largo beso en el que el tiempo se volvía impreciso, siendo imposible contar los segundos o hacerse la idea aproximada de la duración. Luego separaron los labios, echando ambos de menos el electrizante contacto.

- Te voy a besar muy a menudo, durante el trabajo. Cada vez que pueda.

La técnico ya podía notar que su amante estaba incrementando el ritmo de nuevo. Su miembro se deslizaba con suavidad llenando su vagina completamente y como nadie había hecho antes.

- Mmm... Olivia. Hay que cambiar de postura.

Dijo el hombre constatando que de pie y de frente era más dificultoso el acto sexual. La mujer notó entonces que quería girarla y ponerla de espaldas. Siendo el suelo de piedra, no había opciones de encontrar una postura cómoda.

- Empuja contra mi.

Le dijo a la hermosa mujer, queriendo que fuera ahora ella quien se moviera en su busca.

Claramente estaba bromeando con Elijah, pero de todas maneras, él decidió aclararme que aquello sí que era un halago y eso me hizo sonreír, aunque tampoco durante demasiado tiempo, pues estaba ocupada gimiendo con todo el placer que me estaba dando como para hacer algo más.

- ¡Oohhhh! - Sí, Elijah iba a ser capaz de volverme muy loca, aunque tampoco tenía que extrañarme demasiado pues me lo acababa de demostrar encima de una moto y me había parecido terriblemente excitante hacerlo así.

Me agarró de la nuca y me atrajo hacia él de forma que aquel beso fue tremendo. Era como si sólo existiéramos él y yo en aquella ducha y todo lo demás no importara una mierda.

¡Joder! Este hombre me estaba volviendo loca.

Me sorprendió un poco que me dijera que me iba a besar a menudo, pero si metía la lengua en mi boca de esa manera, pensaba dejarle hacerlo.

Cambiamos de postura en cuanto intentó girarme un poco y me coloqué de la manera en la que me lo pidió. Estaba claro que aún tenía que coger tablas en aquello de las relaciones sexuales, pero viendo lo bien que me lo estaba pasando, no sabía por qué no las tenía más a menudo, la verdad.

Comencé a mover mis caderas, hacia atrás, siendo prácticamente yo la que se empalaba con su miembro.

- ¿Así te gusta?

A pesar de que estaba preguntando aquello, yo estaba tomando el ritmo que más le apetecía a mi cuerpo, que a estas alturas, tampoco es que fuera el más suave.

Elijah bufó por el placer que comenzaba a sentir, con el cuerpo de Olivia buscando el suyo de manera ardiente.

- Me gusta mucho.

Su miembro viril resbalaba dentro de la vagina de ella, separando repetidamente sus muros internos. Se escuchaban sonidos cada vez que se completaba la unión de sus cuerpos. Elijah buscó con su mano derecha el cuello de la mujer y lo aferró, se aproximó y envolvió besó la nuca.

- Sigue así...

Parecía que al hombre le satisfacía la idea de que Olivia fuera a su encuentro de una forma tan apasionada. Al agarrar su cuello parecía no dejarle opciones y quizá quería transmitir la idea de que era él quien tenía el control.

- Te gusta, ¿verdad?.

Besó otra vez la nuca y bajo ella de modo intermitente pues el movimiento de los cuerpos dificultaban los besos. Sin embargo, no cedió y no paró de darlos, aprovechando que era la mujer la que empujaba contra él.

Sonreí cuando Eljah me corroboró que le gustaba, pues la verdad es que a mí me estaba encantando sentirlo en mi interior a mi ritmo, tal y como a mí me era más placentero.

- ¡AAHHH! - Fue mi primera respuesta a sus palabras, pues la verdad era que sólo pudo gemir al llenarme de nuevo con su miembro. Joder, esto del sexo era la leche.

Eso sí, momentos después me agarró del cuello, pero no sentí ningún dolor ni molestia, sino que más bien parecía una forma de querer llevar el control y no me molestó. La verdad es que de momento lo que más incómoda me había hecho sentir había dicho eso de que me ataran, pero por suerte a Elijah no se le había ocurrido.

- No pienso parar... - Claramente no pararía hasta que ambos tuviéramos un increíble orgasmo como ya habíamos probado antes. - Joder... Esto es lo mejor del mundo.

A cada momento iba moviéndome y empalándome con más ímpetu y bueno, encajaba terriblemente bien en mi cuerpo, que a estas alturas ya estaba muy mojado.

Elijah mantenía a la mujer sujeta del cuello aunque no ejercía sobre ella ninguna fuerza. Era un gesto simbólico que le estaba excitando y creía que ella sentía lo mismo. No en vano, Olivia no paraba de moverse contra él, de forma ávida, necesitando su polla.

- Está toda dentro tuyo. Y no vas a parar.

Que ella tuviera que moverse tenía algo de lujurioso que había gustado a su amante y eso hacía que mantuviera la postura.

- Sigue así, Olivia.

Le dijo agachándose un poco para alcanzarla y entonces atrapó los labios de ella en un largo beso, mientras ella se deslizaba fuera y dentro. De alguna manera, Elijah la había atrapado pues el beso se alargó y no parecía querer detenerlo. La estaba haciendo suya de una forma nueva que le parecía sumamente sensual.

La lengua de Elijah se deslizó dentro de los labios de ella mientras notaba la respiración entrecortada y gemidos ahogados por sus propios labios. Olivia gemía durante el beso y su respirar era rápido como correspondía al intenso sexo que los estaba embargando.

Por supuestísimo que no iba a parar. Ni siquiera sonaba como una orden en aquel momento, pues la verdad es que era complicado estar más caliente de lo que lo estaba yo. Si por un casual de la ducha comenzaba a salir agua fría, iba a evaporarse en cuando entrara en contacto con mi cuerpo en aquel momento.

- ¡Nunca....! - Murmuré sin hablar demasiado alto, pues entre moverme, gemir y recuperar el aire, había cosas que eran toda una odisea en aquel momento, como hablar precisamente.

Movía las caderas a mi ritmo y bueno, estaba claro que a ambos nos estaba gustando aquello y eso, que con sus manos en mi cuello y aquella postura, visto desde fuera seguro que había más de uno que podría decir que aquello no debía ser muy agradable. A mí, me estaba gustando tanto como lo de hacía un rato de la moto.

Sus labios se pegaron a los míos y bueno, aquello hacía más trabajoso lo de respirar, pero a su vez, me encantaba sentir su lengua, jugar con ella y bueno, lo de gemir en su aliento aún hacía aquel momento más íntimo.

- ¡Aaaaahhhh! - Seguro que luego me iba a doler absolutamente todo, pero vamos, iban a tener que quitarme lo bailado porque aquello simplemente estaba siendo espectacular.

La situación se había vuelto tan ardiente que el agua que resbalaba por los cuerpos de ambos semejaba fría en comparación. Con Elijah atenazando el cuello de la mujer y ella moviéndose de aquella forma, el tiempo se volvió la suma de momentos placenteros. Los cuerpos ardían literalmente y al final, el hombre parecía estar superando su capacidad de control. 

Elijah iba a retirar la mano del cuello de la mujer, pero en el último momento la mantuvo. Sin embargo se irguió un poco y al hacerlo también ella tuvo que alzarse parcialmente. El hombre le dió una palmada en el glúteo y tras eso la sujetó de la cintura. Entonces comenzó a moverse aumentando la velocidad con la que se habían estado uniendo.

- Mmggg.

Gimió mientras tomaba su chumino por detrás. Su miembro era tan alargado que no suponía ningún problema y podían sentirse completamente unidos.

- Por el viejo dios. Quiero reventarte el chocho.

Olivia lo podía notar más que caliente, empujando su duro y enorme miembro dentro de ella, mientras la sujetaba. La estaba llenando de placer a pesar de la actitud fiera que le dominaba. Un poco después, atrajo el rostro de ella colocándolo de lado para poder besarla, introduciendo la lengua entre sus dientes. Hubo de descender el ritmo pero después lo aumentó. Habían vuelto a la pose inicial pero más erguidos y ahora siendo él el que se movía para tomarla con rapidez.

La cosa no tardó en ponerse más intensa, pero claro, nos lo estábamos pasando tan bien disfrutando de nuestros cuerpos que lo raro hubiera sido que no pasara. Elijah cambió ligeramente de postura para poder tomarme mejor y bueno, yo no me iba a quejar, sobretodo, cuando comenzó a embestirme más fuerte. 

- ¡AAAHHHH! - Era imposible que no me gustara que me tomara de aquella forma y tampoco me paré a pensar en que nunca me lo habían hecho de aquella manera. 

- ¡Ehhhhmmmmm! - Medio protesté medio jadeé cuando me dio aquel cachete en el trasero, pues me pilló totalmente desprevenida, pero vamos, que no me había hecho daño en ningún momento, sino que casi me había excitado un poco más, aunque era un casi porque era complicado aumentar ya mi estado. 

Se detuvo unos instantes para besarme y luego volvió a arremeter con fuerza y bueno, yo ya no pude contenerme durante demasiado tiempo. Mi orgasmo no tardó en llegar y bueno, sin importarme demasiado que alguien pudiera escucharme desde fuera, gemí en alto. 

- ¡AAAAHHHH! - Todo mi cuerpo temblaba y vibraba en aquel momento. 

- Mmmm.

Elijah gimió de placer notando que la pasión había embargado tanto a Olivia que gemía con intensidad. No le hablaba porque debía de estar a tope, y lo notó más todavía cuando ella tembló debido a un fuerte orgasmo. Le pilló por sorpresa pues había sucedido muy rápido y él no se detuvo en ningún momento. Mientras ella orgasmaba, el hombre la penetraba con fruición, disfrutando en efecto de tan agitada tarde llena de sexo.

Quizá fuera por el encuentro sexual anterior que Elijah no sentía todavía la necesidad de explotar, así que su ritmo no descendió. Se daba cuenta de que le era posible continuar y ella estaba en una especie de trance en el que desearía sentirlo mucho más. Así que el hombre siguió embistiendo, pero ahora fue más allá y rodeó el cuello de Olivia con ambas manos. No había necesidad de apretar, sino de que ella se sintiera poseída. Tampoco descendió el ritmo en lo más mínimo.

- Te has corrido muy fuerte.

Le dijo acercando sus labios a su oído derecho y besándolo después, haciendo que sintiera sus dientes, sin apretar tampoco.

- ¿Es verdad... que después del primero... los demás vienen más rápidos?

Inquirió entrecortadamente, a la vez que embestía con fuerza su sexo. La mujer nunca había tenido un miembro tan grande en su interior, y deslizándose con tanta suavidad como lo hacía ahora mismo.

Claramente me había corrido con muchas ganas, pero había cosas que una no podía controlar y los orgasmos, entraban dentro de esa categoría para mí. De todas maneras, a Elijah no pareció molestarle, sino que por sus palabras, pensaba seguir así hasta que descubriera si podía correrme de nuevo, cosa que la verdad yo desconocía. 

Eso sí, en aquel momento estaba tan sensible que mi cuerpo temblaba con cada embestida y además, me temblaban las piernas del esfuerzo de estar de pie. 

- No lo...sé... - Fue mi más sincera respuesta, pues seguramente ya se había dado cuenta que no es que yo tuviera mucha experiencia en esto del sexo, pero vamos, eso no quería decir que no me pudiera aficionar, que era lo que iba a conseguir si seguía dándome orgasmos como estos. - Pero podemos probar a ver qué pasa... 

Desde luego, yo le estaba animando a que no parara, pero es que quería que él también disfrutara de aquello tanto como lo estaba haciendo yo. 

Lo que daban de sí las duchas... 

El hombre mordisqueó con suavidad la oreja de Olivia mientras la seguía tomando. Por su respuesta no tenía muy claro la velocidad con la que alcanzaría otro orgasmo.

- Lo vamos a ver...

Notó que las piernas le temblaban a su amante pero no por ello iba a detenerse. Elijah terminó por soltar el cuello de la mujer y la agarró ahora de los hombros. Entonces gimió mientras aumentaba el ritmo.

- Te voy a destrozar el chocho...

Literalmente la sesión de sexo iba a resultar agotadora después de aquello, pero el hombre estaba ya determinado a conseguir un segundo orgasmo.

- Me correré contigo...

Sólo podía hablar entrecortadamente pero su energía permanecía y su miembro se deslizaba todo dentro de ella a buena velocidad. Por si fuera poco, entonces la mano derecha fue deslizándose por el cuerpo de Olivia hasta alcanzar el clítoris. Elijah estaba más que decidido a volverla loca, así que empezó a masturbarla también rápidamente.

- Mmmmph.

El hombre gimió ardiendo completamente y casi fuera de control.

No estaba acostumbrada a que un hombre tuviera palabras como aquellas conmigo, desde luego, me hubieran sonado realmente mal en cualquier otra situación, pero en aquella, la verdad es que me sonaron hasta bien, por el mero hecho de que la que hablaba allí ahora es la pasión por la que se estaba dejando llevar. 

- Es probable... - Respondí casi en un susurro, pero vamos, tenía que darle la razón a esas palabras. De todas maneras, incluso así, no quería que dejara de hacerme nada de lo que me estaba haciendo. 

Elijah me tomaba de una manera en la que todo mi cuerpo volvió a sentir placer en seguida. A pesar de que después de un orgasmo me había quedado floja, ahora estaba comenzando a hervir de nuevo, sabiendo que era probable que el ranger tuviera la razón y no tardara en alcanzar otro orgasmo. 
Tampoco me pasaba inadvertido que Elijah se estaba dejando llevar y estaba disfrutando muchísimo con esto. Era estupendo. 

- Elijah... es genial... - Dije cuando el placer dejó de lado la fragilidad momentánea. 

Al final, por muy horrible que me pareciera este planeta, me parecía que iba a irme algún día habiendo aprendido muchas cosas estupendas sobre el sexo. 

Ante la frase de Olivia el hombre sonrió y pasó a darle varios besos en el cuello. La estaba llenando de placer o tal era su intención. La mano del joven no cesaba los movimientos circulares y el agua que caía por la piel de la mujer facilitaba que pudiera masajearla con velocidad. Él la empujaba con cada penetración, deseando que el cuerpo de ella reaccionara y pudiera llegar a otro orgasmo en poco tiempo.

- Mmmm. Sí que lo es.

El vigoroso amante se dedicaba a jadear, concentrado en la forma en la que respondía Livy. Estaba prestando atención a cada detalle y poseyéndola velozmente.

- Mmm.

Elijah se iba volviendo más y más caliente. A pesar de haber orgasmado hacía poco, al final no podía sino ponerse a tope otra vez. Su duro miembro la llenaba a ella por completo. Llevando la mano izquierda hasta el pecho izquierdo de la mujer, lo apretó con fuerza y con sus labios volvió a besarla un poco más. Había entrado en un trance placentero en el que ya sólo podía pensar en ella y en la forma en la que sus cuerpos se necesitaban mutuamente.

Elijah había decidido seguir con su juego a su ritmo, sin darme ninguna tregua y mi cuerpo, volvía a reaccionar de una manera increíble. Claramente, si en algún momento de mi vida me hubieran dicho que un placer así iba a ser posible, hubiera respondido que sí en plan "no te lo crees ni tú" pero ahora, estaba flipando con la manera en la que mi cuerpo reaccionaba a estos estímulos después de haber tenido un orgasmo no hacía mucho. 

- ¡Ummmmm! 

No había tardado en volver a gemir y jadear de nuevo, pero era imposible no hacerlo cuando podía escuchar perfectamente a Elijah hacerlo. Cuando varios se lo están pasando bien aquello de vuelve muchísimo más interesante. 

- Elijah hoy me vas a matar... - Bromeé entre gemidos, pero es que era cierto. Empezaba a pensar que en cuanto me soltara, caería al suelo como si fuera plastilina, incapaz de sostenerme, aunque estaba claro que primero tendría otro orgasmo, pues mi amante no iba a parar hasta que así fuera.