Partida Rol por web

Sigo comiendo y bebiendo con naturalidad mientras escucho a nuestro interlocutor, una vez deja el dinero en la mesa miro a mi alrededor esperando a ver la reaccion de mis compañeros... pero su indiferencia me dice que ellos ya habian tomado su parte y aceptado su participacion en la mision.

-Por mi no hay problema, nos veremos a mi regreso entonces señor Ra's

Tras mis educadas palabras y una picara sonrisa tomo las pilas que el hombre cuidadosamente coloco sobre la mesa y las voy guardando en mi bolsa de dinero, que tras terminar vuelve a su lugar dentro de mis ropas... a salvo de cualquier curioso.

Este puede ser el inicio de una hermosa relacion de negocios...

Tras la despedida del barbaro solo quedabamos la enana, el hombre de FE, y el caballero de la orden de Tyr. Termino la comida que me habia servido y luego me levanto para hacer un paneo general.

-Bueno, parece que ya es hora de ponernos en marcha...sera un placer compartir esta aventura con ustedes.

Nuevamente una sonrisa misteriosa se dibuja en mis labios... una mezcla de provocacion y malicia, aunque adornada con educadas palabras y ademanes.

Asintiendo me incorporo también, dirigiéndome hacia la salida. Al fin íbamos a empezar ese curioso trabajo, y lo cierto es que el asunto me tiene intrigado.

Antes de salir de la posada me acerco a Durbara para pregutnarle una cosa.

- Esto, Durbara... si todo esto sale bien, ¿crees que tu hermano podría forjarme una espada nueva? No es que no confíe en la hoja que estoy usando... pero es que ya tiene sus años y, la verdad, no conozco a ningún herrero tan bueno como él.

Esbozo mi característica sonrisa cordial, esperando la respuesta de la enana mientras cruzo el umbral que conduce al exterior de la posada.

   Durbara miró a la recién llegada sin tapujos. Las curvas, el cuero ceñido, la sonrisa pícara, la actitud de serena superioridad... y aquellas habilidades adquiridas sólo los dioses sabían donde. Esa mujer les iba a traer problemas. Oh, sí, ya lo creía.

   La enana se levantó de su asiento sin hacer comentarios y se acomodó el equipaje a su espalda cuando Nathan se acercó para preguntarle sobre las artes de su hermano.

   --Oh, sí, claro. Él es os puede forjar vuestra espada. Usando acero de verdad, no como eso que empleáis los humanos --Durbara carraspeó. No se le daba muy bien eso de hacer amigos--. Lo que quería decir es que... sí, lo hará con mucho gusto. Vuestro padre es muy querido en nuestra comunidad. Seguro que como mínimo os hace un descuento.

Magnus esperó educadamente a que la nueva integrante del grupo, ya que había cogido el dinero, acabara de comer. Una vez hubo terminado y se levantó, los demás que quedaban en la mesa hicieron lo mismo. Por fin se ponían en marcha.

Recogió su escudo y su mochila y se encaminó a la salida de la posada. No sin antes despedirse de su contratante mientras Nathan y Durbara comentaban algo personal entre ellos.

Bueno maese Ra´s. Nos veremos a la vuelta y si El Caballero Rojo tiene a bien guiar nuestros pasos le traeremos las noticias que usted y su señor buscan. Que le sea propicio también a usted.
Adios.

Luego sin más salió afuera donde les esperaban sus ansiosos compañeros.

Miro a Durbara, y luego a mi espada enfundada en cuanto mencionó lo del acero. Mi sonrisa se acentúa más aún.

- No, si es bien cierto lo que decís, mi amiga enana. No hay un acero mejor que el que forja un enano, lo dice siempre mi padre - acto seguido, ya afuera, busco con la mirada a Arshade. En cuanto la veo la saludo con la mano. Tras aquello me giré hacia el clérigo, con mirada decidida - Vos guiáis, y mi espada os protegerá.

Magnus asintió al comentario de Nathan y sacó el mapa para que tanto él como lo demás pudieran verlo.

Como ya dije antes, no soy precisamente lo que se dice un rastreador. Así que si alguién tiene más conocimientos no me sentiré ofendido para nada.
Lo digo más que nada para poder llegar sin contratiempos. O para llegar simplemente.

   --Cuando lleguemos al área subterránea creo que podré hacerme cargo de eso --terminó comentando a regañadientes Durbara.

   Lo cierto es que aunque ella había vivido la mayor parte de su vida en Silverymoon, una ciudad como cualquier otra, aún tenía el proverbial sentido de la orientación enana. Mientras que los superficiales se orientaban por la posición del sol, los enanos podían orientarse a partir de los sutiles cambios de humedad y temperatura del aire de las minas.

   --Pero hasta entonces, mi sentido de la orientación no es ni mejor ni peor que el de cualquiera.

Han pasado instantes del mediodía. El cálido sol parece acariciarlos fuera de la posada, momento en el cual Magnus se las apaña con el mapa.

Al observar el mapa, nada fuera de lo común salta a la vista, salvo, que su confección es muy elaborada. Sin ser necesaria la opinión de un experto cartógrafo, pueden llegar a la cuenta de que en unas doce horas a ritmo medio estarían arribando a la "x" marcada con tinta roja.

El camino a seguir, una disyuntiva. Ya que el destino se encuentra a la altura de Amnagua y su intersección imaginaria con la mitad del Lago Weng.

Así, desde su localización actual en Púrskul, más exactamente en la posada Jarragrande, bien podrían tomar al norte por el Camino del Orco (+3hs) y doblar por el Camino del Lago al Este hasta llegar a mitad del valle Misnor (+6) y allí caminar un par de horas como mucho al Sur hasta la "x" por el bosque (+3).

En su defecto, bien podrían cruzar Púrskul hasta la salida Este, y continuar por La Bifurcación del Sur (+6) hasta la latitud de la "x", y de allí caminar una igual cantidad de horas que en la otra posibilidad por el bosque (+/- 3).

Una tercera opción, quizá más pragmática en plan "la distancia más corta entre  dos puntos" sería  cruzar directamente por los campos hasta llegar al bosque... Cosa que, al desconocer la topografía, pero a sabiendas de que la comarca de los 17 Centinelas es netamente agraria (y consecuentemente habrán de encontrarse con canales de riego a lote), les resulta cuando menos dudoso respecto del tiempo a demorar...

El semiorco se acerca a mirar el mapa, acto seguido del cual mira a la enana hablando de orientaciones y parece sobrepasado por el nivel de la conversación.

El Ra´s goteo sangre en mapa? pregunta señalando con un dedo la "x" roja.

Miro al semiorco, esbozando una sonrisa y manteniendo la compostura, pese a que me hizo gracia su comentario. No quería parecer que me burlaba de él, ni mucho menos.

- No, no, es una cruz marcada en rojo, señalando el lugar a donde debemos ir... - explico educadamente a Crotar.

Posteriormente miro atentamente el mapa que sostiene el clérigo, procurando no molestarle, y analizo las posibles rutas.

- Hum... no conozco la zona, pero si queréis saber mi opinión yo tomaría la salida del este... la del norte es más largo... también podríamos acortar camino a través de esta zona, pero como suele decirme mi padre, el camino más corto no siempre es el más rápido y fácil, y esa zona yo no la conozco. ¿Qué opináis vosotros?

Miro inquisitivamente al resto del grupo, esperando sus respuestas.

Magnus mira el mapa con detenimiento hasta que al final le duele la cabeza pensando en las posibilidades.

Yo tampoco conzco la zona. Pero no me aventuraria por el camino recto. Cualquier desviación que tomaramos sin querer nos haría perder demasiado tiempo.
y no es por llevar la contraria a Nathan, pero yo tomaría el camino del norte. Sí parece el más largo. Pero también el más facil de seguir. Y tampoco es que tengamos una clara urgencia ¿no?

- Bueno... lo cierto es que vine por el camino del norte, pensé que si colaba podría visitar otros lares - bromeo, haciendo ver que no me importa por dónde vamos a ir - Lo importante es llegar a ese templo y averiguar qué es lo que ocurre allí, el cómo llegamos es lo de menos mientras lleguemos en perfectas condiciones.

Tras comentar aquello me giro hacia los demás, esperando sus opiniones.

El bárbaro miraba a sus ahora nuevos compañeros con impaciencia, pues nadie quería coger las riendas del grupo y decidir que hacer sin pedir constantemente la opinión de cada uno de los integrantes cada vez que hubiera varias posibilidades, eso hacía que el bárbaro se enojara un poco, la inaptitud de liderar le hacía un nudo en el estómago...

 - Yo no se que camino es el más corto el más fácil de atravesar o el más largo, pero mientras os decidís en tomar una decisión el tiempo pasa, yo no soy hombre de esperar pasar el tiempo, así que según lo que habéis dicho algunos el camino recto no queréis ni nombrarlo, así que han quedado dos...mmmm. Bien... Ya está decidido...

El bárbaro comenzó a caminar en dirección a coger el camino del sur mientras decía...

 - Según parece este debe ser el más corto después del recto, así que iremos por aquí, quien no esté de acuerdo que hubiera decidido antes... Seguiré al que sea capaz de tomar decisiones sin necesidad de preguntar, mientras tanto no perderé el tiempo...

Con paso firme sigue adelante, sin volver la cabeza atrás para ver si le seguían o no, aunque casi estaba seguro de que el semiorco le acompañaría...

El semiorco, cuasi simiesco por momentos, mira a Nathan y a Magnus, luego a Hugash, y, sin mediar palabra comienza a andar tras de este, a un metro detrás... Como haría un lobo dentro de su manada respecto del macho alfa.

Camino corto...

Dice simplemente y comienza a dar largas zancadas.

Me encogí de hombros, todas las suposiciones tenían sus pros y sus contras pero lo mejor era moverse cuanto antes en lugar de perder el tiempo; dentro de esas cavilaciones, estaba de acuerdo con Hugash pero entonces miré a Nathan para hacerle ver que me gustaba esa actitud y luego me acerqué a él quedando entre la enana y él.

-Parece que él ya decidió y si queremos permanecer juntos, tendremos que "decidir" ese mismo camino...-sonreí con soberbia sin importarme.-Veamos si luego no tenemos que arrepentirnos todos juntos... ¿Vamos, pequeña?

Se había dirigido a Durbara y a había tocado levemente el hombro de Nathan esperando que entendiera su señal. Quería estar con un amigo y con una conocida gruñona que era mucho mejor que estar con un semi orco que la odiaba.

Me giro hacia Arshade dedicándole una sornisa y asintiendo con la cabeza, y luego miro hacia los demás. Veo extrañado que el bárbaro se va directamente hacia el sur.

- Esto... para ir a la bifurcación del sur hay que tomar la salida del este... de todos modos, con el debido respeto, somos un equipo y este tipo de cosas, a falta de un líder, se debería decidir por mayoría... si nos ponemos todos a decidir por nuestra cuenta, irremediablemente surgirán conflictos, y es lo que menos nos conviene... - me paro a contar cuántos somos, repasando las opiniones de cada uno - Somos 7, y parece que 4 hemos escogido la ruta del este y 1 la opción del norte, a falta de lo que diga mi buena amiga Durbara y la dama semielfa... si nadie tiene nada que objetar, hay mayoría para la salida del este...

Aguardo esperando respuesta de los demás, al lado de Arshade.

   --¿Pequeña? --repitió Durbara al mundo en tono de auténtica consternación--. Me llamo Durbara. Espero que no sea un esfuerzo de memorización demasiado grande para una humana.

   Después bufó mientras veía marcharse al bárbaro y al semiorco en una dirección.

   --A mi también me parece buena idea lo de tomar la salida este, Nathan. Y me gusta aún más que esos dos abran la marcha. Así al menos, la peste que emanan quedará confinada en un espacio más pequeño --comentó la enana--. De hecho sugiero que acampen juntos a una prudencial distancia del resto.

   Durbara se acomodó la mochila en su espalda.

   --En fin, ¿nos ponemos en marcha?