Partida Rol por web

Antarctica

Aparición cegadora

Cargando editor
02/09/2022, 19:56
Arthur Battleworth

13 de enero.

Temperatura: 1,6°C.

Viento moderado sur-suroeste, por la tarde brisa del sudeste. Cielo cubierto de estratos y cúmulos.

Los acontecimientos más extraordinarios y aterradores están teniendo lugar a bordo. Apenas puedo dar crédito a mis propias palabras mientras las escribo, pero apostaría mi vida de marino por la autenticidad de lo que he visto. Una mujer ha visitado mi camarote en mitad de la noche. Se erguía ahí mismo, elegante y espectral, a pocos metros de mi camastro, con sus ojos atravesándome como si escudriñase los más oscuros rincones de mi alma. Era como en los testimonios de los desgraciados hombres de Holgerström. Una aparición corpórea, tangible. No era una pesadilla. Habría alargado mi mano para tocarla de no haber quedado paralizado por el terror. Ignoro si estamos ante un caso de histeria colectiva, como sugiere el Doctor Scott, si se trata de una epidemia a bordo, o acaso algo peor. La palabra “maldición” se escucha a través de las puertas entreabiertas. He prohibido a los hombres pronunciarla, pero qué puedo recriminarles cuando yo mismo lucho por hacer encajar los hechos dentro de las leyes de este mundo. Si el demonio está entre nosotros, estamos perdidos. Es una suerte que una buena parte de la tripulación la compongan hombres de ciencia, con mentes inquisitivas y abiertas, capaces de mantener la cordura. De otro modo me resultaría imposible controlar el riesgo de motín. Scott se siente incluso seducido por todo esto. Vino para investigar estos hechos y los está viviendo en su propia piel.

 

Notas de juego

11%

Cargando editor
02/09/2022, 20:27
1º-Comut Von Biems

Cuando Comut Von Biems escuchó que una mujer había visitado el camarote de Arthur Battleworth en mitad de la noche. Erguida ahí mismo, elegante y espectral, a pocos metros de su camastro, con sus ojos atravesándole como si escudriñase los más oscuros rincones de su alma; sin lugar a dudas tuvo bien claro un nombre.

-Mariola... -Comentó con resentimiento a la par que entrecerraba los ojos.