Partida Rol por web

Frontera del León. Hora del Sol.

Tras un par de días de preparativos y comprar, el grupo salió hacia el norte, listos para enfrentarse a su destino y el temible usurpador. La venganza estaba cerca y la muerte se cernía sobre las Tierras León. Quedaba claro que o el grupo o su enemigo moriría en el enfrentamiento.

La frontera con el Clan León quedaba cerca, las Tierras de la Grulla se terminaban. El grupo no había tenido problemas con los papeles de viaje, pero a partir de ese punto el grupo había pensado en la opción de separarse.

Ryuken andaba tras los caballos. Si bien estaba acostumbrado a andar largas distancias, no era de su agrado el olor de las "sorpresas" que los caballos iban dejando, aunque se resarcía con miradas furtivas a una de las damas del grupo.

Jin viaja nervioso cuanto menos, sus manos a veces eran presa de temblores incontrolables cuando pensaba lo cerca que estaría de matar a otros hombres, claro que antes había matado a otras personas, ya fueran antiguos traidores o bandidos pero no sabía a que se enfrentaría ahora¨Que haré? seré capaz?¨ las dudas asaltaban a su mente constantemente mientras el caballo se bamboleaba en su caminar.-Que opináis Ryuken sobre lo que encontraremos?.-Dijo temeroso de las palabras del mercenario mientras le daba alcance con su caballo.

-Acabamos de entrar en tierras leon. Ahora es cuando ha llegado el momento de que vos Ryuken os adelanteis con Tsurugi. Recordad vuestro rol, sois mercenarios Tejon, como tantos otros, buscais un contratante. No conteis a la gente nada ni no se os pregunta, tratad de pasar desapercibidos. Estais de paso y no buscais encuentros demasiado largos con nadie. Avanzad por delante nuestro durante el dia y volved a buscarnos a la noche o si descubris algo nuevo.

Munetoki, danos algo de ventaja y cierra la marcha. Asegurate de que nadie nos sigue sin que tu lo sepas y si es necesario corre a avisarme. Reunete con nosotros al anochecer. Cumple tu mision, cuento contigo.

Buntaro, ponte a la cola del grupo, la retaguardia es tuya. Yukio, a mi derecha. Sigueru, a la izquierda de las damas. Jin, vos sabeis mejor que nadie donde debeis estar, pero si quereis escuchar mi consejo, guardad el lado derecho de la formacion. Señoritas, ocupen el centro, traten de no destacar, aunque sus sigulares bellezas se lo dificulten.

No espero entrar en combate tan pronto, pero la precaucion gana batallas y además, marchar en formacion es tipico de leones en mision oficial. Si marchamos ordenados y al estilo de mi clan, sera mas facil confundirnos con algun patrulla o escolta oficial de un correo o similar.

Avancemos.

- ¿Que encontraremos? - Las palabras de Jin habían despertado la curiosidad de Ryuken, recordó los datos que tenía sobre lo que iban a hacer... - Leones, traiciónes, Escorpiónes, quizá alguna batalla y malentendidos. Es la vida de los samurai errantes, sin aguas mansas.

El soliloquio fue interrumpido por Nobunaga, que de nuevo se excedió en palabras, diciendo a todos lo que ya sabían que debían hacer.

- Parece que debo dejaros - anunció mientras hacía un signo a su compañero Tejón - Si no hemos vuelto a la noche, redoblad las guardias.

Los dos Ichiro se adelantaron hacia el horizonte.

Jin suspiró puesto que las palabras del tejón aunque veraces no eran el apoyo que deseaba encontrar.-Suerte.-Dijo acompañando sus palabras con un gesto de la mano en forma de despedida del tejón para el mismo tomar su posición en el flanco cercano a las mujeres.

Frontera del León. Hora de Doji.

Te adelantas a buen paso durante un tiempo, hasta que decidís bajar el ritmo. Creéis estar suficientemente lejos, cuando a lo lejos véis una aldea.

- Hermano Tejón, creo que no hemos sido presentados adecuadamente, mi nombre es Ichiro Ryuken.

Tras la presentación con su hermano de clan, avistaron una aldea.

- La oportunidad de conocernos mejor debe retrasarse, quizá debamos inspeccionar esta aldea para no gastar víveres de la reserva ¿Que opinas?

Frontera del León. Hora de Doji.

Tu compañero asiente y os encamináis hacia el poblado con paso decidido, pero sin mostrar nerviosismo.

Según os váis acercando, los aldeanos, trabajando en los arrozales, os miran curiosos. A pesar de la situación fronteriza de la aldea, no parecen estar acostumbrados a los extranjeros.

Poco después os encontráis en el centro de la aldea. Un ashigaru que parece hacer las veces de guardíán se acerca a vosotros, aunque se mantiene en silencio, como dándoos la oportunidad de hablar antes. Su mirada está clavada en el suelo. Queda claro que reconoce vuestro estatus como samuráis.

- Buenos días os deseamos - Dice Ryuken - que las fortunas estén favorables en vuestro día. Es sin duda un bonito lugar esta aldea.

Permitió amablemente que su compañero explicase la situación al Ashigaru, tras las adulaciones innecesarias. Quería que cayesen bien a los aldeanos de la zona, y esa era una forma rápida de ganarse a un hombre.

- Ya sé que tan solo estamos de paso, pero podría ser un buen lugar para pasar la noche, eh. - Le dijo a su compañero como quien no quiere la cosa.

Frontera del León. Hora de Doji.

Como era de esperar, por vuestro estatus, sois conducidos a la mejor casa de la aldea, que termina siendo la del ashigaru. Para vosotros no es más que una cabañucha, pero tampoco podéis pedir mucho más. Durante el trayecto, el ashigaru se mantiene silencioso y apenas intercambia alguna formalidad con vosotros. Os ofrece lo poco que tiene: algo de arroz, mezclado con mijo, y algunos vegetales.

Ryuken da las gracias aunque no come nada de nada. Luego intenta conversar con el Ashigaru.

- Parece una zona tranquila, no hay muchos problemas en este pueblo ¿verdad?

Frontera del León. Hora de Doji.

El ashigaru niega con la cabeza, aunque repara en que no comes nada. Un deje de decepción cruza por su cara durante el tiempo suficiente para que des cuenta. Aunque sabes que no debería importante, sabes que le estás ofendiendo al no aceptar su comida, que sin duda le supone un gran esfuerzo.

Te preguntas cómo lo llevarán tus compañeros.

Frontera del León. Hora de Doji.

Hace ya un tiempo desde que Ryuken y el otro Tejón se han marchado. Los caminos parecen en calma y la comitiva avanza despacio, siguiendo el ritmo del más lento del grupo.

Guren se acerca a Jin y le dice: Jin-san, ¿conocéis estas tierras? Si el castillo del villano era fronterizo al de vuestro señor no debiera de estar muy lejos, ¿no es así?

Jin que permanecía ensimismado en sus propios pensamientos apenas llegó a darse cuenta de la proximidad del otro Samurai.-Sería acertado decir que conozco al enemigo a la perfección...pero mentiría.-Admitió de mala gana.-Conozco las tierras por mi infancia, pero hace mucho que no las visito, en cambio el castillo de nuestro enemigo tan solo lo visité una vez en mi mas tierna infancia y apenas tengo recuerdos borrosos del lugar.-Su mirada paseó por le grupo hasta fijarse en Noriko¨La amo...pero está tan lejos de mi...¨ pensó tristemente mientras volvía la mirada hacia Guren.-No se encuentra lejos, por lo que recuerdo al menos, disculpadme.-Le comentó mientra se alejaba un poco hacia Taka.-Taka-dono...tengo dudas.-Le confesó a la mujer en un tono bajo y confidencial.-Os habeis enamorado alguna vez?.-Le preguntó a la mujer clavando sus almendrados ojos en los de ella.