Partida Rol por web

La pregunta de Sir Loren no pilló desprevenido a Sir Breunís. Empezaba a estar hasta la coronilla de esos tipejos y su juego.

-Es fácil, derribé a un Córnico y dos de sus cornudos amigos me hostigaron hasta que caí. Patada en el suelo incluída, aunque el árbitro no la viera.-
 

Uniose sir Sir Cadwallon de Catterick a la zona de descanso. Hallabanse alli,  quitandose  partes de la armadura, un montón de caballeros que habian mordido el polvo, algunos hasta se lo habian comido.

No se estaba mal en aquella zona de sudorosos caballeros. Muy pocos conservaban el brazalete en el brazo que marcaba su procedencia, pero parecian mayoria los caballeros del bando extranjero en esa zona. Esto es, que los locales, gracias a su maestria en la lanza, iban ganado la contienda. 

Era agradable comprobar que a pesar de su derrota, los caballeros recibian aplausos del populacho, teniendo  muchos de ellos que saludar al público.

Junto con caballeros derrotados e indemnes, tambien reposaban  algunos realmente heridos. Mostraba, tras tomarse un respiro y vaciar unos cubos de cerveza,  mejor traza un romano de nombre sir Marcellus, el que sin duda estaba con más daño de los alli sedentes.

Andan tambien derrotados tus compañeros y conocidos sir Loren y sir Breunis.Por tanto has sido el último de los tres en llegar.

Andaban sir Breunis y sir Loren en plena charla cuando acercoseles un conocido. Sir Cadwallon. Sin duda necesitaba este último un cubo de cerveza como minimo.

Estaba ese bebedizo muy solicitado en esa zona. La arena y el polvo seca la garganta, y esa hora era tan buena como otra para empezar con la cerveza.

Algunos caballeros tras reposar se habian levantado. Otros parecian tan aposentados que ni aun con mandato del obispo hubieran levantado sus nobles posaderas con presteza. Estos eran algunos de los alli sedentes.

Cadwallon se acercó aún con cara de pocos amigos al grupo de caballeros. Cogió un gran vaso de cerveza y lo apuró casi de un trago. Después, se limpió la boca y se acercó a uno de los caballeros que allí descansaban, un romano herido. - ¿Estáis bien, caballero? Siento haberos herido en el fragor de la batalla, pues no era hoy día de derramar sangre, sino de demostrar valía. - Las palabras del gigantón de Catterick parecían sinceras.

 el romano se retuerce y consigue chocar la jarra con la de Sir Cadwallon de Catterick.

-sin rencor.

Sir Cadwallon chocó su copa con la del romano y bebió, asintiendo. Parecía que su oponente no estaba ofendido por el desafortunado lance. Después, miró hacia el campo de batalla, a ver cómo se desarrollaba la contienda y quién iba ganando.

Reí tras el relato de Sir Breunís mientras cogía una copa de vino y le daba un trago para refrescar mi cabeza y tragar el polvo que tenía arañando mi garganta. 

- Esa gente no entiende de modales. Al final vamos a tener problemas con ellos. ¿Que os parece hacerles una visita antes de que termine el torneo? - Mientras hablo, gesticulo con los brazos y manos todo lo que los dolores de los golpes me lo permiten. - Sería en plan tranquilo. Para aclarar cosas, ya sabes. - Mi retórica esperaba que se entendiese. 

Miro a los presentes y ya había alguno que conocía. Agarré una cerveza y se la acerqué al loco irlandés.

- Bebe, lo necesitas. Me da un escalofrío si no te veo con alcohol en el cuerpo.

Cadwallon frunció el ceño, mientras sopesaba las palabras de Sir Loren - ¿De qué gente estás hablando, occitano? - dijo, con algo de suspicacia. - Si habláis de darle una lección a alguien, el Conde probablemente no se tome a bien que se viole la hospitalidad de su torneo.

Giré mi cabeza hacia el caballero que se había metido en la conversación. Lo observé para intentar recordar su cara. Lo había visto antes. ¡Claro! En la cena del día anterior. Sonreí al recordarlo.

- Os de Cornualles, por supuesto. ¿Y quién ha hablado de darles una lección? - Le guiñé un ojo mientras ponía mi mano en su hombro. - Nadie, querido amigo. Nadie. 

Cadwallon le echó un vistazo rápido a la mano que el caballero le había puesto sobre el hombro. Después, frunció el ceño. - Sois un hombre peculiar, occitano... - Y, probablemente, propenso a meterse en líos. - Creo que aún no entiendo del todo vuestras chanzas.

Levanto la mano del hombro del caballero y la cruzo en mi pecho, junto a la otra. 

- No se preocupe. Bebe cerveza y verás como poco a poco te irás enterando de todo.

Y sonrío mientras miro la batalla que está dando sus últimos coletazos. 

Sir Breunís asintió a cada palabra de Sir Loren. Estaba claro que estaba de acuerdo en darles una lección, no en vano habían empezado ellos faltándole al respeto en la taberna cuando defendió a la camarera de sus escuderos.

-El combate está bastante igualado a estas alturas, será un placer ver quién se proclama vencedor.-

Tirados en el suelo y en pose poco caballerosil, andan aposentados los nuestros caballeros. A lo lejos se puede divisar algo aun de la contienda, donde el bando local domina claramente a los visitantes.

No todos los compañeros caballeros, se unen a vuestra zona. Algunos pasan, saludan sobriamente, se refrescan y en seguida hacen llamar a su escudero y a veces tambien al sanitario, y marchan a otra parte, a sus tiendas suponeis vosotros.

Otros, los menos, ni siquiera se pasan por esta zona, sino que prefieren marchar directamente. Los extranjeros son muy de este actuar.

Aun os queda un poco más de contienda por ver.

- Parece que el equipo del Conde va a ganar, ¿no os parece? - dijo Sir Cadwallon a los caballeros sentados junto a él - ¿Reconocéis a alguno de los caballeros que están combatiendo? Temo que la mayoría me son desconocidos.

- Soy realmente malo para quedarme con los escudos de los caballeros, más aún cuando no soy de aquí y para mí son todos iguales. Pero sí, parece que van ganando los del Conde, como cabía esperar. De otro modo, sería descortés.

Me rasco la cabeza.

- ¿Sabéis que ponen hoy en el almuerzo? ¡Tengo un hambre atroz! La batalla me ha abierto el apetito. ¿O ha sido el vino? Jajaja

-Para ser sincero caballeros, no tengo noción ni de sus caras ni sus escudos.- Breunís tomo otro trago de la cerveza que sujetaba. -Y tampoco tengo noción de la comida. Soy un desastre para estas cosas.-

Gastais mucha priesa soñando et pensado en viandas. Las de esta noche non serán pequeñas ni pocas.

Non obstant, antes restan los desafios, et esos haran quitar el hambre a alguno et darán mucho de beber a casi todos. Los que apuesten et pierdan buscaran refugio en el beber et los que ganen mas aun beberciarán.

Non preocuparsus iuvenes caballeros. Yo mesmo enmendaré la cuenta et ajustarela en cuanto al beber, al menos. Pues beberé por los que han ganado et acompañaré tambien en el beber a los perdedores. Estimo juicioso guardar equidistancia en aqueste tema con unos et otros.

Mala cosa seria o de feericos seres que un irlandes o dos, no fablaran de beber.

Non obstant, y fablando de las pendencias aquestas, parece clara la ventaja local et céltica en cuanto al domino de la lanza. Piensome que de haberse fecho con espadas la diferencia local-visitante, non arrojare distancia tan grande a favor de los unos.

Casi son solo celticos los que pendencian aun en la contienda.

Podriase desfacer ese entuerto, si vos queres caballero romanus. Podriamos facernos un reto a espada en los desafios, con el premio et las condiciones que vuesa merced marque, para discernir et comprobar esa supremacia a espada con la que muy ufano pareceis andar.