Partida Rol por web

Aullidos en el Bosque de Velar

[06] La Tensa Calma antes de la Violenta Tempestad

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11/09/2022, 23:28
Berenice

Berenice se frotó la sien, ¿cómo iban a descubrir a los licántropos camuflados entre la población? su idea, muy peregrina, había escandalizado al Consejo y se sintió un poco mal. No pretendía poner a nadie en peligro, solo estaba proponiendo soluciones, ya que nadie más lo estaba haciendo. Ella no era muy lista, solo trataba de impulsar a los más listos a que llegaran a una propuesta que para la selunita estaba vedada. 

-Bueno, lo comentaba por el reciente ataque a Elminster -dijo y después tosió un par de veces, como si se hubiese atragantado con su propia saliva-. Si alguien se une para robar artefactos mágicos y por otro lado, secuestra magos para, no sé, hacer aún más artefactos mágicos, ¿por qué no unirse para atacar al mago más poderoso de todos los tiempos? -alzó las manos y se encogió de hombros-. ¿Y por qué utilizar artefactos mágicos? Si la magia común, por la razón que fuese, fallase de algún modo -aventuró, sin decir claramente que la Urdimbre fallaba en ese preciso momento-, los artefactos seguirían funcionando, ¿no? Pero, bueno, estoy divagando... Otros más sabios que yo conocen los fundamentos de la magia. Yo solo conozco de donde proviene mi poder. 

En realidad, ¿y si alguien había causado un desgarro en la Urdimbre y luego había usado objetos mágicos para atacar a Elminster o a quién fuese?

-En todo caso, en mi sueño, los lugareños le entregaban una cuchara de plata a un sospechoso de licantropía, como si de esa forma pudieran romper su tapadera? ¿Es eso posible?

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12/09/2022, 18:07
Galatea

Quizá deberían haber entrado uno por cada lado de la calle pero debía ser que su cabeza empezaba a resentirse de tanto trazar planes y estrategias para esto y aquello y lo otro desde que habían entrado en Velar.

«Quiero mi estanque apacible en un claro silencioso y mi vaso de leche batida con canela ya... »

Aedelwulf no conocía su forma de elfa, y "elfa" debería seguir pareciéndole al menos hasta que se acercara mucho. A Mara tampoco la conocía y a Savinian sí. El caso es que de momento al menos sólo andaba.

En principio hizo como que no lo había visto y estuviera pasando por allí de casualidad, aunque susurró a sus compañeros.

—¿Creéis que alguien podría dar la vuelta al edificio e ir rápido por el otro lado?—bisbiseó como si observara porque le hubiera llamado la atención un pequeño parche de retamas que había logrado anecdóticamente echar raíces y prosperar de algún modo en una de las cornisas del edificio—. La intención es hablar, y empiezo a cansarme de que lo único que parezca hacer este tipo sea correr.

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15/09/2022, 09:05
Sheera Goldenleaf

Los Burgueses intercambiaron miradas cuando Berenice reveló que conocíais el ataque que sobre la torre de Elminster, en el Valle de la Sombra.

No pretendo enseñar a un oráculo de Selûne cómo interpretar una profecía de la Dama de Plata... —empezó Sheera, en tono de disculpa. Pero no, no es así como funciona la plata y los licántropos.

Sheera había sido aventurera en sus días, y sus viajes le habían llevado a Sembia, Cormyr y más allá de las tierras bañadas por el Estrecho del Dragón. Se había batido con licántropos y muchas otras bestias.

La plata les afecta como a ti y como a mí. Se usa plata contra ellos porque otras armas son menos eficaces. Tu sueño debería representar una alegoría, tal vez.

Miró a Rya.

La pista de Rya es más prometedora. Pero me preocupa qué puede pasar si dais una patada al avispero sin estar preparados. Especialmente porque no creo que toda la manada de Vakennis esté con esos idiotas de Dubrin y Culdur. ¿Cuándo prevéis que pueden llegar el resto de los Escudos a Harrowdale Town? Me sentiría más tranquila con un par más de manos capaces de nuestra parte.

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15/09/2022, 17:12
Rya Shaleel-Balthus

Ojalá, dijo Rya. Pero dudo que fueran todos. No creo ni siquiera que estén todos juntos, para evitar levantar sospechas. Eso nos da una oportunidad, si no tienen una forma de comunicarse a distancia. Aún podemos atraparlos aislados, antes de que encuentren la forma de organizar un asalto coordinado.

Si se comunicaban entre sí de algún modo, debían estar preparados para enfrentarse a los licántropos en cualquier momento. Incluso antes de que sacudieran el proverbial avispero, Vakennis ya sabía que no podían seguir pasando desapercibidos, y se vería forzada a adelantar el ataque.

Una hora, tal vez dos, si nada retiene su galope, respondió.

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15/09/2022, 18:31
Berenice

Berenice suspiró. Ella era la encargada de traducir las visiones de Selûne y la mayoría de las veces no tenía ni idea de lo que estaba viendo hata que ya era demasiado tarde. ¿Era mucho pedir que sus sueños fuesen un poco menos crípticos?

-Se han detenido en Velarburgo para dar aviso de lo que sucede. Están en camino.

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15/09/2022, 18:59
Mara

-Intenta distraerlo aquí. No tengo la velocidad de tu lobo-Le susurró, sin siquiera volverse a mirarla, mientras continuaba andando por la calle como si fuera una transeúnte cualquiera.

Cuando alcanzó la pared del edificio siguiente y pensó que ya no podrían verla, se apresuró a tomar la siguiente calle para cortar el paso al Wulfy. Esperaba que el licántropo no tuviese mucha prisa. Y que la música de la taberna le hubiese dejado los oídos algo embotados.

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16/09/2022, 09:41
Durana Shaleel

Se hizo un momento de silencio entre los Burgueses, que rompió Durana unos momentos después.

Los Burgueses van a deliberar. Por favor, esperad fuera a que os llamemos.

Los guardias os escoltaron de nuevo a la primera estancia donde habíais esperado. Morann ya se había ido. Quince minutos después, os volvieron a convocar en la sala de audiencias.

Hemos decidido extenderos un documento que os permitirá moveros con libertad en el toque de queda. Permaneced vigilantes y ayudad a la Capitana Dawnhorn en todo lo que podáis. Cuando lleguen el resto de Escudos, id a investigar esa pista que tenéis.

»Si tenéis alguna pregunta...

 

Si no tenéis nada más decir, indicadme a dónde vais o qué hacéis mientras llegan el resto de PJ.

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16/09/2022, 14:45
Galatea

Galatea suspiró interiormente mientras Mara desaparecía de escena. Ella misma podía correr como un lobo, era una lithary a fin de cuentas, pero si lo que pretendían era hacerle preguntas a Aedelwulf, lanzarle uno a la carrera no iba a ser muy convincente. Qué demonios, de por sí ya tenía serias dudas de que aquello fuera a salir bien.

En el fondo aborrecía a aquel tipo. Lo odiaba casi tanto como a la propia Vakennis. Para ella era un asesino, y nada de lo que había dicho Berenice la había convencido de no desear otra cosa que su cabeza en una pica... Pero tendría que tragarse un poco más aquellas acuciantes ganas que tenía de retorcerle el pescuezo y averiguar lo que pudiera ser de ayuda por si misma. El Valle iba antes que ella, por mucho que doliese, mientras pudiera tenía que aguantar.

Por los dioses... ¡te he visto y sé que tú me has visto a mí!—dijo haciendo un gesto de estupefacción con los brazos. Aquella escena de pronto se le antojaba absurda. Ella misma se sentía estúpida por la situación—. No he venido a pegarte en medio de un pueblo si es lo que tanto miedo te da. De hecho quiero hablar contigo de algo que quizá te interese. ¿Puedes dejar de huir como un cachorro apaleado aunque sea por una vez?

Tenía ganas de darse un cabezazo contra la pared... Le daba asco la sola idea de dirigirle la palabra. Pero el valle iba antes que ella, por mucho que doliese, mientras pudiera tenía que aguantar. Se lo repitió varias veces en su interior. Mientras pudiera tenía que aguantar...

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17/09/2022, 20:19
Rya Shaleel-Balthus

Rya sacudió la cabeza. Ella no tenía más preguntas para el consejo, por el momento.

Antes de marcharse, Rya se permitió relajar los hombros. Era más sencillo, ahora que sabía que Morann estaba a salvo. Rodeó la mesa, se agachó junto a su abuela, la abrazó y le dio un sonoro beso en la mejilla.

Cúidate, abuela. Terminada la reunión, se permitió un momento para la familia. Querría haberle dicho que todo iba a salir bien, pero Durana Shaleel tenía la mente de una comerciante exitosa. Si de algo sabía, era de analizar riesgos. La empresa que acometían no era una que la anciana hubiera elegido para sí, y tampoco Rya si hubiera podido hacer algo para prevenirlo. No podía, con sinceridad, prometer algo más que su mejor esfuerzo, y no era necesario, porque su abuela no esperaba otra cosa de ella.

Cuando dejaron atrás la sala del consejo de los Burgueses, Rya se detuvo para hablar con Berenice.

¿Qué quieres hacer? preguntó a la celestial. Me gustaría ir a la Casa de Mystra y hablar con Llewan*, pero no es tan urgente como la tarea que nos aguarda.

*Llewan Aspenwold, Señora del Misterio de la Casa de Mystra.

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18/09/2022, 10:34
Aedelwulf

¿Y por qué no me comes la polla? —respondió Aedelwulf a Galatea, por encima del hombro.

El mercenario siguió caminando para salir de la estrecha calleja, y cuando llegó al final, se encontró con que Mara doblaba la esquina a la carrera. Su primera intención fue echar la mano al mandoble, pero se detuvo y lanzó una mirada socarrona a Galatea.

Así que hablar, ¿eh? Ya veo qué tipo de conversación tienes en mente —dijo, sin dejar de vigilar el movimiento de Mara por el rabillo del ojo—. Si esa vieja zorra se mueve un paso más, llamo a los Jinetes. Veremos qué opinión tienen de los druidas... y de los lobos.

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18/09/2022, 22:27
Mara

-Si llamas a los Jinetes, podemos ver qué opinión tienen de alguien que trabaja con quien ha torturado a uno de los suyos, al que acabamos de rescatar-Le dijo Mara, pero no avanzó más.

Si los Jinetes intervenían, probablemente no saldrían tan bien las cosas para Wulfy. Podían llamar a la Madre Segadora para que intercediese por ellos, podían explicarles lo que había pasado con Caden, mandarles a comprobarlo. El problema era que todo eso llevaría tiempo, y ellas no tenían días para dar explicaciones y que los Jinetes comprobaran si decían la verdad.

-Si quisiésemos darte una paliza, ya estarías comprobando como de viejos están los puños de esta zorra. Que no es como si no merecieras probarlos, por lo que he oído. Pero resulta que preferimos que uses tu lengua. Y no para chuparnos nada, prefiero no tener que buscarme pulgas ahí abajo. Así que, ¿por qué no contestas a nuestras preguntas? Así podemos dejarte en paz, y yo no tengo que quedarme aquí, con la humedad calándome las articulaciones. Por ejemplo, podrías decirnos qué haces aquí, y qué sabes de lo que está haciendo Vakennis.

 

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19/09/2022, 14:43
Galatea

Guau, que nivelazo... —Galatea hizo girar los ojos en redondo—. Si pretendías quedar como un chiquillo de esos que cuantas más cosas malsonantes dicen más machos se sienten, lo has bordado. 

Se cruzó de brazos ociosamente esperando con toda la paciencia que pudo reunir a que Aedelwulf terminara de hacer la amenaza de rigor.

Sí, hablar—repitió—. Pero para poder hablar, una de las partes no tiene que estar corriendo en dirección contraria.

Dejó que Mara contestase por la parte que le tocaba mientras pensaba en lo irónico que era pretender hacerse el duro mientras uno se aleja; en lugar de duro, lo que terminaba haciéndote parecer era asustado. Pero daba igual, hasta Aedelwulf debía poder reconocer que Mara tenía razón en la evidencia de que si lo que quisieran fuera darle una paliza, lo podrían haber hecho antes de que ni abriera la boca.

A ti no creo que te interesan ojos encima. Nosotros no terminamos de ver claro qué haces aquí mientras lidiamos con las ideas del lunático de tu jefe. Así que hagamos un paréntesis: tú respondes y nosotros te dejamos en paz, menos tedio para todo el mundo—añadió—. Y antes de que digas que sólo has venido a tomarte una cerveza: Me refiero a que saliste corriendo dejando a Kazok colgado y ahora estás aquí en vez de con él. ¿Por qué? ¿A qué estás jugando?

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20/09/2022, 12:25
Berenice

Berenice solo quería dormir. Si no fuese por todos los problemas que habían decidido llegar a la vez, se habría metido bajo la manta de su cama para desaparecer al menos un par de días. Pero dormir a veces podía tener sus riesgos, Selûne podía decidir enviarle un nuevo aviso. Quizá era una buena opción, caer en un sueño profundo y que la diosa entrase en comunión con ella.

-Quería ir al Templo -contestó la celestial-. A avisar y a que todo esté bien. Preguntaré a los clérigos que podemos hacer para prevenir una posible maldición en masa.

Perdón, se me fue este post.

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20/09/2022, 23:37
Rya Shaleel-Balthus

Haré lo mismo en La Casa de Mystra, dijo Rya. Aunque esperaba que Llewan hubiera estado tan ocupada con la debilidad e la Urdimbre, que considerase todo lo demás como algo menor. Incluso una invasión de licántropos malignos.

Cuando salieron, Rya buscó a los guardias de la capitana Dawnhorn. Les mostró el documento que les habían extendido los Burgueses, y les pidió que estuviesen atentos a la llegada de una elfa y un lobo, un drow, y una humana madura de cabello cano, el resto de los Escudos de la Rastra. Les rogó que las avisasen a ambas en los respectivos templos, pues tenían órdenes de colaborar con la guardia y comenzar la investigación.

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22/09/2022, 09:42
Aedelwulf

Aedelwulf sorbió por la nariz, empujó con la garganta y escupió un lapo grande y jugoso en dirección a Mara. La guerrera tuvo que mover la bota para que el escupitajo no acertara de lleno en ella. Habiendo expresado lo que pensaba de las amenazas de Mara, se dirigió a Galatea diciendo:

Guau, qué gilipollas —dijo emulando el tono de voz de la druida—. Juego al teto. ¿Quieres participar?

»Me contrataron para hacer un trabajo. Lo hice y me pagaron —dijo, y se encogió de hombros—. Puedo matar por oro, pero no estoy dispuesto a palmarla por oro. Y ya han caído bastante de los míos.

»No sé quién es esa Vakennis. Y no sé qué tenía Kazok contra esos druidas. Ni me importa. Se me da bien matar y mato, cobrando por ello y sin hacer más preguntas de las necesarias para hacer mi trabajo y cobrar la recompensa. Si es un problema, me largo a otra parte y busco otro trabajo. Que es exactamente lo que he hecho.

»Respondido. Ahora viene mi parte favorita, en la que me dejáis en paz y no tengo que seguir escuchando vuestras gilipolleces.

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22/09/2022, 09:52
Teredic Alton

Salisteis del edificio de reuniones del consejo y tomasteis la calle que bajaba hacia el puerto. En la encrucijada te despediste de Rya y te dirigiste a la Casa del Arpa Cantora, un edificio de piedra, viejo y con torrecillas. Riffin, tu amigo Nombre de Oghma, te abrió las puertas y te saludó. Tras comprobar que estabas bien te instó de forma inmediata a compartir las nuevas que tuvieras con el Maestro Erudito. Su despacho estaba como lo habías visto en tu última visita: lleno de mapas de todo tipo e instrumentos de cartografía. Cuando Riffin cerró la puerta para dejaros a solas, Teredic Alton se levantó de su silla, con impaciencia.

¡Berenice! ¿Cómo has llegado aquí? ¿Sabes algo de qué está pasando y por qué los Burgueses han decretado el toque de queda?

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22/09/2022, 09:55
Narrador

Salisteis del edificio de reuniones del consejo y tomasteis la calle que bajaba hacia el puerto. En la encrucijada te despediste de Berenice, que se dirigía al templo de Oghma. Tú doblaste hacia el sur para dirigirte a la Casa de Mystra. Por el camino tuviste que enseñar la autorización de los Burgueses a una pareja de guardias que patrullaba delante de los cuarteles de la ciudad. Doblaste nuevamente hacia el este y llegaste al templo, un edificio pequeño y de nueva construcción. Endreira, una de las tres acolitas que formaban la diminuta congregación, te abrió la puerta y te dio la bienvenida. Te aclaró que Morann no se alojaba allí, sino que había decidido irse con tu familia. Siempre muy protectora con Llewan, la sacerdotisa trató de disuadirte de que te reunieras con la Señora del Misterio, alegando que estaba enfrascada en una importante investigación.

Está bien —suspiró, cuando insististe en verla debido a que tenías información urgente que compartir con ella acerca de lo que sucedía en Harrowdale—. Te llevaré a sus aposentos. Intenta que coma algo.

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22/09/2022, 09:58
Llewan Aspenwold

Se te cayó el alma a los pies cuando viste el estado de Llewan y el desorden de sus aposentos. Allí dentro debía haber la mitad de la biblioteca del templo. Los libros ocupaban todas las superficies horizontales de la estancia: la mesa de trabajo, pero también la cama y el suelo. Por si aquello no fuera suficiente, había mapas y pergaminos por las paredes, llenos de dibujos y anotaciones garabateadas a toda prisa. Había un plato de estofado frío en el suelo, sin empezar, junto a una jarra de barro con agua. La estancia tenía el penetrante olor a pescado propio de una mujer que no se había aseado en varios días.

La Señora del Misterio estaba medio desnuda. Vestía un camisón ligero que se transparentaba y le dejaba los muslos pálidos al aire, e iba descalza. Gateaba a cuatro patas, en una postura muy poco digna, anotando algo en el suelo. Tenía el cabello revuelto y enredado, y unas ojeras pronunciadas. No se dio cuenta de que estabais allí, observándola. Cuando Endreira carraspeó para llamar su atención, dio un respingo y empezó a maldecir por haber hecho un borrón en sus notas. Giró peligrosamente la cabeza para ver el motivo de la interrupción. Sus ojos relampaguearon, y pareció tardar varios latidos de corazón en procesar quién estaba delante de ella. Entonces pareció sumamente confusa y agotada físicamente. Se sentó en el suelo, cruzándose de piernas, con más preocupación por hacerse a la idea de lo que estaba sucediendo que por pudor alguno.

Endreira se acercó a ella, se acuclilló a su lado y le dijo unas palabras al oído.

¿Rya? —preguntó Llewan, casi como si no te reconociera.

La acólita se levantó, te dirigió una mirada preocupada y cerró la puerta tras de sí para dejaros a solas. Llewan se rascó el pelo sucio, y miró el desastre que tenía alrededor.

Siento el desorden —dijo con voz pastosa, sin vocalizar bien las sílabas. Se detuvo para bostezar largamente—. ¿Qué puedo hacer por ti?

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22/09/2022, 18:44
Berenice

Ni un poco de agua ni un asiento, a pesar de su aspecto demacrado y agotado. ¡Y además nadie había avisado del inminente peligro! Le dio un repentino llanto, pero breve, porque si dejaba salir todo lo que tenía dentro ahogaría al maestro Alton y empaparía todos los mapas y pergaminos que estaba estudiando. Acabó sentándose en un taburete que encontró cerca y por poco no cayó al suelo.

-¿Por dónde empezar? Están atacando de forma sistemática el Valle. No ahora mismo, en este momento, pero se producirá antes de que la luna se encuentre en cuarto menguante -hizo una pausa para coger mucho aire y soltarlo despacio. Y luego habló muy rápido-. Los Escudos de la Rastra fuimos a investigar el Círculo druídico y lo hallamos diezmado. Todos muertos. Seguimos un rastro que nos llevó primero a unas cavernas donde nos peleamos con una driada y un druida llamado Kazok, pero tuvimos que huir. En el árbol de la driada crecían unos hongos mágicos que aceleraban el proceso de transformación de una víctima de licantropía. Resulta que, bueno... Vakennis, malarita líder de la manada, había conquistado Colina Aullante y alguien que no sabemos quién es ha manipulado los hongos mágicos para que el proceso de transformación dure segundos. Si un licántropo nacido lo ingiere y transmite la infección, habrá un licántropo en segundos. ¡En segundos! En Colina Aullante no quedaban guerreros de Vakennis, solo civiles. Ha trasladado a toda su manada al Valle, se encuentra escondida entre la población y atacará. No sabemos cuando. Ah, el toque de queda no era por esto. Resulta que... han atacado a Elminster en su Torre. Ha repelido el ataque. Pero resulta que nosotros teníamos una pista de que una persona se dedicaba a secuestrar magos y otra pista de unos drow robando artefactos mágicos de grupos de aventureros. ¡Y ya no quedan grupos de aventureros en Harrowdale! Solo nosotros, los Escudos. No sé qué vamos a hacer... ¿Hay alguna forma de evitar la maldición de licantropía? En todo caso, ¡tenéis que prepararos para curar maldiciones! Cuando comience el ataque.

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24/09/2022, 10:51
Teredic Alton

¡Por el Señor del Saber que Ata todo lo Conocido! —fue lo único que Teredic fue capaz de articular.

El Maestro Erudito también buscó asiento, con los ojos como platos danzando nerviosamente de un lado a otro de la habitación. Con una mano temblorosa echó mano de su pipa y la encendió con una ramita yesquera.

Hay maneras de contrarrestar la maldición licantrópica, por supuesto. El antídoto más mundano es mascar unas ramitas de atropa belladonna. Está disponible en grandes cantidades en el Bosque de Velar, pero necesita ser administrada cuando la maldición es reciente. Dudo mucho de que fuera efectiva contra esta maldición potenciada por esos hongos mágicos los que hablas, si la transformación sucede en segundos —meditó en voz alta el clérigo de Oghma—. Y mucho me temo que un conjuro de Curar Enfermedad vaya a ser particularmente eficiente. No. Vamos a necesitar soluciones más potentes: Quitar maldición y Romper Encantamiento. Desgraciadamente, somos muy pocos los clérigos en el Valle que seamos capaces de lanzar sortilegios tan potentes. La Señora del Misterio Llewan Aspenwold de Mystra, la Hermana Reverenda Seresha Auric de Tymora y un servidor. Oh, y la Madre Segadora Yvonna Oakenstave de Khauntea en Velarburgo, por supuesto, ella es la más poderosa de entre todos nosotros con diferencia.

»Siento no poder ser más ayuda —dijo y la resolución brilló en sus ojos. Se levantó—. Ven. Vamos a preguntarle al Arpa Cantora.

Sin esperar respuesta, Alton te guio a la más alta torre del templo. Allí flotaba en la estancia y sobre una mesa el arpa encantada que daba nombre a la iglesia, un artefacto sagrado en la fe de Oghma. Teredic Alton se arrodilló frente al instrumento y comenzó a musitar entre dientes plegarias al Señor del Saber. Diez minutos después, alzó la vista y lanzó una pregunta al aire:

¿Qué nos puedes decir, oh Señor del Saber, del ataque de Vakennis a Harrowdale Town?

El arpa encantada centelleó y se rodeó de un aura de un púrpura profundo. Empezó a tocar unas notas que arrancó uno suspiro desfallecido de Teredic, que había reconocido la canción. El Maestro Erudito empezó a cantar con voz temblorosa para que pudieras saber qué decía.

Profundamente emocionado, el anciano echó a llorar cuando el arpa terminó de tocar las últimas notas de la canción.