Partida Rol por web

Al ver que Padilla, ha como de lugar, había ido por la francesita, Marqués tuvo que ir sin mucho más remedio a intentar tranquilizar a la otra, empezando a separarla a una distancia más que prudencial de Padilla y su presa la otra extranjera. Una vez la hubo llevado a dicha distancia, la tomó por los hombros sin mucha fuerza, pero la suficiente como para que le hiciese caso y una vez más hizo acopio de su voz "seria" - A ver, a ver... Tranquilízate que seguro solo ha sido un malentendido todo esto... Y quizáh un poco de arcól - Se aclaró la garganta e intentó tranquilizar a la descendiente de William Wallace como pudo.

Tuvo la atención del policía y fue suficiente para romper a llorar desconsolada, sin soltarse claro. Le estaba salvando del enano dragón escocés, como un caballero de brillante armadura. Enterró su cara entre aquellos pectorales, que joder cómo estaba el poli, si lo llega a saber se pelea antes con Brit... 

-Non, ça va pas... No bien, quería violar a mí...- señaló de nuevo a Britt, llorando por el pelo perdido, el daño y porque eso de sentirse desvalida al lado de un hombretón le iba y mucho. Ahora que había probado el contacto físico, yendo borracha como iba quería más. -Je ne voulais pas et elle a sauté sur moi... No quería y me ha pegado, sí... Et mon portable, elle l'a ejetais... Tirado, mi móvil... Es mala.

A saber lo que le decía en franchute la chavala. De lo otro sí se enteraba pero no era muy sensato.

-¿Pero cómo te va a violá si no tiene polla? Anda, questáh sangrando por la cabeza y ademá está bebía. Amo a hacerte una cura.

Sacó un pañuelo para ir limpiando la herida. Le parecía delicada como un pajarico. Le daban ganas de protegerla. Y de darle caña contra una pared hasta dejarla ronca. Qué cosas más contradictorias ¿o no?

...joder, no me conviene ehto... bueno, un poco sí... yo que sé...

-Quegría violar...- asentí, porque la Brit le había saltado a la boca como si tuviera un resorte. Que parecía una puta aspiradora hasta que la ha apartado y le ha dicho que eso a ella no le iba, una cosa es el experimentar y otra el ser bollera bollera. Y el olor del poli le hacía mojar las bragas que no era normal, así que ella eso de raja con raja no.

-Lesbian... Lesbiana... She's gone mad... Loca, pogr mí... Y quegría violagr- trató de explicarle concentrándose en hablar el español. Mientras le limpiaba la herida y ella volvía a llorar más sentida, a lagrimones. Se abrazo al brazo de Manu, que tenía el ancho de tres o cuatro veces el suyo. -Ggracias...

La música no iba muy acorde con nosotros. ¿Pero que más daba? ¡Era una fieshhta! Muchas niñas, muchas. Unas menores, otras mayores. Más feas, más guapas, con el culo respingón, con el culo caído, con una chicha en la cartuchera, espárragos, con tetazas de infarto, tablas de planchar. Toda una amplia y variada fauna. Sinceramente, nunca había bailado, y no me veía bailando esta cosa. Así tan pegado, no sé. Tampoco creo que quieran bailar conmigo de buenas a primeras. Pero las vistas eran buenas, y las copas asequibles.

De nuevo, espalda recta, mirada bien alta. Nada de mirar al suelo. No, no, Borja. Esto ya no funcionaba así. Eres un puto Podrick ¿Qué tío puede decir eso? ¿Qué tío? Paso entre la multitud con esa actitud.

- What'll you have!? - a Will, en la barra y alzando un podo la voz por la musica - !Un mini! - le digo a la camarera/camarero que haya en la barra mostrando mi ticket.

Ahí, tan de cerca... limpiandole la herida con mimo, mirándose a los ojos más que otra cosa. Esos OJAZOS. Empezó a sofocarse de mala manera. Un poco de remolino inesperado. Lo nunca visto. Cien pavas había atendido con el uniforme que le parecieran potentes, a un buen puñao se había trajinao, pero con ésta la primera que le daba así. Trajinable y otras cosas.

...joder ¿qué me pasa?... le comía la boca aquí mihmo y no sacaba la lengua sino pa baharla al coño... madre mía...

Se sorbió un poco los mocos, porque en las pelis cuando una mujer lloraba para que la consolaran todo era muy bonito. Pero se olvidaban de lo poco glamouroso que era que el rímel se corriera y los mocarros colgando consecuentes. Al menos la escocesa estaba lejos y Manu le trataba de limpiar la herida, ¿los policías sabían de primeros auxilios en España? ¡Qué avanzados los españoles!

-Ça va? ¿Todo bien?- preguntó al policía, del cual no quería soltar el brazo aún. Él la miraba así de forma extraña, o eso creía ella, porque con las gafas no se sabe. -Cugrar, la tête- se señaló la cabeza, preguntándole de forma rústica si era eso lo que estaba haciendo, curarla. Aunque como curas se le ocurrían mil y un cosas más que la reconfortarían. Como que le rodeara con aquellos brazos y la sacara en brazos de allí, mientras ella le hacía una preciosa peineta a la escocesa y luego se perdían en el horizonte los dos.

-¿Que si se va? No, no se va. La niñata ehtá ahí atrá, con mi compañero. Tú tranquila que esa no te toca un pelo, por mih muerto. Creo que voy a tené que llevarte a darte agua oxigená, una cura en condicione ¿mentiende, guapa? ¿o te quiere quedá aquí con tuh amiga? y otra cosa ¿quiereh ponerle una denuncia?

Si no huberia mil personas mirando y grabando todo le embestía la boca ahí mismo. Llorosa, mocosa y todo.

...me controlo, me controlo...

No comprendía qué tipo de agua era esa, pero lo de la cura le pareció bien y asintió varias veces. Se limpió las lágrimas mezcladas con rímel y trató de rehacerse un poco. Aún le dolía el tirón de Brit como mil demonios, pero el subidon hormonal volvía quitándole todos los males.

-Amiga, no... Elle n'est plus ma copine... No amiga- negó y apretó más su brazo. Aspiró de nuevo el olor de Manu, no pudiendo evitar sonreír con aquello. -Je te suis... Sigo a ti- al fin del mundo si hacía falta, ¿por qué no la cogía en brazos como en las películas? Como caballero salvando a la dama en apuros. Echó un último vistazo de reojo a Brit, cagándose de nuevo en todos sus muertos highlanders y su putísima madre. -Denuncia... C'est quoi? ¿Qué es?

Se enderezó y llamó al compañero.

-Marquéh, me llevo a la niña a hacerle una cura ¿te viene o te quea?

Y se giro hacia ella.

-Denuncia éh meterle un puro. Digo que si quiere meterle un puro a la otra. Puedeh caminá, ¿no?

No entendió una mierda de lo que quería decir con "meter un puro". Meter algo le sonaba a obsceno y no tenía ganas de ninguna cosa de ese tipo con Brit, se había acabado su relación de super amigas como para meterle nada más.

-Un pugro...- le miró con cara de conejo asustado en la carretera al que le dan las largas. Quería darle la impresión de desvalida y asustada y cuando le preguntó si podía andar, vio su oportunidad. -Non...- negó. -J'ai mal... Daño, me ha hecho mal...- ni se lo pensó, se señaló el tobillo derecho y de inmediato cargo el peso de su cuerpo sobre el izquierdo. Se agarró más fuerte a su brazaco y pegó la cara a su piel, el olor a feromona que le llegó la dejó loca, así que aspiró con ganas aquel perfume celestial.

Como se olía las posibles represalias, la escocesa corrió para disolverse entre el público y darse el piro. No quería terminar la noche en la comisaría. Encima eso. Además de que le habían roto el puto corazón.

Sonrió por la pregunta. Dios, la iba a reventar. Pero no quería irse al piso y dejar a su colega tirado sin medio de transporte. Por que ellos no vivían en Granada capital, si no en un pueblo del extrarradio, concretamente en uno que no tenía servicio de bus nocturno para que los chavales volvieran de fiesta a las tantas de la madrugada.

-Yo tengo coche en aparcamiento hipercor, aquí al lado. Podemos hacer tiempo mientras mi amigo y tu amiga se conosen más. Ja?

Y le volvió a comer la boca. Ésta vez, con lengua.

Al ver como la escocesa emprendió una retirada táctica y prácticamente casi que se deja la sombra ahí tirada como suelen suceder en las series animadas infantiles, Marqués no pudo más que bajarse los lentes un poco cual meme* y quedarse mirando fijamente el camino por el cual había corrido la chica - Jodeh... Si eh que ni en la patrulla... - Si bien el agente estaba en muy buena forma y le gustaba trotar como al que más, realmente no tenía mucho sentido ponerse a correr detrás de la chica puesto que probablemente ésta ya se encontrase cruzando la jodida frontera.

Se acomoda los lentes y el gesto y luego se gira hacia su compañero y la francesa - Ehto... Sí, yo creo que yo los acompaño - Se encoge de hombros y empieza a caminar junto con Padilla y la chica.

La sueca se acercó a ver el estado de su amiga la franchute. Le hizo ademán de tocarle la cabeza pero sin llegar a tocar.

-Damn, she hurt you. Are you ok?

Luego miró de reojo al marquesito. Al poli número 2. A ese se lo tenía que follar aquella noche, como que Gustavo Adolfo había sido el rey más grande del siglo XVII. Di que si.

Equipados con sus minis, comenzaron a otear al género. Había chavalas con maromo, pero un grupo de tres amigas no parecía estar acompañada por tíos. Una rubia que parecía la alfa, una de pelo castaño, mucho más alta y con un buen par de tetas, y la morenilla introvertida. Bailaban a lo gilipollas junto a la barra.

Se acercaron, como se solía en esos casos, bailando ellos a su rollo y vaciando sus minis. Una vez con las manos libres, se podían concentrar en bailar y tratar de vacilarlas.

Le susurró algo antes de dejar el mini en la barra.

-The tall one is for me, man.

Y se puso a bailar y hacer el gilipollas. La verdad es que le salió un baile de puta madre, y las niñas se fijaron, flipando en colores.

Lupita se quedó pensando unos segundos pero tampoco es que muchos, que ya le andaba por probar a semejante espécimen y además, así le daba un poco de margen a la otra pareja que en esos aspectos la mexicana no era nada envidiosa.

-Mmmm, sólo porque te has portado bien...

La verdad es que la morena ya se imaginaba sacando un pie por la ventanilla, sacando el arma de su caballero y montándolo aunque no en ese orden precisamente. Recibió el beso con agrado y de hecho respondió con la misma efusividad que si alguien los veía, parecía que se conocían de toda la vida. De nuevo le dio la espalda y volvió a bailotear, restregándose contra él sin disimulo.

-Yo estoy lista, cuando quieras.

Algo le chisporroteó por dentro al escuchar ese “Ey”, adoptó pose de muñequita agarrando las mangas y giró con un par de botecitos, no se podía ser más “moé” –Pelayo-ku…- no le dejó terminar, le plantó un besazo abrazándola de un modo muy manly, como él hacía las cosas, sonrió dejándose achuchar y poniéndose de puntillas ¡Kami-Sama! Le gustaba más que el pan con nocilla, no veía el momento de acabar el turno e irse al piso a gastarse de tanto frotarse. Estaba tan caliente que podía chasquear los dedos y echar fuego como Roy Mustang 

Se apartaron del gentío y llegaron a la altura de las ambulancias de protección civil. También había una de la Cruz Roja, mejor equipada. Pero para las heridas que ella tenía, la de protección civil sobraba. La música llegaba hasta allí como si la tuvieran al lado, y a ella le latían las sienes. No por el dolor, no, si no por el cabreo.

Había dos ATS de protección civil, un chaval que no tendría más de 20 años y una mujer bajita y morena que parecía una sudamericana de 30 y tantos.