Partida Rol por web

A Amra le gustan tus palabras de ironía, aun que no acaba de coger muy bien ese refinado lenguaje.

-Así me gusta... JAJAJAJ

YA verás, lo pasarás bien con nosotros!

Te daría una fuerte palmada en el hombro, pero está controlando el timón.

Valenso asiente con una medio sonrisa y repentinamente recuerda algo

- Amra, ¿tienes algún sanador a bordo? Tanto Halgar como yo sufrimos algunas heridas luchando contra Hernandez y sus demonios y vendría bien recuperarse lo más posible para los combates de mañana. Y también vendría bien que Halgar tuviera un arma más de su gusto dicho sea de paso

El Viejo Champahtu está abajo. Puede que os eche un vistazo si se lo pedís.

- Gracias Sancha - digo y acto seguido bajo a ver al tal Champahtu. Lo primero es lo primero, después de todo

El Viejo Champahtu es un hombre muy mayor, con piel negra y cansada, castigada por los años y el sol de los desiertos de Kush.

Su barba canosa y mesada dan cuenta de ello, y junto a una extraña máscara que cubre parcialmente su cara, hecha con piel de león, por lo que parece, le dan un aspecto por lo menos, peculiar.

Os lo encontráis en la bodega del Nao, atendiendo a media docena de heridos a la vez, untando ungüentos sobre las heridas, musitando extrañas palabras con voz ronca y agitando una calabaza hueca con huesecillos que hacen que esta suene.

Parece bastante ocupado, pues los hombres que están aquí parece que han quedado mal heridos tras la batalla.

Baja a la bodega con alguna reticencia, y sus peores sospechas se cumplen cuando ve al hombre que supuestamente debe curarles.

- No me fío demasiado de estos chamanes de piel oscura, Valenso - susurra al oido del noble sin dejar de mirar a Champahtu - Nunca se sabe si en lugar de curarte te están echando una maldición.

Valenso miró a Halgar y luego al curandero, con algo parecido a la aprensión

- Te comprendo Halgar, pero míranos. Parece que nos hubiéramos enfrentados con demonios y decenas de guardias. ¿Quieres ir a una batalla mañana así? - con una sonrisa le pongo la mano en el hombro- Si estos piratas pasan por sus manos sin miedo, ¿cómo podríamos nosotros dudar?

Y tras esas palabras me acerco frontalmente al llamado Champahtu
- Saludos sanador - le digo en kushita- Yo y mi amigo hemos sido atacados por demonios y por guardias y necesitamos curación para ayudar a Amra. ¿Podemos contar contigo para sanar nuestras heridas?

El Viejo Champatu no entiende ni papa de lo que decís, pues no habla Zíngaro, pero no hace falta.

Al veros, farfulla unas palabras en un idioma que suponéis que será el suyo, o puede que solo delirios, seniles o no.

Os coge a cada uno mientras va haciendo cosas y os lleva a un rincón donde tiene utensilios extraños, huesos, cuencos y líquidos que huelen muy mal.

-Chafta garatiu napatar sapta .. hmmm... cheak!

...

Os mirais el uno al otro, casi arrepintiendos de haber bajado. Y cuando uno de los dos se mueve, Champahtu regresa rápidamente con los brazos al aire y gritando.

-FUJETU!! fujetu raaka!! Sapta?!

Casi no podéis evitar reíros de la situación.

Cuando acaba de sanar a uno de los tripulantes se acerca a vosotros y os clava la vista mientras gesticula con su cara arrugada y entrecierra sus ojos, que son de distinto color, el del lado de la máscara es de color verdoso, entero, no tiene nada parecido a un iris.

Cuando ha decidido lo que pensaba hacer, sigue hablando en su idioma mientras comienza a trataros de formas bastante extrañas, limpiando heridas mientras canturrea y las sutura.

En realidad.. lo que dice no tiene mucha importancia.

algo dle tipo...

-Estaos aquí y no toquéis nada....

-Siempre me traen trabajo trabajo trabajo, es que no saben hacer nada sin que les abran en canal?

-ponte esto aqui... No comas nada picante ni fumes en al menos tres horas...

Agradezco al shaman su ayuda en kushita y una vez termina nuestra curación subo nuevamente a cubierta, para hablar con algunos de los marineros del barco

- ¿Vienes Halgar?

Deja que el chamán haga su trabajo sin perder de vista sus movimientos. Valenso tiene razón. No les queda más remedio.

- Si, claro que voy. No pienso quedarme aquí abajo

Regresáis a cubierta, ha pasado casi una hora y las costas de las Islas Barachanas se ven muy cercanas.

Amra sigue al timón con todo su enorme cuerpo estirado con pose autoritaria. Sancha está recostada a estribor mirandoo con ojos golosos. Vizarro, a su se mueve con astante soltura entre todos esos piratas, y está en el mascarón de proa mirando al las islas, que representa una esfinge de torso de hombre y cabeza de león con cuernos.

-En poco mas de media hora llegaremos al puerto de tortuga.

A pesar de los cuidados del brujo, la salud de Halgar sigue en horas bajas. El Aesir es consciente de que no aguantará mucho en caso de tener que luchar, por lo que decide pasar el resto del viaje descansando.

- Valenso, voy a echarme un rato. En mi estado no duraría mucho en un combate.

Dicho esto, busca un buen sitio para tumbarse y dormir hasta que lleguen a puerto.

La idea no era mala. Las heridas de Valenso eran tan graves como las de Halgar, no en vano había resistido durante mas de dos minutos peleando con la bestia del hechicero, y para entonces ya había sufrido importantes heridas

- Buena idea. Creo que haré lo propio