Partida Rol por web

Inevitablemente llegó la noche. La oscuridad comenzó a cubrir el claro con un manto oscuro. Los supervivientes se prepararon para conformar su improvisado campamento. Todos colaboraron, hasta Ana Vixen que mostraba sus piernas bien contorneadas y cubría las partes estrictamente necesarias. John Wolovitch destripaba al cerdo con la maestría de un cirujano mientras Charlie, que se había hecho un tajo en el antebrazo que tuvo que cubrir con un trozo de su propia camisa, y el profesor de historia recogían todo lo necesario. Apañaron algunos recipientes donde John había conseguido para cortar algunas de las lianas y recoger algo de agua.

A poca distancia del improvisado campamento había una gran cantidad de cañas y el paisaje era de lo más variopinto. La típica selva tropical comenzó a variar con árboles retorcidos parecidos a sauces, cipreses con hojas de color rojizo y toda una fauna de flores de los más variado e inusual colorido. Todo aquí parecía extraño e inusual. 

Colaboró en la contrucción del campamento con el recuerdo de los chillidos del cerdo grabados a fuego en mi memoria, con el estómago entre hambriento y revuelto.

La noche había caído sobre nosotros como una amante despiadada y sin contemplaciones...

Tras haberme manchado con la sangre espesa y caliente del animal que yace muerto en mitad de nuestro improvisado campamento observo a John preparar la "cena". Si hubiera un Dios auténtico al que poder rezar, uno que realmente se preocupase por el género humano... Estaría rezándole.

Pero no lo había, nunca lo hubo... Lo único a lo que cabía agarrarse para sobrevivir como un clavo ardiente al que aferrarse con desesperación era la ciencia, fría y desapasionada... Calorías consumidas y probabilidades de poder salvar la noche a la intemperie sin ayuda de una fogata... No, no demasiadas. Me dije a mi mismo.

Con aire cansado y extrañamente silencioso, me encaminé a buscar cualquier cosa a nuestro alrededor con la que poder encender un fuego en condiciones. Necesitábamos, después de todo, un añadido de comfor que aliviara las tensiones y un catalizador adecuado para poder cocinar a nuestra presa y aplacar la ira de nuestros estómagos...

Observaba atónito como aquellos hombres, en especial en uno que decía que tuviéramos cuidado con lo que comemos, ahora parecía el primero en querer cocinar ese animal después de matarlo.
La herida surgida en mi brazo y de la cual no recuerdo como me la hice, volvió a darme una punzada avisándome que estaba allí y era muy real.

Por suerte estábamos rodeados de agua, aunque fuera salada y la sangre reciente no parece tardar en salir tras un par de friegas, otro problema es la manga de mi camisa, pero mejor esta y no la de seda que tengo para las noches cálidas.

-Espera amigo, que le echo una mano.-Me levante al ver como el profesor, quien tenia una daga.-UNA DAGA! increíble.-Salia de la visión de los demás, seguramente a buscar leña como sugerí cuando naufragamos.

-Y dígame. Pues tengo una ligera duda. Si ese animal, a estado alimentándose de lo que da esta selva, pues dudo mucho que pesque, ¿Es normal que lo coma sin reparos? No se... puso mucho reparo en la fruta; y parece ser que el señor Rowan esta perfectamente, exceptuando que parece un poco miedoso y ahora no parece discutir en cazar y cenar ese lechón. ¿Que le ha echo cambiar de opinión?-Preguntaba mientras buscaba leña y alguna rama alta para crear en un futuro cercano un corta vientos, aunque necesitarían al menos una sabana para eso.
Una mosquitera no seria mala idea... pero quien consigue lo necesario en mitad de la nada...

Mientras pensaba en ello recordó algo mas.
-Por cierto, ¿Soy el único que se pregunta de donde venia ese cerdo? No hubiera sido mejor que siguiéramos su rastro. No soy un experto en rastreo pero cuanto mas tiempo pasa mas difícil saber de donde vino. ¿Verdad?

Mientras que voy practicando incisiones y desgarrando carne y hueso pongo especial antención ver que los organos esten correctamente en su sitio(o que esten directamente!) al igual que con su esqueleto.

Rowan se retuerce debido al hambre.

- ¡Oh, vamos! Un cerdo es un cerdo y nosotros debemos comer. Asemoslo cuanto antes y cojamos fuerzas, esperando que alguien nos encuentre pronto.

Tras quedarme quieto durante casi un minuto,me seco el sudor de la frente que acaba de brotar...

-Caballeros,algo va mal...-Comienzo a decir mientras no levanto la mirada del cadaver del cerdo.-La estructura anatomica de este...¨cerdo¨ es antinatural. Aqui no hay nada parecido a un cerdo, ni siquiera a un mamífero...a pesar de ello parece sano y totalmente comestible.

Dirijo mi mirada a continuacion a Rowan:

-Rowan, tranquilicese por favor.

Con un buen matojo de ramas secas escucho ligeramente la palabras del judio.

-Vaya, menuda sorpresa.-Dije con sarcasme.-¿No creen?

-No, no es ninguna sorpresa... Nuestro buen amigo Charlie ya tenía esta sospecha y puede decirse que yo también- admito rompiendo mi mutismo y dejando caer a un lado la leña recogida de los alrededores para encender el fuego.

-Supuse que les advertía tampoco iban a creerme hasta que lo vieran con sus propios ojos... ¿John sería tan amable de mostrar su... hallazgo a los demás?- digo dirigiéndome a mi compañero metido a improvisado taxidermista...

-Es obvio que algo va profundamente mal en este... sitio. Y no, me temo que no puedo asegurar que alimentarnos de esta bestia no vaya a tener efectos negativos sobre nuestra salud a la larga... Pero nuestras opciones no son muchas, sino no nos alimentamos ahora, acabaremos muriendo por inanición tarde o temprano... Cada cual tendrá que decidir que quiere hacer al respecto...- dejo que mis palabras calen en mis compañeros haciendo una pausa y después me arrodillo junto a Wolovitz a fin de examinar mejor lo que ha descubierto...

-Déjeme echar un vistazo antes de que el hambre impulse a los demás a perder los nervios... Veamos que clase de maravillosa y aterradora criatura tenemos entre manos- murmuro con la voz preñada de curiosidad.

Rowan parpadeo asombrado.

- ¿Pero que estan diciendo? Será una especie rara, nada más ... mirelo y comamos de una vez.

-Poco mas de lo que le acabo de contar, mire como estan dispuestos estos organos y los huesos, ¡mire su esqueleto!.-Digo mientras señalo.-No parece nada visto por el hombre en la Tierra.

Mientras me levanto y me sacudo:

-Pero a pesar de todo sigue siendo carne, por lo que nos lo podemos comer.

La luna gibosa asomaba en el cielo envuelta por jirones de nubes que cubrían parcialmente el cielo estrellado. La luz de la fogata brillaba y los supervivientes discutían por si era lícito asar su presa. El cerdo era grande y había comida para varias noches, el agua esperaba en los improvisados contenedores. La cuestión era ¿comerían la carne de aquella especie rara de cerdo o engañarían sus estómagos con esos singulares frutos que habían recogido?  La decisión era de los investigadores mientras el hambre sacudía sus estómagos insaciados.

-Yo...yo voy a comer algo de este animal...-digo dundándolo

-Si alguien se anima que le recomiendo asar en la hoguera lo que se valla a comer, así evitaremos cualquier infección.

Digo mientras cojo un pedazo de carne y alguna rama o algo del suelo que me sirva para clavar en la carne para cocinarla al fuego.

Rowan se aproximo a Wolovitz con otro trozo de carne, esperando asarlo lo suficiente para evitar alguna infección.

- Amigos, más les vale comer. Si no, perderemos las pocas fuerzas que nos quedan.

Sentado frente a la gran hoguera que habíamos creado y satisfecho de ello, pues, nunca había salido de campamento o nada parecido; claro que los años duros en los que vivo actualmente, son una ayuda segura. Observaba como el resto presa del hambre, un sentimiento que conocía de muy cerca, se hacían con le cochino jabalí.
-Bueno en parte tienen razón si no nos alimentamos estamos muertos... ¿Cuanto dura un hombre sin comer? Creo que Jonas estuvo mas de una semana antes de morir...-Pensé en alto sin darme cuenta que todos podían oírme.-Bueno el caso es que podemos pasar de cenar hoy pero a la larga tendremos que comer algo...

En ese momento me saque el par de frutos de los que Rowan había probado y el aun estaba sano, así que limpie el fruto con la manga y alzo la fruta al cielo girándose para mirar a los ojos a Ezequiel.
-Bueno como decían las monjitas, lo que no te mata te hace mas fuerte.-Con una falsa sonrisa empece a masticar aquel extraño fruto y al primero le siguió el segundo. Esta noche me privaría de carne, estaba acostumbrado a pasar hambre y puede que un par de frutos sean el sustituto perfecto. Estaba convencido de ello.

Los supervivientes, resignados a comer los frutos de inusuales colores y la carne del cerdo de anatomía extraña, se dedican a saciar su voraz apetito. Gracias a los consejos del médico forense pudieron obtener agua de las lianas y almacenarlas en unos extraños cocos, que se parecían a cocos pero de color rojizo que, gracias a su fragilidad de la corteza, pudieron cortar por la mitad y vaciarlos. Los peculiares cocos albergaban en su interior una sustancia de una textura lechosa que era desecharon por decisión de John (que desaconsejó su ingestión por completo) y luego raspadas por Charlie con la navaja de supervivencia; durante la operación, Allred sufrió un corte en el dedo índice. John se encargó de asegurarse que el agua obtenida era adecuada.

La noche comenzó a transcurrir, los supervivientes se acomodaron como pudieron bajo el improvisado techo, construido a base de cañas de bambú, que habían encontrado a escasos metros del claro, y posteriormente recubierto de hojas. Era la primera noche en aquella isla y los supervivientes no sabían que les deparaba. El sueño no acudía y nadie podía dormir. Una extraña bruma comenzaba a acudir en el claro. La niebla en cuestión de minutos ya cubría por completo el improvisado campamento.

Maldita mi suerte...-Me quejaba amargamente del nuevo corte, un nuevo corte significaba una medalla mas para esa vieja tuerta a quien llamo mala suerte, una mujerzuela que no me deja ni a sol ni sombra. Y entonces se acerco la niebla una extraña bruma que no tenia caso en esa isla, también extraña.

-Pero que...Amigos creo que esto no es muy normal... ¿Alguien entiende de meteorología?-Deje de mirar la bruma para clavar mi mirada en nuestro hablador y peculiar doctor.

Estoy claramente nervioso.

- No, es muy normal. Yo no debería estar aquí ... habria que hacer guardias o algo así. Este sitio es inquietante.

La niebla cubre el campamento y lo cubre todo. Un frío húmedo acompaña la siniestra bruma y la noche comienza su avance  envolviéndolo todo con su misterioso manto de oscuridad.

El día había sido duro. Tal vez el mas duro de su vida. El peligrar su propia vida no era tan dificil de aceptar, cómo la incertidumbre de saber qué había pasado con Margareth. Mil ideas daban vueltas en su cabeza.. Trataba de separar el pasado, con el duro resente que se les cruzaba. Aquella extraña burma no era nada bueno. Pero nada podían hacer, más que esperar el alba.

- Duerman. Yo tomaré la primer guardia. En este momento se me hace dificil dormir...

Se acercó al lado de Rowan y allí se acomó. - Me quedo aquí. Si algo aparece serás el primero al que despierte. Ten el revolver preparado. Cuantas balas te quedan aún?