Partida Rol por web

Asesinato en Puerta de Baldur

Aventura | 3. La propuesta ducal

Cargando editor
12/10/2016, 23:06
Ciudad Alta, día

¡El Gran Salón es el edificio del gobierno, brujo ignorante! Es allí donde tienen sus cámaras el Consejo de los Cuatro y el Parlamento. ¿No recuerdas? ¡Skoond lo mencionó durante la conversación! Ah, debías de estar tratando adivinar tu futuro en esa copa de agua... En todo caso, tu compañero, Caedwyr, es de aquí: él sabe a qué se refería vuestro misterioso interlocutor.

Cargando editor
12/10/2016, 23:08
Ciudad Alta, día

Os habéis detenido a charlar en medio de la calle. No es una calle muy larga: no lejos de vosotros, en ambas direcciones, podéis ver movimiento en calles más transitadas. En esta calle, a la izquierda de Aishël, se alza la fachada trasera de un gran edificio, probablemente el palacete de una gran familia balduriana. De una de sus puertas los varones visteis salir hace poco a un par de criados que os miraron como si fuerais unos apestados. En el lateral opuesto, a la izquierda para los varones, se elevan las tapias de los patios traseros de diversos edificios menores, con sus puertas. El más cercano debe de ser una pequeña taberna, a juzgar por los ruidos que os llegan de más allá del muro. Mientras habláis, otro siervo aparece por la calle, cargando un saco. Os mira mal.

Eh, vosotros: será mejor que os larguéis de aquí, o el señor hará salir a los guardias —os espeta malhumorado antes de desaparecer por una de las puertas.

Cargando editor
13/10/2016, 22:01
Zhork

—¿Has tenido tendencias homicidas al vernos? — solté una carcajada —. ¡Veis, chicos! Tenía razón, es una drow.

A veces soy un poco duro de mollera, y ésta era una de esas ocasiones. De hecho, en vez de provocarme temor aquello, me hizo sonreír orgulloso de mí mismo. Aunque, lo cierto era que probablemente para todos, menos para mí, aquellas palabras de la elfa estaban totalmente cargadas de ironía.

En cualquier caso, había una cosa que no me pasaba desapercibida. Aquella "drow" no quería nada con nosotros. Pese a sus palabras educadas, pese a sus preguntas y pese a que aún nos dirigía la palabra... hasta un enano podía adivinarlo.

Qué raros e individualistas son estos orejas picudas...

Solté un suspiro que se vio interrumpido por las palabras del siervo.

—¿Guardias? No me hables de guardias... — le contesté en un tono más malhumorado todavía.

Ya había tenido suficiente estos días atrás con los guardias. No quería ver ni en pintura de nuevo a esa banda de sabandijas... Y es que, guardias de la ciudad... guardias de familias nobles... todos eran iguales. ¡Ay! ¡ay como pillara yo al que me había robado todo! ¬¬

Cargando editor
14/10/2016, 00:17
Aishël

Se llevo una mano a la cara y negó con la cabeza, no iba a discutir con un enano, era una perdida de tiempo, pero si la llamaba drow.... tendrían un problema antes o después, no por ella, si no por quien le escuchase y lo creyese -Si no es mucha molestia maese enano, prefiero que me llame Aishël- dijo sin dar más importancia.

Escuchando -quizás deberíamos quitarnos de aquí, si ya habéis tenido problemas con la guardia, por lo que veo- los miro de arriba a abajo a todos y cada uno -no deberíais meteros en más-

Cargando editor
15/10/2016, 04:26
Rotryn

Rotryn asintió lentamente.

"Bueno "- dijo con parsimonia- "es mejor que nos larguemos de acá, Caedwir, tu sabes donde ir no?"

Acto seguido, tanto como si Caedwyr lo escuchò o no, empieza a caminar hacia un rumbo al azar.

Al poco caminar se detiene para esperar a sus compañeros y les dice "Vamos?"

 

 

Cargando editor
17/10/2016, 11:31
Caedwyr

¡Qué decepción!

—¡Qué mala memoria, señorita! Ya nos habíamos presentado tras la batalla, Caedwyr es mi nombre.

Iba a añadir algo más, pero ese miserable siervo nos conmina a salir del lugar. No tengo ganas de más follones, menos aún con los habitantes de ésta zona tan exclusiva. Hay que ir acudir a la cita de una vez.

—Estos lacayos...en fin, seguidme —digo de cara a Rotryn—, hace mucho que no piso estas calles, pero estamos a un paso. Señorita —le digo a la elfa—, puede venir con nosotros si lo desea. Creo que le resultará enriquecedor *tono vagamente petulante, no lo puedo evitar*, y además, nuestro entrevistador ya la incluyó a usted como parte del grupo, así que será bien recibida —Teniendo en cuenta su tendencia de ir por libre, me encojo de hombros—. Es su decisión, en todo caso

Me pongo al frente y trato de orientarme para llegar de una vez al Gran Salón. Si veo que no me doy aclarado, le pregunto al primer lacayo que pase.

Cargando editor
19/10/2016, 01:23
Ciudad Alta, día

Tras la sugerencia de Caedwyr y un breve intercambio adicional de palabras, queda bastante claro que todos os dirigís al mismo sitio: el palacio ducal, el Gran Salón, la sede del gobierno de la ciudad-estado. Ni una ni otros reveláis los motivos que os llevan allí, pero Aishël acepta la oferta del clérigo. (¿Por qué diantres la habría de rechazar, en cualquier caso?)

Andáis por las empedradas calles de aquel barrio privilegiado durante un rato no muy largo hasta que llegáis a vuestro destino. Antaño -a todas luces- una gran fortaleza, el Gran Salón ha sido modificado para dejar entrar más luz natural y hacerlo más palaciego, lo que ha debilitado su capacidad defensiva notablemente y escondido las líneas de su pasado. El complejo se compone de un patio central y una gran torre, en cuyos anchos muros se abren graciosas ventanas. Elevados capiteles y sonrientes gárgolas se levantan en el lugar de las antiguas almenas. Banderas hondeando a media asta y banderolas negras en algunos mástiles sirven de recordatorio de la aún reciente muerte de Adrian.

Pero no os quedáis mucho rato contemplándola: siguiendo a Caedwyr, dejáis atrás la plaza donde está la puerta principal y rodeáis la gran mole hasta completar media vuelta. Una puerta -cerrada, de madera, claramente de servicio- en el grueso muro del lugar se alza frente a vosotros, sobre unos peldaños de piedra. Nadie parece custodiarla, pero tiene un pequeño ventanuco: probablemente haya miembros de la Guardia dentro.

Cargando editor
19/10/2016, 01:26
Ciudad Alta, día

El edificio conocido como Gran Salón fue una vez el último bastión defensivo de la ciudad en caso de invasión. Dicen que por aquella era un lugar feo, fuerte y funcional. Junto con sus dependencias anexas, es usado para todo tipo de eventos políticos: la actividad del Parlamento y del Consejo, juicios importantes, ceremonias, recuentos de impuestos, tesoro, leyes, censos, catastros… Los cuatro duques tienen aquí estancias para su labor y el Parlamento tienen una amplio cámara y algunas salas a mayores. Además, en su interior se custodian las reliquias de Balduran, el héroe fundador de la ciudad, y aquí han sido enterrados muchos de los duques que ha tenido la ciudad; el más reciente, Adrian. Otros edificios del complejo gubernamental son la Biblioteca Calvinita -de acceso teóricamente público- y el Refrectorio, un edificio usado por los patricios para reuniones y fiestas.

Cargando editor
19/10/2016, 14:02
Caedwyr

 Trato de no dejarme intimidar por la enorme mole del edificio, que nos domina con su imponencia. Apenas consigo dejar atrás la desagradable impresión de que no pertenezco a éste lugar en absoluto, en lo más mínimo… «de momento», añado mentalmente.

—Esta debe de ser la puerta, muy bien.

Enarco las cejas de cara a mis compañeros. Sin más me adelanto con decisión, subo los peldaños y doy unos firmes golpes de llamada. Espero pacientemente con la mirada puesta en el ventanuco.

—¿Sabíais, amigos míos, que ahí dentro en algún lugar, se guardan las reliquias de Balduran, el héroe fundador?

Se lo cuento porque me apetece decírselo a mis nuevos colegas, y también para romper el opresivo silencio.

Cargando editor
19/10/2016, 15:09
Rotryn

Rotryn caminó por las calles silencioso. Opulencia y corrupción, dos cosas que nunca iban separadas, era, al parecer, el ámbito dominante dentro de esta ciudad, que además estaba tan llena de contrastes que abrumaba.

Caminó, pues, detrás de Caedwyr, pensando en lo que podría pasar , pensó en las mil y una posibles opciones que tendría una vez estuvieran en ese salón y sabiendo que iba a una posible trampa aguzó sus sentidos para estar preparado. 

Nadie lo pillaría con la guardia baja de nuevo.

Ensimismado como iba, aprendiendose el camino para volver, en caso de problemas, llegan a una inmensa fortaleza.

Antigua y bellamente diseñada, ahora ofrece una visión magnífica de construcciones antiguas.

Rotryn no puede evitar el asombro, luego de una vida en el mar casi había olvidado lo que eran las estructuras de este tipo.

La tristeza lo sacudió por un momento, mientras recordaba su propia casa , pero luego, al oir a Caedwyr, se preparó, nuevamente, para la posible emboscada.

"Interesante, cuéntanos mas acerca de esa reliquia, por favor" - dijo el tiflino.

" ... y ya que conoces tan bien el lugar, también, a medida que entremos, podrías explicarnos las salidas de emergencia ..si sabes a lo que me refiero , jejje "

Rotryn hablaba generalmente directo, al grano, pues el tiempo era escaso, y normalmente faltaba tiempo durante las horas decisivas. Esto lo llevaba a , ciertas veces, pecar de sincero.

 

Cargando editor
19/10/2016, 16:26
Caedwyr

Sonrío sin dejar de mirar hacia la puerta y el ventanuco.

—Oh, en realidad nunca he estado ahí dentro. Soy de origen humilde ¿sabes? —Ahora sí me vuelvo un breve instante hacia Rotryn—, casi toda mi juventud tuvo lugar fuera de las murallas, lejos de esta zona. Y en cuanto a las reliquias de Balduran, puesss...

Me quedo en suspenso rascándome la cabeza, como intentando recordar.
 

Cargando editor
20/10/2016, 21:28
Zhork

—Jojojo, no me digas que te lo has inventado, muchacho...

Dije dándole toda una palmada al clérigo cuando empezó a rascarse la cabeza.

—¡Por un momento me había invadido el espíritu de cazareliquias!

La verdad sea dicha, con un edificio como aquel donde preservarlas con mimo, bien merecía la pena recorrer el mundo en busca de reliquias si hacía falta. La fortaleza era... imponente, majestuosa y... en cierta parte, algo tenebrosa. No sabría definirlo bien, pero un pequeño escalofrío recorrió mi piel.

—Bueno, ya que estamos aquí, quizá debamos entrar, ¿no? jojo.

Cargando editor
21/10/2016, 15:47
Rotryn

Bueno, eso será si sale alguien a abrirnos! - dice Rotryn con una voz mas fuerte de lo usual.

Golpea la puerta nuevamente para ver si alguien responde, mientras aun mira desconcertado a Caedwyr: Clérigo, Paladín, Parlanchín? Aún Rotryn no estaba muy seguro de conocer al simpático personaje.

—¡Por un momento me había invadido el espíritu de cazareliquias!

Interesante, Rotryn no había evaluado esa posibilidad...

 

Cargando editor
21/10/2016, 16:44
Caedwyr

—¿Inventado? —pero este enano—, nada de eso, yo no invento. Simplemente no sé demasiados detalles, solo que ahí dentro están las reliquias de nuestro héroe fundador...¡así que ni se os ocurra pensar en ellas más que como en algo digno de devoción!

Miro con ligera severidad a Zhork y a Rotryn, pero en seguida se me pasa (porque sé que el enano bromeaba) y paso a mirar con suma severidad la puerta, que no se abre.

 

Cargando editor
21/10/2016, 22:52
Gran Salón

A pesar de que vuestra impaciencia juvenil (y enanil, según corresponda) haga que la espera parezca prolongarse, pronto recibís una respuesta: el ventanuco se abre, cortando en seco vuestra conversación. Dos jóvenes ojos de cejas rubias aparecen y os analizan.

¿Quién llama? —pregunta una voz apagada por la madera, pero claramente de mujer.

Alguno de vosotros menciona el nombre de Skoond, porque rápidamente el ventanuco se vuelve a cerrar y oís el sonido de un cerrojo siendo operado.

Cargando editor
21/10/2016, 22:53
Aishël

La elfa -Aishël-, que ha estado analizando con curiosidad y escepticismo la calle, la puerta y vuestro comportamiento, interviene en este momento.

Señores —le escucháis decir a vuestras espaldas—, aquí se separan otra vez nuestros caminos. Gracias por traerme hasta el palacio, padre. Ahora debo atender mis asuntos. —Comienza a largarse. Saluda de espaldas.— Hasta la vista, supongo.

No mucho después, desaparecerá tras una esquina.

Notas de juego

Nota del máster: Penejotizada.

Antes de que se vaya, podéis tratar de acordar un encuentro con ella en algún lugar en el futuro.

Cargando editor
21/10/2016, 22:55
Gran Salón

La puerta se abre y una mujer rubia y joven, de baja estatura y complexión robusta, con un uniforme similar al de la Guardia -pero más elegante-, os hace pasar: accedéis a una pequeña sala de guardia prácticamente vacía. Cierra de nuevo la puerta y os pide que la sigáis. Rápidamente, comenzáis a avanzar por viejos pasillos y a ascender por aún más viejas escaleras de servicio, iluminadas por velas y troneras que dan al exterior. No os costaría recordar el trayecto. O eso pensáis.

Tras una puerta, encontráis a un amplio pasillo que se extiende a izquierda y derecha de vosotros, con media docena larga de puertas a ambos lados. Lámparas y tapices lo decoran. Cuando llegáis, dos criadas humanas pasan junto a vosotros y os miran con curiosidad; una incluso parece que sonríe a Caedwyr. El pasillo termina en sendos portones. Vuestra guía os hace moveros hasta una de las puertas, la más noble. Los dos hombres de la Guardia que guardan el paso os dejan pasar sin preguntar. La nueva sala es amplia, rectangular y alargada, decorada con tapices aún más ricos, con puertas a ambos lados y bancos labrados pegados a las paredes. Frente a vosotros, otros dos guardias -pero estos de azul y blanco- guardan el paso por una tercera puerta, de gran calidad y buen tamaño. Dos pendones flanquean esa puerta: en uno, veis la Puerta de Baldur y el barco, símbolos de la ciudad; en el otro, sobre fondo azul claro, un escudo blanco con cuatro formas azules -dos cálices, dos aves- y una luna blanca sobre el conjunto. Un criado de casa noble entra por una puerta lateral y os mira ceñudo.

Son los hombres de Skoond —le comenta vuestra guía en voz baja.

No mucho después, habéis dejado las armas y estáis cruzando la gran puerta. El interior es un amplio estudio, alto, y más ancho que largo. Las paredes son tapices y estanterías llenas de libros y objetos extraños, además de otros tesoros más comunes que identifican al dueño como un miembro de lo más alto de la sociedad. En ambos extremos de la sala, veis dos puertas talladas y, frente a vosotros, tres ventanas trillizas por las que la luz del mediodía cae sobre un gran escritorio de madera y una espléndida butaca. Hay dos sillas elegantes frente a la mesa, y otras cuatro en diversos puntos del despacho. Os llaman la atención los innumerables signos de la fe de Gond que ves. Una alta y delgada figura en una túnica os espera de pie, junto a la mesa.

Cargando editor
21/10/2016, 22:56
Torlin Escudoargénteo

Celebro que hayan aceptado mi invitación —os dice con una voz varonil, grave.

Su tono es alegre, pero controlado, como el de quien ha hecho del hablar su oficio. También habla con la seguridad de quien no teme a nada ni a nadie y tiene las ideas claras. Poco a poco, vuestros ojos se acostumbran a la nueva luz y podéis ver bien sus rasgos: maduro, moreno, los cabellos bien arreglados pero encanecidos en las sienes, la perilla bien recortada y salpicada de pequeñas canas. Viste largos ropajes magníficos, pero no extravagantes. Es alto y delgado, efectivamente, pero de aspecto saludable y fibroso. Su postura transmite una combinación imposible de envaramiento y naturalidad, como si hubiera nacido con un palo de escoba en el culo y ni lo notara. Su porte es muy distinguido.

Alguien llama a la gran puerta. El hombre se pone serio y manda pasar: es Skoond, que entra, os mira de soslayo y le dice algo al oído.

Hazla pasar —indica vuestro noble anfitrión a Skoond, que desparece. Os mira y sonríe levemente.— Parece que tendremos compañía.

Un instante después, por la puerta entra en la estancia… ¡Aishël, la elfa!

Cargando editor
22/10/2016, 00:12
Ciudad Alta, día

Nada más dejar al trío, te diriges a la puerta principal del palacio. ¿Qué es eso de entrar por detrás? Sí, vale: es una manera discreta de hacer las cosas, y eso a ti te gusta, pero los tres varones obviamente tienen una reunión ya acordada con alguien y tú no te consideras invitada, piensen lo que piensen el clérigo y su «entrevistador». Y menos sin más información y con tanto secretismo. Si Aldafein está en lo cierto, no deberías tener problemas para entrar.

Quizás por eso te mosqueas especialmente cuando el capitán humano responsable de la puerta se niega a dejarte pasar.

Escucha, elfa: aunque tuvieras la corona del rey de Mithrill Hall y hubieras salvado la ciudad de la Plaga de Conjuros —te explica cansado, tras ver tu anillo—, sin cita previa, hoy no puedes pasar. Mañana por la mañana podrás pedir audiencia.

Al menos no te ha confundido con un drow. Para desbloquear la situación, pruebas a usar tu último recurso: tu carta de nobleza. El hombre parece reaccionar: al ver el documento, con todos los sellos y la sobrenatural escritura de los elfos, te dice que esperes y desaparece dentro del complejo. Poco después, vuelve con otro hombre.

Cargando editor
22/10/2016, 00:13
Imbralym Skoond

Se trata de un joven humano de aspecto sofisticado, con ropas caras, probablemente a la última moda. Viste una túnica larga, como alguien de estudios. Su aspecto es elegante, refinado, oriental.

Lady Dordienh: mi nombre es Imbralyn Skoond, Par de la Puerta —se presenta. Su trato es estirado y remilgado, aunque tiene un aire de indudable inteligencia.— Os saludo y os pido disculpas en nombre del capitán Bannegar, del Parlamento y de toda la ciudad: lo que hicisteis por nosotros en el Amplio no merece este trato. Pasad, por favor: yo os haré de guía.

Aunque reticente, pasas con él al interior del lugar: al fin y al cabo, a esto venías, ¿no? Juntos cruzáis el patio hasta una de las puertas laterales del gran cuerpo central: ningún guardia os da el alto, a pesar de que pasáis junto a bastantes de ellos. También ves criadas, lacayos y algunos hombres que bien pudieran ser escribanos y letrados y que te miran con recelo. Subís por unas escaleras.

¿Me creeríais si os dijese que hemos estado buscándoos desde el Día del Retorno, para agradeceros lo que hicisteis? —Al cruzarse con un fulano que lleva unos papeles, le para y le indica que «el duque quiere una copia de la propuesta de impuesto de sir Farlan». No espera a oír la respuesta.— El capitán Bannegar dice que deseáis una audiencia con las autoridades de la ciudad —afirma mientras continuáis. El saludo de un conocido hace que se pierda tu respuesta, si es que le dices algo.— Os alegrará saber que puedo satisfaceros de inmediato.

Después de pasar varias estancias y puertas, todas elegantes y cuidadas, llegáis a una nueva sala, amplia, rectangular y alargada, decorada con ricos tapices, con una puertas a cada lado y bancos labrados a ambos lados de cada puerte. Enfrente, dos guardias -de azul y blanco, no de la Guardia, como los que has visto hasta ahora- guardan el paso por una tercera puerta, de gran calidad y buen tamaño. Dos pendones flanquean esa puerta: en uno, ves la Puerta de Baldur y el barco, símbolos de la ciudad; en el otro, sobre fondo azul claro, un escudo blanco con cuatro formas azules -dos cálices, dos aves- y una luna sobre el conjunto.

Esperad aquí —te explica Skoond—. Le avisaré de que estáis aquí. Luego, hablaremos un rato vos y yo, y finalmente podréis verle.

Tras esto, desaparece tras la gran puerta, pero no tarda mucho en volver a salir.

Parece ser que tendremos que dejar nuestra charla para más adelante —te comenta. Parece apenado.— Él desea veros sin más dilación. Vuestros amigos ya están dentro.