Partida Rol por web

Habiamos tardado un rato en volver al campamento, y ya en el se debatia el mismo problema que antes... el barbaro se despertaba y queria hacer justicia por mano propia, el explorador con su sed de venganza, y el lider al que nadie parecia darle un real valor como tal.

No llegue a contar lo que habiamos encontrado en nuestro espionaje, porque las discusiones saltaron antes de que pudiera hablar. Asi que simplemente espere el momento propicio para dar nuestras noticias. El dilema del paladin, nuestro lider, y el explorador, llego a su fin cuando nuestro conductor se puso firme en el dictamen de dejar ir al explorador pero sin sus armas. Tenia que decir que estaba de acuerdo con la enana sobre la sentencia de muerte, sobre todo con lo que yo estaba a punto de decir.

No tuve oportunidad de dar la informacion que tenia cuando otro problema surgio de repente, al paladin le faltaba parte de su dinero... por si los problemas que ya teniamos no fueran poco, ahora debiamos ocuparnos de un paladin descuidado que no sabe donde guarda sus monedas, pero eso no era lo pero... apenas el "bonachon" exclamo que le faltaba su dinero miro directamente hacia mi.

Mi cara paso de una neutralidad media a una especia de indiferencia e incredulidad, enarque una ceja mientras le devolvia la mirada al hombre.

-Te puedo ayudar en algo?

Pregunte ante su mirada y la exclamacion proferida, luego aguarde un poco a que la exaltacion inicial se calmara y volvi a agregar.

-No quiero interrumpir el dilema del paladin, pero Arshade y yo encontramos la guarida de los trasgos... y puede que este conectada al lugar donde nos dirigimos.

Ya no podia esperar mas y tenia que contar lo que habiamos descubierto, si el paladin no era cuidadoso con sus pertenencias eso no era problema mio ni del grupo.

-Yo no tengo moneda alguna-bromeé con suspicacia,-y supongo que Arethel tampoco, venimos llegando y en efecto, encontramos la guarida de los trasgos y algo que yo no podría decir porque tuve que quedarme un poco lejos, soy patosa como una mula-reí.-Pero nuestra querida elfa bien nos puede explicar.

Observaba a todos con especial atención, parecían estar más dispuestos a pelearse entre sí que a seguir con lo que habíamos ido a hacer y no me gustaba para nada esa idea. Estaba bueno ir en busca de algo, volver, que nos pagaran y olvidarnos, si queríamos, los unos de los otros pero así las cosas no tenían buena pinta.

-¡Pinta! Eso, quiero una...

- Espero no volverlos a ver - Dijo el Explorador... - Cometi un error, si... y ahora he de enmendarlo.... Hasta nunca - Giro sobre su eje... desarmado se adentraba en el bosque... una ultima mirada al grupo antes de desaparecer.

- E... espera... - intento decir a Samir, pero éste se gira y, tras dedicar una última mirada, desaparece de nuestra vista. Quería dejarle algo de oro para que pudiera ir a una posada en Calimshan, pero mi oro había desaparecido. Estoy literalmente sin nada, apenas con unas pocas monedas de plata y cobre, y con lo que llevo puesto. Al final tengo que resignarme, he perdido casi todo el dinero y no tengo pista alguna del culpable, y sería injusto acusar a la pícara por el mero hecho de ser una... pícara - Maldita sea...

Me siento sobre una roca, impotente, me gustaría ayudar a Samir, ayudar a que tenga la justicia que necesita.

- Esto no está bien... para nada... - niego con la cabeza, a la vez que me llevo las manos a la frente. Unos instantes después consigo calmarme un poco y escucho lo que Lorethel y Arshade han descubierto, y alzo la mirada con interés - Explicadnos lo que habéis visto, Lorethel, por favor...

Miro con antipatia y algo de desden como se marcha el explorador.

Tantos problemas nos trajo y tan obsesionado estaba con los trasgos... y ahora cuando digo que encontramos su guarida el muy caradura se marcha... vaya pedazo de explorador!!!

Decidi callar mis pensamientos, mas que nada para no generar un mayor malestar que el que ya habia. La respuesta que me interesaba escuchar era la de nuestro lider, aunque estaba seguro que la enana y el paladin tendrian todavia algo que decir al respecto.

El hombrde Tyr parecia abatido por una mezcla de culpa, impotencia, y una recientemente descubierta pobreza... pero al parecer era el unico interesado en lo que Arshade y yo teniamos para decir. Dejando de lado la escena con el explorador, logre volver a mi temple normal y relajado para relatar lo sucedido.

- Cuando fuimos en busca de agua junto con Durbara, logre oir a un par de trasgos que estaban recolectando agua para su guarida, con Arshade los seguimos hasta un claro donde hay un roca de color rojizo. Luego de un par de minutos de espera la roca se movio dejando paso a los trasgos para que ingresen a su guarida con el agua. Por lo que llegue a ver del tunel parece extenderse a lo largo en direccion a nuestro destino. No podria confirmarlo ya que no tuve tiempo para ver con mayor detenimiento.

Al terminar mi historia poso mis ojos sobre nuestro lider, aunque estaba terminando de ponerse su armadura estaba segura que habia oido todo lo que dije.

Me incorporo interesado sobre el asunto.

- Creo que sería buena idea explorarlo... es posible que esté relacionado con nuestro trabajo.

Mientras espero la respuesta de Magnus, me acerco a Lorethel.

- Me gustaría hablar contigo más tarde... - comento con total tranquilidad, con tono casi suplicante

El bárbaro escuchó lo que decían después de ver como el maldito bastardo que le disparó a traición marchaba sin su arco al interior del bosque... “Espero que seas cazado por los trasgos, pues si nos volvemos a ver..." Sus pensamientos pararon, nadie había contestado a su pregunta de donde se encontraba su espada, que por lo visto había perdido, o alguien se la estaba guardando, cierto era que portaba otras armas, como su gran hacha, pero sentía predilección por aquella arma tan bien equilibrada...

Se intentó incorporar aún doliéndose de las heridas recibidas, la cabeza le daba aún vueltas y se sentía algo débil... Apenas podía mirar a la enana a los ojos, pues sabía que volvería aquella furia que aveces le invadía, y apenas podía controlar, cuando todo estuviera en su sitio, ya le pediría explicaciones o alguna otra cosa... Ahora debía concentrarse en recuperar algo de su salud, por lo viso estaban apunto de ir a inspeccionar para matar algunas criaturas, y eso era una cosa que no le desagradaba, pues allí podría saciar su ganas de matar....

 - Alguien sabe donde está mi espada... Creo que la necesitaré...

Magnus acabó de ponerse su armadura mientras las chicas comentaban lo que habían encontrado. A Samir no le hizo más caso. Pero en cambio cuando Nathan  comentó que le faltaba dinero revisó su bolsa por si a él también le había desaparecido algo.

El tema de los trasgos era peliagudo. Meterse en una guarida llena de ellos no era tarea facil, pero si su camino les llevaba hasta allí no tenían más opción.
El barbaro estaba malherido por lo que tendría que lanzarle otro conjuro de curación si al final se enfrentaban a ellos. Hugash seguía preguntando por su espada.

No sé donde está tú espada Hugash. Me parece que cuando te trajeron malherido ayer no la tenías contigo. Espero que tengas más armas, porque encontrarla podría ser dificil.

Bueno, si Lorethel está segura de que nuestro camino y la cueva de los trasgos están en la misma dirección tendremos que echarle un vistazo por lo menos. Aunque hubiese dicho que el insulto sería otro no una banda de trasgos.

Pongamonos en marcha cuanto antes.

Samir se aleja por el bosque, al tiempo que la paranoia hace presa de mas de uno de los miembros del grupo...

Sin embargo, todas las bolsas parecen estar en sus respectivos sitios, muy bien cerradas, y con todo su contenido en su lugar.

Arshade recuerda ahora que la espada de Hugash quedó en el sitio donde aquél casi deja la vida a manos del semiorco... Al haber transcurrido apenas unas horas, bien podrían encontrarla nuevamente, o bien podrían encontrarse con algún superviviente dando sepultura a sus caidos... O lo que es peor, a las bestias que se hicieran un festín con los mismos.

El arroyo parecía finalmente volver a su cause, habiendo manejado con tremenda cintura el asunto del oro perdido el paladín...

El vago recuerdo de Crotar era por momentos casi tan remoto como las junglas de Khult.

El bárbaro recuerda el combate que hubo allí, cuando lo comenta Magnus y lamenta oirlo, aún así no deja su empeño de conseguirla...

 - Me acercaré hasta allí, es un arma valiosa, y no me gustaría perderla, tal vez aún siga allí... Después iré donde decís...

Durbara agrió el gesto cuando se enteró de que la bolsa de oro del paladín había "desaparecido". Y se sorprendió de que el paladín no quisiera saber qué había sido del oro. Hasta donde ella sabía, lo único que los unía en esa misión era el oro. Ninguno parecía tener alguna motivación para esto que sacar un buen puñado de dánteres al finalizar el trabajo. Por otro lado, el paladín representaba al dios de la justicia. Dejar impune un robo tan flagrante no parecía propio de un adalid del dios justo.

Y la enana no tenía ninguna duda de quién era la principal sospechosa.

--Así que ahora el oro se esfuma por arte de magia y a nadie parece importarle --gruñó la guerrera, cruzándose de brazos--. Por curiosidad, Nathan. Cuando fuiste a dar sepultura al piel verde ¿sus pertenencias también se habían esfumado mágicamente?

- No es que no me importe, Durbara, pero sin pruebas no puedo hacer nada y no voy a amargarme por ello hasta tener algún indicio. En cuanto tenga algún indicio me volverá a importar - menciono con seriedad mientras empuño con firmeza la empuñadura de mi espada, pero segudnos más tarde la suelto - Solo que es raro que sólo hayan desaparecido las piezas de oro, porque las de plata y de bronce siguen aquí en mi bolsa - comento agitando mi semi-vacía bolsa - Y acerca de las pertenencias de Crotar...

Magnus comprendía el razonamiento de Nathan. Sin pruebas no podía acusar a nadie. Por más que Durbara quisiera señalar lo contrario. Cada vez le gustaba menos el comportamiento y la forma de ser de la enana. No cabe duda que si van a ir bajo tierra les será de gran ayuda, pero no paraba de pinchar a los unos contra los otros. Y eso no era bueno. Ya sin contar lo de Crotar.

No obstante decidió dejarlo y atender al asunto que importaba.

Hugash, si el lugar de la pelea está de camino no me importa pasar por allí a por tu espada, pero no conviene volver a separarse. Eso fue lo que causó que te hirieran en primer lugar. A partir de ahora iremos todos juntos.

Me detengo un poco, pues aquel recuerdo era desagradable. Me tomo algo de tiempo para no herir la sensibilidad de Hugash ni volver a despertar su ira.

- Lo cierto es que su cuerpo estaba boca abajo, con las manos en sus costados. Revolver en su cadáver hubiera sido realmente desleal y mezquino. No recuerdo si había algo en su cadáver o no, me limité a enterrarle... como comprenderás soy un paladín y no una bestia carroñera - expliqué, tratando de hacerlo de la forma más delicada posible para no alterar a Hugash.

Después escucho lo que dijo Magnus y asiento con la cabeza.

- Estoy de acuerdo - me acerco al bárbaro y le ofrezco mi mano para ayudarle a incorporarse, dedicándole una cordial sonrisa - Vayamos a por tu espada, compañero. Apuesto a que tienes ganas de machacar a algunos trasgos con ella

El bárbaro no acababa de entender que pasaba con las monedas de Nathan, pues solo tenía en mente de momento conseguir su apreciada espada,para como decía el Paladín, machacar a unas cuants cabezas... Miró al Paladín mientras le ofrecía la mano, y mientras lo miraba un instante con curiosidad, finalmente le aceptó la ayuda para incorporarse, y asintiendo con la cabeza...

 - Está bien, vayamos...

Miro con cierto desden a la enana cuando vuelve a hacer mencion de las monedas perdidas del Paladin, no es que me importase mucho el tema pero parecia que la mujer solo queria buscar una excusa para pelear.

- Que pasa durbara, se te acabaron las excusas para matar a alguien?

Dije tranquilamente mientras me acerque a nuestro lider para revisar el mapa que el portaba y asi confirmar mis sospechas sobre la cueva de los trasgos. No le di mas importancia al tema del dinero faltante y me concentre en el mapa y en la ubicacion de la cueva para marcarselo a Magnus en el mismo.

- No podria asegurar la extension de la cueva, pero se que comienza desde aqui, y hacia abajo.

Dije mientras marque en el mapa con el dedo la posicion donde habiamos encontrado la entrada.

Durbara quedó pensativa ante las palabras del paladín y se encogió mentalmente de hombros. Cuando Lorethel le interpeló, le devolvió una mirada neutra.

--¿Por qué lo dices? ¿Acaso te has sentido amenazada porque queramos averiguar el paradero de esas monedas?

Estaba marcando en el mapa la posicion de la guarida cuando me llegan las palabras de Durbara, al parecer me iba a divertir un rato con la enana.

-Para serte sincera, estoy segura que todos nos sentimos amenazados por tu sed de sangre mas que por el paradero de unas monedas. El dinero se recupera... la vida no.

Con esas tajantes palabras me volvi a mi tarea, y espere la respuesta del lider para el planteo tactico de la situacion.