Partida Rol por web

Pain
El camarote del capitán llama tu atención en el sentido de que no parece, para nada, decorado por Virming. Como si el barco fuera de otra persona y él, pese a ostentar el rango más alto, no ha modificado nada.

En la amplia mesa central un marinero pone la mesa. Lo primero que Virming hace es servir dos copas de vino y entregarte una.

Entonces no podré entrar a esa cárcel. - sentenció el goblin. - Yo no tengo magia así que no podré llegar hasta ahí. Aunque... Con la magia de otro podrían encerrarme y jamás conseguiría salir. - dijo bajando el volumen de su voz hasta que se convirtió en un susurro agudo y tembloroso. Estaba sentenciado. 

El golpe en los barrotes de la mujer de la celda contigua causó una extraña reacción en el goblin. Se giró asustado al tiempo que se llevaba una mano a la espalda como si intentase alcanzar un arma oculta o algo así. Tras ver el motivo por el que la mujer había golpeado la barra, el goblin se relajó. Su respiración seguía agitada y tuvo que dejar escapar un suspiro para centrarse en las palabras de la mujer. - Espero que te equivoques humana, por el bien de todos nosotros. - dijo el goblin tragando saliva e imaginando una prisión con toda clase de demonios y de la que no podía escapar por mucho que corriese. Un escalofrío le recorrió la espalda. 

Cisco había encontrado algo en mitad de la celda de al lado, algo que se le había pasado al resto. Quiso preguntarle que era pero justo entonces trajeron la comida. Una bandeja de comida por celda, una comida que apenas alimentaría a una persona. - Estos humanos se parecen más a lo que cuentan las historias de mi gente. - dijo cargado de odio a sus compañeros de celda. Apuestas para ver que presos mataban a quien. Por un momento estuvo tentado... Pero no, no tiraría sus cartas así como así. - Alona, Hazir, repartiros mi parte. Mi gente ayuna antes de... Bueno, mi gente ayuna en ciertas ocasiones.  - dijo el trasgo caminando hasta la parte de la celda más alejada de la comida y sentándose en el suelo. Su mirada recorría el barco, suelo, paredes, techos. 

Pain
-Brindo por el reencuentro y que, junto a nuestros aliados, encontremos la libertad- le sonrío y entrechocamos las copas. -Ciertamente, amigo mío, mucho ha pasado desde aquellos negocios nuestros.- Comento mientras bebemos y degustamos -para mi sorpresa- una excelente cosecha.

Tras el vino, os sentáis a la mesa donde os sirven un cuenco de sopa de verduras (algo sosa) y un plato con muslo y ala de algún ave (delicioso), un trozo de queso añejo bañado en aceite (de sabor fuerte pero exquisito para el que le guste el queso) y, en la zona central, dejan una ensaladera cargada de diferentes frutas.

Comienzo a comer en silencio ya que me desagrada hablar durante la comida. Tras el caldo, la carne y el queso, ya con el estómago lleno antes del postre hago una breve introducción -Hay tanto que decir que no sé por donde empezar- le digo pensando al mismo tiempo entre la información y la fruta que tomaré para terminar.

El marinero llega para recoger los platos vacíos por lo que Virming guarda silencio. Este marinero comenta -Abajo el mago Robillard supervisa las reparaciones. Ha dejado salir a Nickar que, con una cuerda, arregla el casco desde el exterior.- Hace una pausa esperando la opinión de capitán pero, al no recibir respuesta, continúa hablando -La medusa, Yzlin ha ejecutado un conjuro de luz que ilumina las reparaciones durante la noche.- Hace otra pausa -Hablan de aliarse, todos juntos y la mayoría están de acuerdo. Incluso el grande, Amok. Sin embargo, el hobgoblin Krishnarj guarda silencio.- Hace otra pausa.

Por primera vez intervengo -¿Les habéis servido la cena?- pregunto -Sí, capitán, como siempre. Un plato para toda la celda. Las apuestas... ejem...- corrige al verte -los marineros creen que la celda del fondo mantendrá la calma, como ya lo hizo durante el almuerzo. Sin embargo, todo apunta a que Krishnarj y Alona podrían pelearse por la comida, al igual que Ishrad y Cisco contra Azok. Veremos a ver que pasa.- Asiento pensativo.

-Muy bien, puedes retirarte-

1) Cuando el marinero se marcha le explico la situación a Pain. -Este viaje ha sido financiado por El Rey Muerto. Aquel que viste en cubierta es su hombre... bueno, su nigromante encargado de revivir a aquellos que mueran asesinados por otros. El trato, por muy desagradable que resulte, es otorgar condiciones favorables para que se peleen.- Muestro mi desagrado ante esta idea -Al principio era divertido, pero las filas de no-muertos alcanzan cifras amenazadoramente altas y... espero que no haya más muertes en este barco- afirmo con sinceridad -pero no depende de mí. Si quiero mantenerme en este puesto tengo las manos atadas.-

Hago una pausa para cambiar de tema.

2) -Cuando supe lo que te había ocurrido di tu nombre a las personas oportunas para que apareciera en estas listas- reafirmé -no sabía si funcionaría y en los dos viajes anteriores pareció que no, pero en este en el que me estreno como capitán, tú nombre apareció.- Dije con una sonrisa para luego volver a la seriedad -Te traicionaron, Pain. Por eso te atraparon- le revelé la verdad y aguardé cualquier gesto de ira o enfado esperando que no deteriorara en exceso el camarote del capitán.

-Scahrossar- pronuncié el nombre con delicadeza pero severidad -te temían y eso les llevó a apartarte de ellos de... bueno, de la forma que ya conoces.-

Sirvo más vino para apagar los humos porque, ciertamente, después de tanto tiempo no sé cómo reaccionará Pain. Ser imprevisible es una virtud entre iguales.

2) -Y te preguntarás qué tiene que ver Scahrossar con la prisión a la que nos dirigimos: Arokhan.- hago una pausa -Arokhan está financiada por varios gobernantes de una misma macrociudad, uno de ellos es el Rey Muerto. Gobernantes que han forjado una alianza y ahora desean expandirse.

La secreta sociedad de Scahrossar es una espina clavada en el intento de conquista por parte de Arkhania¹ (que así se llama la ciudad), de las regiones del Oeste (más allá del Bosque de las Bestias). Como antiguo miembro de esa sociedad conoces su jerarquía y forma de actuar. Por ello te han reclutado.- Digo con cierta tristeza pues es evidente la condición obligada de este reclutamiento. -Lo siento- me disculpo -Ésta es la única manera que he encontrado de sacarte de aquel agujero, procurarte venganza y, luego, buscaremos la forma de ser libres.- Sí, de ser, ambos... ahora iré a ese punto que veo que no le ha pasado desapercibido -En resumen, que te quieren para destruir Scahrossar y para ello estamos fraguando una alianza con otra organización, esta de mercenarios, Fonn'Aster. Ahí abajo hay una de sus miembros que está aquí para terminar de consolidar esta alianza.-

3) Como puedes ver, todos los que viajan a bordo de este barco como reos han sido reclutados con un motivo. Necesito que me digas quiénes son de confianza. Que te mezcles con ellos y seas mis ojos y mis oídos más allá de los marineros o los otros miembros de la tripulación que no puedo controlar (hablo del nigromante y el mago).- Y antes de que conteste con una posible traición a sus compañeros reos me quito la camisa mostrándole la marca -Soy un preso como tú, Pain. Este barco es prestado. Arkhania utiliza a los presos de Arokhan para sus conquistas a cambio de favores o ilusiones de libertad- hago un gesto mostrando el barco -pero sigo siendo un preso. Si no cumplo... el destino que me espera es horrible y así, aquí, tengo algunos privilegios.

Pasaréis por Arokhan y, si sois dignos (no tengo dudas en que tú lo serás) viajaremos en bordo de este mismo barco o a través de los portales dimensionales a por tu venganza, juntos.- le prometo con entusiasmo.

4) Y vuelvo a hacer una pausa -Y, después de todo esto. Hablaremos de Arhokan y su seguridad.-

-¿Y cuál es tu parte, pequeño?- Pregunto a Tizoc levantándome y preparándome para lo que pudiera ocurrir -¿Te refieres a la carne, a las uvas, al caldo o al queso?¿O esperas que alguien lo divida todo a partes iguales?¿Y quién sería el afortunado de hacerlo?-  Miro a Alona y cómo aprieta los puños, luego lanzo una mirada a Hazir y aprieto los dientes. -Hazir está con Tizoc y Alona es favorable a la alianza. Si me enfrento a ellos estaré solo. Debo paliar la situación o puede que pierda algo más que la comida-

El olor de los alimentos me nubla el juicio mientras hace rugir el estómago -¡Carne!- digo sin poder pensar en otra cosa y me incorporo. La cabeza queda un poco gacha pues no quepo en esta celda. Miro a Ishrad y a Cisco. Hinchando el pecho con respiración agitada.

Con toda mi corpulencia avanzo hacia los alimentos dispuesto a aplastar todo lo que se interponga en mi paso.

Creo que eso deberías discutirlo con ellos. - dijo el goblin sin dejar de mirar al techo y sin contener una sonrisa maliciosa. - Seguro que están muy contentos de hablar las cosas contigo. Sobre todo después de que azuzases a una docena de presos sobre ellos para evaluar sus capacidades. - continuó hablando con una voz chillona esta vez sí, fijando su mirada en el goblin. 

Aunque el agujero y los huecos ya no eran tan grandes, vio el tratamiento a las jaulas y escuchó sobre apuestas y sobre comer luego los trabajadores, un pensamiento le hizo sonreír - puede que hoy no comas, resérvate la idea de morder a algún marinero, la sangre también alimenta - casi se vio obligada a recordar sus inicios en callejones, comiendo ratas, y se lamentó por que le encerraran por vivir en un lugar en el que nobles y rey incluidos, eran tan corruptos que eran fáciles de extorsionar ¿que culpa tenía ella? Había adquirido con la buena vida, el estatus de noble, pero sin duda, eso no significaba nada, lo importante era recordar que el mundo les pertenecía a los de su clase, y era su obligación jugar en el. - yo apuesto, si puedo, a que compartirán la comida, esos presos me huelen a peligrosos, y donde más peligro hay, más respeto, ya sea por interés o por miedo. Incluso las ratas saben que las más grandes comen más, pero que todas deben recibir su parte - eso último no lo dijo como insulto, aunque muchos lo pudieran ver así, las ratas eran criaturas sabias que convivían sin demasiados conflictos pese a su gran grupo, para ella eran más interesantes incluso que los humanos, por lo que desde su perspectiva, elevaba el valor de los humanos presentes. Esos no eran meros títeres, y se las apañarían para que los guardias se molestaran por no ver lo que querían. Y si bien alguno podía perder los estribos, otros no lo harían, Amok era tal vez el difícil ahí, pero con dejarle la carne, ta al vez menguara en locura. - ¡Ánimo Amok, si compartes tuya la carne! ¡recuerda que las puertas no siempre caen por la fuerza! - dijo en voz alta intentando influir en el, y ganar su apuesta. Una leve intimidación moral, que le recordaba lo recién ocurrido en la prisión.

Las palabras de Nickar llegan hasta mi turbada mente y esa sensación de paz, tranquilidad, que me es ajena vuelve a contenerme. Me detengo justo delante de los barrotes, con Ishrad a mi derecha y Cisco a la espalda y me aparto a la izquierda dejando que el pequeño vea también los alimentos. -Por nuestra fuerza- digo mirándolos. Bien visto, sólo somos tres y Cisco no comerá mucho dado su tamaño, aunque, sin duda, esta escasez sólo servirá para disimular el hambre una hora a los sumo.

-Ratas- asiente Alona a las palabras de Nickar y mira al hobgoblin -Te gustaría, lo sé, pero aquí no eres la rata más gorda. Aún tienes mucho que aprender.- Le digo con una sonrisa colocándome junto a Hazir y Tizoc, dejándolo en la zona de la jaula más alejada de la comida.

-Maldición- susurro al ver que no habrá contienda entre los presos y, por tanto, no más muertos que añadir a mi control. Sin dejar ver mi molestia salgo de las sombras al umbral de la puerta y asciendo a cubierta bajo la irritante mirada de Robillard. Aún sin verle puedo imaginar su sonrisa. -¡Él ha influenciado a Amok! Estoy seguro de ello-

De pronto, un chisporroteo se escucha en cubierta, Robillard alza la vista preocupado mientras el Desconocido aprieta el paso para llegar arriba. Tras el chisporroteo el cielo se ilumina breve, como un relámpago sin sonido, aunque la luz de los rayos (una luz clara de un tono azul verdoso) se refleja en las escasas nubes del firmamento.

De pronto, un chisporroteo se escucha en cubierta, Algo ocurre fuera pero Comadreja no da muestras de interés (sus marineros se encargarán o sabe exactamente de qué se trata). Tras el chisporroteo el cielo se ilumina breve, como un relámpago sin sonido, aunque la luz de los rayos (una luz clara de un tono azul verdoso) se filtra a través de los vidrios de las ventanas del camarote.

-Problemas- afirmo temiendo lo peor y cruzo la estancia para llegar a cubierta mientras los marineros murmuran -Han mandado a alguien-,-¿Un portal ahora?-,-¿Qué pasará?- me giro hacia ellos -¡Apretad las reparaciones!- deben terminar cuanto antes pues si Arokhan ha enviado a alguien, sin duda es porque una amenaza se cierne sobre este barco.

De pronto, un chisporroteo se escucha en cubierta, los marineros alzan la vista preocupados. Tras el chisporroteo el cielo se ilumina breve, como un relámpago sin sonido cuya luz de rayos arcanos (una luz clara de un tono azul verdoso) se refleja en las escasas nubes del firmamento.

El portal se abre y caes sobre el maderamen del imponente y maravilloso navío volador, el Despeñapresos (como así lo llaman los reos que son apresados en él).

Es de noche y el adivino ha vaticinado un ataque al amanecer. El enemigo usará el sol para ocultarse acercándose desde el Este. Pero estos atacantes poseen ocultación mágica y no ha podido ver de qué se trata. El resultado del ataque es el Despeñapresos cayendo al mar. Destrozándose el astillas.

Su dueño, el semidragón rojo Darkhanis, no lo puede permitir y ha usado un portal para trasladarte allí al mando de cinco soldados que avisarán a los marineros.

Misión:

Proteger al navío y los presos que transporta del ataque exterior. Mantener los secretos de Arkhania, sus gobernantes y su prisión en secreto.

Esderian
Subo a cubierta para ver el espectáculo y, cuando todos han aparecido, me acerco a ellos -Soy Robillard, el enviado por La Universidad para asegurar que esta empresa se lleve a cabo con la mayor efectividad posible.- Estoy seguro de que él me conoce pero yo... -Disculpad mi ignorancia, no conozco a todos los leales de Arkhania que velan por nuestra seguridad. ¿Quién sois?-

-Esderian
Son soldados enviados por alguna amenaza. No importa quiénes sean sino qué hacen aquí- Sentencio dando un paso al frente y dejando en evidencia que soy el enviado por el Rey Muerto para velar por que sus intereses se lleven a cabo. -Habrá un ataque y, aunque los presos desaparezcan y aparezcan en Arokhan, los recién llegados aún no lo son pero descuidáos. Proteged el barco que si fallecen yo engrosaré las filas del Rey Muerto alzándolos de nuevo por el bien de la ciudad.-

Esderian

-Contenéos. Muchos de ellos son más valiosos vivos que no-muertos- digo con una mirada de complicidad hacia los recién llegados. -Si tenéis a bien seguirme os los presentaré-

Esderian
Doy un paso al frente, situándome junto a mi compañero y amigo Darril y nos presento -Yo soy Crom Daral y él es mi compañero Darril "Escudo de Ébano" Evans- alzo la cabeza con dignidad -Somos miembros de la élite que custodia Arkhania y hemos venido porque recibiréis un ataque inminente al amanecer.-

Tras ello me giro hacia Darril -Veo que estás de una pieza- le sonrío. Soy consciente de que es su primer viaje -Tranquilo, el mareo dura unos segundos- Tras ello me giro hacia el resto del equipo.

-Ella es Élvurith Ur'Dómine- presento a la elfa de cabello negro -Y por aquí debe andar también Ugeus, no os asustéis, como sabéis el Rey Muerto tiene a un fiel en las filas de todas las organizaciones de la ciudad.- Sonrío a Robillard.

Sin saber bien que ocurría, se coló por el agujero más grade que quedaba, eso le había chocado como un martillo y si no fuera por la cuerda, a saber donde estaría, cogió aire con fuerza y se agarró al casi cerrado agujero, cubriéndose con las alas, encogiendo su cuerpo en una pelota. De los planos solo sabia que sus ancestros le dejaron la tierra para ella, y no quería chocar demasiado con uno, pues eso de "portal" sonaba a magia, y no le había pasado inadvertida la explicación de Hazir.