Partida Rol por web

Finalmente entráis atravesando el arco labrado. Un fuerte olor a muerte os sacude las fosas nasales como si fuera un puñetazo, pero lo que realmente os sorprende es que, al cruzar el umbral, las luces de las antorchas en las paredes se encienden solas, una tras otra, iluminando el pasillo que os había descrito Virgilio.

Las paredes de piedra habían sido pulidas con cuidado, con antorchas de un diseño muy antiguo encajadas en la misma piedra. El suelo estaba cubierto de una fina capa de arenisca removida, y aunque no podéis ir por parejas sin estar extremadamente juntos, si que podéis ir en una formación cerrada (aunque el gran cuerpo de Harosuki puede ser un problema para la retaguardia)

Avanzáis con prudencia, temerosos de posibles trampas, y os fijáis en los murales. Son representaciones muy burdas o antiguas de algún tipo de ceremonia fúnebre, como si se tratara de una secuencia. Todas las imágenes parecían protagonizadas por una figura de piel blanca y pelo negro, con dos pares de alas del mismo color, vestida con una túnica que en otros tiempo debió ser dorada. Las imágenes mostraban como la figura alada se postraba sobre lo que deducís es un muerto (a un lado claramente humano, al otro una especie de criatura que combina rasgos de animales y humanos) después le arranca las vísceras, y por último parece llevarlo a una forma piramidal donde su alma finalmente abandona su cuerpo.

Las dobles puertas al fondo están labradas en la misma piedra, y el tiempo y la corriente han abierto varias grietas en el marco por donde se cuela el terrible olor que asfixia el pasillo. Labradas en la misma piedra está la figura alada de los murales, pero su forma, otrora espléndida a sufrido terriblemente los estragos del tiempo y ahora es apenas una forma deforme y borrosa que recuerda vagamente su escultura original.

Guiadas por una fuerza desconocida, las puertas dobles se abren cuando estáis a un metro de ellas, dando paso a una espléndida sala cuadrada con impresionantes columnas que se pierden en la oscuridad, cada una de las columnas tiene un pebetero en llamas que genera un extraño claro-oscuro por la sala. En el centro de la misma os espera una figura de algo más de dos metros de alto, de rostro sereno, piel blanca como la nieve que contrasta con el negro de sus alas y su largo pelo, enfundada en una espléndida armadura dorada. Sus ojos tan negros como sus alas os miran con un brillo antiguo pero sus labios están torcidos en una sonrisa que se os antoja amable y siniestra al mismo tiempo.

-Poso mis ojos en vosotros por primera vez, viajeros- la voz de la doncella alada era casi como la caricia del terciopelo, dulce y sensual- Hace mucho tiempo de la última visita de mortales a mi Dominio. No suelen venir voluntariamente desde la Segunda Guerra... ¿Qué clase de desdicha os trae aquí?- si mostráis cualquier movimiento hostil os hará gestos para que bajéis las armas- Este es un santuario, no un lugar de guerra, el conflicto es tan inútil como innecesario.

Una vez entramos por esa caverna, cuando las antorchas se encendieron rápidamente como reflejo desenfundé mis armas, con una pistola apuntando hacia la puerta donde entramos y la otra la sostenía flexionando el brazo, con el cañón hacia arriba pero intercambiando mi vista entre la entrada y el otro tramo de la caverna, hacia el camino por el que nos dirigíamos. Cuando al parecer no pasó nada bajé el brazo izquierdo y guardé la pistola dejándola en mi cadera, mientras que la otra la seguía en la mano, de nuevo con el cañón apuntando hacia arriba, atento de alguna criatura o ser que apareciera de la nada para tratar de volarle los sesos.

Pero entonces empezamos a ver las supuestas "runas" que dijo Virgilio, todas esas imágenes que parecían ir en secuencia, como instrucciones o incluso detallando un proceso que era llevado por un ser con alas, que al ver todo este lugar donde estábamos me hizo tener cierta teoría de quien o qué era el dueño de este "templo". Pero entonces llegamos hasta el final del pasillo, la puerta se abrió y mis dudas fueron aclaradas al ver a dicho ser en toda esa gloria, mientras que despacio enfundaba de la otra pistola, mirándo a la mujer con alas con una mezcla de admiración, respeto pero sobre todo cautela. Cuando finalmente preguntó porqué estábamos aquí, yo fui el primero en dar un paso delante del grupo, quitándome el sombrero y posando este sobre mi pecho, mientras ponía el pie derecho un poco adelante y me inclinaba ante ella, para luego volver a erguirme.

-Es un honor que nos permita estar en su hogar, mi señora. Mi nombre es Maxwell, y ellos son Harosuki, Tobías, Trinity y Virgilio. Como ya dijo somos unos viajeros, y en nuestro camino nos encontramos con un obstáculo, unas piedras de las que no nos podíamos hacer cargo, y pensamos que lo más sensato sería tomar este atajo, pero no pensamos que esta sería su morada, así que espero que nos perdone.- Luego de tal introducción, que según recuerda Virgilio que era el que más me conocía, no he hablado con tal respeto a un Perfecto en las ocasiones que estuvo presente, era como la presentación de un simple campesino tratando de que un Perfecto no le castigara por alguna razón tan minuscula, hablando de forma pausada y cautelosa, con un vocabulario más cortés que la típica actitud tan despreocupada que mostraba la mayoría del tiempo. -Si no es una molestia, ¿Podemos saber el nombre de la dueña de este lugar?-

-Equivocáis mi posición, viajero- su voz, ahora casi como una risa, sonaba con una suavidad sobrenatural- Esta no es en absoluto mi morada; los... de mi especie no tenemos morada alguna, ni lugar al que llamar Hogar. Desde la Segunda Guerra ni siquiera tenemos lugar al que regresar- aunque sus palabras están cargadas de tristeza, no se refleja en su rostros siempre sereno- Si preguntáis por mi nombre es que no sabéis entonces que mi naturaleza es... peculiar a la par que efímera. Soy la Guardiana de estas Almas; nombrarme es nombrar a la misma muerte.

-Y con respecto a vuestro problema, un desvío en el camino es, quizás, el menor de vuestros problemas. Puedo sentir al mundo agitarse, heridas abiertas que derraman Vacío... y vosotros, apenas una brizna de hierba llevada por una corriente que apenas comprendéis...- la dama alada se gira y trazando un arco con su brazo, hace aparecer de la nada una impresionante mesa con un opulento banquete: carne, pescado, fruta, jarras de cristal con la más clara de las aguas y botellas de vino, dulces...- Permitidme que calme vuestra hambre, puesto que desde aquí puedo oír vuestros estómagos gruñir de angustia; pero os advierto que mi hospitalidad es efímera como la vida de cualquier mortal, y aunque os puedo ofrecer una ruta segura a través de este osario, debéis abandonarlo antes de que mis protegidos sientan el hedor de vuestra vida... Sus olfatos, con los milenios, se han vuelto extremadamente... sensibles.

.     - Disculpe señora alada pero si primero nos dice que no cualquiera viene a sus dominios y después nos indica que no es su morada es posible que mis camaradas y yo nos confundamos!   Si no quiere darnos su nombre díganos por favor uno con el que podamos nombrar la propiedad por favor! -.     Dice Trinity a la misteriosa mujer alada con respeto y educación, pero seguridad, aplomo y con justa confianza antes de ser testigos de parte de su magia al prepararles de inmediato un banquete y escuchar su invitación, pero al mismo tiempo su advertencia velada, entonces la perfecta le agradece con un muy breve asentimiento de la cabeza, una sonrisa y le responde:

.      - Muchas gracias por su generoso gesto, ya que muy bien nos vendría darnos una pausa para tomar y comer su pletorico banquete un momento con usted mientras nos explica acerca de los peligros que de acuerdo a su vaticinio pueden amenazar a nuestro mundo y si de alguna manera la pequeña briza formada por  nosotros podemos intervenir para reducir el daño futuro antes de que nos indique el mejor camino para que sus protegidos no se ni nos interpongan -.    Responde Trinity antes de indicar en la mesa a la dama por su recomendación antes de elegír una copa de vino, pescado, caldo,fruta y una ensalada, pero solo hasta que la mujer y el resto del grupo tomen asiento

Mire a La Perfecta incrédulo por su decisión, no parecía tener en cuenta la opinión de los demás en especial la mía que no quería quedar traumado, aunque no diría nada al respecto aceptaría su orden de mala gana caminando a través de la oscura cueva, era bastante estrecha intentaba no chocar contra la pared caminando lentamente, al ver las antorchas encenderse me quedaría mirándolas sorprendido pero el olor que emanaba de las profundidades llegaría a mi nariz, tratando de no ceder al pútrido aroma trataría de cubrir mi nariz intentando soportar las nauseas que sentía, aunque mi estomago daba vueltas no podía dejar de mover mis ojos de un lado a otro admirando esos pequeños detalles que tenían aquella cueva, alguien había trabajado mucho para mantenerla en pie.

Pasaría uno de mis dedos por las paredes notando el poco polvo que había pero lo mas sorprendente eran aquellos dibujos antiguos que retrataban a una figura similar a un ángel negro pero lo que mas llamaría mi atención serian las imágenes que aprecian ser hombres mitad bestia Me gustaría conocer una criatura así con una leve sonrisa seguiría con nuestro camino agarrando el tirante del bolso que pasaba por mi cuerpo y mi hombro.

Al cruzar por las ultimas grandes puertas de piedra que se abrían de forma misteriosa me quedaría aterrado cerrando mis ojos no quería ver se encontraba tras esas puertas, en mi mente estaba la amplia posibilidad de que el olor provenía de un sin fin de cadáveres pero la voz que llegaría a mis oídos harían que mis ojos se abrieran para ver aquella figura de hermosas alas de color negro aunque no tardaría mucho en empezar una conversación con nosotros yo me acercaría un par de pasos a la angelical figura -Que hermosas alas, pero me sorprende que nadie sepa de este lugar, supongo que los pocos que vieron este lugar nunca dijeron nada , pero posiblemente todos tomaban la ruta principal y no se atrevieron a buscar una ruta alterna.

Mire como un banquete aparecía frente a nosotros pero igual mi mirada volvería a la angelical forma mirándola detalladamente de pies a cabeza -Que admirable, no quieres un conflicto entonces no quieres ningún tipo de violencia dentro de los limites del santuario, pero ha llamado mi atención un par de cosas, nos llamaste mortales, significa que eres inmortal un motivo adicional para evitar el conflicto en tu contra, aunque eso se puede deducir ya que pareces haber recibido innumerables visitas mucho antes de la segunda guerra, mi segunda duda es la forma en la que afirmaste que una desdicha nos había traído hasta este lugar, ¿Acaso todos los que han venido a este santuario eran desdichados que buscaban algún tipo de amparo de usted Señora Deidad?- Sonreí gentilmente mirando a la angelical figura con un rostro que parecía ser incapaz de matar una mosca.

-Que uséis nombres para controlarlo todo no os da un verdadero control. Más allá de vuestras simples perspectivas existen cosas que saben cuando se hacen referencia a ellas, sin necesidad de darlas nombre o título. Algunos solo existimos con una sencilla función- aunque tranquila parecía ligeramente molesta- Respecto a los peligros de lo que pasa en el mundo, no soy una oráculo, solo un ser sintiente, sensible a las energías que mueven al mundo; y quizás debería preguntar ¿puede hacer algo la brizna por luchar por el viento, o tan siquiera ser consciente de su posición en el mundo?

-Entiendo que para una viajera de tierras lejanas, donde las Viejas Costumbres se perdieron tras la Guerra sea difícil entender su posición delante de según que... entidades; pero eres joven, con una línea longeva en tu sangre. Quizás en un siglo o dos podrías aprender- no era una amenaza, pero sus ojos atravesaron a Trinity hasta su mismo alma antes de volver a su calma habitual, presidiendo la mesa pero sin probar bocado.

-Y con respecto a las preguntas del joven, permitidme que os responda con otra pregunta, ¿con que frecuencia visitáis los cementerios? Me temo que habéis malinterpretado la función de este lugar, la gente no viene aquí voluntariamente; yo los traía para dar un lugar de descanso eterno. Aquellos que venían voluntariamente- aprieta el puño en frente suyo- eran personajes viles con crueles intenciones que solo merecen una muerte sin descanso. Puedo leer en vuestros corazones que no albergáis ambición en vosotros... algunos incluso estáis vacíos por dentro- mira expresamente a Trinity y Virgilio- Y es por eso que os he permitido la entrada. Hace tanto que no disfrutaba de la Vida que he sentido cierta... curiosidad... o quizás haya sido añoranza.

-Nigromancia...- Pensé al instante cuando el ángel se mostró hostil al hablar sobre las personas que llegaban a venir de forma voluntaria a este cementerio. La muerte no es algo que se pueda jugar sin consecuencias, y una de ellas se mostraba frente a nosotros. Cuando terminó de hablar dirigí una mirada al grupo mientras caminaba de espaldas hacia la mesa del banquete. -Ya escucharon, lo mejor no sería importunarla más con insistir en como se llama. Lo menos que podemos hacer es agradecerle por su buen trato, aceptar su ayuda y marcharnos.-

Una vez llegué hasta la mesa empecé a ver lo que había sobre esta, estirando la mano hacia una apetitosa manzada que le di un mordisco, sintiendo ese insípida pasta en mi boca mientras empezaba a masticar y masticar, pero al tragar pude notar como llenaba, al punto en que comía más rápido hasta darme cuenta que me sentía más lleno. Entonces alcé la vista hasta el ángel y dije. -No esperaba esto en lo absoluto... ¿Es posible que nos llevemos como provisiones algo del banquete, o solo puede existir dentro de este lugar?- 

-Sin mi presencia para sustentarlo, el encantamiento apenas durará una horas- respondió con tristeza, aunque su rostro seguía siendo una máscara pétrea- Supuse que estarían cansados del viaje y necesitarían algo de alimento, aunque en este lugar la comida no es... abundante, y esto es cuanto puedo ofrecer con mi magia. Sin embargo, puedo guiarlos hasta una de las salidas con un manantial de agua fresca, creo recordar que cerca de un refugio de... humanos. Aunque un poco lejos... Y contaba con disfrutar de su compañía un poco más... si no es inconveniente para ustedes.

La criatura, en todo momento, se muestra como una anfitriona perfecta. Atiende vuestras necesidades de comida y bebida, sonríe aunque muy levemente, y responde a todas vuestras preguntas en la medida de lo posible, sin mostrarse incómoda. Incluso al cabo de un rato es como si el fuerte olor a muerte se dispersara, o simplemente es porque las atenciones del ser son tan exquisitas que os olvidáis de todo lo demás; os sentís extrañamente cómodos... y podríais asegurar que no es cosa de magia, es solamente que la doncella es una excelente anfitriona.

 Antes de cerrar los ojos para concentrarse en manejar su cuerpo astral, Virgilio dirigiría una mirada de reojo a Tobias debido a su comentario sobre las plumas de ángel, dudando si realmente lo decía enserio.

 -¿Nunca ha visto a un psíquico…? -se preguntó en sus adentros, siendo que entre la pregunta en el risco y el comentario ahora por su demostración, el pelirrojo sentía cierta curiosidad por lo que el chico supiese y lo que no.

 En todo caso, no prestaría mayor atención al chico, concentrándose en estudiar el camino para luego informar al resto del grupo.

 -Podéis hacer lo que queráis mientras caminamos, estoy seguro de que no hay ninguna trampa de camino a la puerta, por lo que nada debería apresurarlos para examinar las runas o los dibujos… -aseguró el pelirrojo antes de escuchar las ideas de otros sobre las formaciones que podían llevar a cabo para avanzar. -. No se yo si ir en parejas realmente sea algo ventajoso: es camino es muy estrecho… -añadió, dejando que Harosuki y Trinity llegasen a una conclusión antes de avanzar.

 Resultaría que la mayoría de los problemas se resolverían solos al ir avanzando, siendo que el camino se iluminaría y no resultaría haber ninguna amenaza visible que requiriese de una formación en particular, llegando entonces a aquella puerta que confirmaría el hecho de que aquel lugar seguía siendo resguardado por la magia de aquellas runas, y tal vez la de alguien más,  quedando entonces ante la presencia de aquel ser alado cuyos aires traían a Virgilio una sensación de divinidad.

 El pelirrojo se limitaría a asentir a modo de saludo ante la presentación hecha por Maxwell, dejando que el resto hablase y comentase lo que quería mientras él continuaba con su vista puesta sobre aquella mujer, estudiando sus palabras y su comportamiento al decirlas, sin llegar realmente a deducir nada que le resto no haya deducido ya.

 El olor que había invadido el exterior de la cueva se debía seguramente a los que descansaban en aquella sala: no era un santuario, era un cementerio, y aquella no era un ángel, era una sepultura, una que seguramente habría enterrado innumerables cuerpos y espíritus...

 -Agradecemos su ofrecimiento. Por mi parte, no tengo la necesidad de llenar más mi estómago, pero tal vez puedas saciar mi curiosidad… Hace poco mencionaste a los de tu especie: ¿entonces aún existen más seres como tú? -preguntó el hombre de ojos blanquecinos. -. Si puedes guiarnos hacia cualquier salida que nos lleve al otro lado del camino bloqueado, lo menos que podemos hacer es acompañarte un poco, si eso es lo que deseas -concluyó dirigendo una mirada de reojo al resto del grupo, esperando que nadie se opusiera.

A pesar de que VIrgilio aseguraba de que no había ninguna trampa en el camino, Harosuki bajo con Katana en mano. Mas que para defenderse de algún ataque era para poder tener tranquilidad mental. No le gustaba la idea de bajar por allí sin su espada en la mano, pero, cuando el camino se ilumino frente a ellos y pudo ver todo lo que lo rodeaba con claridad, pudo calmarse sin necesidad de su espada, así que enfundo y siguió el camino. Los símbolos marcados en las paredes le llamaron la atención. Antes había escuchado sobre las inscripciones antiguas ruinas del mundo, pero como en las Islas de Cristal apenas quedaban algunas de esas, Harosuki nunca tuvo oportunidad de ver algunas con sus propios ojos hasta hoy. Otra razón mas para pensar que este viaje de verdad valdría la pena.

Sin importar que tanta atención le prestase a los símbolos en las paredes Harosuki no disminuyo la marcha. Caminar por esos pasillos fue un tanto incomodo para el, el lugar era muy estrecho como para que una persona tan grande como el estuviese a gusto, aun así, ya estaba acostumbrado a no prestarle atención a ese tipo de incomodidades, aun así, no pudo evitar sentirse aliviado cuando entraron el la sala grande.

Mientras mas se acercaban a la puerta de piedra aquella al final del pasillo, había algo dentro de Harosuki que le llamaba la atención. El estaba mas que acostumbrado al peligro como para ser capaz de sentir por adelantado, pero lo extraño era que la sensación que tenia justo ahora no era de peligro, era algo distinto, pero justamente eso hizo que Harosuki se preocupase mas de lo normal, hasta el punto en que llevo su mano a la empuñadura de su espada, listo para desenvainar en cualquier momento. Y cuando la puerta por fin se abrió, y el olor putrefacto de quien sabe cuantos cadáveres ataco la nariz del samurái, Harosuki desenvaino de nuevo. Aun así, su preparación para la batalla fue inesesaria.

Al ver a la deidad de la caverna actuar como actuó, con tanta calma y paz, Harosuki perdió el impulso para luchar, y otra vez, su mente se calmo. En un principio dedico toda su atención a contemplar a la entidad. Era la primera vez que veía a uno de los seres místicos del mundo.

- Un "shinigami" -Murmuro al escuchar la descripción que la deidad se dio a si misma. Cuando encontro un momento para dirigirse a la entidad, Harosuki dio un paso al frente y se inclino en forma de respeto- Significa un gran privilegio ser capaz de verla. Espero que no seamos un incordio en su morada.

En un principio Harosuki no considero una buena idea tomar algo de aquel banquete. Según la cultura de donde el venia, tomar algo que te ofrezca la muerte no es un símbolo positivo. Pero al ver a sus compañeros actuar con tal confianza, mas la sensación de tristesa con la que la deidad lo miraba, Harosuki termino por ceder ante la idea de comer de lo que les estaba ofreciendo. Claro, no sin antes inclinarse con respeto para excusarse para ir a comer.

Aunque es posible que Harosuki tuviese un sin fin de preguntas que hacerle a la deidad, no las haría. El conocimiento de los seres misticos estaba mas allá del de los mortales, y aunque estuviese en una situación como esta, no era aceptable para un humano buscar respuestas en los seres como ella.

         - Si le pare bien señora le agradezco se generosidad con ese banquete mágico, pero concuerdo con mi camarada Virgilio, tal vez podamos conversar y distraerla por un rato mientras que nos guía para encontrar algún camino que nos permita retomar del otro lado del camino bloqueado antes de la entrada a la gruta donde se encuentra por favor!    Aunque claro que tal vez podrí aprender algunas cosas importantes o valiosas antes de uno o dos siglos  -     Responde con frialdad y diplomacia Trinity, sin dificultarse controlarse por las palabras con que la dama pretendía provocar alguna reacción negativa o insistente tras haber bebido y comido algún pescado con ensalada insípidos.

           Tras limpiar su boca y manos la perfecta se incorpora y mira de reojo al resto del grupo para escuchar sus opiniones por un momento antes de decidir el siguiente paso

Un cementerio, que noble acción de tu parte dejar que las almas descansen en este lugar además de proteger su descanso, aunque no entiendo con que propósito las personas de intenciones dudosas vendrían a este lugar solo a perturbar a los muertos- Mire a la angelical figura con una gentil sonrisa caminando hasta la mesa tomando un pedazo de carne cocida llevándolo a mi boca masticando -Esta muy bueno todos deberían probarla- Seguí comiendo mirando a aquellos dos miembros del equipo que habían sido llamados vacíos -No creo que alguno de los presentes este "Vacío" quizás sean algo testarudos y sean bastante inexpresivos pero prefiero creer que están dispuestos a ayudar a quien lo necesite- Seguí llevando la carne a mi boca lamiendo mis dedos masticando emocionado.

Escuche como Virgilio se negaba a comer los demás habían cedido incluso Harosuki quien cedía aunque notaria como la mujer lo miraba de una forma menos alegre, miraría al pelirrojo y le daría un golpe en las costillas con el codo mientras masticaba mas de esa carne mirándolo con una sonrisa aunque mi boca estaba algo manchada por la salsa de la carne -Me sorprende que puedas despreciar la comida que alguien se molesto en preparar para ti- Con esa misma sonrisa me acercaría a uno de los oídos del pelirrojo para susurrarle -¿Esos son los modales que tienes?, Julius Diavolo no estaría nada complacido por tu actitud tan poco cortes- Me alejaría de Virgilio relamiendo la salsa en mis labios acercándome a la mesa para comer un poco mas de carne.

Mientras masticaba mas de la cocida carne las palabras de la mujer que aprecian tan aburrida en su encierro guiando las almas a su descanso, metí mis manos en la bolsa sacando mi libreta de dibujos arrancando las paginas de los dibujos que había hecho durante nuestra travesía, aunque mi boca seguía llena y no paraba de masticar tome un par de las flores que habían crecido en mi cabello dejándolas junto a las paginas mirando a la mujer de alas negras -Quizás esto ayude a que se sienta mejor después de estar tanto tiempo aquí sin ver el exterior- Tomaría un poco de agua para beber y mojar un poco mi cabeza no quería que las flores se marchitaran aun, pero con una sonrisa sincera me acercaría extendiendo mi mano esperando que la mujer aceptara mis presentes.

La máscara imperturbable de la mujer, siempre serena y en calma, se quedo con una mueca de perplejidad y sorpresa.

Aquellos dibujos eran bienes increíblemente preciados para el artista, y las flores eran raros ejemplares de unas cualidades únicas. Y se los estaba ofreciendo a ella, sin razón alguna, sin dudar... sin dobles intenciones.

El alma del muchacho era tan noble, tan inocente y tan encantadora que el ser alado tardó lo que pareció una eternidad en reaccionar.

-Han pasado océanos de tiempo desde que alguien tuviera conmigo tan generoso regalo, joven- finalmente sus labios dibujaron una tenue sonrisa, no porque no fuera sincera, sino porque no estaba acostumbrada a ese gesto- Os puedo asegurar que los guardaré como los tesoros que son.- la mujer alada se levantó y cogió las ofrendas, regalando a cambio al muchacho un suave beso en la frente.- Si habéis terminado, creo que es momento de emprender la marcha... puedo notar la inquietud de mis inquilinos... empiezan a sospechar de que hay vivos en esta sala.

Aunque insulsa, la comida os ha dado nuevas energías y seguís a la mujer por la oscuridad, únicamente guiados por el crujir de sus ropas y los pedestales en las columnas que se suceden una tras otra, como si el mismo fondo se repitiera una y otra vez. La marcha al principio es tranquila, no os cuesta demasiado seguir a la doncella que responde con algo más de alegría a vuestras preguntas pero siempre de una manera extraña y misteriosa, siempre críptica.

Encerrados en la oscuridad os cuesta medir el tiempo, pero vuestros cuerpos no. Lentamente vais perdiendo energía, pero la mujer no aminora el ritmo, mantiene una marcha constante que en ocasiones os cuesta seguir. Al cabo de un rato se para, con una sonrisa sincera en el rostro.

-Ni me acordaba de que los vivos necesitáis descansar de los viajes- se disculpa la mujer- llevamos tanto tiempo en marcha que se vuestras energías estarán menguando. Si lo necesitáis sinceramente, podemos descansar sin peligros; en un par de horas más habremos llegado al otro lado.

Por prudencia, os tomáis un pequeño descanso, y aunque esta vez vuestra anfitriona no os ofrece nada, aún tenéis reservas de agua. Curiosamente, el olor a muerte ahora es menos intenso, como cuando entrasteis en la cripta, incluso podéis intuir el lejano murmullo del agua. Pero también notáis que la extraña ilusión que os rodea empieza a debilitarse; aquí y allá las llamas emiten una luz más tenue, casi fantasmagórica, y entre las sombras podéis ver casi en un destello incontables calaveras apiladas.

-Debemos reemprender la marcha- la mujer intenta ocultar su expresión, pero es obvio que incluso ella ha notado el cambio y os apremia a continuar, ahora incluso a un ritmo mucho más frenético que antes.

-Si avanzáis un poco más encontraréis la salida- el ultimo tramo a sido de pesadilla. Las imágenes parpadeaban del pasillo de columnas infinitas a cientos de cuerpos cadavéricos amontonados en las sombras; vosotros espoleados por la doncella que intentaba mantener vuestra atención al frente con cara de preocupación. Con todo, os encontráis en frente de unas puertas similares a las que habéis entrado, la doncella se despide de vosotros antes de bañarse de nuevo en la oscuridad y dejáis la cripta atrás.

La puerta de la cripta da directamente a una zona arbolada bastante densa.

Es de noche cerrada, la luna está en lo más alto, abriéndose paso con su luz blanca por entre las altas copas de los árboles. No os cuesta demasiado abriros paso entre el follaje para recuperar el camino, y os sorprendéis al descubrir que casi habéis llegado a la cima de la montaña. El sendero serpentea por una cuesta al lado de una hermosa cascada que va a dar a una laguna en la montaña.

Desde la laguna, el camino parece mucho más transitado, con las losas pulidas por el paso del tiempo y de cientos de peregrinos. Para llegar hasta arriba solo tendréis que sortear unos pequeños altiplanos de roca caliza donde la humedad se amontona y llegaréis a la estructura claramente construida por el hombre, que ahora mismo es poco menos que una forma blanca en la lejanía. Desde donde estáis podéis calcular que tardaríais aun un par de horas en hacer cima, y el sitio donde habéis salido se os antoja tan bueno como cualquier otro para hacer un campamento improvisado; siempre y cuando sea lo suficientemente lejos de la entrada de la cripta... os costará aun un tiempo quitaros las perturbadoras imágenes de la cabeza... y esa noche ninguno conseguís realmente dormir.
***
Amanecéis casi más cansados de lo que habíais dormido. La noche ha sido dura y corta, y casi estáis deseosos de llegar hasta vuestro destino, más ahora que está tan cerca. Reponéis vuestras reservas de agua en la laguna cercana y subís por el camino enlosado hasta la estructura en la cima.

La cabaña de cazadores es un edificio de dos plantas rematado en una bóveda semiesférica. Aunque las paredes son de madera, están cubiertas de una pintura blanca que hace las veces de pintura que protege contra los elementos y le da resistencia a la estructura. Se nota que algunas partes han sido reparadas hace tiempo y toda la cabaña en el exterior luce bastante bien conservada. A la izquierda de la cabaña hay un pequeño cobertizo con bastante leña cortada, suficiente para pasar el invierno.

Aunque llamáis a gritos nadie parece responder desde el interior, así que os decidís por entrar en la vivienda. Es hasta normal que los cazadores pasen días fuera de las cabañas cuando quieren cazar a algunas presas. La puerta está cerrada, pero si llave, así que podéis acceder al interior sin problemas.

Por dentro casi resulta acogedor. Resulta que la casa es bastante grande y está perfectamente organizada. La planta baja es una zona diáfana con pilares de madera recia que sostienen la planta superior, el suelo de madera se encuentra en buen estado y podéis ver que cerca de la chimenea hay una mesa con varias sillas. Al otro lado de la sala está la escalera de madera cortada que da paso al siguiente piso, con algunos muebles finamente tallados y a la derecha de la escalera está la zona de la cocina muy bien equipada, podéis ver sencillas estanterías donde descansan vajilla y cacharros de cocina perfectamente organizados. Incluso dispone de una pequeña cocina de leña situada en frente de un ventanuco que da al exterior. Al otro lado de la entrada hay una segunda puerta que da a la salida por el lado opuesto de la montaña.

De no ser por la extraña sensación de abandono del lugar, diríais que está en perfecto estado. Como si quien hubiera estado allí lo hubiera dejado todo limpio y recogido antes de abandonar el lugar para no volver.

Cuando subís al piso superior la sorpresa es mayúscula. Todo el piso está situado para formar un círculo en forma de techo de la primera planta, pero el centro está específicamente diseñado para estar vacío, dejando que el tragaluz del techo inunde toda la planta inferior con luz natural. Dispuestas en la cama de arriba había seis camas, en buen estado y con sábanas y mantas, con sus respectivas mesitas y unas velas consumidas. En uno de los rincones de la planta superior había incluso una estantería con una curiosa colección de libros.

La planta de arriba no tiene ventanas, pero podéis ver la pica que usan para manipular el tragaluz de la parte superior.

El lugar lleva bastante tiempo abandonado, hay polvo por todas partes, y el olor a cerrado es más que patente, aunque aún tenéis muy presente y fresco el olor a muerte que no habéis conseguido sacaros de las fosas nasales. Con todo, parece un lugar seguro y tranquilo, y vuestros cuerpos se rinden finalmente al cansancio. La última parte del viaje tendrá que esperar, puesto que vuestros cuerpo y mentes piden a gritos un descanso.

Un examen intensivo a la despensa de la cabaña os indicará que había algo de carne que se ha echado a perder, y una jarra de lo que hace algún tiempo fuera leche. Sin embargo, hay varias vasijas con carne curtida de un color tan intenso que parece negro, pero que está en perfecto estado, además de especias, hierbas para infusiones, un par de botellas de vino cerradas... perfectamente podríais reponer fuerzas en este lugar durante al menos un día.

Si echáis un vistazo al mapa, os debería quedar solo media jornada para llegar a la cima, desde donde deberíais ver la base del Gran Arca, y desde allí todo es bajada, otra jornada en descenso. Ya estáis cerca de vuestro destino.

       - Muchas gracias por todas sus atenciones señora! Disculpe si de alguna manera corte su inspiración para conversar más tiempo, pero usted misma nos instó a ser breves aquí adentro por quienes ... Protege!    Me gustaría antes de separarnos conversar un momento acerca de los peligros que reconoce en el futuro para tratar de acuerdo en nuestras posibilidades  atenderlos por el bien de todos!      Así como saber si cierta niña esta entre ellos o aún sigue con vida? -.    Dice Trinity con voz tranquila, ecuánime y fría, pero con cierta ansiedad por resolver su duda personal mientras qué mira de reojo al resto de camaradas y el exterior de la cueva para ubicar alguna seña o comentario complementario de ellos antes de que la señora le responda, para tratar de despedirse de ella diplomática, entonces sube y baja con el resto del grupo por la montaña aún con las inquietantes imágenes de los muertos dentro de la misma, sobre todo cuando se detienen a tomar agua ... pero se alegra más al  reconocer la cabaña de los cazadores y tras confirmar que esta vacía solo deja sus cosas y descansa por unos minutos antes de revisar junto con Harosuki y quien se les quiera unir no solo cada espacio de la cabaña, sino sus alrededores, antes de contribuir con la donación hecha por Virgilio para hacer uso de los recursos alli dejados

 El pelirrojo ya había sacado algunas deducciones de cada uno de sus acompañantes, pero si había alguien que le había sorprendido relativamente durante el viaje era Tobias y su peculiar comportamiento. Aunque su mirada continuaba inalterable, el susurro del artista al hombre cuando este se negó a tomar algo para comer provocaría que se ganase una mirada fija de reojo, una mezcla que podría delatar sorpresa y molesta a partes iguales, como si aquel comentario hubiera sido suficiente para disparar las alertas de Virgilio sobre el chico.

 -Supongo que puedo comer algo… -concluyó, acercándose de mala gana a la mesa para tomar algo y compartir comida con el resto, aunque apenas comería algo en comparación al resto.

  Luego de aquel generoso banquete, el grupo nuevamente emprendería su caminata en busca de una salida, esta vez bajo la guía de aquel ser alado. El ambiente en sí se antojaba inquietante, y el cansancio solo ayudaba a que las visiones en la oscuridad solo se volviesen más terribles, pero por suerte la mujer sería capaz de percatarse de eso, y tras un pequeño descanso donde el grupo podría recuperar fuerzas podrían llegar a la salida de aquellas ruinas.

 El exterior nos recibiría con una noche fría y dura como cualquier otra, obligando al grupo a tomar un imposible descanso a la espera del amanecer, marchando nuevamente hasta llegar hasta su siguiente parada: una cabaña aparentemente solitaria que parecía haber sobrevivido al paso del tiempo gracias a su buena estructura o el simple hecho de que aquel a quién pertenecía se encargaba de mantenerla en buen estado. El lugar resultaba bastante cómodo, con un arreglo y decoración que no tenían nada que envidiar a otros hogares, aunque el cuidado de los suministros era un tanto penoso...

 -Muy bien… Parece un buen lugar para quedarnos, nuestra última parada antes de llegar a nuestro destino -anunció Virgilio, por si habían dudas, dado que hacer otra parada de camino a la base sería un poco exagerado. -. Los cazadores pueden dejar sus hogares por días antes de regresar, por lo que quedarnos más tiempo del necesario a ver si llega alguien tal vez no sea buena idea… -tras dejar su equipaje en una esquina en pleno recibidor, buscaría una moneda de cuero con algunas monedas que contaría meticulosamente, dejándola sobre la mesa junto a la chimenea. -. Esto debería cubrir lo que tomemos para recuperarnos, siempre y cuando no abusen y dejen el lugar vacío… -la manera en la que lo había dicho sonaba a que él no se incluía entre los que podían abusar de la ausencia del dueño para hacerse con todo a su alcance.

La caminata guiada por la aparente Shinigami, como la llamo Harosuki, fue agotadora. Hacia tiempo que el samurái no se sentía tan cansado. Dentro del túnel faltaba aire y tener que seguirle el paso a la deidad no era tarea fácil. Fue un recorrido largo, muy largo y agotador, pero por suerte, termino tarde o temprano, la verdad Harosuki no podía decir si fue mas tarde que temprano o viceversa. La cantidad de cadáveres del tunel era perturbadora, incluso una persona como Harosuki, que ha estado tan conectado a la muerte durante años, ver aquellas imágenes de infinidad de muertos fue suficiente para afectar su mente. Al por fin salir por la puerta, la luz cegó al samurái. Parecía como que si la ultima vez que vio el sol fue hace mucho tiempo. Harosuki se despidió de la Shinigami con todo el respeto de un guerrero, inclinándose ante ella.

- Agradezco mucho la ayuda que nos brindo. Probablemente nos veremos de nuevo cuando llegue el momento indicado -Dijo haciendo referencia a su propia muerte- y cuando ese momento llegue la estaré esperando en paz.

Harosuki nunca habia imaginado que vería tantas cosas en un solo viaje. Era increíble todo lo que se podía ver explorando por los confines del mundo.

El descanso era algo muy importante, y aunque el samurái estaba acostumbrado a tener descansos cortos, los pocos que tenia siempre eran profundos y eficientes, pero, desafortunadamente, esta vez, ni siquiera pudo tener una oportunidad de tener un descanso corto. Estaba demasiado agotado, pero al mismo tiempo, demasiado perturbado por las imágenes del túnel como para calmar su mente y dormir tranquilamente. Al final, todo resulto en una jornada nocturna muy incomoda tanto como para el como para sus compañeros.

A la mañana siguiente encontraron esa cabaña. En un principio parecía un lugar normal, pero después de subir al segundo piso y ver esa disposición extraña que de seguro no era mera decoración, el hecho de que algo andaba mal en ese lugar se hizo evidente. Harosuki entonces comenzó a ver todo mas detenidamente y los indicios comenzaron a ser mas evidentes. Todo estaba demasiado bien ordenado, y la comida descompuesta era señal de que nadie habia estado allí en un buen tiempo, o que por lo menos, si alguien ha estado allí, definitivamente no fue para comer.

- Señora Millay. -Se acerco a la líder del grupo- Estoy seguro de que usted también se ha percatado de que este no es un lugar normal, así que, si es que de verdad planeamos quedarnos a descansar aquí, no creo que seria imprudente organizar al grupo y dedicar un momento a inspeccionar el lugar.

           - Me parece justo y prudente que como ha dicho Virgilio sea prudentes y mesurados con las cosas aquí alojadas y si es posible recuperemos algunas de ellas recolectando, pescando y cazando en los alrededores comida o algunos enceres para mantener la casa en el mejor estado posible! -     Le responde Trinity al joven humano Psiónico antes de escuchar al humano samurái, a quien le responde con una sonrisa:

          - Podemos aprovechar para recolectar o conseguir víveres juntos mientras que revisamos en los alrededores si hay algo o alguien peligroso!     Les parece bien chicos?

Lastimosamente aquel momento de calma con aquella Ángel no duró casi nada, ni para tener una agradable charla, ya que ya era hora de irnos. -No sé el resto, pero con suerte cuando regresemos de nuestra misión podríamos visitarla de nuevo, señorita.- Y así, luego de un corto intercambio de palabra con los demás era hora de salir. Era un pasillo largo, esperaba algo más corto y sencillo como el que entramos, pero era simplemente un pasillo que no parecía tener fin, además de que teníamos que seguirle el ritmo a nuestra anfitriona, la cual claramente no podía cansarse como nosotros.

Afortunadamente se dio cuenta de esto y luego de un descanso seguimos, solo para que además de exigirle algo de esfuerzo a nuestros cuerpos, también ese lugar nos exigió algo de esfuerzo a nuestra mente por esos flashes de cadáveres apilados y putrefactos, que donde se mostraba una pared apenas parpadeabas los veías, algo inquietante a pesar de mis años como policía y ver cadáveres en las escenas del crimen, o incluso el yo mismo hacerlos.cuando no había otra opción que responder a las agresividades.

Una vez fuera nos tocó descansar, y a pesar del hermoso lugar eso no dejó descansar mi mente, aún teniendo esas imágenes. Con la poca energía que tenía al menos conseguí más para poder continuar, y luego de una caminata, finalmente llegamos hasta la cabaña. Todo parecía raro, simplemente no había absolutamente nadie, había polvo y a parecer algo de comida en mal estado... Empecé a pasearme por el lugar, al menos en el recibidor e inclinándome en una de las esquinas para ver las secciones más cercanas de la casa que estaban a la vista. -Puede que los cazadores abandonen por días su hogar, pero aún así me preocupa el estado de la cabaña... ¿Se puede acumular mucho polvo por días? ¿Cuantos lleva por fuera?...-

Aquella imponente mujer alada se quedó estática después de mis palabras por un momento había temido que todo se hubiera malentendido suponiendo un riesgo para mi vida, mero yo me logre sorprender al ver su conmovida expresión sintiendo aquel beso en mi frente, fue una sensación extraña cálida pero algo vacía después de todo hablábamos de una entidad mas allá de mi comprendimiento, estaba agradecido con su hospitalidad, vi como las flores y los dibujos eran tomados por aquella mujer que continuo por su camino con nosotros siguiéndola de cerca a través de la oscuridad, algo bastante favorecedor al ver que la salida se encontraba tras un laberinto de esquinas idénticas difícil de recordar para cualquiera incluso para mi.

Durante el recorrido sentí un leve cansancio en medio de la oscuridad quedándome dormido ligeramente por un corto periodo de tiempo recuperando unas cuantas energías pero eso no fue lo único, ese breve momento de sueño vino acompañado de numerosas imágenes bastante grotescas que me hicieron abrir los ojos respirando de forma precipitada, poco a poco me recupere de esa pesadilla haciendo mi respiración menos inestable, intente actuar como si no hubiera ocurrido nada pero me era difícil hacerlo, las imágenes regresaban a mi una y otra ve pero trataba de ignorar ese sentimiento.

Por unos breves segundos pensé que el exterior estaría iluminado por los rayos del sol pero para mi sorpresa era todo lo contrario, el tranquilo brillo de la luna estaría cubriendo todo le horizonte, seguí por le camino hacia la montaña con los demás pasando por aquel camino descendente cerca de la montaña hasta llegar al la laguna en la base de la montaña sacando las botellas y frascos que tenia para tener agua limpia que llevar, también aprovecharía para tirar el limo verde al borde del lago lavando el frasco con mucha agua, seguí caminando un poco mas preparándome para descansar con los demás pero nuevamente las pesadillas aparecieron solté un grito y limpie el sudor de mi frente intentando dormir de nuevo hasta que amanecería.

Seguí el camino enlozado hasta que logre visualizar una cabaña a lo lejos, me acerque corriendo a ver aquel refugio mirando la infraestructura notando lo bien conservada que se encontraba en este punto -Si nos quedamos aquí debemos dejar comida y madera, el dinero no creo que sirva aquí no hay donde comprar algo cerca- Agarraría mi daga que apareció repentinamente en mi mano para golpear la puerta varias veces con el mango, sonreí al no encontrar ningún tipo de respuesta, abrí la puerta y entre al edificio dejando la puerta abierta para los demás mire lo que podía pero lo principal era buscar provisiones, pasaba mis manos por la madera admirando la estructura con una suave sonrisa había una cama para cada uno parecían estar bien tendidas, pero lo que mas llamaría mi atención seria la colección de libros, correría hacia esa estantería subiendo mis pies sobre un par de camas para llegar mas rápido.

Hay algo para leer así no voy a aburrirme mientras estemos aquí- Sonreí mirando uno de los libros abriéndolo en la primera pagina empezando a leerlo a una velocidad considerable pasando la pagina en cuestión de segundos, estaría caminando mientras seguía pasando una pagina tras otra acercándome de nuevo a una de las camas por la cual no había pasado mis pies, tome asiento sobre la cama mucho mas cómoda que el suelo de los prados al menos -Revisar los alrededores esta bien hay que tirar lo que este podrido y remplazarlo con algo mas "fresco"- Deje de sentarme acomodándome mejor en aquella cama habiendo leído ya varias paginas del libro aunque seria cuestión de segundos que caería inconsciente habiéndome quedado dormido roncando un poco con aquel libro abierto sobre mi pecho.