Partida Rol por web

Sin ningún tipo de dilaciones, el resoluto grupo avanza en pos de la entrada a la guarida de las  criaturas. Ya no volviendo al campamento base, sino simplemente tomando el camino más corto desde el sitio de la emboscada para no perder inutilmente tiempo, teniendo como ayuda el trazado cartográfico con las observaciones de la experta en seguridad...

Lorethel y Hugash al frente, haciendo menos ruido que el rocío matinal, agazapados cual felinos acechando una presa...

Cuarenta piés más atras, Magnus guiando, con Durbará a su lado, y a tres pasos, Nathan y Arshade cerrando la marcha.

La vegetación varía a medida que se internan en el norte del bosque (tanto al oeste, yendo a la guarida, como al este, yendo a la marca del mapa)... Su intensidad crece en primer momento, para luego presentar una paisaje plagado de inmensos árboles cuando cruzan un arroyo, cuyo cause y características les hace pensar que debe ser el mismo en que avistaran a los quejosos trasgos con sus odres.

Los que no habían llegado hasta esas locaciones encuentran árboles similares a secuoyas, con anchos troncos (tan anchos que serían necesarias cuatro personas para abrazar uno). Las copas de los mismos forman un techo imponente que deja pasar apenas rayos de luz solar, la cual ilumina sobradamente el lecho boscoso, sin dejar de aportar una pizca de misterio o inseguridad en esas circunstancias.

Vuestro paso por el bosque es observado por las criaturas que allí moran, las cuales no parecen mayormente sobresaltarse por la presencia humanoide...

Ya están muy cerca de la localización del punto que la semielfa marcara en el mapa... Pero el bosque sigue denso... Dentro de la paranoia recientemente despertada en el grupo, podría incluso pensarse que los ha llevado a una  trampa... Haciendo de guía no le sería muy complicado colocarlos en una posición comprometida... Pero con Hugash a su lado, observando cuanto detalle en el paisaje pueda presentarse, eso no pasaría desapercibido.

Llegado un punto, el limite de visual que les permite observar el bosque cambia completamente... Y, si bien aún están bajo la cúpula de follaje, bien adelante pueden observar como el bosque se diluye en un claro de cèsped... Al acercarse Hugash y Lorethel, ésta indica con un dedo la piedra en el medio del claro... Que aún de lejos puede divisarse, y avanzan otro poco antes de indicarle al resto del grupo lo que encontraron cuando...

Una bandada de codornises levanta su efimero pero ruidoso vuelo al pisar Lorethel una rama seca... Luego de tocar suelo los innumerables pajaritos, vuelve a reinar el silencio...

Ambos exploradores de avanzada se agazapan y petrifican* en su sitio, y el resto del grupo hace lo propio, puesto que a pesar de la distancia el ruido llega nitido... 

Por sobre el sonido ambiental de los pàjaros en la cùpula arbórea, las hojas al caer y a lo lejos el arroyo, escuchas unas pisadas sumamente sigilosas... Aunque traicionadas por la biomasa del suelo... Tanta hoja y rama acumulada.

Notas que el ruido viene de algùn punto entre vuestra posición y el claro en el bosque... y que, la distancia aproximada es de veintitantos piés, en dirección sudoeste...

Pero cuando observas en esa dirección ves bajo  una inmensa secuoya una conformación de arbustos sumamente tupidos... En los cuales jurarías, hay algo pequeño (del tamaño de un trasgo) moviendose rumbo a la roca rojiza que les comentara Lorethel como entrada a la guarida de los bichejos...

Tus compañeros, agazapados cual cazadores, miran en todas direcciones con todos los sentidos alerta, pero ninguno parece haber captado ningún sonido! Salvo Hugash, cuya actitud ha cambiado radicalmente...

Por sobre el sonido ambiental de los pàjaros en la cùpula arbórea, las hojas al caer y a lo lejos el arroyo, escuchas unas pisadas sumamente sigilosas... Aunque traicionadas por la biomasa del suelo... Tanta hoja y rama acumulada.

Notas que el ruido viene de algùn punto entre vuestra posición y el claro en el bosque... y que, la distancia aproximada es de quizà diez o quince piés, en dirección sudoeste...

Pero cuando observas en esa dirección ves bajo  una inmensa secuoya una conformación de arbustos sumamente tupidos... En los cuales jurarías, hay algo pequeño (del tamaño de un trasgo) moviendose rumbo a la roca rojiza que les comentara Lorethel como entrada a la guarida de los bichejos...

Tus compañeros, agazapados cual cazadores, miran en todas direcciones con todos los sentidos alerta, pero ninguno parece haber captado ningún sonido! Salvo Nathan, cuya actitud ha cambiado radicalmente...

Es sabido que los bosques tupidos son un sitio en el que avistar una presa, o algo fuera de lugar (tanto más si no está fuera de lugar y posee el camuflaje apropiado) es casi imposible...

Muchas veces se ha dicho del silencio del bosque, que no es otra cosa que una sinfonía increíble para quien, como los druídas y exploradores, saben apreciar su contenido... El resto de los mortales se conforma con escuchar la cacofonía de millones de criaturas existiendo, y de la tierra en si misma expresándose...

Eso, y nada más que eso es lo que escuchan y ven... Sin embargo, tanto Hugash como Nathan parecen haber percibido otra cosa, pues su actitud cambia radicalmente!

Logro escuchar cómo pisan las hojas... al parecer las pisadas son sigilosas, pero puedo escuchar el cómo pia las hojas y ramas del suelo. Miro hacia mis compañeros y compruebo que Hugash parece haber visto o escuchado algo también. Lo primero que pensé fue en acercarme al resto del grupo y comentarlo en voz baja, pero al moverme podría delatar mi posición. Así que, aprovechando que estoy en la retaguardia y más alejado que los demás respecto a aquel ser, opto por susurrar a mis compañeros.

- Pssst... Estoy escuchando unas pisadas - comento brevemente, en voz baja, señalando hacia el suroeste, donde hay unos arbustos bajo una enorme secuoya, y guardo silencio unos instantes para no molestar a mis compañeros.

 Ante el cambio de actitud de Hugash no lo dudo un momento... puede que yo no haya podido ver nada, pero el barbaro si lo habia hecho. Lo mas sigilosamente posible que puedo voy sacando mi arco y preparando una flecha. Las palabras del Paladin me guian un poco hacia mi posible objetivo, pero me mantengo alerta... puede que haya mas.

El bárbaro detiene al grupo mediante gestos, he intenta indicar que delante parece que hay algo, ve como Nathan también a notado algo y Lorethel ante la situación empieza a sacar su arco. Con unos gestos hacia Lorethel le indica que den ellos dos un rodeo, par ver que se encontrarán más adelante y si en un caso hubiera trasgos, los cogerían por sorpresa... Después de indicarle a Lorethel que fuese por un flanco, el bárbaro sacaba su arma mientras se iba por el  otro, después de indicar al grupo que se mantuviera en silencio...

Ante las señas del barbaro asiento, y con mi arco en una mano y una flecha preparada en la otra comienzo mi movimiento sigiloso para rodear a lo que sea que estuviera cerca nuestro. No me gustaba la idea de abrirme sola por un flanco... quizas seria mejor si los dos tomabamos un lado y dejabamos a nuestra "presa" venir pr el centro, pero tampoco tenia mucha opcion de discutir ahora.

Nathan advierte a la retaguardia del grupo, y Hugash en implícita sociedad con Lorethel deciden avanzar flanqueando ambos màrgenes de la muralla formada por la inmensa secuoya y el entramado de arbustos...

Pueden observar quienes guardan su posiciòn como el bárbaro, espadón aferrado con ambas manos, con la punta al ras del suelo camina en el màs absoluto de los silencios. Sus músculos, ahora tensos, dan la impresión de que el mismo fue esculpido en roca... Incluso, verlo así cubierto de pieles, espada en mano, hace pensar en una bestia asesina... Intimida un poco... Hasta que lo ven perderse tras el ancho tronco del inmenso árbol...

Lorethel, como contraparte, parece lo más alejado del tosco bárbaro posible... Así, agazapada, con el arco por lo bajo y flecha en el cordaje discurre su paso cual amazona cazadora, y quizá por una vez, hasta llega a resultar mucho más atractiva de lo que con su actitud de lenguaraz les resulta comunmente... No, ahora mismo no dista demasiado de una hermosa pantera tras su presa...

La semielfa avanza lentamente, hasta el lìmite del cerco natural de arbustos en segundos que parecen años...

Me mantengo completamente inmóvil, conteniendo incluso la respiración, viendo como una bestia parda con espadón (Hugash) y una sigilosa pantera con arco (Lorethel) se acercan a aquellos arbustos bajo la secuoya.

Cuando acabas de rodear sigilosamente el tronco del árbol, las sospechas de tus instintos se vuelven realidad. Ves sobre las ramas lo que parece una especie de nido o dormidero... Sin duda, el precario puesto de un trasgoide centinela... De pronto, ves el origen de los ruidos: un pequeño trasgo de espaldas a ti, sin haberte escuchado acercarte camina (tambièn agazapado) a no mas de veinticinco piès de distancia... Preparado como estàs, quizà podrìas sorprenderlo en el mismo sitio. Todo parece indicar que los viò cuando Lorethel espanto a los pájaros y ahora intenta dar aviso a la guarida sin que ustedes lo vean...

El bárbaro con los músculos tensos y los sentidos preparados veía como la criatura caminaba paso a paso, intentando no ser descubierto directo a dar el aviso de alarma, eso era una cosa que no convendría al grupo, debía acabar cuanto antes con aquella criatura, he intentar no descubrir lo que pasaba...

El corazón le empezó a bombear algo más rápido, no por el echo de enfrentarse a esa simple criatura, sino el echo de no descubrir sus acciones, cogió algo de aire y se acerco hasta el trasgo con el espadón presto a arrancarle su miserable cabeza... Los músculos se tensaron aún mas si cabía cuando el bárbaro se encontraba detrás de la criatura preparado para asestarle un corte en la cabeza... El espadón atravesó el aire y la carne de la criatura como si de mantequilla se tratase, el bárbaro quedó en una postura inclinada después del movimiento, mientras por unos segundos la criatura se quedó inmóvil, para después de unos latidos de corazón esta cállese de rodillas mientras su cabeza caía hacia atrás, al follaje con un sonido sordo, había conseguido su objetivo, ahora debía acercarse un poco más, para ver que tenían delante...

La monòtona cacofonìa del bosque les ofrece un sonido algo fuera de lugar... Más propio de una feria de verduleros, cuando uno compra un zapallo enorme y se lo fracciona el verdulero partiendo el mismo con una cuchilla... Eso mismo, un golpe seco, es lo que escuchan... Y luego el ruido de un pequeño cuerpo al desplomarse... Recièn allì, el sonido de un objeto esferico al rodar por el piso hasta quedar dentro de la murallina de arbustos... Hugash habìa vuelto a hacer merito para ganarse el apode de "el-carnicero"...

Lorethel termina de dar el rodeo y descubre un trasgo descabezado en el piso y un pequeño reguero de sangre alli donde su cabeza circuló hasta quedar bajo los arbustos... Hugash, ya limpiando su arma en el cuerpo del bichejo, también ha quedado algo salpicado de sangre.

El resto del grupo siente como por un instante la presiòn desaparece. El peligro inmediato ha sido cortado de cuajo...

El bárbaro acababa de limpiar su preciada arma cuando Lorethel llega a su lado...

 - Este no dará la voz de alarma, busquemos al grupo y continuemos... haremos como antes, avanzaremos nosotros dos, con los demás por detrás...

Seguidamente el bárbaro se dirigió en busca del grupo para contar lo que había sucedido y continuar hasta el claro, con la habitual discreción, yendo el y la mujer delante asegurando el camino...