Partida Rol por web

Aprendiz de Frankenstein

Oficinas del FBI en Chicago

Cargando editor
Cargando editor
17/03/2016, 02:13
Director

Son las 09:00 a.m. y estás en Chicago. Para ser más exactos estás en el 2111 oeste de Roosevelt Rd., a las puertas de la sede del FBI en Chicago. El aire es fresco y el cielo amenaza tormenta, como suele ser habitual en esta parte del país en Mayo. 

A tu espalda el taxi que te ha traído desde el aeropuerto de O'Hare arranca y se pierde entre el tráfico. Guardas el recibo en el bolsillo y tomas nota mental de pasarlo como gasto de trabajo. El mensaje que te convocaba a una reunión decía explícitamente que se trata de un asunto urgente. Siempre es urgente, pero no por ello el extra de coger un taxi desde el aeropuerto en hora punta ha de salir de tu bolsillo.

Sacas el mensaje del bolsillo y lo relees.

"Se le convoca a una reunión urgente que tendrá lugar mañana en las sede del FBI en Chicago. Queda transferido con efecto inmediato a dicha sede bajo la supervisión de Jim Lewis."

Eso es todo. De no ser porque los códigos de verificación que acompañan al escueto mensaje son perfectamente válidos, pensarías que es una broma o que hay algo oscuro. Este no es el procedimiento habitual. Deberían haberte consultado o al menos avisado con meses de antelación. Sea lo que sea tiene que ser gordo y este tal Jim Lewis tiene que ser bastante influyente. O eso te imaginas, porque a pesar de haber "buscado" bien, no has conseguido encontrar nada sobre él

Examinas el edificio una vez más, es la primera vez que estás en esta sede. Un edificio de oficinas estándar, situado en mitad de una zona de jardines y de aparcamientos. Subes la escalinata que da acceso a la recepción del edificio y atraviesas las dos puertas de cristal que muestran un enorme logo del FBI.

Pasas el habitual control de seguridad enseñando tus credenciales y das gracias por no tener que pasar por todo el infierno de quitarte los zapatos y el cinturón para pasar por el detector de metales como el común de los mortales.

Pasado el atestado control te encuentras en la recepción, un lugar mucho más tranquilo gracias a que el continuo goteo de gente que sale de seguridad se dirige rápidamente hacia algún lado con algún propósito. La recepción es amplia, bien iluminada gracias a las cristaleras y a que el techo es alto. El suelo de mármol está limpio y encerado. La decoración es escasa y, aparte de la bandera y la foto del presidente, hay solo algunos cuadros de estilo contemporáneo colgados en algunas columnas. En el centro hay un mostrador circular de madera en el que 4 recepcionistas, dos hombres y dos mujeres, atienden con calma pero con eficacia las preguntas de aquellos que se acercan. El mostrador luce otro espléndido logo del FBI.

En la pared más lejana frente a ti, junto a 6 ascensores, hay un listado que parece un directorio. Pegado a una columna en la pared que está a tu derecha hay un guardia de seguridad sentado en una pequeña mesa. El hombre permanece atento al devenir de todos los que andan por la recepción y de vez en cuando toma una anotación en un papel. A la izquierda se abre un pasillo que se interna en el edificio.

Cargando editor
17/03/2016, 14:00
Kyle Tyler
Sólo para el director

Había recibido el mensaje el día anterior y así, sin más, se vio obligado a reubicarse.  Antes de marchar buscó información sobre ese tal Lewis.  No había nada, nada en absoluto, ni siquiera un número de seguro social, una dirección, una propiedad, automóvil o préstamo a su nombre.  Supuso que sería una identidad falsa, no sería extraño, aunque quizás si para comunicar aquella reubicación.

Había salido temprano para llegar a tiempo al aeropuerto, era así, no le gustaba demorarse, en parte era algo propio de su profesión, llegar antes o después, actuar antes o después podía ser el primer y último error que cometieras, o al menos complicar mucho el resto de la misión.

Lo había aprendido hacía ya mucho tiempo, no había podido dominar su ansiedad, se había adelantado unos minutos, se había separado del plan previsto y eso había provocado que cuando realizó la intrusión el usuario todavía estuviera ocupando su sitio y utilizando el terminal.  El resto era historia conocida y lo había llevado a donde estaba hoy.  La verdad era que no se quejaba, le gustaba lo que hacía y le gustaba poder hacerlo con tranquilidad, pero también sabía que las consecuencias podían haber sido otras.

Rememoraba aquellos momentos cuando el taxi se detuvo frente a la sede del FBI, suspiró y miró hacia arriba, recibió el ticket y pagó para luego bajarse del taxi, tomar su maleta y colocarse la mochila.   En la maleta llevaba mayormente ropa, en la mochila los equipos electrónicos que usaba a diario.  Revisó su teléfono móvil para comprobar la hora y verificar si tenía alguna llamada o mensaje y luego ingresó al edificio.  Una vez dentro y tras pasar el control de seguridad se dirigió al mostrador de la recepción.

-Buenos días- dijo en un saludo cortes y con una sonrisa en el rostro -Me espera el señor Lewis, Jim, Jim Lewis- extendió su credencial sobre el escritorio –Mi nombre es Kyle Tyler-  -y cómo se les ocurra llamarme KyTy tendremos problemas- pensó y sonrió, no, por supuesto que no abría problemas, así lo llamaban muchos de sus amigos.

Cargando editor
18/03/2016, 02:17
Susan

Cuando Kyle se acerca al mostrador, uno de los recepcionistas se gira para atenderle, pero una de sus compañeras le toca el brazo y el hombre le deja su lugar sin decir palabra ni mudar su sonrisa.

La mujer que atiende a Kyle es una chica en la veintena, rubia, ojos marrones, de facciones delicadas y tez pálida. Lleva el pelo suelto pero impecablemente alisado y adornado con una diadema. En su traje chaqueta azul oscuro luce un identificador que pone "Susan". Sonríe y al hacerlo muestra una dentadura perfecta entre sus labios discretamente pintados.

- Bienvenido al FBI. ¿En qué puedo ayudarle? - saluda con un tono ligeramente cantarín que Kyler identifica perfectamente como el tono cortes de acogida que toda buena recepcionista o camarera americana sabe poner.

Cuando Kyle expone el motivo de su visita y extiende su credencial Susan la recoge y consulta con el ordenador. Kyle tiene un ángulo que le permite ver un poco la pantalla. No necesita mucho más porque conoce el sistema informático del FBI como la palma de su mano. Nota dos cosas extrañas. La primera es que Susan no procede a comprobar la autenticidad de la credencial según el procedimiento estándar. La segunda es que, aunque parece hacer algo con el ordenador, en realidad no está consultando nada y no hace más que abrir y cerrar ventanas al azar con pose de profesional ocupada. Cuando termina con su pantomima le devuelve la credencial a Kyle con la misma sonrisa con la que le ha recibido.

- Todo parece en orden. - comienza Susan - El señor Lewis se reunirá con usted en el piso tres dos. - continúa y Kyle tiene la sensación de que la mujer ha hecho una pausa deliberada entre los dos dígitos del piso - El ascensor número seis le llevará allí. -

La mujer echa un vistazo al equipaje del agente - ¿Quiere que nos hagamos cargo de su equipaje mientras está en el edificio? - ofrece, y mientras habla parece que algo ha llamado su atención a espaldas de Kyle, en la dirección del control de seguridad.

 

- Tiradas (2)

Notas de juego

Cuando respondas ten cuidado de no marcar a otros jugadores si están ya en la escena.

Cargando editor
18/03/2016, 02:46
Director

Son las 09:05 a.m. y estás en Chicago. Para ser más exactos estás en el 2111 oeste de Roosevelt Rd., a las puertas de la sede del FBI en Chicago. El aire es fresco y el cielo amenaza tormenta, como suele ser habitual en esta parte del país en Mayo. 

A tu espalda el taxi que te ha traído desde el Loop arranca y se pierde entre el tráfico. Llegaste a la ciudad en avión ayer por la tarde. La críptica notificación que recibiste decía que se trata de algo urgente, así que no te arriesgaste a que uno de los habituales colapsos del aeropuerto O'Hare te impidiera llegar a la cita.

Sacas el mensaje del bolsillo y lo relees.

"Se le convoca a una reunión urgente que tendrá lugar mañana en las sede del FBI en Chicago. Queda transferido con efecto inmediato a dicha sede bajo la supervisión de Jim Lewis."

Eso es todo. Tu primer pensamiento fue que se trataba de una broma, pero más tarde, cuando te aseguraste de la autenticidad de la notificación, cambiaste de opinión y pensaste que había algo oscuro. Este no es el procedimiento habitual. Deberían haberte consultado o al menos avisado con meses de antelación. Y para colmo de males nunca has oído hablar de este tal Lewis, y si ostenta el poder de saltarse el reglamento de esta forma es que es un pez gordo y debería sonarte.

Examinas el edificio una vez más, es la primera vez que estás en esta sede. Un edificio de oficinas estándar, situado en mitad de una zona de jardines y de aparcamientos. Subes la escalinata que da acceso a la recepción del edificio y atraviesas las dos puertas de cristal que muestran un enorme logo del FBI.

Pasas el habitual control de seguridad enseñando tus credenciales y das gracias por no tener que pasar por todo el infierno de quitarte los zapatos y el cinturón para pasar por el detector de metales como el común de los mortales. No puedes evitar echar un vistazo al monitor de rayos-X, parcialmente visible desde tu ángulo. En este momento parece mostrar el contenido de un bolso de mujer, repasas la imagen y se te ocurren varias formas de usar el contenido para agredir a alguien o causar una explosión menor. Sin embargo, el oficial de policía que está al cargo de la máquina no parece ver nada raro y deja pasar el bolso y a su dueña, una anciana que apenas puede caminar por su exceso de peso. Tu también lo dejas pasar porque tienes prisa, pero intentas quedarte con el rostro de la mujer por si te la vuelves a cruzar en el edificio.

Pasado el atestado control te encuentras en la recepción, un lugar mucho más tranquilo gracias a que el continuo goteo de gente que sale de seguridad se dirige rápidamente hacia algún lado con algún propósito. La recepción es amplia, bien iluminada gracias a las cristaleras y a que el techo es alto. El suelo de mármol está limpio y encerado. La decoración es escasa y, aparte de la bandera y la foto del presidente, hay solo algunos cuadros de estilo contemporáneo colgados en algunas columnas. En el centro hay un mostrador circular de madera en el que 4 recepcionistas, dos hombres y dos mujeres, atienden con calma pero con eficacia las preguntas de aquellos que se acercan. Una de las recepcionistas, una joven rubia, está atendiendo a un hombre vestido de traje y que porta una mochila y una maleta. La chica te dirige un par de miradas y luego vuelve a su conversación con el hombre. El mostrador luce otro espléndido logo del FBI.

En la pared más lejana frente a ti, junto a 6 ascensores, hay un listado que parece un directorio. Pegado a una columna en la pared que está a tu derecha hay un guardia de seguridad sentado en una pequeña mesa. El hombre permanece atento al devenir de todos los que andan por la recepción y de vez en cuando toma una anotación en un papel. A la izquierda se abre un pasillo que se interna en el edificio.

Notas de juego

Cuando respondas ten cuidado de no marcar a los otros jugadores.

Cargando editor
18/03/2016, 15:06
Kyle Tyler
Sólo para el director

Se era extraña la forma en que se habían comunicado con él y el hecho de que Lewis “no existiese” más lo era la forma en que la supuesta Susan se estaba comportando.  Su ego le había hecho creer que la mujer había decidido atenderlo para coquetear con él, porque le había gustado, sin embargo al ver cómo se comportó después se dio cuenta que la mujer sabía perfectamente quién era él y que estaba allí para recibirlo.  Aquello comenzaba a resultar cada vez más interesante.

Susan le informó sobre el ascensor y el piso, o quizás entrepiso, en el que debería bajar.  –Si, por supuesto- dijo dejando la valija, sin embargo se hizo el tonto respecto a la mochila.  La mujer miraba por sobre su hombro hacia el control de seguridad, probablemente él no sería el único al que estaba esperando.  Volvió a dirigirse a la mujer.  –Disculpame…- miró el gafete que ya había visto cómo si lo hiciera por primera vez –Susan.  Me gustaría hacerte un par de preguntas- en realidad que ría hacer tiempo, si las cosas resultaban como pensaba el segundo “objetivo” de Susan no tardaría en llegar al mostrador y entonces sería atendido por otro de los recepcionistas.  ¿Habría otro como Susan entre ellos? –¿No me quedó claro, debo bajar en el piso tres o en el piso dos?- preguntó arrugando el ceño y poniendo cara de confusión.  –¿A qué hora sales?- preguntó cuando la mujer respondió sobre el piso –Soy nuevo aquí y necesito ir de compras.  Qué tal si me acompañas y luego te invito un café o una cena- aquello serviría, al menos para desviar la atención unos segundos mientras esperaba

Cargando editor
19/03/2016, 00:31
Daniel White
Sólo para el director

Jim Lewis.
Aquel era el pensamiento que rondaba la mente de Daniel cuando se apeó del taxi frente al edificio central del FBI en Chicago. Y al que había dado vueltas durante todo el vuelo, taciturna pero pacientemente, con los labios cerrados y en silencio mientras leía. Cuando bajó frente al edificio apenas eran las nueve de la mañana y apenas llevaba encima tres o cuatro horas de sueño. No era, sin embargo, la primera vez ni sería la última. Dormir nunca había sido una de sus habilidades y hacía tiempo que el cansancio era solo una costumbre, diluido en esta ocasión por la urgencia y misterio del viaje.
Una vez pagó, el taxi arrancó y Daniel alzó la mirada hacia el edificio que se alzaba ante él, tan impresionante como debía serlo. Las paredes acristaladas transmitían un efecto de transparencia y progreso, de confianza y futuro; pero ese día el efecto estaba empañado por el cielo de tormenta y en los cristales se reflejaba el color gris. Entró.

Jim Lewis. El nombre le era desconocido y solo hacía más extraño aquel ¿traslado? ¿De qué se trataba siquiera? ¿Un caso? Si así fuese la UAC, o él mismo, tendría que haber recibido los informes, no aquella notificación tan extraña, tan escueta. Apenas unas líneas. "Queda transferido con efecto inmediato". Sin más explicaciones. Una orden.
Daba igual las cristaleras y el efecto de protección que quisiese transmitir el edificio: no dejaba de ser el FBI. Si alguien tenía secretos ese era, aparte del Gobierno y el servicio secreto, el FBI. Los vigilantes. Creer que el FBI solo vigilaba hacia afuera era ser un necio. Formar parte de su estructura le concedía ciertas cosas pero no era tan ingenuo (nunca lo había sido) como para creer que era inmune, que eso podía significar que lo conocía todo. Por mucho que fuese un agente especial, por su formación y su especialidad, seguía siendo un peón para los que estaban arriba (y los que estaban arriba de los que estaban arriba) y manejaban el juego en las sombras (porque siempre hay sombras y siempre hay un juego en marcha. Una pieza que ahora era necesaria en otro lado.
Con o para Jim Lewis.
Fuese quien fuese Lewis.

Pasó la credencial en la entrada, mucho más cómodo que en el aeropuerto (vigilancia contra seguridad, el nuevo dilema social) y mientras lo hacía sus ojos recayeron sobre la anciana que estaba pasando el control de seguridad. Captó de reojo el escaner y su tedio fue lo único que impidió que alzase las cejas. La mayoría de objetos en el bolso parecían inofensivos en sí mismos, el agente de seguridad así lo había considerado y lo más probable era que la propia mujer nunca los hubiese visto como nada más. Un trabajo cambia tu forma de ver el mundo. El esmalte de pintauñas es inflamable. Poca gente era consciente de ello. Pero nunca puedes estar seguro de qué es capaz nadie con quien te cruzas. ¿Aquella anciana? ¿El padre de familia recogiendo a su hijo tras el partido de baseball? ¿La cajera aburrida del supermercado con una vida tan aburrida como el chicle que mascaba?
Eso es lo que aprendes cuando analizas la conducta: todos nos sorprenderíamos de lo que somos capaces de hacer. En las situaciones apropiadas, en las relaciones apropiadas, con las armas apropiadas al alcance de la mano...
Solo era una anciana inofensiva pero Daniel se quedó con su cara. Por si acaso y porque la alerta se había convertido ya en un modo de vida que hacía que ni le mudase el rostro al ir anotando cosas en las que fijarse.

El interior del edificio estaba tan organizado como prometían las paredes de cristal. Era temprano y ya bullía de actividad. El ruido de las conversaciones y el sonido de los teclados de los recepcionistas tenía un efecto tranquilizador. La burocracia y el papeleo. Era curioso pararse a pensar de vez en cuando que había llegado a acostumbrarse, a cogerle cariño.
Era hora de buscar al misterioso Jim Lewis y averiguar qué estaba haciendo allí. O al menos comenzar a averiguarlo.
Su mirada pasó sobre el hombre que anotaba el tránsito (vigilante y atento. Simplemente para buscar si hay algo raro, pensaría cualquiera. Daniel no se quedaba tan en la superficie, aunque posiblemente las notas que tomaba no evidenciasen gran cosa) y fue hasta el mostrador, acercándose al mostrador donde cuatro recepcionistas hacían su trabajo. Apoyó la mano y un poco de su peso junto al puesto de la jóven rubia que le había visto aparecer, esperando a que terminase de hablar con el hombre.

-Estoy buscando a Jim Lewis -preguntó directamente después.
O Jim Lewis me requiere a mí.

Su instinto casi no estaba seguro de mencionar el único nombre que era su única pista y que nunca antes había oído pero, siendo francos, era solo una bala y la notificación era oficial. A veces Daniel tenía que refrenar su propia desconfianza y trató que la pregunta sonase lo más natural posible.

Notas de juego

Un poco pez para entrar en contacto con el pj y porque no quería hacer el post demasiado largo.
En principio Daniel espera a que la recepcionista acabe con el hombre anterior, pero si tardan demasiado, interrumpe la conversación para preguntar. Es la primera vez que roleo por web con master así que no quiero meter la gamba de hasta donde influyen mis acciones y hasta donde decide el master xD Me iré ajustando. (Y escribo en tercera persona por costumbre, pero si va mejor en primera comentamelo)

Cargando editor
19/03/2016, 00:46
Susan

Daniel atraviesa el espacio que le separa del mostrador atento a su entorno, pero no nota nada nuevo. Mientras se dirige hacia el mostrador la recepcionista se hace cargo de la maleta del hombre y la guarda dentro del mostrador. Daniel llega al mostrador y se apoya junto al hombre que está hablando con la recepcionista rubia.

Ella es una chica en la veintena, rubia, ojos marrones, de facciones delicadas y tez pálida. Lleva el pelo suelto pero impecablemente alisado y adornado con una diadema. En su traje chaqueta azul oscuro luce un identificador que pone "Susan". Habla con una sonrisa y al hacerlo muestra una dentadura perfecta entre sus labios discretamente pintados.

El hombre tiene aspecto cansado de haber llegado de un viaje hace poco. Daniel consigue captar la conversación que está teniendo lugar justo cuando se acerca a ellos.

–¿A qué hora sales?- pregunta el hombre –Soy nuevo aquí y necesito ir de compras.  Qué tal si me acompañas y luego te invito a un café o a una cena-

En ese momento Daniel se apoya en el mostrador y la mujer claramente aprovecha la circunstancia para evitar responder. Con elegancia y sin perder la sonrisa hace como si el hombre no hubiera dicho nada, le dice: - ¿Me disculpa un momento? - 

Sin desplazarse, como si realmente pretendiera retomar la conversación después, se gira y le pregunta a Daniel amablemente:

- ¿En qué puedo ayudarle?-

Daniel responde sin rodeos:

- Estoy buscando a Jim Lewis. -

Notas de juego

No te preocupes, yo voy ajustando la narración según las circunstancias, cuando haya que ir más lentos porque pueda ser decisivo pasaremos a una especie de "modo turno". Mientras podemos ir avanzando hasta que necesitemos el pie de los demás, ya sea porque vosotros requiráis más información del Master (nuevas descripciones, reacciones de PNJs) o porque yo necesite saber cómo actuáis. Un poco como hemos hecho ahora. Yo te he introducido el personaje hasta su destino y te lo he entregado dándote información para que te muevas a tu albedrío. Tu has respondido con tus pensamientos a lo que ha ocurrido y has avanzado hasta que has necesitado interactuar con un PNJ.

Una cosa para el tema del equipo ¿qué es lo que sueles llevar encima? ¿Llevas algo especial? ¿Tienes una maleta?

Cargando editor
19/03/2016, 00:55
Susan

Susan se hace cargo de la maleta de Kyle y la desplaza al interior del mostrador. No hace ninguna mención a la mochila.

–Susan.  Me gustaría hacerte un par de preguntas- continua Kyle una vez que la maleta está a buen recaudo. Susan adopta una actitud de atención y responde - ¡Por supuesto! ¿En qué le puedo ayudar agente Tyler? -

–¿No me quedó claro, debo bajar en el piso tres o en el piso dos?- pregunta Kyle

Parece que Susan está más que dispuesta a seguirle el juego a Kyle en lo que se refiere a hacer tiempo. Se toma unos segundos para revisar las supuestas instrucciones que deberían estar en la pantalla, frunce el ceño como si las estudiara y finalmente responde.

- Me temo que no puedo ser más específica. Las instrucciones dicen: "Los agentes deben dirigirse lo antes posible a la sala de reuniones STOP la ruta más directa es vía el ascensor seis STOP  piso 3 STOP  2." -

La mujer se encoge ligeramente de hombros y espera a la segunda pregunta, que no tarda en llegar.

 –¿A qué hora sales?- pregunta Kyle –Soy nuevo aquí y necesito ir de compras.  Qué tal si me acompañas y luego te invito un café o una cena-

Si la proposición tiene algún efecto sobre ella, no da ninguna muestra de ello. Justo en ese instante alguien se apoya en el mostrador junto a él. Se trata de un hombre alto, delgado, de pelo castaño y ojos oscuros que viste de traje y que por sus ojeras y su barba incipiente claramente no ha descansado bien esta noche. Ella aprovecha la interrupción para esquivar la pregunta con suma elegancia.

- ¿Me disculpa un momento? - 

Kyle no duda que esta mujer podría esquivar balas sin que se le descoloque la diadema. Sin desplazarse, como si realmente pretendiera retomar la conversación después, se gira y le pregunta al recién llegado amablemente:

- ¿En qué puedo ayudarle?-

El hombre responde sin rodeos:

- Estoy buscando a Jim Lewis -

Cargando editor
19/03/2016, 01:37
Susan

- No hay problema. - responde Susan como si se le acabara de pedir una hamburguesa con queso y no reunirse con un misterioso personaje -¿Podría mostrarme una identificación o indicarme su nombre para que pueda comunicarle que desea reunirse con él? -

Notas de juego

Ahora estáis juntos en la escena. Pero vigilad los destinatarios por si aparece alguien más.

Cargando editor
19/03/2016, 01:47
Director

Son las 09:10 a.m. y estás en Chicago. Para ser más exactos estás en el 2111 oeste de Roosevelt Rd., a las puertas de la sede del FBI en Chicago. El aire es fresco y el cielo amenaza tormenta, como suele ser habitual en esta parte del país en Mayo. 

A tu espalda el taxi que te ha traído desde tu hotel barato en el barrio hispano arranca y se pierde entre el tráfico. Llegaste a la ciudad en tren ayer por la tarde. Puesto que, de acuerdo con la notificación que recibiste, tenías una reunión al día siguiente, decidiste que era una excelente oportunidad para una visita a los clubs de blues de la ciudad. No recuerdas muy bien cómo acabó la noche, por tu estado posiblemente agarrado a una botella de whisky; por el dolor en el costado posiblemente te metiste en algún lío casi seguro a cuenta de una mujer o una partida de poker.

Sacas la notificación del bolsillo y la relees.

"Se le convoca a una reunión urgente que tendrá lugar mañana en las sede del FBI en Chicago. Queda transferido con efecto inmediato a dicha sede bajo la supervisión de Jim Lewis."

Eso es todo. Este no es el procedimiento habitual. Deberían haberte consultado o al menos avisado con meses de antelación. Pero estás acostumbrado a seguir órdenes y la notificación parece auténtica.

Examinas el edificio una vez más. Aunque no es la primera vez que estás en Chicago, es la primera vez que estás en esta sede. Un edificio de oficinas estándar, situado en mitad de una zona de jardines y de aparcamientos. Subes la escalinata que da acceso a la recepción del edificio y atraviesas las dos puertas de cristal que muestran un enorme logo del FBI.

Pasas el habitual control de seguridad enseñando tus credenciales y das gracias por no tener que pasar por todo el infierno de quitarte los zapatos, el cinturón y la petaca de licor para pasar por el detector de metales como el común de los mortales. 

Pasado el atestado control te encuentras en la recepción, un lugar mucho más tranquilo gracias a que el continuo goteo de gente que sale de seguridad se dirige rápidamente hacia algún lado con algún propósito. La recepción es amplia, bien iluminada gracias a las cristaleras y a que el techo es alto. El suelo de mármol está limpio y encerado. La decoración es escasa y, aparte de la bandera y la foto del presidente, hay solo algunos cuadros de estilo contemporáneo colgados en algunas columnas. En el centro hay un mostrador circular de madera en el que 4 recepcionistas, dos hombres y dos mujeres, atienden con calma pero con eficacia las preguntas de aquellos que se acercan. Una de las recepcionistas, una joven rubia, está atendiendo a dos hombres de traje, uno de ellos porta una mochila, el otro es un hombre alto y delgado, también de trajo, que se apoya en el mostrador de forma informal. Jurarías que la chica te dirige un par de miradas mientras habla con los hombres. El mostrador luce otro espléndido logo del FBI.

En la pared más lejana frente a ti, junto a 6 ascensores, hay un listado que parece un directorio. Pegado a una columna en la pared que está a tu derecha hay un guardia de seguridad sentado en una pequeña mesa. El hombre permanece atento al devenir de todos los que andan por la recepción y de vez en cuando toma una anotación en un papel. A la izquierda se abre un pasillo que se interna en el edificio.

Notas de juego

Por favor, cuando respondas asegúrate de que no marcas a los otros jugadores por el momento.

Cargando editor
19/03/2016, 02:05
Daniel White

Por cómo la joven aprovechó su aparición para escabullirse (aunque fuese momentaneamente) de la conversación tan poco profesional o trascendental, le pareció claro que no debía de sentirse cómoda con la proposición del otro varón. Daniel no sintió ninguna pena por él.

Bien. La chica ya sabía algo más que él: al menos el nombre no le había sonado extraño. Daniel no sabía si tenía que sentirse dolido o escudarse en la excusa de que ella era la recepcionista y no él: si alguien debía saber quiénes trabajaban en el edificio tenía que ser ella.
Pero iba a ser una decepción que Daniel solo desconociese quién le llamaba porque venía de otro Estado diferente, sobre todo después de haberle dedicado tantas hipótesis durante el viaje.

- Daniel White, agente especial de la Unidad de Análisis de Conducta. Se supone que debo reunirme con él -le informó a la recepcionista, sacando de nuevo la credencial que atestiguaba su identidad y mostrándosela por encima del mostrador.

»¿Usaís la recepción como consigna? -preguntó a continuación, alzando un poco la pequeña maleta (ideal para viajes, ideal para alguien soltero que no necesita muchas cosas encima) para mostrarsela. Se refería claramente a cómo la había visto guardar la maleta del otro desconocido. No tenía información de dónde iba a alojarse durante el tiempo que durase el viaje y su prioridad había sido el trabajo. Ya buscaría una habitación donde dormir y donde meter la maleta más tarde.

Notas de juego

Más allá de lo esperable en un agente (arma, credenciales, etc) lleva una maleta pequeña y cómoda para viajes con lo imprescindible (ropa, cosas de aseo y quizá alguna revista de artículos sobre criminología o alguna documentación el trabajo, lo típico). Soy pocipaje.o imaginativo para el equipo y Daniel es un tipo práctico sin mucho equ

Cargando editor
19/03/2016, 02:14
Susan

- Bienvenido Agente White. - dice Susan, su tono es el de una cálida y sincera acogida. Toma la credencial que Daniel le ofrece y, cuando este le pregunta si puede usar la recepción como consigna, responde - Por supuesto, la dejaré aquí mismo. - Recoge la maleta de Daniel y la deja bajo el mostrador.

Se vuelve de nuevo a Kyle y mientras procede a consultar el ordenador que tiene encima de la mesa le pregunta - ¿Agente Tyler, le importa si proceso la identificación del agente White antes de continuar con nuestra conversación? - 

Notas de juego

Doy margen por si Kyle quiere intervenir.

Cargando editor
19/03/2016, 12:31
Kyle Tyler

Susan se alejó antes de responder, pero no importaba, el objetivo de Kyle estaba cumplido.  Estaba a punto de marcharse cuando Susan le preguntó si podía esperar, con cierta sorpresa respondió.  -Eh.. si, por supuesto, esperaré por aquí- dijo y se alejó unos pasos del lugar para darles privacidad pero sin perder el ángulo de visión que tenía sobre la pantalla.

Cargando editor
19/03/2016, 12:34
Kyle Tyler
Sólo para el director

Kyle tenía un nombre, Daniel White, así que tomó su smartphone del bolsillo derecho y comenzó a buscar información sobre aquel nombre mientras hacía tiempo para que Susan acabase el papeleo.

Cargando editor
19/03/2016, 13:30
Susan

Kyle se aleja un paso y se dedica a consultar su smartphone. Susan no tarda mucho en procesar la identificación de Daniel. Cuando termina se la devuelve diciendo

- Todo en orden agente White. La reunión tendrá lugar en el piso tres dos. - curiosamente la mujer hace una pausa deliberada entre los dos dígitos del piso - Puede coger el ascensor número seis. - añade.

Susan se gira ligeramente hasta una posición en la que claramente está dirigiéndose a los dos hombres y continua - El agente Tyler ha sido convocado a la misma reunión. Quizá puedan ir juntos. -

Finalmente, ahora centrándose en Kyle, se disculpa - Perdone la interrupción. Creo que me estaba preguntando por un lugar para ir de compras. Me temo que no le seré de mucha ayuda, ni siquiera se me da bien escoger una corbata para mi novio. Pero mi compañero Steve - en este punto alza un poco y el aludido, un recepcionista alto, pelirrojo, de hombros anchos y mandíbula cuadrada; se gira y presta atención - es un experto en moda masculina. -

Susan se dirige al recepcionista y le pide - Steve ¿Podrías acompañar al agente Tyler a hacer unas compras al terminar tu turno esta tarde? -  

Steve sonríe y asiente - Claro, sin problema. -

- Gracias Steve. - y el hombre vuelve a su trabajo, ella retoma la conversación con Kyle, siempre manteniendo una dulce sonrisa. Susan baja un poco el tono y con aire confidencial dice - Le encanta el expresso, pero odia los Starbucks. - y guiña un ojo.  

- ¿Puedo hacer algo más por ustedes? - y la mujer queda a la espera, mirando a uno y a otro con una sonrisa angelical.

Cargando editor
19/03/2016, 13:51
Director

En el escaso tiempo que dispones mientras Susan "procesa" las credenciales de Daniel lanzas uno de tus clusters en la nube para que recopile información sobre Daniel White, agente del FBI, recibirás el resultado en unos minutos. Mientras, haces tú mismo una búsqueda rápida en Google y no encuentras nada ojeando las primeras páginas de resultados. Los Daniel White que aparecen en los resultados de redes sociales no se parecen en nada al tipo que tienes delante. Ciertamente no es un tipo que tenga una actividad desbordante en la red y si hay algo estará enterrado. No es un problema, para eso tienes tus servidores remotos.

A intervalos regulares has ido echando un vistazo a la actividad de Susan. Ha seguido un procedimiento similar al que siguió contigo. Ha hecho como que ha trabajado en el ordenador, pero en realidad no ha hecho nada. No se te escapa que esto significa que vuestra visita al FBI no está quedando registrada.

- Tiradas (1)
Cargando editor
19/03/2016, 22:21
Daniel White

La recepcionista recogió su maleta con amabilidad, guardándola tras el mostrador. Un asunto menos del que encargarse, aunque si era necesario no le hubiese importado plantarse en la reunión con el bártulo a cuestas. Mientras ella se encargaba de comprobar su acreditación, descubrió que el hombre a su lado era el agente Tyler. Un tipo de edad media, estatura media (al que Daniel le sacaba unos centímetros) y pelo oscuro, sin unos rasgos especialmente llamativos. De los que darían problemas en una rueda de reconocimiento posiblemente.

-¿De verás? -preguntó. Esta vez sí alzó las cejas con interés cuando la recepcionista le informó que al parecer ambos estaban convocados a la misma reunión. Daniel le miró una segunda vez, ahora sí buscando detalles representativos en su cara o su expresión. Pocas cosas se hacían en el FBI por separado pero Daniel no había logrado alcanzar una hipótesis sobre si la reunión sería a solas o con alguien más-. Qué casualidad -apreció quedamente, girándose hacia el agente Tyler. No le llegó a tender la mano, lo que se suponía que debía hacerse en esos casos pero que a veces era tan superfluo que era fácil olvidarse de ello.

Observó sin cuestionar el diálogo en el que la chica le despachaba y endosaba a su compañero Steve. Pero por dentro casi se rió. Vaya. La joven debía estar acostumbrada a ese tipo de situaciones.

-Sí, ¿sabe cuál es el cargo de Lewis? -preguntó cuando ella ofreció la posibilidad. Ascensor seis, piso tres-dos. Pero aunque parecía que el misterioso Jim Lewis no había sorprendido a la recepcionista, Daniel no podía dejar de tener la mosca detrás de la oreja y recabar toda la información posible previa era deformación profesional.

Después se volvió hacia Tyler. Al parecer les tocaba ir juntos. ¿Cuántos habría invitados a la reunión? El otro agente también parecía llegado de fuera del Estado o, mínimo, de la ciudad. ¿Estaría más informado de a lo que venían? Tal vez la pregunta podía considerarse "charla de ascensor" y podía hacérsela mientras subían.

Cargando editor
20/03/2016, 20:13
John Murray

Es curioso lo que ocurre con los sueños. Soñamos algo para luego despertar y descubrir que todo era vanidad. Los recordamos nítidamente y tras unos minutos, los olvidamos o simplemente no tienen sentido.  No recuerdo lo que soñé aquel día, pero sé que no era  nada bueno. Los primeros acordes de The House of the Rising Sun de los Animals suenan en el despertador y como era habitual decidí dejarla hasta que la canción se volviera a repetir.

 El quejido que solté al incorporarme de la cama fue más fuerte de lo normal, y el dolor de cabeza solo conseguía empeorarme el día más aun. Ni la ducha fría de todas las mañanas conseguía despejarme la cabeza de los pensamientos.  El taxista que me recogió, por suerte, era de los que no hablaban pero si de los que ponían Radio Deporte a un volumen alto. No pudo evitar poner mala cara mientras cambiaba la frecuencia. Bastantes cosas tenía en la cabeza como para taladrarme la cabeza con los resultados del partido de ayer.

Tras unas cuantas barreras de seguridad, pude tener libertad en la sede del FBI. Aunque me veía obligado a preguntar en  la recepción. Había llegado a Chicago a prisa y corriendo, y me daba que si fuera por los del FBI, habrían asaltado mi casa y me habrían puesto una bolsa de la cabeza para llevarme hasta allí. Había algo que no cuadraba en todo esto. Soy el agente John Murray, tengo una reunión urgente con un tal Jim Lewis pero ando un poco perdido. Le digo a la rubita intentando no sonar serio.

Cargando editor
20/03/2016, 21:24
Susan

-Sí, ¿sabe cuál es el cargo de Lewis? - pregunta Daniel y Susan trata de hacer memoria.

No parece saberlo y comenta - Deme un segundo para que lo consulte. - y vuelve a buscar en el ordenador.

Tras varios clicks y teclear un poco responde. - Me temo que no tengo acceso a esa información. Todo lo que obtengo sobre  Jim Lewis son las instrucciones para que se dirijan al lugar de reunión. -

Apenas ha terminado de decir esto, un tercer hombre llega al mostrador. Se trata de un tipo moreno, de complexión media y claramente atractivo por la forma en que varias mujeres le lanzan miradas a sus espaldas. Aunque va de traje, no parece haberse tomado mucho tiempo para arreglarse esta mañana y luce unas espléndidas ojeras.

Sin preocuparse de si Susan está atendiendo a Daniel y a Kyle dice:

- Soy el agente John Murray, tengo una reunión urgente con un tal Jim Lewis pero ando un poco perdido. -

- Tiradas (3)