Partida Rol por web

- Bueno estamos en la guarida de unos orcos, no creo que nos vayamos a encontrar cosas mejores - dice el elfo dejando atrás la sucia habitación.

- Veamos si tenemos mas suerte y lo encontramos. - comenta mientras sigue los pasos de Duncan.

Tras abandonar la habitación maloliente seguis a Duncan por el oscuro pasillo que continua hacia el norte duraNte unos 15 metros y da un brusco giro hacia el oeste hasta llegar a una puerta de madera de mejor calidad que las anteriores que habeis visto.

Al ver la puerta enseguida intento caminar haciendo menos ruido e instintivamente agarro mi arco. Aún así dejo a Duncan que pase delante pues él tiene mas idea de posibles trampas y cerraduras.

Mismos procedimientos, veo que no haya trampas,escucho ruidos y tanteo la cerradura por si esta abierta pero sin abrirla.

Miro en silencio como Duncan comprueba la puerta, en realidad no estoy seguro si sabe lo que hace o solo nos lo hace ver para poder pedir su parte del botín

-¿esta abierta?- susurro cuando veo que la comprueba

- Y si no, ya vas tarde, Duncan. Abre y aparta - dice el guerrero mandoble en mano.

Al oír la palabras de Ataulfo me espero lo peor, así que tenso mi arco con una flecha preparada de manera que cuando se abra la puerta este dispuesto a atacar.
- Que poca sutileza...- pienso.

-Bueeno, estaba mirando la manofactura de la cerradura.-Duncan se echa a un lado y saca su vieja nueva ballesta.-Adelante caballeros.-

Abris la puerta y entrais en una amplia y limpia habitación de unos 10 metros de ancho y 12 de largo que se abre hacia vuestra derecha. En el fondo veis una cama cubierta con pieles de lobo, a sus pies un cofre y a un lado una pequeña mesa con una pileta de agua. En el centro de la habitación hay una mesa, y sentado hay un humanoide de anchas espaldas y largas orejas que esta hablando con un orco que se encuentra de pie enfrente a el. En cuanto entrais se giran hacia vosotros y desenvainan sus armas un tanto sorprendido por vuestra irrupción.

El humaoide se levanta y podeis ver que es bastante alto y de anchas espaldas, con unos rasgos parecidos a los de un goblin pero de mayor tamaño. Mientras desenvaina su espada se dirije hacia el orco.

- ¡Humanos!. ¡Jerkis munder flog, us bounder aq blurf!

- ¡Humanos! ¡Jerkis es debil, su palabra no vale nada!

Vasily coge su espada corta y espera que el resto de sus compañeros comiencen a entrar, tiene claras las instrucciones que le aconsejaron (siempre de último).

De las palabras que suelta el orco, Druen recuerda Jerkis, que parecía ser una especie de cabecilla. Por lo que decía ese orco parecía como que no estaba muy a favor suyo. Podrían entablar algún tipo de cooperación?

Druen negó para sí, el combate parecía inevitable, si alguno de esos orcos sobrevivía podría preguntarle que pasaba con ese tal Jerkis.

Mientras pensaba esto cojo mi arco y apunto al orco.

- Intentad dejar vivo al goblin peludo, que parece que sabe algo!

Ataulfo, espada en mano, avanzó inexorable hacia el enemigo - Bien, pues si sabe algo, que empiece a hablar pidiendo clemencia antes de que muera bajo mi acero - dice justo cuando lanza una tremenda estocada a su oponente.

-Como vais a luchar bien si entrais todos a la vez.-Comenta Duncan desde la puerta y haciendo una exagerada reverencia invita a Raangar a pasar.-Vos primero gran mago.-