Partida Rol por web

Me apresuro rapidamente a intentar acabar con los trasgos que habian herido a mi compa;ero, disparo una flecha al trasgo numero 3, esperando hacerle el suficiente da;o para matarlo, o incapacitarlo 

Durin al ver que los trasgos se olvidaban de su defensa y abrían hueco en ella, ataca al trasgo que estaba ante él y Khardros, con excelente precisión y daño a la altura del cuello del gran trasgo, intentando cercenar de un hachazo su cabeza mientras un chorro de sangre de trasga mana de del cuello de su víctima mientras su cuerpo cae lentamente hasta descansar en el suelo observado por una gran sonrisa del enano ante semjante demostración de habilidad y poder.

 A pesar de que atacar a un enemigo que se retira no es muy honroso, no estaban en una situación donde elegir. Solo los dioses sabían cuantos de estos engendros habría en aquellas ruinas. No podían permitirse el lujo de dejarles ir para avisar y preparar una contraofensiva.

 Dando un pequeño esprint el helmita se abalanza sobre el trasgo más rezagado y lanza una cuchillada con us espada larga, causando un profundo corte en la base de la espalda.

El grupo de aventureros llega arrasando haciendo a los hobgoblin retroceder. Con gran maestría el enano, el helmita y el maestro de caballos con su arco abaten  a sus enemigos odiados. Sólo queda uno que se refugia tras su jefe que con un grito comienza a transformarse en un híbrido entre un trasgo y un sabueso. La criatura emite un rugido que helaría la sangre de hasta el más valiente.

Khardros mostraba heridas en cada parte de su cuerpo. Sus protecciones estaban hecho jirones. No obstante no demostraba signo de debilidad alguna. Klaus, al ver a la criatura híbrida se adelantó presto a interceptar a la criatura.  

- Marcharos, yo lo ententendré. Acabaré con ella.

Khardros tomó su martillo y avanzó junto a Klaus.

- Tengo un agravio con esas criaturas Barghast - dijo tranquilamente -  te ayudaré a destruirlo y mandarlo directo al de la Gehena de dónde viene.

El enano avanzó con tal obstinación que sería un esfuerzo inútil tratar de convencerlo de lo contrario. 

- Marchad al Castillo no preocuparos por nosotros.

Enghir se movio 3 metros hacia la bestia, saco una flecha, la tenso con su arco y la lanzo, esta salio muy desviada pero no estaba del todo mal, la idea en parte era confundir un poco a la bestia de a quien atacar, grito:

- !Son nuestros compa;eros, no seria justo dejarlos aqui!-

-¡Tienes razón criador de caballos, luchemos a muerte!- Durin grita estas palabras y se pone junto a Klaus y Khardros esperando a la bestia y al líder trasgo.

 Lorenzo remató al trasgo cortándole la garganta, le resultó odioso, pero no quería ver como agonizaba incapacitado por el corte de la espalda. Según había estudiado en el templo, algunas heridas que primeramente no parecían letales, en algunos puntos de la espalda, podían dejar inválido a un guerrero.

 Nada más terminar con la vida del trasgo, un gruñido le penetró los oídos.

¿¡Qué pasa!?

 El helmita miró hacia la fuente del desgarrador gruñido y vió al ser que se había mantenido al margen mientras los demás grandes trasgos morían por sus aceros.

 - Una criatura del avismo...

 Entonces sus compañeros Klaus y Khardros le sorprendieron pidiendo que les dejáramos luchara solos contra la criatura mientras nos instigaban en proseguir la búsqueda por nuestro lado. No tenía mucho sentido... Juntos, siendo tantos, podrían mirar de abatir a la criatura en poco tiempo. No enía sentido dejar que uno o dos de sus compañeros murieran contra la criatura intentando hacerse los hérores.

 Como respuesta a sus pensamientos Durin y Enghir se prepararon para atacar a la criatura. El sacerdote asintió adoptando una postura marcial, con el escudo y el acero preparado mientras empezaba a dar un rodeo para tomar los flancos de la criatura...

Los trasgos caían ante los tajos y estocadas de sus compañeros. Pero la sorpresa del mago fue cuando el que parecía el  líder de aquella bandada de trasgos se transformo en una bestia que acentuaba su ferocidad y posiblemente su letalidad.

Varios compañeros insistieron en acabar ellos con esta bestia pero juntos habría mas posibilidades.

-Acabemos con ese monstruo. Yenian busco en su libro el conjuro que creía podría darles ventaja.

La criatura interceptó a los aventureros. Era una híbrido entre una sabueso y un hobgoblin. Abrió las fauces como para mostrar sus largos colmillos que acaban el hilos de saliva. Enseñó las enormes garras a modo de amenaza. Lanzó un rugido que resonó en todo el patio.

Durin viendo a la bestia que se lanza sobre sus compañeros, avanza con el escudo por delante. Cuando llega a la bestia abre su defensa y mueve el brazo hacia atrás para imprimir fuerza al ataque, y con un movimiento excelente, mueve su arma hacia adelante de abajo arriba golpeando a la bestia en la mandíbula con otra demostración de pericia en combate con hacha destrozando la cabeza del animal.

Mientras las copias del mago se desvanecían lentamente este se dedicaba a recitar su próximo conjuro

De su palma derecha se formo una esfera que desprendía rayos de luz blanquecina al terminar de formase el mago la lanzo directamente a los ojos de la criatura horrible con la intención de cegarla.

Si se ciega mis compañeros podrán abatirla con facilidad.

Enghir volvio a sacar una flecha, la tenso con fuerza y solto la peque;a municion puntiaguda, pero por mala suerte la criatura logro esquivarla, asi que saco su cimitarra preparandose para la pelea cuerpo a cuerpo

 Lorenzo buscó un mejor posicionamiento, buscando dividir la guardia de la criatura, flanqueándola. Tomándose su tiempo mientras suscompañeros hacía lo mismo. Finalmente se lanzó al ataque buscando confundir a la bestia haciendo un finta para finalmente alcanzarla con un tremendo tajo ascendente que la alcanzó bajo una axila abriendo una buena brecha en su piel correosa.

La criatura avanzó hacia los aventureros mientras Lorenzo, Durin y Klaus avanzaba hacia él. Un leve resplandor brotó de la mano derecha del mago y un globo de luz brillante avanzó hacia la cabeza de la criatura. Ésta se detuvo de golpe y sacudió la cabeza emitiendo un gruñido de desesperación. El hacha de Durin se golpea a la bestia por la mandíbula.  El hacha de durin se enterró en la cabeza mientras el helmita entierra el acero bajo el brazo justo en la axila. La criatura agitó los brazos tratando de alcanzar inútilmente los objetivos.

Mientras que el enano Durin consigue sacar su hacha y Enghir hendía su cimitarra, Khardros con su último aliento levanta su martillo de guerra y lo descarga contra la cabeza de la criatura. Se puede escuchar un crujido y los sesos son esparcidos a varios metros a la redonda. La criatura cae al suelo pesadamente mientras el enano suelta el martillo y se desploma inerte en el suelo.