Partida Rol por web

Esbozo una sonrrisa al gunso. Por suerte aun no se disipa del todo la alegria de la escaramuza de esta mañana, lo que sumado a lo que nos espera esta noche, basta para mantenerme animado. Asi es que el humor que llevaba hoy temprano no ha tenido ocasion de regresar... al menos, con toda su fuerza. 

Más eso puede esperar. Le hecho una mirada a la mujer, mientras Kanbu-sama la saluda, evaluando no solo su fisico sino su potencial de combate, aunque con un shugenja nunca se sabe. Si es seguro que, si envian un Kuni con nosotros, significa que el informe del Hiruma fue malo... Habra que hacer guardia cerca del que lleva el jade, o de esta muchacha. La verdad es que preferiria la muchacha, es un buen cambio con respecto a mis compañeros.

-Kuni-san. +la saludo seriamente, aunque sin molestarme en levantar del asiento para una reverencia+ Soy Hida Daichi. Espero que sobreviva a la bienvenida que los oni le han preparado para esta noche. Si se mantiene a mi lado como ahora, le prometo hacer lo posible para que eso suceda...

Al finalizar de decir esto, sin cambiar de expresion, le guiño el ojo en complicidad. Aunque hablo en serio... 

Me quité a Minazuki de la espalda, dejé la No-Dachi apoyada contra la silla y accesible en caso de urgencia. Me hubiese gustado que mi hermano la hubiese bendecido cuando la recibí, pero aun no había encontrado el momento para ello. Si lo conseguía encontrar, podría pedirle que la bendijese, pero para ello aun tenía mucho que hacer.

Mi nombre es Kuni Sayuri, es un honor conocer a dos guerreros como vosotros y más en un momento tan complicado como es este. Confesé a los dos samurai conforme me sentaba en la mesa y echaba un cazón de la mezcla de arroz y pollo. Pollo, era raro comer animal, aunque fuese ave, pero se agradecía de vez en cuando. Tomé un sorbo del caldo suave dejando que bajase por mi cuello.

Tras el trago, sonreía levemente, sobre todo por peligro que se acercaba aquella noche. Aclaré la garganta y miré a los dos cangrejos que se encontraban conmigo. Dejé que mi brillante pendiente de jade brillase y quedase al descubierto de los dos samurai, que me tenían por alguien débil.Por mis venas corre la sangre de los Cangrejo. Poséo la fuerza y la voluntad necesaria para sobrevivir a esta noche.

-Jeje ese es el espiritu.. +rie despacio, tomando luego un buen puñado de fideos con los palillos y llevandoselos a la boca.+ Mñm.. el Hiruma... dijo que habria de los grandes... mhm...+masculla mientras mastica, para despues tragar y seguir+... asi que habra que estar preparados con todo.

Bebe un poco del caldo del cuenco, y su expresion se vuelve algo ceñuda. Parece preocupado.

-Espero no perder el franco por lo de esta noche.+confiesa, manteniendo su aire serio+ Estar en la barriga de un oni arruinaria mis planes.

En ese caso, tal vez debamos estudiar alguna forma de estrategia para protegernos mútuamente, Daichi-san.

Ambos seguíamos comiendo y bebiendo de lo que teníamos a mano mientras charlábamos tranquilamente, aunque sabíamos que podía ser nuestro último día vivos. Esa era la actitud de los Cangrejo, temerarios y valientes, dispuestos a vivir la vida sin pensar en que podía suceder. Esa era la actitud de un cangrejo al menos de cara a los demás.

Lucharemos codo con codo, como siempre hace un cangrejo. Protegeremos nuestro flanco y la nuestras vidas, así como las de todos los que viven en el Imperio. Cada vez iba subiendo el tono a la par que alzaba la copa que llenaba instantes antes con sake, la mia y la de mi compañero. Luego tragaba rápidamente el contenido completo del vaso, fuerte e intenso.

-Jeje, no te ofendas Kuni-san, pero si peleamos codo a codo, no creo que ni un trasgo la tenga muy dificil para golpearte... +rio, cambiando un poco el sentido de las palabras de la shugenja para bromear+ Dejame la lucha al frente cuando venga la dairyo, apoyame con esa no-dachi desde atras... y avisa cuando vallas a conjurar... 

Hago un gesto con el brazo, señalando al resto de los hombres del escuadron, mientras tomo el sake que sirve.

-Ninguno de nosotros quisiera quedar en medio, ya sabes, jaja... Pero te daremos los maru que necesites cuando haga falta. Contamos contigo!

Conjurar? El arroz del caldo se cayó por la comisura de mis labios ante aquellas palabras. Lo único que he conseguido alguna vez conjurar es mi ciclo femenino, Daichi-san. Me había tenido por una shugenja? cierto era que los Cazadores de Bruja eramos escasos y desconocidos nuestros métodos, pero en el Cangrejo todos sabían de su existencia y función.

Reí de mi propia broma con gran escándalo, tanto que algunos de los comensales comenzaron a mirarme hasta que paré de reir. Me temo que te has confundido de labor. No soy una shugenja, soy una Cazadora de Brujas, y aunque normalmente persiga a un solo objetivo a la vez, pienso eliminar cuantas criaturas pueda en esta ocasión. Estar detrás tuya con Minazuki puede que sea complicado, podría dañarte con su gran alcance.

Muevo la cabeza negativamente.

-Le pusiste nombre? ... +murmura, al ver como esta habla de su arma, y luego gruñe+ Bueno... la verdad es que esperabamos algo de ayuda magica cuando el Hiruma nos informo lo que se venia. No es normal que uno de los tuyos venga a jugar con nosotros en el frente, y menos cuando vienen como ahora...

Los berserker solian ser destacados a la primera linea, mientras que los cazadores de brujas, shugenja o bushi, eran mas conocidos por viajar en el imperio cazando a los aparecian aqui y alla o algo asi... Su lugar no estaba en un campo lleno de enemigos, sino en destruirlos uno a uno como decia... Por Hida, la mujer ni siquiera traia una armadura!. En que pensaban los superiores?! Mastico otro bocado de fideos, preocupado. Aunque tal vez... La miro de reojo. Tal vez... 

-Por que te destacaron con nosotros, Kuni-san?

Por favor, llamadme Sayuri, no Kuni.

El arma de un samurai es parte de su alma. Mi No-Dachi, como mi katana y mi wakizashi, son parte de mi. Son un miembro más de mi cuerpo. Sonreía y sujetaba la guarda de Minazuki, satisfecha de contar con ella, como si fuese una amiga cercana que estaba a mi lado.

No sabía mucho del ataque a la Muralla. Estaba allí por casualidad, pero en los designios de los kami ¿Había algo casual?

Me encuentro aqui pues los caminos del Cazador lo llevan donde hace falta. Los mios me han traido a la Muralla en momentos de necesidad.

Puede que venga toda una horda, pero el Cangrejo también cuenta con un gran ejército para proteger la Muralla, además de grandes estructuras defensivas y poderosas armas construidas por los Kaiu. Mi brazo será uno más entre los que luchan.

Los Cazadores no somos destacados, viajamos y protegemos.

La joven era un tanto fanatica de su deber, no cabia duda. Me divertia. Un berserker no solia tomarse la vida tan en serio. Sabiamos nuestro trabajo y haciamos lo que nos correspondia con entusiasmo, pero eran pocos se ponian a pensar en el verdadero significado de nuestro sacrificio. Aunque... sonaba muy parecido a las palabras de mi madre... Antes que esos pensamientos volvieran con mucha fuerza, los aparte, respondiendole.

-Muy bien Sayuri-san, entonces puedes llamarme Daichi... y ya que nos relajamos, te pido que haz otro tanto con esas frases, que pareces un instructor jajaja...+rio, mirando de reojo al gunso, para luego volver la vista a ella, explicandole en un tono ameno+ Creo que lo que cuenta es el ahora. La batalla que tenemos en frente, matar cuantos enemigos podamos y, si se es posible, salir con vida. Todo eso de salvar el imperio, pues... si, seguro. Es el gran objetivo de nuestra lucha.  Pero la batalla ha durado más de mil años y puede que dure otros mil más. Lo mejor que podemos hacer es ganar los pasos intermedios... 

Encojo los hombros. Un solo cangrejo no terminara esta guerra. Ni cuando Shinsei y los 7 truenos que vencieron a Fu-Leng pudieron mas que relentizarla. Pero si cada uno de nosotros da su parte en ganar cada pequeña batalla, algun dia...

Terminé el último trozo de pollo que quedaba en el plato con ayuda de los palillos y tomé otro trago de sake. El Hida era igual a los demás de la familia, no salía del estereotipo del Cangrejo, no se podía igualar a Kigaru. Él era un hombre sensible, protector y con un gran atractivo. Además comprendía el valor del Bushido y del honor. Todo ello lo había aprendido de él. Nuestro deber no es eliminar al enemigo para siempre. Eso es algo imposible. Nuestra labor es mantenernos, generación tras generación, luchando día a día. Estar en vigía y honrar a nuestro kami, el gran y poderoso Hida-dono.

- Es lo que estoy diciendo, salvo lo de el Hida, aunque estoy de acuerdo. Hay que honrrarlo, y no se me ocurre mejor manera que acabando con todos los esbirros que su Hermano Oscuro nos arroje, sean como los trasgos de esta mañana o como los oni que vendran pronto.  

Tomo un buen trago de sake, directamente de la botellita, como brindando por eso. Luego le pregunto otra cosa a la joven, mas que nada para prolongar la conversacion mientras termina la comida...

- Por que te uniste a los Cazadores, Sayuri-san?

Buena pregunta, Daishi.

Rememoré el momento en que decidía mi futuro. Mi hermano ya había pasado su gempukku como un prometedor shugenja del clan, e incluso le habían concedido un yojimbo, un samurai Cangrejo para que viajasen y protegiesen las tierras del Cangrejo, así como el Bosque Shinomen y otros lugares donde criaturas extrañas pudiesen aparecer. Yo quería seguir sus pasos, pero mi don con la magia era nulo, así que tenía que hacerlo de otra manera. No deseaba ser una más en los barracones, mi destino estaba entre los caminos de Rokugan.

No poséo la capacidad de hablar con los kami, y deseaba luchar contra las criaturas sombrías y proteger nuestro clan y nuestras gentes. Supongo que esa es mi respuesta.

-Y que no te verias bien apresada en una armadura de campo, te falto añadir....jajaja +rio a la bella muchacha, para a continuacion, rematar la broma con un gesto amplio del brazo, señalando al resto del escuadron.+ Tampoco es que el viento frio y seco de las Tierras Sombrias haria algo a favor por tus rasgos, miranos a nosotros sino...

Apoyo un codo en la mesa, sosteniendo mi cabeza en la mano y le miro. Es comprensible su eleccion. Sin el don de los kamis, otros caminos resultaban duros para ella. De lejos, negociar como un Yasuki no era lo suyo. Tampoco tenia el temple para las labores del Hiruma ni los Kaiu,... se veia que queria pelear. Pero no tenia la fuerza y resistencia de un Hida para estar en la Muralla. Sin embargo, ese deseo y una buena habilidad con las armas, mas su presencia... Si, la senda del cazador era una buena eleccion para ella.

- Bien, fuera de la broma, me parece razonable. Haz tenido oportunidad de probarte en los caminos?

También sería difícil encontrar una armadura para mi. Confirmé mientras observaba el tamaño de mis pechos e imaginaba lo complicado que tendría que ser crear una armadura que los cubriese sin ocasionar incomodidad. Tal vez una armadura de ashigaru o ligera podría ser mejor que una completa como la de los Hida. Espero que me estés mirando a la cara en esa postura, Daichi, y no un poco más abajo.

Aun no he conocido criaturas de gran poder, Daichi, pues he preferido conocer bien las tierras de la familia Kuni antes de iniciar mis investigaciones y luchas. Son unos yermos extensos y difíciles de comprender, donde pueden ocultarse grandes peligros. En ellos he encontrado males menores, de pequeño tamaño, capaces de infiltrarse por su tamaño.

Ignora el comentario sobre donde estaba viendo, ya que en verdad sus pechos tambien formaba parte del panorama, y se centra en lo otro que dice Sayuri.

-... ee.. si. Entiendo, esos pequeñajos son escurridizos...+asiente con un tanto excesiva conviccion, para luego aportar al tema+  Yo tampoco me he alejado mucho de mi hogar. Si bien a veces me gustaria... no se ... viajar un poco. Pedir una licencia, salir de la Muralla a disfrutar de ese Rokugan que defendemos. Mucho trabajo duro para nosotros, y los del norte cosechan los frutos...

Encoje los fornidos hombros. Es por la sangre que los Cangrejo derraman que muchos de los demas clanes beben buen sake y comen arroz a diario. Ellos tambien deberian tener un poco de eso. Es lo justo. Sonrrie con sorna.

-... pero no queda otra, estamos un poco encadenados al deber. Seria mucho pedir a los koma que cuiden la Muralla un dia o dos, no valla a ser que se ensucien las manos...

Nadie mejor para hacer esta misión. Confirmé al Hida algo extrañada por su forma de hablar. Normalmente un Cangrejo no deséa salir de sus tierras, aunque era bien cierto que había multitud de maravillas que visitar y conocer más al norte.

Quien sabe, Daichi, tal vez algún día puedas viajar al norte. Como Cazadora mi deber es vigilar todo el Imperio, así que poséo via libre para viajar por el Imperio. Si alguna vez deseas viajar, hazmelo saber y puede que puedas acompañarme como yojimbo. Siempre se puede usar un buen brazo y un buen pecho para protegerse.

Guardo silencio y medito sobre ello un poco, frunciendo el ceño en un gesto concentrado. La idea no carece de meritos,... más bien, es muy buena. El espiritu del Musha Shugyo no va conmigo, ni con mis objetivos, al menos por ahora. Ir de guardia de caravanas es cosa de los Yasuki, y desde luego no soy ningun magistrado o cortesano para ir de aqui para alla.Tampoco es que mis deseos personales sean tan fuertes como para abandonar el deber que tengo en la Muralla... pero está alternativa, seguirlos cumpliendo en el camino, suena muy bien. Me rasco la barbilla, hablando de nuevo al cabo de un rato.

-Agradezco esa consideración sobre mis habilidades. +respondo con seriedad. Por mas que no suene que tenga en buena estima mis cualidades intelectuales, al menos aprecia las visibles.+ Y ten por seguro que hablaremos de nuevo sobre esa propuesta, si salimos con vida de la batalla que se avecina. Ahora, si me disculpas, ire a calentar un poco y ver como esta la guardia.... +le guiño el ojo, sonrriendo+ Ademas, no quisiera acapararte Sayuki-san, seguro Kanbu-sama y alguna de estas dani tambien quieran charlar contigo jejeje...

Me levanto, acomodando el tetsubo y el arco en la espalda, aun sonrriendo levemente. La verdad es que, aunque de hecho pienso comprobar esas cosas, necesito unos momentos para pensar...

*Viajar con esta mujer... una buena oportunidad, verdad, madre?

Si salimos de esta, me gustaría que me acompañaras prontamente, Daichi. Admití al cangrejo sabiendo que podría necesitar la ayuda de alguien muy pronto. Pronto tendría que llevar a cabo una misión única, y podría usar aquella fuerza en mi favor, y evitar así los numerosos peligros que me aguardaban.

Será mejor que practique mis movimientos, también, antes del combate que nos espera.

Nos veremos arriba en la muralla, Daichi.

Después de irse el cangrejo, me levanto también, cogiendo mi arma y poniéndola a mis espaldas de nuevo, y vuelvo a mi habitación. Allí sacó mi estatuilla de la fortuna y le rezo para que me proteja y me ayude a encontrarle a él.

Muralla Kaiu. Hora de Shinjo.

Subes a la muralla a observar las Tierras Sombrías una vez más. El día ha sido duro. Tus heridas, aunque leves y ya sanadas por los shugenja, te duelen y te han dejado una fea marca que te recordará este combate por siempre. Tus ojos están cansados. Necesitas dormir. Los informes de otros exploradores no han revelado mucha más información. El ataque se espera para el día siguiente pero nunca se sabe. Lo único que sabes es que estás cansado y necesitas dormir. Un Cangrejo cansado no le sirve a la Muralla ni a sí mismo. Te retiras a tu habitación. Te quitas la pesada armadura y las armas, si bien dejas todo al lado de tu catre. Un Cangrejo debe estar siempre preparado.