Partida Rol por web

A unos días de camino de Shiro Mirumoto. Hora de Shinjo.

Hace dos semanas que saliste de Shiro Kitsuki en dirección hacia las tierras de la Familia Mirumoto. Tus superiores te habían enviado a las tierras de un pequeño noble Mirumoto Takao que se quejaba de la desaparición de algunas de las reses de sus aldeanos. No te llevó demasiado tiempo descubrir que el jefe de los aldeanos sacrificaba a las bestias para vender su carne y pieles a un grupo de Ronin.

Después del descubrimiento y ajusticiamiento del culpable, Mirumoto Takao te invitó a su mansión a disfrutar de una pequeña fiesta en tu honor. Aunque humilde, se esperaba que aceptases tamaño honor, ya que hubiese sido una descortesía haberte negado.

La fiesta comenzó con una deliciosa cena que se alargó en el tiempo. El arroz especiado y el pescado de mar hicieron las delicias de los comensales, que no estabáis acostumbrados a un ágape tan exótico. A pesar de la insistencia del anfitrión primero, y de sus invitados después, te las arreglaste para no beber más de la cuenta. Tu intención era marcharte al día siguiente.

Tras la cena, una agradable velada siguió a esta. Conociste a multitud de amigos del señor, si bien su compañía no te agradaba demasiado, al fin y al cabo este no era tu mundo.

Todo parecía ir bien, la pequeña fiesta finalmente parecía terminar cuando, al retirarte, como el resto de invitados, supusiste, un grito se oyó en el jardín.

Cuando todos llegasteis, observásteis, horrorizados, el cuerpo de Mirumoto Takao cosido a cuchillazos en un charco de sangre que teñía de un intenso rojo la hierba y un papel en su mano. Los gritos, especialmente de las mujeres, comenzaron a oírse. El caos parecía adueñarse de la casa, cuando un soldado, jefe de la guardia de la casa, con la Katana desenvainada os ordenó a todos callaros y quedaros quietos. La casa sería precintada hasta que los Magistrados Esmeralda que tenían un pequeño destacamento a unas horas de la casa llegasen.

Tú como investigador Kitsuki decidiste que era tu oportunidad de esclarecer el caso antes de la llegada de los Magistrados.

Tu mente se puso a pensar y analizar a las personas de la casa, a las que podrías interrogar para dar con el asesino. Tras un análisis inicial, te diste cuenta de que podrías descartar a un gran parte de los invitados y sirvientes y quedarte con 8 sospechosos.

Por suerte siempre llevas algo de papel y tinta, con la que hacer tus esquemas para la resolución de los crímenes que investigas. Tal vez, mediante el interrogatorio a cada uno deduzcas quién mato a Takao.

Mirumoto Aiki: Esposa del muerto.

Mirumoto Kiyomi: Música favorita del muerto. Tocaba el samisen para él cuando éste quería relajarse.

Agasha Ienobu: Secretario de Mirumoto Takao y quien redactaba sus documentos más importantes.

Hyobe: Sirviente encargado de cuidar el jardín y primero en encontrar el cadaver.

Kanjiro: Jefe de sirvientes y mayordomo.

Mirumoto Hisato: Socio del finado en un pequeño negocio de importación.

Togashi Masao: Viejo amigo del difunto e invitado permanente en su casa.

Agasha Mamoru: Escritor de novelas, de las que el muerto era gran estusiasta.

Lo primero que haré será tratar de llegar al papel que el difunto lleva en la mano. Tanto si puedo llegar a leerlo como si no, pido a Kanjiro (jefe de sirvientes y mayordomos) que me disponga un saloncito, no más grande que un pequeño despacho, con toda la iluminación que pueda. Cuanta más luz haya, menos escondrijos hallarán las sombras. La luz puede arrojar luz a la verdad.

Si me lo concede la estancia muy iluminada, le acompaño mientas la prepara y al finalizar le pido que se quede y se siente, no te entretendré mucho de tus quehaceres.

Mansión de Mirumoto Takao. Hora de Togashi.

Con autoridad, encargas a uno de los eta de la casa que coja el papel que sostiene el muerto en la mano, mientras al mayordomo le has encargado que ilumine bien una habitación contigua al salón que te servirá de lugar de interrogatorio.

-Señores, Señoras, -Dices dirigiéndote a los invitados- se ha producido un asesinato, y por el poder que se me otorga como investigador, trataré de resolver el crimen con su ayuda. Si son tan amables, les iré llamando para que vengan a esa habitación. -Dices señalando a la habitación que te han preparado. -Allí les haré algunas preguntas que harán que pueda descartar a los inocentes del culpable.

Te adentras en la habitación y te sientas, leyendo con interés el documento. Al parecer es un testamento, donde diferentes sumas de dinero son entragadas como herencia a los sospechosos. El testamento reza así:

Yo, Mirumoto Takao, en plena posesión de mis facultades mentales dejo escritas mis últimas voluntades ante notario y testigos.

• A mi querida Mirumoto Aiki le dejo la mansión con todas sus posesiones y terrenos de cultivo, así como 10.000 kokus.
• Al honorable Mirumoto Hisato le cedo mis derechos sobre las empresas de importación y dejo el control absoluto de las mismas en sus competentes manos.
• A Mirumoto Kiyomi, mi deliciosa música le dejo en propiedad la casita de Kyuden Mirumoto y 1.000 kokus en agradecimiento a sus servicios.
• Por la salvación de mi alma dono 5.500 kokus a los Orfanatos que dirige el notario y filántropo Agasha Ienobu.
• A mi viejo amigo Togashi Masao le dejo la casa de huéspedes cercana al Gorrión Cantarín en usufructo y 500 kokus para sus gastos personales.
• Dejo un fondo de 220 kokus para el prometedor autor Agasha Mamoru.
• A mi fiel Hyobe le dejo 200 kokus para que pueda volver a su patria y establecerse acomodadamente.

Mansión del Gorrión Cantarín, Tierras Mirumoto en el año 1120 del Reinado de su Majestad el Emperador Hantei XXXVIII.

Mirumoto Takao

Testigos

Agasha Ienobu

Mirumoto Hisato

Kanjiro

Kanjiro no ha sido incluido en el testamento. Por la exclusión en el texto quizás tenga resentimiento. Juzgaré sus respuestas y reacciones bajo cuatro ópticas: El citado resentimiento, la tristeza por la muerte de su señor, la complacencia y satisfacción por esperar y desear este final y por último el temor por su propia vida si desvela lo que sabe.

Sentaos. (Le trataré con respeto a pesar de ser un hemin. Mientras se sienta:) Día oscuro y triste por este aciago acontecimiento. Antes de la llegada de los magistrados, es mi deseo honrar a su difunto señor con una charla con sus seres más cercanos, aconsejando así de paso a los majistrados sobre lo ocurrido.

No he tenido la fortuna de conocer mejor a su señor, así pues le haré algunas preguntas sobre él. Dígame en primer lugar, ¿qué cree que vio Takao-san en usted para que ocupe el cargo de jefe de sirvientes y mayordomo y desde cuándo lo ocupa?

Adopta entonces la postura habitual de escucha. Ojos clavados en los de su interlocutor pero a la vez pendiente de su gesticulación manual, sudoración, postura corporal, etc y las manos sobre el regazo con los dedos entrelazados salvo los pulgares cuyas yemas se mantienen unidas.

Mansión del Gorrión Cantarín. Hora de Togashi.

Kanjiro, el mayordomo no se siente demasiado cómodo hablando tan de tu a tú con un samurái, y eso se le nota. El nerviosismo es patente en el hombre. Aunque notas también algo de relajación, dentro de su incomodidad por el trato respetuoso al que le sometes.

-Mi señor, he sido el jefe de sirvientes de esta mansión desde antes de que el señor Takao se hiciese cargo de esta casa. He sido un fiel servidor de su padre prácticamente desde que nací y fue su propio padre quien me ascendió a mayordomo. Cuando éste murió y el señor Takao se hizo cargo de la casa, le serví con igual diligencia.

Vaya, este hombre es probablemente quien mejor conozca esta casa, eso puede serme útil una vez confirme su inocencia.

Comprendo. ¿Cómo trataba su señor a sus sirvientes?, ¿era cándido y comprensivo o más bién trataba con mano dura y justicia de que cada cual cumpliera su labor?

Mansión del Gorrión Cantarín. Hora de Togashi.

-El Señor era un hombre severo, pero en general trataba bien a sus empleados. -Dice Kanjiro. Su voz denota serenidad, al parecer se va sintiendo más y más cómodo en tu compañía.

Puedes oír que en el salón la gente está algo alterada. Si bien nadie grita, los cuchicheos llegan hasta tí. Los soldados consiguen imponer algo de orden rápidamente.

Decides continuar con tu interrogatorio.

Notas también que si bien Kanjiro no ha mentido, no ha sido del todo sincero.

Por supuesto. Siendo un hombre tan honorable y recto, ¿conocías a alguien que le desease algún ma?, ¿alguien que tuviera objetivos enfrentados o alguna afrenta sin resolver con él?

Aguanta el impulso de salir a ver qué ocurre en el salón y mantiene la tensión del interrogatorio, sin levantar la vista del rostro de Kanjiro

Mansión del Gorrión Cantarín. Hora de Togashi.

Kanjiro te observa unos segundos. Para ser un heimin ha sido muy atrevido en ese gesto. Al final termina contestando.

-Mi señor era un hombre a menudo impulsivo y sus palabras no siempre sentaban bien. Hacía enemigos fácilmente, si me permite decirlo. Así que supongo que casi cualquiera podría ser sospechoso de haberle matado, no poca gente tenía razones para ello.

¿Se sintió usted ofendido personalmente por algo que su señor hiciera o dijera? Le pongo por ejemplo el testamento. ¿Tenía usted conocimiento de los en él nombrados herederos?

Incluiré un par de preguntas antes de incidir de nuevo en aquello que ha dicho que "en general trataba bien a sus empleados". Ha titubeado un poco en mitad de la frase y eso me hace dudar de su total convicción.

Mansión del Gorrión Cantarín. Hora de Togashi.

Observas como Kanjiro comienza a sentirse algo nervioso. Gotitas de sudor comienzan a perlar su mente. Te pones en guardia por si intenta escapar. Toma aire profundamente. Parece que se relaja un poco y tu reduces tu tensión de igual manera.

-Sí, yo mismo firmé al final del documento así que sé quienes están incluídos y quienes no. Es sabido que el señor no era la persona más educada con sus siervos. Su trato hacia mi persona nunca fue cálido, pero tampoco se espera que un señor lo sea con un sirviente.

Sudor, es momento de apretar.

Como bien sabrá, trato de ayudar en este asunto y puede que lo que saque en claro antes de que los magistrados lleguen sirva para evitar desagradables confusiones. Quizás ellos tengan menos excrúpolos y se basen en técnicas de investigación más... rudas que las que yo uso. Si no consiguiese mi cometido y fuesen los magistrados los que tuvieran que tomar el caso desde el principio, podrían preguntarle a usted si le mató. ¿sabe usted quién fué el perro sin honor que mató a Takao-san?

Mansión del Gorrión Cantarín. Hora de Togashi.

Las amenazas vertidas contra Kanjiro no parecen hacer mella en su estado de ánimo y contesta fríamente:

-No, no lo sé. -Tu análisis es definitivo, no miente. - Aunque sospecho que Agasha Ienobu, Mirumoto Hisato o Togashi Masao se beneficiarían terriblemente de su muerte. Yo sólo sé que estaba en la cocina, preparando té para el señor. Alguien cercano estaba canturreando una vieja canción de los Dragones realmente antigua sobre los inicios del Clan. Era muy popular entre los niños de mi época, pero ahora está en desuso.

Está bien, por último: ¿A quién o quiénes de los presentes en la mansión cree que su señor trató peor?

Pues nada, una vez descartado Kanjiro y cuando haya hablado con Hyobe, iré con el primero a ver el lugar del crimen.

Mansión del Gorrión Cantarín. Hora de Togashi.

-No podría decirle, mi señor. -Contesta Kanjiro. -En general, como ya le he dicho el señor hacía enemigos fácilmente aunque no trataba demasiado mal a sus sirvientes.

Muchas gracias, Kanjiro, aprecio su sinceridad y dedicación. No tengo más que preguntar, pero sí un par de favores. En primer lugar, diga a Hyobe que le espero aquí. A continuación espéreme junto la salida al jardín, pues necesitaré que me ayude en el visionado del lugar, nadie como usted conoce la mansión.

Cuando salga kanjiro me quedo esperando al siguiente y anotando en un pergamino los nombres de los tres samurais citados por Kanjiro como principales beneficiarios: Agasha Ienobu, Mirumoto Hisato o Togashi Masao.