Partida Rol por web

.      - Quien sabe cuánto tiempo llevan afuera o si regresarán pronto chicos!       Pero tal vez yo también regrese con la dama para preguntar le por si cierta persona aún sigue con vida o no!    Tu quieres contactar a alguien muerto? -.   Le responde y pregunta curiosaTrinity a Maxwell mientras qué le ayuda a Tobías a separar la comida caduca y tras unos minutos de colaboración de gira a el con curiosidad para preguntarle:

.      - A mi también me gusta leer las buenas historias chico, pero algo me dice que la de tu propia vida debe ser bastante interesante aunque parezcas muy joven ... Tanto a la dama misteriosa como al desconcertante vendedor de cachivaches se lo paresiste ... Quieres platicar nos algo interesante acerca de ti guapo?

-No, no me interesa hablar con algún muerto, y dudo mucho que eso pueda hacerlo aunque sea por la ayuda de la Ángel... Simplemente me interesa ella, me interesaría hablar con ella, aunque también tengo algunas dudas de hacerlo... Eso sí, si acaso de casualidad nos encontramos con otro Ángel, si este tiene las alas aunque sea una pizca de rojo, tendremos que correr.- Dejé sin más aquel consejo en el aire, y si acaso alguien preguntaba trataría de evadir el tema, o incluso ignorar a la persona que pregunte, reduciendo todo a un "hazme caso" si acaso se ponían a preguntar mucho.

Hacéis acopio de provisiones para lo que os queda de viaje intentando no saquear demasiado las reservas de la cabaña; pasáis la noche en una cama, perfectamente cómodos y tranquilos, con una intensa tormenta nocturna sobre vuestras cabezas. El agua suena tan fuerte que parece que vaya a abrirse paso a través de la estructura y está adornada de algún aparato eléctrico ocasional, pero aparte de eso la noche pasa con una completa calma; conseguís incluso dormir del tirón ya sea por puro agotamiento físico y mental o porque hacía casi una semana que no sentíais la comodidad de una cama sobre vuestros cuerpos.

Al día siguiente apuráis las provisiones para desayunar, no había demasiada variedad, pero al menos habéis repuesto fuerzas y os sentís preparados para continuar con vuestro viaje. Tomáis la puerta del otro lado de la casa y os saluda la humedad fresca de la mañana acompañada de un viento vigorizante aunque algo frío e intenso.

Al lado de la puerta hay un cobertizo abierto, en un estado un poco lamentable donde podéis ver una gran mesa de madera y una serie de herramientas de carnicero manchadas de sangre colgadas de hierros. El suelo y la mesa están manchadas de sangre reseca, pero incluso en esa matanza la vida se ha abierto paso, con una hermosas flores de pétalos de color sanguino que crecen al amparo de la oscuridad; algunos conocéis esas flores, llamadas Flores de Sangre, son muy raras y escasas y solo crecen en lugares donde la tierra ha sido bañada con abundante sangre, como campos de batalla y mataderos.

Avanzáis con cuidado por la piedra pulida por el paso del tiempo de cientos de personas que han atravesado el paso antes que vosotros, intentando que la humedad y el fuerte viento no os precipite por las gargantas que se abren a vuestro lado. Ocasionales formas de piedra os resguardan en ocasiones, y el camino es lo suficientemente ancho como para que podáis andar sin problemas, pero el agua hace que la piedra a vuestros pies sea peligrosamente resbaladiza.

Andáis una media hora cuando el camino se hace aún más ancho, con la piedra de color ceniza salpicada del verde de la hierba y el musgo, cuando una impresionante sombra pasa por encima de vuestras cabezas.

La criatura es como un impresionante león dotado de unas enormes alas membranosas que permiten que su gigantesco cuerpo pueda volar, y unos cuernos retorcidos saliendo de su tupida melena leonina. La criatura pasa varias veces por encima de vuestras cabezas, como si estuviera calibrando vuestra fuerza antes de aterrizar a pocos metros de vosotros, lanzando un impresionante rugido que os hiela hasta el alma. Estando a cuatro patas aquella bestia medía mas de dos metros de alto en la cruz y os cortaba el paso amenazadora.

Sus ojos fieros de un color azul brillante se clavan en los vuestros y sentís el ansia depredadora de la criatura en el fondo de vuestras almas. Está bastante claro que intentar huir o esconderos no es una opción en ese momento, así que solo os queda luchar.

        - por favor si les es posible camaradas disparen a distancia prudente de la bestia, muevan se de donde están y alejen se de la creatura para volver atacar a distancia, excepto que se sientan muy fuertes, seguros y resistentes para aguantar de frente mientras que los demás le cubrimos! -       Indica Trinity al grupo mientras que saca un par de pistolas, una debajo de su manga izquierda y otra de un compartimento oculto del brazo mecánico en la derecha para hacer un par de disparos con un repentino golpe de suerte, después reacciona con astucia, entonces esquiva y huye unos metros de ser necesario para cubrirse, preparandose para un nuevo intento de disparar cuando vuelva a tener oportunidad

 -Dudo que, por más que aquel ángel fuese tan amable con nosotros, tenga la posibilidad de contarnos esas cosas… Si es como lo imagino, los muertos van hacia ella, no al revés -concluyó el pelirrojo respecto a la idea de Trinity sobre volver para ver a la guardiana de los muertos, prestando atención con disimulada curiosidad a la observación de Maxwell. -. Estás en lo correcto, Maxwell… Esta vez tuvimos suerte de encontrarnos con un ángel amante de la vida…

 Al día siguiente, tras un merecido descanso donde todo el grupo podría recuperar las fuerzas que no había obtenido en los descansos anteriores, marcharían nuevamente hacia su destino disfrutando, unos más que otros, de lo que la naturaleza les brindaba en forma de ráfagas de viento o inusuales flores. Llegados a ese punto, ninguno podía sorprenderse de que el camino aguardase nuevos peligros, y aquella ocasión no seria la excepción, presentándose ante el grupo lo que fácilmente sería la amenaza más grande con la que se habían topado a excepción del ángel.

 -Uhm… -sacando velozmente ambas manos de sus bolsillos, Virgilio juntaría sus dedos de forma que simulaba sujetar una caja, una que intentaría formar sobre la parte inferior de la quimera: no sería capaz de cortarla en lo absoluto, pero con suerte la bestia sería incapaz de zafarse del agarre de la prisión psíquica, lo que le impediría acercarse al grupo. -. No podré contenerla mucho tiempo...

La impresionante bestia se movía a una velocidad abrumadora, hasta el punto tal que ninguno, a excepción de Trinity llega a reaccionar a tiempo cuando la bestia se lanza contra Harosuki y le da una poderosa dentellada en el brazo, haciendo que el impresionante samurai retroceda de dolor; la herida parece seria, pero el guerrero las ha sufrido peores a lo largo de su vida, se recompone y mira con ira a su rival mientras toma una posición defensiva con la mano cerca de su arma.

Por su parte, el disparo de Trinity, aunque acertado, no parece hacer demasiada mella en la fuerte piel de la criatura, que queda atrapada en una celda psíquica de Virgilio. Su cuerpo y su fuerza son tales que parece que la prisión va a ceder, pero finalmente la deja encerrada; la pregunta es ¿durante cuanto tiempo?

Por lo normal se hubiese quejado con todos sus compañeros por tomar cosas de la casa sin permiso de su dueño, por mas que pareciese que este no existia en primer lugar. Aun así, el samurai se nego a tomar parte en la selección de provicónes. El no queria nada que ver con eso, pero tambien entendia que era necesario, así que lo que hizo fue salir a patrullar un poco el area mientras sus compañeros se abastecian para asegurarse de que el dueño no estuviese cerca, y si lo encontraba, para pedirle que les brindase parte de sus alimentos. Aunque sabia que lo mas probable era que no lo encontrara, y no lo encontró. Así que, despues de rendirse regreso a la cabaña.

Como era de esperar. Harosuki mantuvo un ojo sobre Tobias durante el resto del dia en la cabaña. Siempre estaba cerca del chico e incluso hubo varios momentos en los que se quedo mirandolo directamente, hasta que se cansaba. Y decidia dejar al chico tranquilo.

Esta noche Harosuki durmio mas de lo que acostumbra. Una vez se acosto en la cama que se le asigno calló en un profundo sueño como el resto de sus compañeros. Harosuki no fue capaz de soñar, aunque la verdad muy rara vez soñaba. Siempre estaba tan alerta que ya no era capaz de caer en un sueño profundo de este tipo sin estar extremadamente cansado como ahora, así que ahora ya no soñaba, incluso, soñar era algo extraño para el. Fue aliviador para el sin embargo, porder ser capaz de dejarse caer en el sueño y no preocuparse por nada mas hasta la mañana siguiente.

Cuando se desperto aun se sentia cansado, pero era ese tipo de cansanció mental que se te pasa después de caminar un rato y así fue. Después de caminar un rato por la montaña se le paso esa sensación. Y fue justo a tiempo, pues aquella imponente bestia se presento frente a ellos poco despues de que el samurai recobro su impetu.

No estaba tan agotado como se podía pensar pero un buen sueño nunca estaba de mas, estaba soltando uno que otro ronquido con mi cuerpo reposando sobre aquella cama, no había podido responder a Trinity estaba tan inmerso en aquella picante novela histórica que relataba detalladamente la Primera Guerra de la Diosa, ese libro seguía sobre mi pecho moviéndose lentamente de arriba hacia abajo por mi respiración, me mantenía a gusto en ese profundo sueño al menos por unos cuantos minutos cuando unas imágenes rápidamente pasaron por mi mente, las pesadillas me hacían moverme sobre esa cama de un lado a otro luchando para ignorarlas, empezaría a imaginarme cubierto de varios insectos desperté inmediatamente casi dando un grito limpiando el sudor de mi frente, aquel libro en mi mano lo cerraría y dejaría sobre la cama, quede sentado sobre la cama y suspire un poco agarrando mi libreta para dibujar un par de garabatos para relajarme, pude volver a dormirme despues de liberar mi mente de esos recuerdos.

Esta vez habría podido mucho mejor que antes, lo próximo que vi tan pronto cerré los ojos fue el brillo de los rayos del sol que llegaban a mi, peinaría mi cabello preparándome para acompañar al resto en un desayuno ligero, tomaría mis cosas preparándome para seguir con el viaje, todas mis cosas volverían a mi maleta entre ellas ese libro que no había conseguido terminar de leer la noche anterior, con una sonrisa estando completamente preparado tomaría la delantera tomando un pequeño desvió al cobertizo que estaba a un lado, mire aquellas bellas flores pensando como llevármelas de viaje.

En mis ocurrencias sacaría dos de los frascos que usaba para transportar agua, usando mi daga movería la tierra llena de sangre junto con unas de las flores llevándolas al interior del frasco usando algo de agua para que la sangre seca pudiera seguir nutriendo la flor, repetiría este proceso lo suficiente para tener enfrascadas tres flores de esas -Son muy bonitas, aunque es irónico que algo tan bonito crezca de algo tan siniestro- Sin darle mayor importancia a el significado de ver plantas que crecen de la sangre.

Avanzar por los caminos algo resbalosos era tanto divertido como aterrador, no me molestaba tomar la delantera para divertirme dando saltos entre las piedras para recorrer mas del camino pero mi verdadera sorpresa fue ver aquella abismal sombra pasar sobre nosotros, me quede algo pálido esperando a ver que hacia la criatura todos habían decidido atacarla mientras yo me quede mirándola sin saber si mi motivación era el pavor o la curiosidad de recordar cada detalle del león alado -¿Por que estas cosas vienen por nosotros?- Suspire sacando mis dagas aprovechando que Virgilio estaba limitando su movimiento -Buen trabajo en equipo, voy a echarles una mano también- Con las armas en mis manos empecé a correr en dirección a la criatura dando un salto para alcanzar una de sus alas empezando a mover mis manos tratando de cortarlas, cayendo nuevamente en el suelo con cuidado alejándome del león con unos cuantos pasos.

.      - Supongo que nos ataca simplemente porque nos ha encontrado la criatura cerca, pero si gustas podemos preguntar? -.   Le responde Trinity a Tobías mientras qué continúa analizando conforme ha tenido oportunidad de analizar algún punto más débil de la creatura voladora al cual volver a disparar antes de hacerlo, aprovechando el valioso truco de su camarada psíquico, pero antes de cualquier disparo le pregunta directamente a la quimera gigante:

           - Si nos puedes entender por qué razón nos atacas? -.    Dependiendo de la reacción o respuesta de la bestia la perfecta dispara o interrumpe su ataque y pide al resto suspenderlo

Con la criatura encerrada en la caja psíquica, podría dejar de ser un problema para mis compañeros; sus movimientos limitados no impedían que pudieran atacarla, aunque su dura piel estaba dando verdaderos problemas.

Con todo, reúno toda mi fuerza mental para comprimir la caja y hacer que su propio cuerpo sea su prisión. La criatura es enorme, y pero también lo es mi poder. Y ahora mismo es lo mejor que tenemos, puesto que el enorme samurai parece no estar en su mejor momento, y el pistolero se ha quedado paralizado por el horror de tan impresionante criatura.

El Guardián parece aguantar estoicamente todos los ataques que lanzáis contra él, aunque la prisión de Virgilio lo mantiene inmovilizado. Cuando este comprime la caja psíquica, la criatura lanza un aullido de dolor y podéis oír claramente como sus macizos músculos empiezan a crujir bajo la presión.

La criatura intenta salir de la prisión, incluso parece que la presión de la misma empieza a ceder, pero es incapaz de romper la barrera psíquica, dando a sus compañeros otra oportunidad para atacarla mientras está con la guardia baja.

Con todo, ¿cuanto tiempo más podrá aguantar el psíquico con su ataque?

De momento me había mantenido muy cuidadoso a la hora de empezar la pelea, teniendo miedo de que los poderosos colmillos de la bestia me alcanzaran, pero no fui objetivo de dicho ataque, esa mala suerte la corrió Harosuki. Ya Tobías, Trinity y Virgilio lo tenían resuelto con eso de tratar a la bestia, así que quise también ayudar.

Guardé mis pistolas en sus fundas y encogí un poco las mangas de mi abrigo para así empezar a mover mis manos y decir unas palabras no solo en un volúmen bajo, si no unas palabras no tan entendibles mientras se empezaban a manifestar una especie de luz en mis manos, comenzando a formarse símbolos flotantes en mis antebrazos antes de que volaran y se impregnaran en las heridas de Harosuki

Durante lo que os parece una eternidad lucháis contra la imponente bestia. Aunque los ataques físicos parecen no hacer mella sobre su pellejo blindado, finalmente conseguís abrir brecha en su defensa, mientras Virgilio lo mantiene atado con sus habilidades psíquicas y Maxwell lo dispara con unos extraños proyectiles cargados de energía mágica.

Aunque os cuesta, y alguno recibe algún ataque inapropiado, finalmente el cuerpo del guardián se precipita por el barranco a vuestros pies, interceptado en pleno vuelo por una de las balas del pistolero que le acierta en el centro de la frente.

Os miráis los unos a los otros, no ha ido tan mal como habíais pensado, y el impresionante monstruo finalmente ha terminado siendo pasto de las alimañas a cientos de metros por debajo de vuestros pies.

Aunque el combate contra el Guardián ha sido tenso, ni si quiera estáis cansados, sobre todo cuando, al avanzar un poco descubrís en el horizonte una estructura que se alza por encima de las brumas de la mañana.

El Gran Arca está cada vez más cerca.

Según las explicaciones del mapa, el resto del trayecto debería ser en descenso, atravesando unas minas cercanas.

El camino es bastante tranquilo, se huele la humedad del ambiente y el viento, aunque sopla fuerte, está lejos de ser molesto. El primer trecho lo hacéis sobre un suelo trabajado por cientos de años de pisadas; incontables familias han pasado por allí y han convertido la piedra, en otros puntos de aristas firmes que perfilan el viento, en una superficie lisa y pulida salpicada aquí y allá por hierbas ocasionales o algo de musgo resistente. El color blanquecino o ceniza de la piedra es sustituido por tonos muchos más oscuros al cabo de un par de horas, justo cuando vuestro trayecto empieza a ser en descenso. La piedra veteada de pizarra y hierro oscurece el paisaje por un camino que serpentea firme por las lisas paredes de piedra.

No tardáis demasiado en llegar hasta una de las entradas de la mina, con sus arcos reforzados de madera y toda una estructura de grúas y maquinas para mover el metal a través de vías que se abren paso por la pared de la montaña. A estas alturas casi os extraña la ausencia de ruido de personal cavando, el peculiar sonido del metal al chocar contra la piedra y las órdenes de los capataces mezcladas con los gruñidos de sus subordinados.

Solo el sonido de las aves y el agua os acompaña en el descenso.

La explotación lleva bastante tiempo activa, y se han abierto varios caminos que comunican las diferentes entradas, formando lo que podría ser todo un laberinto de pasarelas de madera, railes y entradas a la montaña; sin embargo, con un vistazo, Trinity consigue encontrar un patrón dentro de estos caminos, lo que os facilita enormemente el trabajo de llegar hasta la base, donde todos los rieles conducen hasta una única vía que se adentra en la costa. Por el camino reconocéis cubos con herramientas de minería en buen estado, vagonetas deliberadamente abandonadas, y todo en un perfecto estado de uso, pasara lo que pasara allí, había tenido que ser bastante reciente puesto que ni el polvo se había llegado a asentar sobre ninguno de los artilugios que os encontráis por el camino.

Solo por curiosidad, Tobías inspecciona una de las grúas, un sistema bastante avanzado que usa un motor de magicita, y este está en un sorprendente buen estado.

Con la montaña a vuestras espaldas, os adentráis hacia la costa, con la imagen de la impresionante torre en el horizonte, cuanto más os acercáis más conscientes sois de la inmensidad del edificio, casi tan alto como las torres de la antigüedad que se decía usaban los hechiceros para sus estudios arcanos; podría decirse que incluso mayor.

***

Os lleva una de hora más de trayecto llegar hasta un campamento bastante elaborado donde finalmente encontráis bastante actividad. El lugar parece una base avanzada bastante bien establecida; aprovecha al máximo el desnivel del propio paisaje para colocar unas tiendas reforzadas con metal que podrían resistir sin problemas el paso del tiempo. Desde donde estáis no sabríais decir de cuantas tiendas se tratan, pero cada una de ellas es lo bastante grande como para albergar medio centenar de personas.  El tránsito del personal y maquinas ha terminado por abrir unos extraños caminos en la propia tierra que funcionan como improvisadas calles, y podéis ver a una veintena de hombres vestidos como la guardia de Puerta Dragón que van de un lado para otro, enfrascados en sus propias tareas.

La entrada del campamento está custodiada por dos hombres, fuertemente armados que os miran con una mezcla de sorpresa y alarma. Está bastante claro que no esperaban visitas, y menos procedentes de las minas. Cuando estáis a unos escasos tres metros de ellos, os dan el alto y os piden explicaciones del motivo de vuestro viaje.

         - ¡Muy bien camaradas!    ¡Parece que hemos logrado derrotar a esa bestia juntos por fin!    ¡Muchas gracias Virgilio por tu buen truco psíquico!     ¡Nada mal para un humano debo reconocerlo!     -     Dice con aparente ánimo la perfecta mientras que le sonríe al psíquico reservado, entonces se acerca a Maxwell para susurrarle una palabras antes de asentir y retomar la parte delantera de la formación del grupo par darse cuenta de la arca desde lejos para decirles a los demás:

         - No se si sea mejor idea acercarnos al lugar de manera calmada, pacífica y diplomática para contactar  a los líderes de a obra, o que mientras la mayoría lo hace alguien se infiltra para saber que nos pudieran ocultar? -    Cuestiona al grupo para saber sus opiniones al respecto, pero también si alguno tiene alguna otra idea o sugerencia interesante para decidir algo juntos antes de acercarse más al Arca

 Aunque realmente nadie podía decir que estaba preparado para enfrentar a una criatura como esa, el grupo se desempeño bastante bien manteniéndola bajo control hasta salir victoriosos, momento en el que Virgilio podría tomarse un respiro luego de haber hecho uso de su poder: lo disimulaba muy bien, pero según el nivel al que utilizase su habilidad le causaba preocupaciones por lo que pudiese suceder si se continuaba extendiendo el combate…

 -Creo que tuvimos suerte… -opinó el pelirrojo ante la reacción de Trinity, sin querer profundizar más en el asunto y arriesgarse a hacer caer los ánimos del grupo. Él podía sobrevivir manteniéndose mentalizado en la realidad, pero algunos ciertamente necesitaban sonreír un poco de vez en cuando, o al menos esa impresión le habían dado a Virgilio.

 El recorrido continuaría con una natural calma, siendo que era interesante como unas tierras tan peligrosas podían brindar vistas tan agradables y memorables a quienes sobrevivían a las adversidades que se podían presentar.

 Aquellas minas, por otro lado, tenían cierto aire de misterio e intriga irónicamente por el hecho de no parecer un sitio antiguo, todo lo contrario: incluso ante la ausencia de personas, parecía que el sitio hubiese sido utilizado recientemente, y es que hasta para unas minas recién abiertas era muy extraño que hubiesen partes tan limpias, casi como si fuese solo hace minutos que todo llegó allí y las personas se fueron de inmediato…

 -Desconfiaran de nosotros si ven que desconfiamos de ellos… Lo mejor es llegar en nombre del consejo y estudiar como reaccionan. Ya tendremos tiempo para investigarlos estando dentro -opinó a las dudas de Trinity durante el camino.

 Una vez llegados al campamento, y encontrándose con aquel par de guardias que les detendrían por obvias razones, Virgilio esperaría a que alguien decidiese explicar los motivos de su llegada, siendo que si tardaban mucho seria él quién tendría que hacerlo.

Una vez la bestia estaba muerta me permití bajar la uardia, soltando un largo suspiro y apoyando mis manos sobre mis rodillas, negando con la cabeza. -Qué casualidad, ¿No? Que justamente salga un bicho como estos cuando estamos por cruzar, joooder...- Tragué saliva, y una vez estábamos listos empecé a caminar, asintiendo con la cabeza por el comentario de Virgilio. -Sí, también creo que tuvimos suerte, y menos mal que fue así... Muy bien hecho, Virgilio.- Luego de eso y la celebración de Trinity esta se me acercó y me dijo algo, pero casi ni me inmuté mientras seguíamos nuestro camino.

Una vez llegamos al final de la impresionante mina, observo con asombro las grandes estructuras que hay, la actividad de las personas, pensando que sería una versión mas rústica y un tanto más opresiva que Puerta Dragón. Una vez los guardias nos ven y nos detienen eso hago, escuchando las palabras de Trinity, a lo que niego con la cabeza y digo en voz alta. -Venimos de paso por asuntos importantes, así que déjenos pasar.- Digo mientras levanto ligeramente las manos, mostrando que simpemente no quería problemas, pero igual los miraba con seriedad.

Aunque uno de los guardias cruza miradas serias con Maxwell, e incluso acerca la mano al arma, el otro parece ser mejor observador. El polvo del camino y la sangre de la batalla, además de la dirección desde la que venís os delatan como viajeros.

-Debéis haber tenido todo un viaje- dijo el soldado de actitud relajada- Pero me temo que esta zona pertenece a la jurisdicción del Consejo de Puerta Dragón. Sin algún documento que acredite vuestra presencia aquí, me temo que no podremos dejaros pasar.

El soldado no solo tiene una actitud diplomática, sino que extrañamente parece dispuesto a escuchar cuanto tengáis que decir. Algo en sus inocentes ojos castaños os dice que esas explicaciones son meramente formalismos militares, que no tiene la más mínima intención de deteneros.