Partida Rol por web

Antichrist

Prólogo - Bienvenidos a Riverside Motel

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07/10/2019, 20:58
[Lys]

Mientras se acercan al motel, Lys abre la ventanilla y enciende un cigarro. El frío es infernal, pero que LE JODAN. La muchacha se sabe inmortal, y un resfriado no la va a matar. 

Con los pies todavía jugueteando por el salpicadero, disfruta del pitillo, mientras observa lo que hay en el motel al tiempo que aparcan. "Hostia, un mongol con una escopeta" piensa, con una risilla silenciosa. Quizás la muchacha debería asustarse, puesto que las armas en Suiza no son algo muy habitual, pero si algo tiene Lys es un valor que ronda la estupidez. Así que da una larga calada, dejando que la helada brisa le remueva sus huesos y echa el humo por la ventanilla.

-Así tiene que ser la portada del siguiente álbum

- Va, Marky, no me jodas - ríe Lys mientras se pone el abrigo, hablando con el cigarro en los labios-. Sabes que la portada seré yo, no te engañes. 

Y baja tras Matthew y Marco. 

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07/10/2019, 21:14
[Lys]

De la furgoneta, aparece una chica muy joven, rubia, y muy guapa, aunque algo despeinada y con una palidez preocupante en el rostro. Va embutida en un abrigo rosa chillón enorme. La muchacha lleva unas botas militares, y fuma un pitillo que no separa de sus labios (de un granate mate chillón), dejando que las cenizas se las lleve el viento, mientras se frota sus manos para evitar el frío. 

Durante todo el intercambio, la chica apenas mira a unos y a otros, despreocupada. Al único que parece hacer caso es a Lars, cuando decide que darle una orden es una buena idea. Así que la chica le enseña el dedo corazón y le ignora por completo. "Aún se creen que pueden mangonearme, panda pringaos". Por alguna razón, observa al muchacho al que apuntan con una escopeta, y al mendrugo que sujeta el arma y vuelve a reírse en silencio, mientras aspira el humo del cigarro.

- Eh, tú - le dice al de la escopeta y comienza a caminar hacia él, directa hacia los cañones.

Avanza hacia él con una seguridad y un desparpajo inauditos. Por como se mueve, es obvio que cree que el mundo es suyo, y quizás lo sea, porque no parece tener ninguna preocupación por toda la situación. Solo... Excitación. Nunca le habían apuntado con un arma. Había algo fascinante en ver aquel par de agujeros negros enfocando hacia ella, como dos proyectos de futura muerte directos a su corazón. Sin embargo, todo lo que Lys sentía en aquel instante era emoción, pura y dura. No miedo. No había muchas razones para tener miedo.

Mientras se acerca, le lanza un guiño al chaval. ¿Será de su edad o mayor? "Es guapo" piensa, mientras le sonríe un segundo antes de volver su atención hacia el dueño del arma. 

- Déjame ver eso, ¿quieres? - le dice, colocándose delante de él y el cañón y sonriendo mientras le mira a los ojos. La voz de la muchacha es dulce y suave, una de esas voces que es imposible que no produzcan simpatía.- Un arma muy grande, me gusta. Nunca había visto ninguna. ¿Es para matar conejos o de caza mayor? Viéndote, seguro que es de caza mayor. Se nota que te gusta cazar - sonríe, melosa, mientras observa alternativamente al hombre y el arma. En ese momento agacha la cabeza y mira directamente al cañón de la escopeta.- Guau. ¿Me la dejas? - dice, esperando que aquel tipo le dé el arma-. Sabes, aquí parece que tienes un montón de clientes, pero seguro que tienes una habitación especial esperando, ¿a que sí? La mejor habitación - repite las palabras del chico-. La verdad es que nos harías un gran favor, somos un grupo pequeño pero muy bueno. Quizás incluso podemos dar un pequeño concierto improvisado para animar esta noche, ¿qué me dices? Unas habitaciones sencillitas para mis colegas, y la mejor para la estrella del grupo.

"Mierda" pensó. Al final había hecho lo que Lars le había pedido, aunque solo fuera por quedarse esa supuesta mejor habitación. Tampoco es que le importase demasiado, solo era por quitársela al chico.

Al final, a Lys lo que le gustaba era jugar.

- Tiradas (1)
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07/10/2019, 19:59
Vera Sutermeister

-Joder, ¿en serio? ... ¡No, disculpe, no se lo he dicho a usted! -Vera conducía su Volvo 460 sobre un manto blanco, porque eso era lo que había a su alrededor. No se podía distinguir la carretera de la cuneta o del entorno natural circundante. Unos kilómetros atrás, la mujer tuvo que detenerse bajo la incesante y lánguida caída de copos de nieve para colocar las cadenas a las ruedas de su coche, ya que la nevada había caído de repente y aún no había pasado ningún quitanieves por la zona.

En aquel momento, mientras conducía y hablaba por su flamante teléfono móvil Siemens con un recepcionista de la residencia y se debatía en parar para pasar la noche, vió el cartel del "Riverside Mote" sin la L. Lo cual le hizo imaginar escenas de películas cutres. - ... Ya le digo que ahora mismo no puedo volver, las carreteras están imposibles. ... Pues no me hace gracia que le suministren nada, pero si no pueden contenerla, qué remedio. ¡Digo que no me gusta que le suministren...! ¿Oiga? ¿¡Me oye!? ¿¡Oiga...!? Mierda de cacharro. Con lo que cuestan, ya podrían ir mejor. -Pulsó el botón de cortar llamada y dejó el teléfono sobre el asiento de al lado. 

-Veamos si no me raptan esta noche en este sitio. -Susurró para sí, como es costumbre en ella y en muchas personas solitarias, mientras giraba el volante para introducirse en el aparcamiento (o lo que ella intuía que debía ser el aparcamiento) del motel Riverside. 

Vera Sutermeister había salido esa misma tarde, temprano, a eso de las 13:00 horas, a visitar a su madre a la residencia Mont Blanc, donde la había alojado hacía una semana. Su mal humor se había acrecentado desde que dejó a su madre en en aquel lugar, pero el alzheimer estaba cada vez más avanzado y Vera comenzaba a pasar demasiadas horas en casa de su madre, incluso dormía allí cuando la mujer soñaba por las noches y se despertaba llorando. Vera tenía que consolarla como a un bebé. La chica que la cuidaba no podía pasar tantas horas y comenzaba a cobrar demasiado, así que con todo el dolor de su corazón, se vió obligada a internarla. No obstante, la residencia Mont Blanc era una de las mejores de Ginebra. Un lugar frondoso, espacioso y con muchas cosas por hacer. Un buen sitio donde pasar tus últimos días. Una cárcel de oro para Elisabeth. 

-¡Uffff... Menuda tormenta! Buenas tardes, ¿se puede? ¿Hola? -Llamó Vera al entrar en la recepción del motel tras cerrar la puerta y dejar el frío atrás. 

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09/10/2019, 18:31
Jenna Faure-Dumont

Al ver que al final terminaban por decantarse por la 200 y tras preguntarle el nombre para rellenar el ingreso*, la pequeña bajó de la silla y miró por la puerta todavía abierta para fijarse por primera vez en lo que pasaba. Todavía era imposible de discernir, aunque se escuchaban murmullos de varias personas, al menos unas ocho o diez voces que hablaban entre ellas, otras que parecían divertirse con la situación y ruido de motores apagándose.

Imaginándose que su padre no estaba en condiciones de hacer de anfitrión ideal, rebuscó en el viejo cajón para esparcir varias llaves, todas con una etiqueta de plástico enganchada, soltando un “aquí” cuando encontró la que tenía escrito un “200” con bolígrafo azul.

Por aquí.- Cerró el cajón y se abrochó mejor el abrigo, subiéndoselo hasta encima del cuello antes de abrir la puerta contraria a la entrada, dejándoles pasar.

Parecía que no era la primera vez que hacía de botones, mínimo que se encargaba de recorrer los pasillos del motel sin su padre y tener contacto con el cliente aunque, si se pensaba fríamente, tampoco se necesitaba demasiado para ser mejor que él.

Este pasillo conecta con el resto de habitaciones.- La sala contigua a la recepción era una habitación cuadrada sin decoración, totalmente austera que servía más de transición que otra cosa. Eso sí, podían verse a través de los cristales las distintas puertas a lo lejos del complejo, aunque la mayoría de las ventanas estuvieran empañadas.- Voy a abrir.- Avisó con la mano en el pomo para que el frío del exterior no les pillara desprevenidos antes de abrir la puerta y hundir sus pies en la nieve.

En efecto, el motel estaba compuesto por una edificación cuadrada con el centro al aire libre aunque, ahora, fuera un paraíso nevado. En el centro una piscina con forma de corazón completamente vacía y que claramente era un peligro acercarse, ya no solo por la profundidad que tenía y el golpe que pudieras comerte, sino porque el hielo podía hacerte resbalar hasta el fondo y abrirte la cabeza. No había ninguna verja de seguridad ni barandilla en la que apoyarse, estando totalmente ausente en el centro, es más, si no fuera porque lo mencionó apenas destacaba entre el resto de la nieve.

¿Veis esas escaleras? – Señaló al fondo, unas escaleras que conducían a los pisos superiores.- Justo debajo tenéis una lavandería y, enfrente de nosotros, el restaurante, el bar… ¡hasta un lugar de juegos! – Parecía animada de explicarlo, más de encontrar gente joven (aunque no tanto como ella) por los alrededores. Estaba claro que el motel no era especialmente visitado.- La 200 está aquí mismo.- Doblando la esquina de la entrada, una puerta de color azulado con un cartel en su centro donde podía leerse “200”.

Se acercó a la entrada y pasó la mano por el pomo para dejar ver la cerradura antes de meter la llave y girarla, sonando un leve “click” a su paso. Después sacó la llave y se la tendió a Luca con una sonrisa.

Cualquier cosa, mi habitación es la 108.- Señaló a la pared de la derecha, aunque hizo una seña para mostrar que su cuarto estaba justamente al otro lado.- Iré a avisar a Mamma, posiblemente ella venga a buscaros en un rato, cuando terminéis de acomodaros.- Esperó a que ambos entraran en la habitación y la miraran con cierto brillo de entusiasmo en sus ojos, aunque tampoco sabría muy bien por qué.

El interior… bueno. Si el exterior del motel estaba defectuoso, tampoco podían esperarse una habitación de lujo. Habían elegido una habitación con una gran cama de matrimonio tapada con una colcha de flores antigua y un papel pintado del año de la postguerra. Aparte, una mesita con un teléfono fijo y una nota con números.

El teléfono no funciona.- Sonrió mostrando una punzada de nervios.- Con la tormenta las líneas fallan, así que si queréis algo será mejor que preguntéis directamente en recepción. Mi papá siempre está ahí.- También había una televisión antigua que no sintonizaba canal por culpa de la antena y un baño equipado.

Notas de juego

*Para ahorrar, puse que escribíais vuestros nombres

Ahora que estáis en vuestra habitación debéis de detallarme todos los objetos que lleváis encima y creáis importantes (llaves, tarjetas, etc). Ahorraros temas banales estilo "un paquete de clinex", algo que vuestro personaje SIEMPRE lleve encima porque lo apuntaré y podréis usar determinadas cosas. Por supuesto, ser lógicos con vuestra decisión, no me digáis que llevais una escopeta metida en el culo porque no xD

 

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09/10/2019, 18:40
Will Smith

¡Jenna! - Un hombre de avanzada edad vestido con un gorro de lana y un abrigo verde apareció de una de las habitaciones más alejadas en el mismo pasillo, cargando con una caja de botellas de diversos licores. Para no tener que ir con todo el peso por la nieve, sobre todo teniendo cuidado de no desbarrarse por el resbaladizo terreno, dejó la caja de plástico en el suelo para andar con pesadez por la nieve, maldiciendo en voz baja la mala época de nevadas y lo complicado que era siquiera mover. Cuando llegó a donde la pequeña estaba se mostraba cansado, tomando aire.- ¿Has visto a Annette? Esa chica lleva llegando tarde toda la semana y no logro contactar con ella. La necesito, ya.

Se frotó las manos para guardar calor mientras miraba a Catherine y Luca, sobre todo a la primera, a quien le hizo un exhaustivo repaso de arriba abajo sin disimulo.

¿Eres mayor de edad? Puedo invitarte a una copa si quieres guapa.- Soltó una mordaz sonrisa, obviando totalmente que estaba Luca al lado.- Soy el Barman del bar. Vente más tarde si quieres.  

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09/10/2019, 18:53
Jenna Faure-Dumont

No, creo que todavía no ha llegado.- La pequeña parecía cambiada tras la presencia de aquél hombre, bajando el volumen de su voz y olvidando ese tono aniñado que tenía, volviendo a la timidez que tenía cuando la conocieron.- Son huéspedes, ya sabes lo que dice papá.- Quiso intentar reprocharle algo al respecto, pero la dura mirada de Will pareció ser suficiente para que la pequeña se retractara y pidiera disculpas en un breve murmullo, dejando un silencio incómodo que el frío terminaba de sepultar.

Sin embargo, como si se salvara por la campana, escuchó un grito procedente de recepción que reconoció.

¡Mocosa! ¿¡Dónde has puesto las llaves!?

Dio un respingo al comprobar que todavía tenía las llaves en su bolsillo y que posiblemente le caería una bronca por ello al no tenerlo permitido, no sin permiso previo.

Cualquier cosa, ya sabéis.- Sonrió a Catherine y Luca antes de marcharse lo más rápido que pudiera vuelta a la recepción, dejando la llave de la habitación 200 en las manos del chico.

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09/10/2019, 19:39
Tony Dutoit

La pareja con el bebé intentaba mantener la calma en todo momento a pesar de que la escena parecía cada vez más estrambótica. Un accidente, una “mujer” con un cura, una banda rock de dudosa procedencia, un dueño de escasos modales… Teníamos que habernos quedado en casa. Miró a Matthew ante su pregunta, sobre todo después de que Andrea negara su ayuda al creer que estaría bien.

No lo sé, acabamos de llegar. Escuchamos un golpe y al salir vimos esto.- Tendió la mano a Matt, el único de los presentes que se había presentado- Soy Tony. Ella es mi mujer Nicky y el pequeño Alek.- La mujer se acercó a su pareja, aprovechando Tony para tapar mejor al pequeño que todavía tenía entre sus brazos y quien parecía agobiado por la situación.- Nos alojamos esta mañana. Salimos a comprar cuando escuchamos de la tormenta. Nunca sabes cuántos pañales son suficientes.- Alzó una mano para mostrar la bolsa que llevaba encima, donde podía verse por encima algunos botes de leche en polvo, pañales y toallitas. Por como hablaban y se mostraban, aparte de las edades, claramente eran padres primerizos.- Será mejor que entremos, hace demasiado frío aquí fuera.

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09/10/2019, 20:25
Calvin Faure-Dumont

Puede que en su vida se esperara tanta gente en su motel, incluso si hiciera memoria ni siquiera en aquella ocasión en la que el autobús se averió a pocos metros de su negocio y acogió a gran parte de los pasajeros tuvo ni la mitad de huéspedes que en esta ocasión, pero lo que estaba claro es que ya no sabía a quién apuntar o qué hacer.

Se estaba helado de frío, sorbiéndose la nariz al notar un moco salir aunque posteriormente se frotara con la manga; el grupo del exterior cada vez parecía más dispar.- ¿¡Qué clase de morsa es esa!? – y la llegada de la furgoneta fue la guinda del pastel, o mejor dicho la llegada de Lys.

La enigmática y pizpireta chica captó de inmediato la atención de Calvin, quien se quedó mirando a la cantante sin el más absoluto respeto. La repasó por todos los horizontes: de norte a sur, este a oeste, pasando por los condados y repitiendo entre las carreteras comarcales en las rotondas de su cuerpo. En realidad, ¿cuánto tiempo hacía que no veía a una mujer así? Posiblemente en las revistas que compraba y escondía en su garita, aunque verla en directo y sin pagar siempre era una alegría a la vista.

Alimañas más bien. Los conejos son bonitos.- Sonreía como un paleto, dejando entrever algunos dientes amarillos por la nicotina mientras bajaba el arma, aunque Lys podía intuir que no era el “único” arma con la que la había estado apuntando.- La mejor suite para ti, nena.- Miró al resto, sobre todo a Andrea quien había sido el “causante” del altercado y el que ahora hablaba de pagar la mejor habitación sin importarle el coste. Hubiera dudado de su palabra si no fuera por el que coche que traía y las ropas caras del chico, denotando que no era un pobretón del tres al cuarto.- Te cobraré un precio adicional por los costes del cartel.- Escupió un gargajo de saliva a un lado antes de colocarse terminar por un largo bufido, girándose hacia la entrada aunque, antes de caminar, puso una mano en el bajo de la espalda de Lys.- Después de ti.- Podía parecer un caballero pero, lejos de la realidad, lo que quería era mirarle el culo.

 

La entrada daba paso a una recepción algo tosca y anticuada, aunque dentro podía denotarse un poco de calor, sobre todo si se cerraba la puerta.

Era algo pequeña para estar tantas personas encerradas en un mismo punto, teniendo que hacer fila para esperar a su turno al no poder atender a todos a la vez. Igualmente Calvin se acercó a la mesa del mostrador donde, en ese momento, descansaba un libro abierto con anotaciones y una figurita de plástico de una cebra en una de las esquinas.

Ya ha tocado esta niña algo…- Cogió el libro para comprobar la última anotación, soltando varios “ajá” como si estuviera conforme con la situación.- Bueno, bienvenidos a mi motel, soy Calvin Faure-Dumont y blablablá.- Se denotaba que el nombre no tenía un don de gentes y, para ser el regente, tampoco tenía ninguna intención de aprender modales.- Veamos, tenemos habitaciones individuales, de matrimonio, especiales…- Metió la mano en el cajón para sacar un mapa del lugar, dejándolo sobre la mesa para que pudieran ver las instalaciones y dándole un manotazo al muñeco, cayendo al suelo.- Están ocupadas las 102, 108, 209, 304, 503, 504, 114, 216, 219, 310 y 317. Ah, y la 200 que la acaban de reservar.- Mientras hablaba, pasaba un bolígrafo por las habitaciones en el mapa, puntualizando las que estuvieran ocupadas.- Vosotros dos.- Señaló expresamente a Andrea y Lys, aquellos que habían dicho que querían las mejores habitaciones.- Nuestras mejores suite son estas. Cleopatra, Nero, Lucretia, Pink Moon, King o Pink. Claramente suben de precio, pero tienen jacuzzi, mejores vistas y cuentan con un mini bar. En tu caso, chaval, te subiré de precio la habitación que escojas para cobrar los costes de reparaciones, ¿entendido? – Le señaló con el bolígrafo de manera inquisitiva, levemente enfadado, aunque al mirar a Lys el enfado se pasó a felicidad… y al pasar a Felony, la felicidad en miedo.

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09/10/2019, 20:46
Nicky Dutoit

La pareja con el bebé entraron los últimos, aprovechando el calor de la estancia para descansar unos segundos. Sin embargo no tardaron demasiado en marcharse a su habitación, posiblemente al notar el agobio de tanta gente reunida en un cubículo tan pequeño y el bebé, que parecía acababa de hacerse sus necesidades encimas emitiendo un leve tufo.

Creo que tendremos que cambiarle… Calvin, ¿tienes por ahí la llave de la lavandería? – Acunó al pequeño Alek en brazos, intentando alejarlo para no molestar demasiado con el pequeño.

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09/10/2019, 20:50
Calvin Faure-Dumont

Sí, espera.- Rebuscó en el cajón, escuchándose el sonido de varias llaves. Sacó un par de ellas y miró las etiquetas, arrugando el entrecejo por no encontrar la que quería. Se giró para ver una reja de acero que había a su espalda y que comunicaba a una habitación contigua, una oficina con las luces apagadas y que en ese momento estaba cerrada.- Ya ha vuelto a jugar con lo que no debe.- Miró a la puerta que comunicaba con el interior del motel y, sin importarle que estaba en una habitación cerrada con varias personas dentro, gritó.- ¡Mocosa! ¿¡Dónde has puesto las llaves!? – Se sentó en su silla mientras esperaba una respuesta al otro lado, terminando de mirar a los presentes con una ceja alzada.- ¿Y bien? ¿Qué habitación queréis?

Notas de juego

El mapa podéis verlo en la escena correspondiente de "Ambientación - Riverside Motel". Podéis coger la habitación que queráis menos las que ha dicho, eso sí, tenéis que tener en cuenta los recursos que tenéis

Habitación normal: 1p de recurso

Habitación especial: 2p de recurso

En el caso de Andrea, le va a cobrar 1p más aparte de la habitación, aunque con lo que tienes vas de sobra.

En el caso de Felony, como va con un pnj tiene 1p más aparte del que está puesto en su ficha. Te doy la elección de que tú escogas la habitación ;)

Aquellos que no tengan ningun punto de recurso tendrán que buscarse las castañas, es decir, pedirle a alguien que le pague la habitación o compartir. Sino están otros métodos que seguro que si echáis imaginación algo se os ocurre ;D

 

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09/10/2019, 21:09
Narrador

Un giro esquivando a la autoestopista fue más que suficiente para que pudiera seguir su recorrido. Sin embargo al mirar a través del retrovisor pudo ver una malhumorada joven enseñándole el dedo corazón mientras le soltaba varios insultos.

¡Ahí te congeles el culo hijo de puta! – No tardó demasiado tiempo en perderla de vista, sólo un par de kilómetros para que la nieve borrara todo rastro de la chica, de la parada y del problema que había dejado atrás.

Por suerte para Marc el motel no estaba lejos pudiendo distinguir la fachada del motel tras un camino de arbustos nevados que parecía interminable.

El lugar a primera instancia parecía desolado, incluso alguno podría pensar que estaba abandonado si no fuera porque a través de las ventanas se vislumbraban algunas luces y movimiento en el interior anuncio que, en realidad, había gente viviendo dentro. Los alrededores, aparte de estar cubiertos de nieve y dificultar su paso, estaban rodeado de un bosque que posiblemente en otra época dibujaba un hermoso paisaje verde aunque ahora los árboles estuvieran secos con hojas muertas. Pero si eso era cierto estaba claro que el lugar necesitaba una reforma si no quería venirse abajo, sobre todo porque al acercarse más vio que la L que componía la última consonante de “motel” del cartel estaba sobre el techo de un coche.

Espera, ¿qué había pasado ahí?

Por un lado un BMW se había estrellado contra el cartel. El capó estaba completamente incrustado en uno de los soportes de hierro mientras echaba un ligero humo que dibujaba un color oscuro en el cielo, aunque en su interior no parecía haber pasajero ninguno, sólo un airbag salido que funcionaría como colchón para el conductor, si es que seguía vivo.

Aparcado en lo lejos, una machacada furgoneta con instrumentos en su interior y una moto vieja justo a su lado, como si estuviera protegiéndola del frío.

Esa zona sería la ideal para aparcar, pero no contaba con que su coche terminara las energías apenas entrar por el acceso de vehículos, quedándose atrapado sin posibilidad de que otro coche pudiera entrar. Por suerte para él, tenía acceso suficiente para salir por la puerta, aunque dudaba que pudiera dejar demasiado tiempo el coche estacionado en la entrada.

Como si fuera obra del destino, otro coche se acercaba a la lejanía al ver los faros, aunque desconocía si iría a parar al mismo sitio.

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09/10/2019, 21:18
Narrador

Parecía que tras tanta desgracia tendría un toque de suerte. En efecto, el motel no estaba demasiado lejos, pudiendo distinguir la fachada del motel tras un camino de arbustos nevados que parecía interminable.

El lugar a primera instancia parecía desolado, incluso alguno podría pensar que estaba abandonado si no fuera porque a través de las ventanas se vislumbraban algunas luces y movimiento en el interior anuncio que, en realidad, había gente viviendo dentro. Los alrededores, aparte de estar cubiertos de nieve y dificultar su paso, estaban rodeado de un bosque que posiblemente en otra época dibujaba un hermoso paisaje verde aunque ahora los árboles estuvieran secos con hojas muertas. Pero si eso era cierto estaba claro que el lugar necesitaba una reforma si no quería venirse abajo, sobre todo porque al acercarse más vio que la L que componía la última consonante de “motel” del cartel estaba sobre el techo de un coche.

Espera, ¿qué había pasado ahí?

Por un lado un BMW se había estrellado contra el cartel. El capó estaba completamente incrustado en uno de los soportes de hierro mientras echaba un ligero humo que dibujaba un color oscuro en el cielo, aunque en su interior no parecía haber pasajero ninguno, sólo un airbag salido que funcionaría como colchón para el conductor, si es que seguía vivo.

Aparcado en lo lejos, una machacada furgoneta con instrumentos en su interior y una moto vieja justo a su lado, como si estuviera protegiéndola del frío.

Sin embargo su suerte terminó ahí ya que, al girar para entrar a la zona de acceso de vehículos, se topó con un coche parado y taponando toda la entrada, imposibilitando cualquier tipo de acceso. Se fijó que del coche bajaba un malhumorado hombre de mediana edad y creciente ansiedad, mirando el coche con preocupación.

Notas de juego

Si quieres hablar con él, etiqueta a "Marc Levesque" en tu post :)

Y siento haberte vuelto para atrás en tus pasos, pero estaba esto en la entrada y no podías literalmente saltarle por encima.

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09/10/2019, 21:24
Narrador

Mientras Mel debatía con sus propios fantasmas, se fijó en una figura femenina pegada a la acera que le daba la espalda, gritando a otro coche que acababa de pasar y, evidentemente, la había dejado de lado.

¡Ahí te congeles el culo, hijo de puta! – Sin embargo al ver las luces de tu coche se giró muerta de frío, y no era para menos teniendo en cuenta el temporal que se venía encima, cubriéndose el cuerpo con un grueso abrigo blanco mientras estiraba las manos haciendo autoestop, esperando que esta vez la viera.

Al bajar la mirada al depósito de gasolina, vio que no debería de quedarle demasiado para que el coche terminara por dejarla tirada aunque, técnicamente, el motel no debería de estar demasiado lejos, ¿pararía para socorrer a la chica?

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10/10/2019, 09:15
[Andrea Sarkov]

Francamente, no sabía si era peor el Motel o el tipo que lo regentaba.

Iba dejando su asquerosa baba allá por donde pasaba y le precedía la gótica rubia de bote que acababa de llegar. Bien visto, el tipo debía de tener una neurona funcionando. La chica cumplía sobradamente.... al menos para una noche.

Detuve mi mirada en ella por unos instantes. Todo era cuestión de abordarla en el momento oportuno... seguro que le iba la marcha. Hice propósito mental de quedarme con el  número de su habitación.

- Dame una suite.... tiene suites verdad? - le pregunté con sorna - La quiero en el piso de arriba, lejos del ruido y cerca de una salida de incendios.*

Aquel era un cuchitril de mierda y, con gente tan peculiar durmiendo allí, a saber quién coño era capaz de prender un incendio o tal vez algo peor... mejor estar prevenido.

- Asegúrate que el minibar está lleno.

Miré a la chica gótica.

- Tal vez podríamos pasar un buen rato juntos - le dije bajando la voz en la medida de lo posible - No sé... algo de beber... algo de fumar.... tal vez alguna forma de entretenernos en la tormenta.... puedo ser muy imaginativo...

Sin volver a dirigir la mirada a Calvin, saqué un puñado de billetes del bolsillo derecho de mi abrigo.

- Supongo que esto bastará... por la habitación, los desperfectos y un servicio de 24 horas.... Mi llave, por favor... -acabé demandando.

No había perdido ni un segundo en escoger habitación. El Motel parecía lleno y a saber cuanta genet más pretendía aparecer por allí.

- Por cierto, - volví a dirigir mi atención a Calvin - si eres capaz de encontrar un mecánico que arregle el coche rápido, tendrás una recompensa especial... Quiero largarme lo antes posible.

 

 

 

Notas de juego

Básicamente estoy pidiendo la suite Lucrecia.

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10/10/2019, 09:42
[Lars Landvik]

Ese niño pijo me había cabreado, encima que iba a ayudarle, se atreve a despreciar a todos en cuanto ha tenido la menor oportunidad.

Pero ahí estaba Lys para... no, no es para calmar los ánimos, ella más bien parece una cerilla en medio de una piscina llena de gasolina. Cómo se nota que no la conocen... me rio por lo bajo viendo la escena y entro con el resto de la gente.

El niño pijo quiere la suite, cómo no. Me quiero alejar de él antes de que me encienda y le dé una paliza, no quiero buscarme problemas innecesariamente. Espero paciente al lado de Andrea, fumando intentando en todo momento que el humo vaya hacia él, descaradamente.

- Has acabado, niño pijo? - Sin esperar respuesta por su parte, le doy un empujon con el hombro y lo aparto, quedándome frente a Calvin - Cuando hayas acabado de babear mirando a Lys, dame la llave de la 301, haz el favor. - Le digo echándole el humo en la cara mientras dejo un billete encima del mostrador.

Una vez me da la llave me acerco a Lys y le susurro de espaldas a los demás mientras em rio por debajo de la nariz *Si vas a ir a divertirte con el niño pijo... asegúrate de traernos un... recuerdo de su bolsillo... * En realidad me da igual que me hayan oído, sobre todo el tal Andrea.

En cuanto tengo todo me dirijo a la furgoneta a por mi equipaje para irme directo a mi habitación.

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10/10/2019, 12:57
Vera Sutermeister

Pero antes de entrar en el Motel, al girar para acceder al aparcamiento, vio lo que había ocurrido realmente con el letrero. Tuvo que detener su Volvo 460 ante la situación que tenía delante, y que para nada era la esperada. Vera pensaba que en tormentas como aquella la gente perdía modales y habilidades, inexplicablemente. Se volvían idiotas. Y lo que estaba viendo lo confirmaba. 

Detuvo su vehículo justo detrás del coche que taponaba la entrada y esperó unos segundos sin decir nada, por respeto, y mirando al hombre malhumorado. Tras ese tiempo prudencial, viendo que tal vez el individuo tuviera problemas, abrió la puerta del conductor y salió. El frío golpeó su rostro y respiró el olor a combustible quemado de los vehículos arrancados.

-Buenas tardes. Qué le ha pasado al coche? Deje que le eche una mano. -Preguntó al hombre cerrando la puerta del Volvo y poniendo los brazos en jarra.

Notas de juego

Con el móvil.

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10/10/2019, 13:18
Felony

Felony observó a la joven pareja de padres, con una sonrisa ladina en los labios. Lo cierto es que odiaba a los críos. Máquinas de hacer popó y pipí, que ponían a llorar a las tres de la madrugada pidiendo su biberón y que, para colmo, cuanto más crecían, más problemas daban a sus padres. Cada vez que pensaba en la posibilidad de que hubiese un Mini-Otto en cualquier lugar de Suiza o Estados Unidos, la gran diva sentía un escalofrío recorriendo su espalda.

-¿Padres primerizos? ¡Ooooh, qué adorable! -exclamó Felony, realizando la actuación de su vida para simular que le agradaba ver a un bebé. Hablaba en un tono afable, dulce y femenino, que en nada se parecía al de la auténtica víbora que era Felony-. Aunque no sé si deberíais ir a por el segundo para tener la parejita -se dirigió sobre todo a la madre-. Engordas y se te ponen las tetas como a una vaca. Créeme, querida. Sé de lo que hablo. Prefiero seguir así: Divina.

La mujer sonrió como lo haría una estrella de cine en un photocall, mientras tomaba al Padre Benedetto por el brazo con una clara complicidad.

-¿Qué nombre es Alek? Me suena a ruso -inquirió, extrañada-. Recuerdo a un joven electricista al que conocí en los Estados Unidos que creo que se llamaba así. Era muy mono... Viril, gruñón y masculino, como a mí me gustan... -Inevitablemente los ojos de la diva se fijan en Lars y Marco, quienes le resultaban los miembros más atractivos del grupo rockero.

Cuando el regente del motel se presenta y habla sobre las habitaciones, Felony sólo puede notar cómo el hombre se está comiendo con los ojos a la joven gótica de cabello rubio. La mujer detestaba a aquel tipo de individuos. Recordaba las miradas que muchos ejecutivos en Hollywood le habían dirigido para, poco después, olvidarse de ella y de sus muchos talentos, entregándole papeles protagonistas en películas a actrices sin habilidad alguna. Aún le dolía recordar cómo había perdido el papel principal en Alien, robado nada menos que por su mejor amiga, ¡la Susie! Felony observó con recelo al regente, mas luego dirigió una sonrisa pícara al sacerdote que le acompañaba.

-Padre... -dijo, haciéndose la tímida mientras miraba los nombres de las habitaciones en el mapa-, me gustaría que nos alojáramos en la Rose Suite. La suite de una diva como Marilyn para una gran diva como yo.

Notas de juego

Me pido la Rose Suite

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10/10/2019, 16:55
Marco Hegg

Marco ignoró totalmente a Lars, como si sus palabras hubieran entrado por un oído y salido por el otro. No supo cuándo, pero parece que el guitarrista hizo un curso de primeros auxilios y quería jugar a los enfermeros. Por su parte no iba a tocar a nadie que aparentemente estaba bien a menos que estuviera sangrando en el suelo e incluso ahí se lo pensaría. Aparte últimamente las tensiones con el cofundador de la banda se estaban haciendo más pesadas y molestas, por lo que el rubio decidió ignorar el 90% de lo que decía… a menos que fuera algo que beneficiara a la banda en sí.

Por otro lado Lys se acercó peligrosamente hacia el tipo con el arma, colocándose directamente delante de la línea de fuego. El bajista dio un paso rápido para intentar apartarla, acto reflejo de las muchas veces que tuvieron que salvarle el culo a la rubia cuando hacía algo sin pensar. Como cuando casi se ahogó en una piscina por estar totalmente borracha y desnuda, cuando creyó que podía volar al meterse varias líneas de cocaína que les facilitó un empresario o mil cosas más que ha llegado a olvidar. Pero por suerte el tipo estaba más entretenido con su figura que en disparar, momento en el que se relajó bastante. Su forma de actuar era normal, la habían visto mil veces y a veces eran objetivos de esos ojos seductores. Ella tenía un don para hacer lo que quería y que la gente le aplaudiera por eso. Marco no podía negar que eso mismo la hacía única en el escenario.

Una vez dentro, el músico revisó su billetera, notando que sus últimos billetes fueron al tanque de combustible y lo anterior a las cuerdas de algún instrumento o a alguna otra cosa que consideró prioridad. No tenía un centavo y seguramente debería compartir habitación con alguien. Sus ojos recorrieron el lugar pensando en pedirles algo a sus compañeros, pero se topó con la enorme “mujer”, quien le miraba como si fuera a devorarle de un momento a otro. Ok, eso le dio un fuerte escalofrío y no tenía nada que ver con el frio del exterior. Solo le quedaban Lys o Lars… descartados de inmediato. Y Matt… Bueno, quizás tuviera algo de dinero que le pasaba “la otra”.

-Maldición- pensó dejando que los demás vayan pidiendo sus habitaciones, ignorando al niño que intentaba seducir a Lys, sabedor que a pesar de su corta edad, la rubia tenía más experiencia y seguramente se lo comería crudo para luego arrojar sus huesos a un costado. Una vez que todos despejaron un poco más el lugar, se apoyó en el mostrador, ignorando la mugre que seguramente quedaría pegada en su abrigo. La voz de Marco podría ser muy poderosa cuando lo requería, sobre todo en algunos coros o cuando necesitaba negociar algún contrato-. Señor Faure-Dumont. Calvin- sonrió-. ¿Nuestro representante no le llamó? – Apenas le dejó abrir la boca para responder, ya sabía su respuesta-. Tenía órdenes directas de enviarle dinero en efectivo, sobre todo cuando le avisamos que no llegaríamos al otro hotel- chasqueó la lengua, mirando al sujeto de costado-. Le hicimos propaganda al último hotel que fuimos y el dueño no llamó emocionado. Smashed Bats le permitió repuntar el negocio- siempre que nombraba a la banda, sentía una pisca de orgullo quemándole las venas, aunque aún estuvieran lejos de ser famosos-. Podríamos hacer lo mismo por ustedes, en unos días tendría esto abarrotado de gente…

- Tiradas (1)
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10/10/2019, 17:15
[Marc Levesque]

Había realizado la mejor acción no parando a por la mujer: no había más que ver cómo había reaccionado para entender que no era trigo limpio. Y aún debía de dar gracias de que no podía escuchar lo que le estaría gritando desde ahí fuera.

-*harumph*

Un par de llamadas después, que no ayudaron a ponerle de mejor humor y sólo auspiciaban más llamadas en las que tendría que conducir sus negocios a distancia (¡el más infausto de los destinos!), el señor Levesque se acercó, tras arquear una ceja en el accidente que había habido en el lugar, mientras preparaba el coche para aparcar. Estaba empezando a dar los volantazos para girar y orientar los ejes de las ruedas para mejor meterse cuando-

-Pero qué...

[VACÍO]

No podía ser. El coche estaba en la reserva pero estaba seguro de que no podía estar en la reserva. ¡Él era más cuidadoso que eso! Y acabó poniéndose los guantes, apagando el coche y refunfuñando mientras se preparaba para salir fuera abriendo la puerta cuando...

"Qué le ha pasado al coche? Deje que le eche una mano"

-Parece que se ha quedado sin gasolina -se encogió de hombros- No se preocupe, deme unos segundos, llevo una lata en el maletero y lo despacho.

Cerró la puerta del coche, saliendo de este, mientras se dirigía al maletero a cumplir lo que había dicho: siempre llevaba una lata para estos casos. Y el maletín para los posibles otros casos.

-¿Sabe qué ha pasado con el idiota de la señal del motel?

Dijo, refiriéndose al coche que se había estampado, por la pinta que tenía sin bajas humanas que lamentar.

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10/10/2019, 20:37
Catherine

Ver como la niña trabajaba y de aquella forma tan linda e inocente y dulce incluso mejor de lo que seguramente lo haría el padre, me hacía sonreir de una forma tierna y mirarla con buenos ojos... Al menos si no fuera porque igual la robariamos a ella también incluso. Aunque en mis planes también cabía usarla aprovechando cierto de recurso que había podido ver de sus ojos hacia Luca

Fuimos a la habitación sin ningún problema viendo durante el camino donde nos iba diciendo la pequeña sobre los lugares de interes. - Guay, un lugar de juegos. Quizás podríamos ir allí a divertirnos un rato luego, o mañana. - Sonreí esta vez mirando a Luca para ver si me seguía el juego o no. Por desgracia hacía mucho frio y se podía entrever menos las ganas que tenía de poder ir allí, ya que me centraba más en frotarme los brazos para darme más calor.

La habitación era... acogedora... Muy pequeña, y más antigua que nuestras difuntas abuelas... Pero había que aguantarse las quejas para tener a la nenita contenta, y sobre todo al "hermano" sin querer regañarme. La fuí mirando poco a poco por dentro como si estuviera feliz de estar allí dentro - Dios... incluso podríamos robar haciendo agujeros en las paredes... ¿Habrá alguno? - pensaba mientras antes de darme la vuelta mostrando una sonrisa habiendo escuchado ya todo lo dicho por la pequeña la cual estaba entregando las llaves mientras la miraba - Je... Luca, tu serás la estrella de este atraco.

-Está genial. Servirá para resguardarnos del frio y descansar durante la tormenta antes de ir a ver a nuestra familia. Nos has sido de muchisima ayuda pequeña. - Me acerqué a ella agachandome para ponerme a su altura y cogerle de las manos. - Muchas gracias. Aunque bueno, aún tenemos que pagarlo. Si tu Mamma nos deja igual Luca podría hacerte un dulce por ayudarnos tanto. - sonreí de nuevo esperando ver la reacción de la niña.

Aunque tan pronto reaccionara se escuchó otro hombre de fondo gritando un nombre... Su nombre al parecer pues venía directamente hacia ella.

Me levanté entonces para mirar a Luca aprovechando la situación con una cara de esta vez te toca a ti... No obstante el hombre se fijó en mi y no me quedó otra más que actuar, aunque solo un poco - Aish, me halagas ¿Jenna? - Pregunté repitiendo el nombre que había dicho el hombre para confirmar que era ese - ¿Tan joven me ves? Sería genial la verdad seguir siendo menor de edad - Y finalmente negué - Pero tengo 19. - Dije lanzando un guiño al hombre. Y finalmente la niña se fue pitando.

Notas de juego

Ahora que estáis en vuestra habitación debéis de detallarme todos los objetos que lleváis encima y creáis importantes (llaves, tarjetas, etc). Ahorraros temas banales estilo "un paquete de clinex", algo que vuestro personaje SIEMPRE lleve encima porque lo apuntaré y podréis usar determinadas cosas. Por supuesto, ser lógicos con vuestra decisión, no me digáis que llevais una escopeta metida en el culo porque no xD

Uff buena pregunta. Deberiamos de hablarlo un poco también por consenso contigo pero... ¿Gabi/Cat puede llevar una ganzua improvisada? A parte de eso... Cartera. Una caja con documentos falsos imagino ¿No? (No creo que sea necesario decir un par de mudas) ¿El poco dinero que llevemos encima? En plan un par de monedas...

¿Rise se te ocurre algo más?