Partida Rol por web

El disparo de Mormorac impactó en el hombre del reptil anunciándose con una nube de sangre pulverizada.

- ¡Eh chicos! Parece que esta pistola funciona, y eso que tengo mala puntería... - señalo tras su exitoso disparo. 

Tras el éxito de su último ataque, y a pesar de estar herida, la doctora volvió a levantarse por encima de la barricada de cajas y disparo de nuevo, esta vez contra el ser reptiliano al que había atacado Morlum. 

La energía láser de color rojiza que emergió del cañon del arma parecía bastante letal y precisa, se notaba que el arma era de una gran calidad y que poco a poco la médico iba cogiéndole el truco al tiro. 

Aquella situación empezaba a cabrearla más que cuando le ponían la sopa fría en el trullo. Rona hacía lo suyo, y él no debería estar combatiendo, lo suyo era arreglar cosas. De todos modos tenía que proteger a la tripulación, así que descargó con fuerza su llave.

Pequeños, bichejos cabroncetes.

La sala quedó en silencio tras la última acometida contra los kobolds de la tripulación del Pandora. El hedor de la muerte, y el de esas criaturas inmundas, saturaba el olfato de los aventureros...

Con su crudeza habitual, el pirata se acercó renqueando de su pierna metálica, y pateo uno de los cuerpos para darle la vuelta.

- Kovolds armados con lasers... Por los demonios del espacio profundo. ¿Que diantres ha pasado en este pedrusco? - Gruñe mientras revisa el cadaver con atención. Toma la pistola del pequeño ser reptiliano y se la enfunda en el cinto con un "humm" apreciativo y parece buscar cualquier pista que pueda encontrar sobre la procedencia de las diminutas criaturas. - No dejéis piedra sin remover. Cualquier cosa que encontremos será util.

Mormorac miró en derredor. La sala estaba iluminado por las luces rojas de emergencia y estaba sembrada de señales de lucha: casquillos de bláster y sangre. Aquí probablemente los mineros intentaron defenderse sin demasiado éxito. Parece que los kobolds subieron en el ascensor ya que las huellas de suciedad dejadas por los kobolds provienen de él.

El ascensor era de diseño Imperial, aunque algo anticuado. En el cabían hasta 6 personas y disponía de un control en una esquina con cuatro posiciones, que indicaba claramente que tiene 4 niveles. Al ascensor se podía acceder por los 4 lados, lo que no implicaba que en todos los niveles haya puertas en cada lado. Además, sobre una de las puertas hay un icono en Vorin (Imperial antiguo) similar a los de las cámaras de descompresión, por lo que es de suponer que la puerta que haya en ese lado dará a una cámara que puede estar sin oxígeno en algunas ocasiones.

Kimbo, ch1ld_08 y Mormorac, después de examinar el terminal del ascensor, hicieron notar al resto de la tripulación que los kobolds vinieron desde el último nivel, el cuarto. Además los movimientos del ascensor están monitorizados de tal manera que si alguien está mirando los registros sabrá donde está el ascensor en cada momento.

La doctora volvió a enfundarse la pistola-sable láser, sin duda satisfecha de aquella adquisición que le había ayudado a mejorar su puntería de gran manera. 

Sin embargo nada más iniciar la escaramuza y el intercambio de disparos Mercy había sido una de las primeras en ser heridas por aquellas pequeñas pero peligrosas criaturas reptilianas. Una vez transcurridos unos minutos tras el combate la adrenalina de su cuerpo empezó a bajar y el dolor se hizo cada vez más patente en el abdomen de la aventurera espacial de rosado cabello.

Con un gesto de mano extrajo uno de los dos cilindros con biogel de su cinto y lo aplicó a una de las jeringas que también llevaba en su equipo médico. Sin pensarselo mucho la inyecto en la quemadura de su abdomen para regenerar el tejido herido. 

- Ah... que alivio. - dijo suspirando cuando su esbelto pero curtido cuerpo empezó a recuperar la vitalidad

- Bueno. - Mascuyó mientras se enderezaba y dejaba de hurgar en los controles del elevador. - Esta claro que solo hay dos maneras de hacer esto. Limpiar nivel por nivel hasta dejar esto tan vacío como mi línea de crédito, o rastrear a esas viles lagartijas hasta el foco de lo que diablos halla pasado en este pedrusco sideral. - Mira a los tripulantes imperioso. - ¿Opiniones?

La sala estaba decorada con los múltiples cadáveres reptilianos que sus compañeros se habían encargado de eliminar. Tras comprobar que el recinto estaba libre de entidades hostiles, Ch1ld se acercó al terminal para hacer un checkeo tanto de la funcionalidad del elevador como de la cantidad de información que la consola podría proporcionarles.

- El cruce de datos confirma que en caso de avanzar sin asegurarnos de que todo el nivel está exento de amenazas, las probabilidades de ataque por la retaguardia ascienden hasta un 85% -anunció el droide con su voz psicotrónica.

Nos pagan por hacer limpieza, y limpieza hacemos jefe.

Aunque si encontramos al líder estas ratas huirán.

Ch1ld_08 utilizó su interfaz para conectarse al terminal del ascensor. Rápidamente el registro de la máquina fue adquirido y analizado por programas heurísticos con criterios diseñados sobre la marcha. 

El asteroide tenía cuatro plantas, ahora se encontraban en la más alta, la 1. El ascensor registra muchos movimientos entre la 4 y la 3 pero muy pocos hacia la 1 y ninguno hacia la 2. En cuanto al tipo de carga poco pudo averiguar, el ascensor carecía de esos sensores.

Analizando el sistemas Ch1ld_08 también averiguó que el ascensor estaba monitorizado desde la planta 4. cualquier movimiento que hicieran en él sería notificado a quienquiera que fuese el encargado de la seguridad del asteroide.

- Debe haber otra manera de subir. ¿Y si continuamos por el pasillo?

Rona se asomó al pasillo iluminado por las luces de emergencia. Estaba vacío exceptuando las dos puertas de los lados y la que lo coronaba en el fondo.

La doctora asintió a la mutante. - Será mejor limpiar este pasillo, no dejemos nadie atrás que pueda cortarnos la huida.... - dijo con seriedad. - Veamos que hay en la puerta de los lados y luego la del fondo ¿Os parece? - preguntó al resto al tiempo que alzaba su espada-pistola láser a la altura del hombro, preparada para volver a usarla al primer movimiento extraño que apareciera por allí. 

Rona se sitúa junto a la puerta de la derecha. Pone mucha atención en escuchar.