Partida Rol por web

La víspera de vuestra ceremonia de caballeros, sois reunidos al atardecer. Con el pater Fortus, sois llevados a la capilla del castillo. Es hora de que los aspirantes a caballeros velen armas, o que al menos lo simulen.

Ora est de rezamientos et alabanzas, publicas et solos. Vayamos pues todo, et ego el primus, a la capilla. Posad armas et armaduras en el altar, et recemos todos por todas ellas et por todos nos.

Haced 3 tiradas de espiritual para ver si rezáis o si lo simulais con poca vocación.

Haced 3 tiradas de energico  para ver si aguantáis toda la noche en vela sin dormir ni desfallecer.

Walter se arrodilla y reza lo que recuerda. Al principio le cuesta recordar las frases en latín y teme ser descubierto por la mirada vigilante del Pater. Por suerte conforme van rezando comienza a recordar. No es muy fervoroso en sus oraciones pero se lo toma en serio. Walter puede ser propenso a las bromas y al humor pero se tiene por cristiano y por creyente.

La noche puede ser larga pero Walter está resuelto a ser nombrado caballero. La propia excitación de la proximidad del momento le ayuda a alejar el sueño. Durante la noche, no en pocas ocasiones tiene recuerdos de su padre y del caballero que lo instruyó y prácticamente lo hizo el hombre que és. Le hubiera gustado que ambos presenciasen la ceremonia, pero imaginar el rostro de su padre iluminado de orgullo al recibir noticia de que su jóven Walter ha logrado ser nombrado caballero lo llena de satisfacción. Entre nervios, recuerdos, excitación y júbilo van sucediendose las horas...

Cimrud llegó relativamente aseado, todo lo que se entiende por aseado en aquella época que no era especialmente mucho, a su vigilia anterior a su ceremonia. No era especialmente creyente como ya dejó entrever cuando dijo que la abadía era un completo aburrimiento... ¡y era verdad! Al menos para él.

Eso sí, recordaba las oraciones bien. En el tiempo que había sido novicio había tenido tiempo para aprender aquellas aburridas palabras en latín...y a escribir también algunas. Depositó las piezas de armadura  y posteriormente la espada como le había solicitado el Pater y comenzó a rezar recitando las letanías con calma.

Iba a ser una larga noche, pero el aspirante a caballero parecía aguantar bien el sueño mientras rezaba y pedía por el bien en el mundo y por el valor suficiente para ser caballero.

Costole arrancar en los rezos y oraciones  a Walter, pero su impetu no le dejó abandonar la tarea. Oró y se mantuvo despierto.

Cimrud, mantuvo una admirable vocación por el rezo y el recogimiento. Tambien se mantuvo despierto.

Tras el acto religioso con los escuderos, el fin de la noche trajo consigo un soleado amanecer. Con la frescura de la mañana, os retirais a descansar, no sin antes recibir la bendición más o menos exhaustiva , del padre Fortus, que se retira también.

Si no quereis hacer nada, saltamos hasta la noche, que será allí la ceremonia.

Cumplida su obligación para con la religión, una vez el Pater dio su aprobación y visto bueno, Walter se dispuso a marchar hacia su aposento para preparar sus galas y descansar lo que los nervios le permitiesen. No sin antes detenerse a felicitar a su primo y al resto de escuderos que habían cumplido con su deber cristiano como futuros caballeros durante toda la noche...

Voy a pasarme por las cocinas a ver si me dan algo de desayunar. Hay pocas cosas que me den más apetito que los nervios y la exictación de tener que esperar. No sé siquiera si me sería posible descansar con el estómago vacío. 

Cimrud se retiró a dormir satisfecho de haber podido cumplir sin dormirse, estos detalles eran importantes para el futuro caballero. Felicitó a su primo con efusividad y se marchó a dormir.

La noche de la ceremonia:

Realmente esperaban los escuderos una ceremonia con más pompa y ceremonia, pero el elevado numero a investir, 8 escuderos, no facilitaba para nada el lucimiento. Asi que el conde Setzer de Hertford pronunció estas palabras ante cada uno de los aspirantes.

Arrodillaos  ante mi. ¿ me reconocéis como vuestro verdadero y legitimo señor feudal?

¿ Juraisme  lealtad , al señorio de Hertford, et  empeñáis  vuestra espada, honor et  lealtad para con el  servicio de ambos dos , pues ambos dos son la mesma cosa?

Repetid con me:  Yo, xxx, pongo a Dios por testigo et comprometome con aqueste señor, el conde Setzer de Hertford.. él será el mi senyor feudal, ego defenderé et obedeceré, hasta que él muera, ego muera or mese releve de aqueste juramento. Por mi conciencia et honor, jurolo.

Dicho lo cual, y repetido por los escuderos, el conde os otorga una espada, y es el primero que os trata como caballeros.

Tomais la espada, y uno por uno de vosotros, aun de rodillas, recibis del señor conde un soberano bofetón, acompañado de estas palabras:

-que aqueste sea el último golpe que sus dan. Sin darle respuesta.

El cogotón del conde no es pequeño, y hace tambalear a la mayoría de escuderos, que mantenían una posición , ya cansada, de rodillas.

Tirad los recién caballeros por DES. Si sacais la tirada será que aguantáis el golpe sin caeros, y recibiréis +10 gloria.

Cimrud aguara el momento que había estado esperando mucho tiempo con ansia.. tener que dejar el gran señorío de Henleyith-Arden y encaminarse hasta aquí para buscar su destino no había sido fácil. Pero aquí estaba, aquellas rencillas familiares que había sufrido le sonaban ahora muy lejanas. Rodeado de otros escuderos en una ceremonia inusualmente masiva se preguntó si tal era la necesidad de nuevos caballeros. Parecía que sí. Lo de los sajones parecía serio...de madre medio sajona y sin haber visto ni un sólo sajón en la zona donde vivía, el futuro caballero no albergaba un odio especialmente grande hacia ellos pero no dudaría en defender el lazo de lealtad que iba a establecer con el conde.

Llegado su turno repitió las palabras del conde:

Yo, Cimrud de Henleyith-Ardem, pongo a Dios por testigo et comprometome con aqueste señor, el conde Setzer de Hertford.. él será el mi senyor feudal, ego defenderé et obedeceré, hasta que él muera, ego muera or mese releve de aqueste juramento. Por mi conciencia et honor, jurolo.

Recibió la espada y bofetón aguantando la embestida con entereza, el conde no se había contenido para nada.

Walter repite su parte del juramento tal como se espera. Lo hace mecanicamente porque sus pensamientos están muy lejos, allá en las tierras de Lickey Hill, junto a su padre y hermanos. Incluso puede ver la tumba del bueno de sir Brian en el interior de su cabeza y detenrse ante ella con respeto y solemnidad en agradecimiento. Se pregunte si la noticia llegará pronto allí. Walter caballero... le costaba creerlo. No tenía una gran sensación de logro, eso ya había pasado durante las meditaciones de la noche anterior junto con el nerviosismo. Ahora tenía la sensación de iniciar un largo viaje, un viaje duro que lo transformaría en alguien distinto antes de concluirlo. 

Y en esos pensamientos estaba cuando la bofetada lanzada por sir Setzer le pilló de imprevisto y concentrado en sí mismo. El bofetón fue poco ceremonioso. Le cruzó la cara con la mano abierta y con fuerza suficiente para hacerle perder el equilibrio. Si no terminó por los suelos fue porque se ayudó de las manos para no salir rodando. Obligado por el empellón a abandonar su ceremoniosa pose de rodilla en tierra pensó que no estaba dando la imagen que se podría esperar de él. Avergonzado, se recolocó en la posición y cabizbajo esperó que terminara la cermonia ofuscado y enfadado consigo mismo por semejante despiste.

Recibieron tremendo golpetazo ambos , ahora caballeros, pero solo fue Sir Cimrud, quiendesperto dosis extra de aplausos al ser de los dos, el unico que supo encajar el golpetazo.

Dicho y hecho lo cual, os poneis en pie y recibis el aplauso de los caballeros y damas allí presentes. Algunos se acercan a saludaros, y agradeceis llevar aun la armadura por la  efusividad de algunos golpes en la espalda.

A mitad de las salutaciones, los caballero empiezan a gritar.

- El salto, el salto, el salto...

Tras lo cual, un grupo de escuderos, trae varios caballos ensillados. La tradición dicta, que los nuevos caballeros deben saltar encima de la cabalgadura, con armadura, al poco de ser nombrados caballeros. Es lo que se denomina el salto, y aquellos torpes que no lo consiguen, se llevan una ronda de abucheos y risas por parte del publico espectante. Los diestros que lo logran reciben aplausos.

¿ lo intentais?

Decidido a enmendar su falta durante la ceremonia Walter se encamina con decisión a realizar el salto... Una vez está sano y salvo en la montura, suspira aliviado y disfruta de los aplausos y felicitaciones. Más relajado al fin.

Cimrud se dispone a saltar desde su Khaine su poderoso destrero y ...cae del imponente caballo de bruces, algo previsible dada la fuerza del caballo.

Los antes escuderos iréis a liberaros de vuestras armaduras, mientras el resto de invitados se encamina hacia la zona de comida y bebida, afanándose muchos de ellos, en vaciar jarras  y mojar sus propios gaznates.

Walter está deseoso de celebrar su nombramiento. Pero antes de ir a prepararse para la comida y el banquete decide dar un paseo por el castillo. Por donde tenga permitido pasar ahora que es caballero y antes le fuese vedado por su condición de escudero. Tiene ganas de saber si ahora que ha sido nombrado su mundo ha cambiado en algo. Se pasea satisfecho y deseoso de compartir su buen humor con quien se muestre partícipe. Walter aprovecha su paseo para armar un pequeño discurso por si     durante el banquete se espera que diga unas palabras... Más vale estar preparado para un discurso como si fuese una batalla que llevarse sorpresas desagradables a causa de la improvisación. Estoy tentando mucho a mi suerte estos días y después de la bofetada no quiero que el conde tenga mala impresión de mí.