Partida Rol por web

La espera hasta que llegaran los refuerzos fue larga y tediosa. Agazapados tras los maderos el frío y la humedad resultaban más que molestas. Dentro de la choza no había movimiento. Nadie había salido ni entrado desde aquel muchacho, aunque suponéis que los secuestradores estarán inquietos al ver que este tarda demasiado. Por suerte para vosotros, tan solo una hora y media mas tarde, veis como por un callejón detrás vuestra aparecen ocho policías que caminan agachados hacia vosotros.

Agachado, se coloca junto a vosotros un orondo policía de cara risueña. Seriamente mira a Hudson.

-Han enviado a dos patrullas, dicen que teneis a los secuestradores del crio. ¿Cual es la situacion?-su voz firme contrasta con su aspecto.

Hudson se anima cuando ve a los refuerzos acercarse. Se aproxima al sargento para hablarle.

Hemos seguido a los sospechosos hasta este lugar. Entraron en aquella casucha hace casi dos horas. Hemos estado desde entonces aquí y tan solo ha salido una persona. A partir de lo que hemos averiguado de él hemos sabido que otro individuo debería estar al llegar con el bebé para entregarlo. Tendremos que esperar un poco hasta que llegue. Si irrumpimos antes de que llegue nos arriesgamos a que nos vea y huya con el crío.
De todas formas vaya distribuyendo a sus hombres para que en caso de actuar estemos preparados.

¿Saben donde se encuentra ese individuo?-le preguntó el sargento preocupado.

Se encuentra en Shavertown. Le hemos enviado un telegrama haciéndonos pasar por uno de ellos.

Hudson se estaba empezando a poner nervioso de pensar en que aquel tipo no llegase.

¿Estaba tardando demasiado?

Vaya, parece que usted no es de por aqui, señor Hudson. Si han enviado el telegrama hoy no creo que le llegue hata mañana o pasado asi que es probable que ese tipo no aparezca hasta dentro de tres dias. No podemos esperar tanto, no dejaremos escapar una oportunidad asi-dijo muy serio, casi enfadado- Muchachos desplegaos a lo largo del embarcadero. No hagais ruido y no os movais hasta que de la orden. ¡En marcha!

Al decir esto los policias se empezaron a mover por el embarcadero tratando de encontrar cobertura entre las cajas y los sacos que había ahi tirados. En pocos minutos todos estaban preparados para cualquier eventualidad.

-Señor, volvió a decirle ha Hudson, será mejor que usted y sus compañeros no asomen la cabeza, si esos desgraciados abren fuego este lugar será peligroso.

"Esto pasa por meter a la policía ene sto.... nosotros hacemos el trabajo sucio y ellos toman el mando" pienso mientras frunzo el ceño visiblemente.

La verdad es que no pensamos que el telegrama fuera a tardar tanto, pero este hombre tampoco parece tener modales, parece haber olvidado que nosotros hemos llegado hasta aquí sin su ayuda, pero de repente la situación parece ser peligrosa.

Sin más suspiro aparentemente molesto.

Sargento, también soy agente de la policía, no voy a quedarme atrás. Si quieren entrar en primer lugar sus hombres por la coordinación, me parece bien, pero yo voy detrás.

Hudson estaba convencido de entrar. Tenía que encontrar a su sospechoso y no iba a permitir que aquellos agente le dispararan a la primera de cambio.

-Señor Hudson, no pretendo entrar. Pretendo detener a esos secuestradores, todo el trabajo de investigación será suyo-dijo cogiendo un megafono que traia colgado al cinto- Esperemos que no haya que usar la fuerza y se entreguen pacificamente, si son solo cuatro o cinco sujetos no deberían causar demasiados problemas.

Tras decir esto se hirgió y con el megáfono en la boca empezó ha hablar con voz grave y calmada.

-Policia de Nueva York, están ustedes detenidos. Por favor salgan con las manos en alto. Repito, policia de Nueva York, salgan despacio de uno en uno y con las manos en alto.

Pero desde la casa nadie contestó.

De pronto se escucho una detonación desde la casa y el sonido de una bala impactando contrá la madera. Los agentes de policía empezaron a gritarse ordenes y desde la casa se podía observar algun movimiento en las ventanas de ambos pisos. Las balas empezaron a volar por encima de vuestras cabezas. Desde dentro de la casa los criminales disparaban sin cesar y la policía les devolvía los disparos. El sonido de las armas, las balas clavándose en la madera,los cristales rotos, unidos a un día nublado convertían aquella escena en algo trágico,desde luego no parecía que fuera a acabar bien, al menos para los secuestradores.

El sargento McGraham os indico que mantuvierais la cabeza baja y desde las tablas donde estabais empezó a disparar con su revolver. Podíais ver el sudor recorriendo su rostro antes de empezar a correr hacia una cobertura mas cercana. Se escucho otro estallido algo mas grave que el de las pistolas y justo donde había estado hacia escasos segundos el sargento se hizo un agujero en el suelo. 
Desde lo alto de choza había un hombre tumbado en el suelo y armado con un rifle que ponía en peligro a todos los que estaban en el embarcadero, estaba claro que aquello no iba a resultar nada facil

Protegido desde donde estoy noto que mi corazón comienza a cabalgar.

"Por algo decidí ser periodista y no policía. Odio las armas" pienso mientras trato de hacerme diez veces más pequeño de lo que soy.

Mis manos sudan y mi frente también se perla de pequeñas gotas de sudor.

-Mierda mierda mierda mierda-es lo único que se me ocurre decir mientras me encojo pegado al coche.

Hudson miró al periodista mientras este maldecía en voz alta.

Esto ya no es lo suyo verdad. Pensó socarronamente, aunque a él tampoco le hacía ninguna gracia el tiroteo que estaba teniendo lugar.

Intentó mantenerse lo más agachado posible, y reptando cuando no quedaba otra opción, para acercarse y ponerse al alcance de su pistola. El tipo del tejado era el más peligroso, habría que derribarlo para poder entrar.

Sacó su pistola cuando estuvo lo suficientemente cerca y disparó al tipo del rifle.

Hudson avanzó entre las tablas, cajas y demas instrumental que había en el embarcadero hasta llegar a la linea de fuego que mantenían los policías. Alli pudo ver como, al lado de la posición donde se había colocado estaba un compañero con una herida de bala en el hombro. Otro policía le daba animos, pero desde luego no podía moverse de allí si no quería estar a tiro de los secuestradores.

Sin perder ni un segundo de su valioso tiempo, Hudson alzó su pistola por encima de las tablas y disparó al muchacho que había apostado en el tejado. Un grito desgarrador sonó desde allí arriba y pudo ver como se retiraba hacía dentro, sin duda la bala le había acertado y solo por poco no lo había matado. Pero no era momento para alegrarse pues las balas seguían volando de aqui para alla.                                                                                                                                                              

Las balas seguían volando por doquier, los policías disparaban sin cesar dejando la casa llena de pequeños agujeros, pero los de dentro no parecían achicarse y devolvían los disparos como si no hubiera mañana. Desde el piso de arriba Hudson pudo ver como asomaba la punta de otro rifle y al instante noto como ardía su brazo izquierdo, cerca de la muñeca tenía un corte sangrante, por donde había pasado la bala del rifle. Por suerte para él la bala solo le había rozado, no asi a un policia que estaba a unos metros de él, de pelo rubio y bigote bien cortado que sangraba abundantemente por la cara. Se llevaba las manos a la oreja izquierda y gritaba de dolor. También se escuchaban gritos e insultos desde dentro por lo que era de suponer que los criminales no las tenían todas de su parte.

Si la cosa seguía así lo iban a tener muy difícil. Hudson miraba a los policía heridos mientras se echaban las manos a las zonas donde alguna bala les había alcanzado.

Malditos cabrones. Hudson no solía maldecir, pero estaba estresándose por la situación.

Miró de reojo y vió un nuevo rifle asomándose por una ventana. Tendría que acabar con el también. Apuntó con su arma lo mejor que pudo y volvió a disparar.

Maldición, he dado a la ventana.

Miré a mi alrededor y suspire levemente aliviada. COn todo el jaleo parecía que se habían olvidado de mí, pero claro ¿Quién iba a sospechar de una "pobre e indefensa mujer" agazapada en unos arbustos tratando de no hacerse visible. Rapidamente miré a mi alrededor buscando algún punto protegido de las balas (un arbol lo suficientemente grueso, una zanja...algo) pero que me permitiese acercarme a la casa para poder analizar mejor la situación.

Samantha, agazapada tras las tablas en puerto permanecía con ojo avizor, tratando de mantener la cabeza gacha mientras las balas silbaban por todos los lados, unos metros mas adelante se encontraba el embarcadero mas cercano a la choza estaban todos los policias y Hudson en medio del tiroteo. Desde su posición solo podía hacer dos cosas, o salir de allí hacia la calle, por el callejón por donde habían llegado, o avanzar hasta el embarcadero para participar en el tiroteo y ayudar a los agentes de la ley.

Velozmente miré a Peter y le dije: -Vamos, las respuestas estan en esa casa. Sin esperar su respuesta sali corriendo todo lo deprisa que pude y salte tras unos gruesos barriles, llenos de lo que parecían manzanas. Con una mueca comprobe la distancia de la que me encontraba de la casa. -No está muy lejos- dije para mis adentros. Comprobando que nadie me mirase -aunque realmente no me importaba demasiado, prefería seguir siendo ante los ojos de los demas una inofensiva mujer- saqué la Savage del bolsillo y disparé hacia donde Hudson había fallado, rogando a Dios tener mejor suerte que él.

¡Si!-Pensé-¡Le he dado!

Las balas vuelan por todas partes y yo agazapado como estoy casi no tengo visión de mis compañeros aunque parece que todos están en pie. Mis ojos acostumbrados a captar todo tipo de cosas y no olvidarlas tratan de buscar algún utensilio que pueda servirnos de ayuda en tremenda situación.

"Vamos, Sauch, vamos..." pienso mientras busco con mis ojos algo que pueda ayudarme.

Inlcuso miro a ver si alguno de los caídos tiene algún arma a la que pueda acceder para meterme en el tiroteo sin pensarlo. Soy periodista, pero no estoy solo y mis compañeros necesitan mi ayuda.

Samantha!-Exclamó cuando vio que la mujer se iba corriendo a primera fila junto con los policías. Blood hizo lo mismo y se colocó junta a ella que ahora disparaba hacia la casa. Blood no tenía tiempo de reprocharla nada y disparó su arma también. Por el grito que se escuchó desde dentro el tenía tan ta puntería como su compañera.