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Frontera del León. Hora de Doji.

Tsunemon se resiente por el daño recibido, pero continúa con sus ataques, aunque esta vez se nota que está dolido. Su ataque, no obstante, consigue impactar en el Tejón que cae con una sonrisa en la cara y el pecho atravesado por un profundo corte de lado a lado. No hay mayor gloria para un samurái que caer en combate y más si es contra un enemigo de las características de Tsunemon al que ha aguantado como un héroe. La gloria para su Clan no caerá en saco roto. Las heridas de Tsunemon probablemente le lleven a la muerte más adelante.

La sangre de Ryuken comienza a teñir de rojo la tierra a su alrededor, que saturada de sangre, comienza a formar charcos aquí y allá. Poco a poco, el mundo se oscurece y siente como su cuerpo pesa cada vez menos. Sus ojos se cierran y nota como su espíritu se eleva en los aires. Pese a su vida pendenciera, los kamis parecen recompensar su honorable entrega permitiéndole reunirse con sus ancestros. Los dedos de Ryuken se estiran, buscando a ciegas la mano de su padre que le espera en el más allá...

Frontera del León. Hora de Doji.

El combate continúa y las espadas suben y bajan, tajando por todos lados.

El combate en el que se habían metido Jin y Guren se salda con la muerte de todos los ashigaru, pero las heridas han sido abundantes para todos que deben seguir luchando.

Al parecer, Ryuken ha caído y Tsunemon sigue vivo.

Las órdenes de Nobunaga os vuelven a poner en ventaja.

Frontera del León. Hora de Doji.

Cuatro ashigaru comienzan a rodearos a Guren y a ti que os habíais alejado algo del grupo. Se reparten de dos en dos.

El golpe del samurai Tejón dejó a Tsunemon algo tocado, pero fue insuficiente. Con un giro de muñeca, la espada de este atravesó su pecho y  acabó su vida y su ser.

Los ojos del Tejón se volvieron grises mientras su cuerpo caía.

El pensamiento sobre su Clan, sobre su amada, sobre sus enemigos del Dragón, sobre todo aquello que él había sido definido por, se extinguió.

La felicidad de haber muerto en combate, el honor, el orgullo reemplazó sus dudas y sus deudas. Había muerto como un samurai. Había muerto como un sirviente.

Jin arrugó la frente y miró a Guren, luego sopesó sus propias heridas.-Guren, acaba con ellos, yo te protegeré.-Prometió el joven Jin al pequeño Gorrión con decisión mientras mantenía una postura elaborada y cuanto menos extraña, lanzó un golpe a dúo tras el del Gorrión para apartar de él las espadas y sobre todo pese a lo frenético de la guerra se podía admitir la belleza de la danza que mantenía el ronin grulla alrededor del Gorrión evitando que las lanzas de los ashigarus lo tocasen.

Jin no cabía en si de la desesperación, sabía que algunos de los suyos habían caído, Ryuken entre ellos pues lo había visto morir en la distancia, por desgracia no había tenido una linea de tiro clara con su arco sobre Tsunemon, pues si no la habría aprovechado para darle muerte al traidor y salvar al leal tejón.-Piensa que aún no has sentido nada...-Le dice su conciencia, y las alarmas saltan pues cierto era que aún no había sentido la peculiar arcada que le advertía del peligro que sufría Noriko, aunque si aquello se prolongaba podría acabar demasiado mal.

Frontera del León. Hora de Doji.

El ataque de Jin falla y los ashigaru comienzan a rodearle, primero uno se pone a un lado y luego el otro. Parecen querer flanquearle. Los ashigarus que se encuentran con Guren siguen la misma táctica.

Uno de los ashigaru que están luchando con el maestro de Guren consigue hacerle un feo corte que hace que el hombre clave una rodilla en el suelo. No obstante, con un rápido movimiento, realiza un arco que corta de abajo a arriba al ashigaru que le había impactado. El movimiento abre su defensa lo suficiente como para que el otro ashigaru, que ya estaba herido, le golpee, mandándole al suelo. Guren grita: ¡¡¡¡MAESTRO!!!! Sin embargo, el hombre cae inerte al suelo. En ese mismo momento, una flecha sale dispara y atraviesa el cuello del asesino de Hairo.

La rabia hace que Guren luche con redoblado ímpetu y consigue cortar el brazo de uno de los ashigaru que entre espasmos y gritos cae al suelo mientras se desangra. Aún queda otro ashigaru con el que combatir.

Los oponentes de Jin, quiebran una y otra vez al joven, pero no terminan de decidirse a atacar, cuando por fin lo hacen, resultan ser fintas, aunque estas resultan tan evidentes que no tienen ningún efecto.

Jin aprovechó el momento, retrocedió un poco y lanzó la espada contra uno de los dos distraídos ashigarus que se le echaron encima¨maldita sea...morid de una vez y dejadme llegar a él¨ maldijo para si mismo el joven ronin.

Frontera del León. Hora de Doji.

El ataque de Jin falla por poco, pero los ashigaru no se amilanan. Pese al patoso intento de finta anterior, ambos intentan golpear a u Jin que comienza a dar muestras de falta de concentración.

El ataque del primer ashigaru, preciso como no has visto en mucho tiempo, es esquivado de un leve movimiento que apenas roza tu piel. El segundo, por contra, falla por mucho.

Jin realizó un movimiento inusual mientras retrocedía y desenfundaba el wakizashi, adelantó la espada dominante y ladeó el cuerpo para hacer mas dificil a los ashigarus el golpearle, respiró hondo y rezó a los dioses para que aquello acabase cuanto antes, se lanzó a por uno de ellos y dejó que sus espadas hablasen por él.

Frontera del León. Hora de Doji.

El Daidoji desenfunda su wakizashi y se pone en una postura extraña a la que solía recurrir habitualmente, con un arma en cada mano, pero quizás su inexperiencia con dicho estilo o las heridas que había sufrido hasta el momento, hacen que sus ataques fallen en su objetivo de buscar herir a sus contrincantes. A su alrededor, la batalla continúa, encarnizada. Debo llegar a Tsunemon. Piensa Jin para sus adentros.

Por suerte para él, su concentración aún se mantiene y consigue mantener a ralla a los ashigarus que siguen acosándole sin descanso.

Jin se colocó en guardia nuevamente, retrocedió a duras penas esquivando mortales golpes de los ashigarus antes de respirar hondo y lanzar un corto golpe fintado con el wakizashi, uno de ellos esquivó y su compañero confiado no llegó a ver claramente la espada que voló contra su esternón buscando hundirse de forma violenta y mortal en su carne.-Morid.-Escupió indignado con aquel entretenimiento.

Frontera del León. Hora de Doji.

De nuevo, el ataque de Jin falla y los Ashigaru vuelven a lanzarse a la carga, con la esperanza de tener más suerte esta vez.

El primero de los ataques falla, pero el segundo ashigaru consigue impactar, hiriendo a Jin aún más.