Partida Rol por web

Gracias al silencio reinante en la zona, al emplear tus bien entrenados sentidos en la habitación que tienes delante puedes captar todo lo que hay en su interior. El débil pero rítmico ruido de cuatro patas pequeñas que corretean por la sala, un ratón sin lugar a dudas. El suave zumbido de una mosca que revolotea dentro en busca de comida. Todo un mundo de sonidos pero nada que indique algún peligro, por lo que, con sumo cuidado, te arriesgas en abrir un poco la puerta. La tenue luz del exterior baña la estancia eliminando parcialmente la penumbra en la que se encontraba y ante ti puedes ver sacos de harina amontonados contra una pared, dos estanterías con cestos en los que puedes ver pan, huevos, verduras, etc. En otra esquina de la habitación, hay dos barriles que desprenden un fuerte olor dulzón, el mismo que oliste cuando te encontraste en la bodega del castillo y un tercer barril del que no se desprende olor alguno. La oscuridad baña el resto de la sala, impidiéndote ver lo que se encuentra al fondo del todo, aunque no parece ser un misterio, tal como supusiste, es una despensa.

Mientras Regathix se centra en la puerta, tu lo haces en todo lo que te rodea. El silencio es sepulcral y solo el silbante viento rompe la monotonía. Sin embargo, lo que en un principio te alivió, ahora provoca un pequeño resquemor que se traduce en un ligero cosquilleo en tu nuca. Es algo que trae el viento, no es solo su silbido característico, hay algo más. Estás seguro que en varias ocasiones, has escuchado gritos trasportados por el aire. Aunque no parecen venir de ningún lugar en particular. Es solo el horror de esta guerra y la súplica no escuchada de decenas de muertos. El corazón se te encoje. Dejando de lado esta sensación, intentas oír sonidos de pasos, alguna voz de guardia. Nada. No hay nadie y eso te preocupa. ¿Tan seguro está de si mismo el señor de la guerra que tras conquistar una plaza, la deja sin protección? Bien podría ser así, pero  no deja de preocuparte el hecho de que no haya nadie patrullando.

Todo estaba tranquilo la mirada había echo su efecto pues ahora reinaba un gran silencio que facilitaba si quehacer, quizá era exagerada la acción, pero era a lo que estaba acostumbrado, siempre había que andar con pies de plomo pues no sabías nunca lo que te encontrarías más adelante, pasaron unos degundos hasta estar casi seguro de que no había peligro ninguno, para después mirar al resto he indicar en silencio que podían pasar sin problemas, aunque parecía no haber peligro era conveniente seguir en silencio, pues no sabían todabía si en la otra habitación detrás de la puerta cerrada podría haber alguien. Cuendo el grupo empezaba a entrar en la pequeña despensa para aprobisionarse de comida, Regathix decidió inspeccionar si se escuchaba algún sonido detrás de la puerta cerrada, aunque no la abriría hasta que lo demás así lo decidieran...

Te aproximas con extremo cuidado hasta la puerta cerrada y tras observarla unos instantes, posas lentamente tus dedos sobre ella, para finalmente pegar tu oído a la misma. Nada. Ni un solo sonido llega a tus oídos. Ni siquiera el ruido normal de pequeñas criaturas vivas o el débil goteo de la humedad. Eso solo puede significar que la sala esté protegida contra todos estos impedimentos aunque... ¿Por qué motivo?

tras que regatix nos da luz verde para entrar a la despensa, mientras nosotros entramos, le hago una seña a Regatix quien se acercaba sigilosamente a la segunda puerta y cuando se acerca le comento esto esta muy raro, no me da buena espina, todo esta demasiado callado, solo el sonido del viento, eso no es una buena señal, lo digo con un susurro que por lo compacto de grupo los demas alcansaban a escuchar tengamos cuidado, tal vez el señor de la guerra a dejado trampas, o guardias ocultos... volteo con Millicent y le digo pongamos aqui a Lord Grifo y busquemos algo que nos pueda servir, y larguemonos de aqui, el silencio sepulcral provocaba que mi cuerpo se sintiera tenso, el peligro todavia no pasaba lo podia sentir dentro de mi, por lo que busco algo que pudiera ayudar a LG, a mis compañeros y ami a salir de aqui...

Regathix escucho el susurro de Nostradamus y no pudo más que asentir sus palabras despuñes de intentar escuchar alguna cosa, era muy extraño que no escuchase ningún sonido, algo evitaba que este se produjera, o al menos era lo que llegaba a deducir el acechador... Así que en silencio entró detrás de los demás al almacén para comunicar sus impresiones...

- Detrás d ela otra puerta ningún ruido se produce, y no es muy normal, por que está completamente en silencio, siempre se escucha algo, aunque sea el crujir de la madera, hay algo que evita que suceda...

La joven capitana trata de agudizar también sus sentidos, pero es inútil. Su propia respiración inunda sus oídos. Las sienes le palpitan por el esfuerzo de seguir en pie.
Parece más saludable tras las curas, pero aún no está bien, y lo sabe.
Si no entramos jamás averiguaremos qué es lo que se esconde aquí -dice con voz suave, a penas un susurro.
Todos estamos cansados… Puede que también lo estén tus oídos -responde a Regathix, intentando tranquilizarlo:
Es bueno que estemos alerta, pero de seguir así, se nos van a abrir aún más las heridas, sólo de la pura tensión -bromea.
Avancemos con cuidado -manda-. Guilles, si haces el favor…

tras escuchar las palabras de Millicent me adelanto a Guilles, Espera!!! le digo a Guilles Disculpe señorita, pero Regatix y yo somo, pero Regatix y yo somos los menos afectados por la batalla anterior, siento algo dentro de mi que me dice que algo aqui no esta bien, devemos hacer caso a nuestros sextos sentidos, ya que no estamos aqui por una simple expedicion, puede que halla algun hechizo o conjuro que este cubriendo algo especial, que elimine los sonidos o que oculte alguna puerta, permitanme intentar algo por favor me acerco a la puerta del almacen pasando por un lado del asechador, cuando llego a la puerta comienzo a realizar algunos movimientos con mis manos y a murmurar algunas palabras apenas audibles en el antiguo lenguaje de los dragones, finalmente escaneo con la palma de mi mano todo el pasillo y me concentro un poco mas en direccion de la puerta que se encontraba cerrada, esperando detectar cualquier indicio de poder arcano que estuviera presente o que se hubiera utilizado, no podiamos confiarnos....

No entendía bien la paranoia de sus compañeros, es mas no entendía la falta de la suya propia. Esa que le había mantenido con vida tantos años. Estaba claro que algo estaba mal, pero después de un combate y el cansancio. No hay excusas, las trampas no entendían de esa falta de atención. Bajo la voz para hablar con sus compañeros.

- Bien voy a mirar que hay por aquí y cerca de la puerta cerrada.

¿Puede la magia hacer eso? -pregunta para si misma, más que para el resto. No le sorprendía la falta de sonido, si no lo afectados que todos parecían.
Haced lo que considereis oportuno -dice cansada.

La despensa está oscura y los alimentos que quedan podridos. Sin embargo, dispuesto a encontrar algo útil entre el desorden, rebuscas con sumo cuidado, registrando cada rincón y analizando cada alimento a fin de buscar aquello que se pueda aprovechar. Tu búsqueda resulta más provechosa de lo que en un principio presupusiste. Aparte de suficiente comida para 3 raciones de viaje, en el fondo de un cajón has encontrado unas hierbas que crecen en bosque en el que vives y que son bastante útiles para rituales. No es mucho (componentes por valor de 25 po) pero hace que por fin sonrías por este golpe de suerte.

Tras dejar tu mente en blanco, permites a tu conciencia salir de tu cuerpo para dirigirla contra la puerta que tienes delante. En un principio no detectas nada mágico ni extraño en la puerta, pero al entrar dentro, Sientes la magia a tu alrededor. Un hechizo. Te bañas de la sensación que despierta en ti mientras intentas discernir qué efecto provoca. Silencio, calma, cuidado. Tu mente flota en estas sensaciones, cuando una nueva despierta. Protección. No necesitas más, lentamente abres los ojos con conocimiento pleno de que magia obra dentro de ese cuarto. “Aura de conservación”, un hechizo mediante el cual, una sala queda protegida de todos los males de la naturaleza y paso del tiempo. Los magos lo usan mucho para conservar pociones y elementos peligrosos a fin de que estén en un ambiente seguro. Sea lo que sea que hay tras esa puerta, es algo importante

Utilizando tus avanzadas habilidades, te concentras durante unos instantes hasta haber expulsado de tu mente toda distracción y pensamiento para finalmente abrir los ojos con la mente clara. Entonces empiezas a investigar. Tal como dijo Regathix, ningún sonido se oye a través de la puerta. Un silencio antinatural. Entonces empiezas a investigar la puerta y reparas en un echo curioso. Han intentado forzar la cerradura. Muy torpemente, seguramente haciendo palanca con una espada u otro objeto afilado. Y por las marcas dejadas, fue un forcejeo sin éxito. Sea lo que sea que esconde esa puerta, es muy probable que el enemigo no lo haya descubierto aun. A pesar del estropicio, ves que la cerradura sigue firmemente fija lo que denota que es una buena cerradura, firme, complicada. Definitivamente, lo que sea que guardan ahí, debe ser importante.

Un reto, como me sorprende que la gente no repare en hacer las cosas bien. Rebusco en mis ropas y saco mi juego de ganzúas [espero tenerlo] Y me concentro en la cerradura con el animo elevado.

Tras sacar tus herramientas, comienzas a trastear con la cerradura. El silencio reinante te ayuda a concentrarte. Mientras remueves las ganzúas, puedes oír los traqueteos característicos que tantas otras veces escuchaste. Prestas atención a cada sonido en busca de aquel que te abra la puerta. Clack, clack, clack. Parece que se te resiste, la cerradura es complicada y eso solo aumenta tus ansias por abrirla. Ckack, clack, clack. Varia gotas de sudor resbalan por tu frente. Clack, clack, clack. Tu pulso comienza a agarrotarse. Clack, clack, clack. Tu pulso se acelera. Clack, clack, clack. La cerradura se resiste. Clack, clack, clack. Con el último giro, la ganzúa casi se parte, la agarras firmemente y de pronto, clack, clack, clack... Click. Una sonrisa se dibuja en tu mente. Lo has conseguido, la cerradura está abierta. Estas a un paso de saber que se esconde tras ella, sujetas el tirador y tiras de ella.

Los aventureros observan como guilles se aproxima a la puerta y tras agacharse, comienza a trajinar con la cerradura. Durante unos angustiosos minutos, el pícaro trabaja concienzudamente con el sudor resbalando por su rostro. Casi piensan que no lo conseguirá cuando finalmente se estira y con una sonrisa en la cara, abre la puerta. La escasa luz del exterior inunda la sala que os muestra su interior.

Cuadros con marcos dorados, candelabros de plata, jarrones de cerámica fina, centenares de libros, varios baúles. Una auténtica habitación del tesoro. A la derecha de la puerta, podéis ver una mesa con una pequeña vela, y varios pergaminos esparcidos en su interior. Sin lugar a dudas, esto debe ser la sala de tesoros de Lord Griffon.

Millicent contiene la respiración, mientras que Guilles procede en su tarea.
Cuando la puerta se abre y nuestra su interior exala con un suspiro de alivio.
Precaución no es lo mismo que paranoia -comenta resabida-. No obstante, será mejor que nos notamos con más cautela a partir de ahora.
Sé que yo no he sido el mejor ejemplo de calma y serenidad, pero voy a tratar de enmendarme. Lo prometo.
Guilles, si pudieras permitirme el paso, por favor -ordena, cortésmente, a la espera de que el pícaro le señale si hay algún peligro oculto.
La joven no puede evitar que su atención se pierda en el malherido Lord Griffon, mientras aguarda...

despues de intentar detectar magia termino de escanear el area enfocandome en la puerta, al terminar sonrio como si fuera complice de algo volteo con mis compañeros, observo como Guilles intenta abrir la puerta y no lo detengo, regreso a lado de LG, y comienso a darle de beber y comer los alimentos que concidere que estaban aptos para consumo, de algo le servirian a LG, mientras hago esto me dirijo a mis compañeros...Compañeros, dentro de esta habitacion se encuentra un conjuro llamado "Aura de Concervacion", un hechizo mediante el cual, una sala queda protegida de todos los males de la naturaleza y paso del tiempo. Los magos lo usan mucho para conservar pociones y elementos peligrosos a fin de que estén en un ambiente seguro. Sea lo que sea que hay tras esa puerta, es algo importante, seamos cuidadosos y veamos que podemos encontrar que nos pueda ser util para esta mision, es por esto que no se escuchaba ningun sonido,  guardo silencio termino con LG, y cominezan a moverse, los sigo cargando a LG por un costado... esperando la señal para poder entrar a revizar la habitacion...

Tras la confirmación de Nostradamus de que la habitación es segura, la joven capitana aparta al Guilles del umbral y lo atraviesa sin miedo.
Los delicados objetos de la sala y sus centenares de libros la hacen sentir como en casa. Se aproxima a examinar los baules, pero se detiene antes de cometer una temeridad.
¿Hay trampas aquí, señor Greenhart? -pregunta al encapuchado y continúa su recorrido por la habitación onservando cada detalle de la misma.
Se sienta en el escritorio y coge la pequeña vela, acercándola un poco más a los pergaminos esparcidos en su interior.
La sala del tesoros de Lord Griffon debería poder darles algunas respuestas...

Echando rápidos vistazos para no demorarte demasiado, observas todo lo que te rodea. Muchos cuadros de distintos pintores, varias estanterías con libros de historia, regionales y de temas filosóficos, algunos armarios con bellos trajes.. Los cofres están cerrados y se ven bastante pesados. En la mesa, sin embargo, puedes ver varios de los documentos que se extienden sobre la mesa. Uno en particular llama tu atención.

Mi dama
Desearía no tener que enviarle estas terribles noticias. Mi castillo se está viendo sobrepasado por una fuerza abrumadora. Atacan desde todos los frentes. Perdóneme, pero ni toda su guardia podría detener a esta horda. Espero que todas las fuerzas del reino de Tempestad se estén reuniendo contigo. Nosotros no podemos detenerlo, solo podemos retrasarlos a fin de daros tiempo, pues no es mucho el que queda. He enviado muchos informadores con la esperanza de que alguno haga llegar este despacho hasta vos. Hubiera deseado que nuestro amigo y fiel subordinado Parsafal, mi mejor explorador, se hubiera encargado personalmente de enviaros este mensaje, pero se negó a abandonarme. Rezo porque el resto de mis tropas me sean tan leales.

Una carta para la reina, una carta que nunca llegó o La Dama ya habría sido advertida. El enemigo casi se encuentra ante las puertas de la capital y nadie lo sabe. Esto os deja muy poco margen para cumplir la misión si es que esperáis salvar algo.

Otro de los pergaminos que hay sobre la mesa contiene dibujadas distintas runas que eres incapaz de entender, así como símbolos que nada te dicen. Solo puedes saber una cosa, es un tratado de magia.

Millicent, se levanta del escritorio transcurrido a penas un minuto.
Esto... -La expresión de su cara está congelada, llena de dureza-: Esto es horrible.
Extiende ante Nostradamus un par de hojas de pergamino y agbarda a que el las lea.
Hay algo que sólo tú eres capaz de comprender aquí -suspira, pensando en el galimatías mágico.