Partida Rol por web

Jin tardó poco en acercarse a los demás samurais corriendo y lanzarle su lanza al Ashigaru.-Somos justicieros del Tengoku, traemos justo castigo divino a un criminal y monstruo en un cuerpo humano, lucharas con honor para traer justicia o prefieres morir?.-Le preguntó mientras bajaba su mano al daisho, sus ojos se desviaron al resto de samurais de la sala.-Los que sepan manejar el arco que vengan conmigo, al menos uno de ustedes me servirá para apoyar al resto desde el tejado para combatir contra ellos y hostigarlos, Reyken, luchad en espacios cerrados, las casas serán vuestra ventaja.-Miró al campesino y su mirada se enterneció un poco.-Mirad a esta mujer, ella ha perdido a toda su familia bajo el yugo de ese hombre cruel, sublevaos a nuestro lado y Enma-O os verá grandes a nuestro lado, seréis recompensados en esta y en la próxima vida.-Se acercó a él y apoyó una mano en su hombro y luego miró a Nobunaga.-Uníos a nosotros y matemos a ese demonio, vuestros ancestros se sentirán orgullosos de vuestras hazañas.-Sus palabras iban cargadas de la misma emoción con las que habló a Reyken y al resto al comienzo de aquella misión.-Nobunaga, comándalos en una pinza contra los caballos de viaje del señor, Reyken asaltad su retaguardia con la fuerza arrolladora de vuestro clan, Guren, destruid con la delicada sutileza del vuestro sus flancos...yo como la grulla os apoyaré desde las alturas y descenderé para traer castigo divino a los indignos.-Miró a Noriko por ultima vez, suspiró y luego dirigió su mirada hacia taka y su hija.-Taka, proteged a mi señora y prometedme que huiréis con ella si caemos...-Los miró a todos ahora mientras retrocedía hacia la puerta.-Que los cielos iluminen esta gran hazaña.-Dijo a modo de despedida antes de salir en busca de una buena posición de tiro con el arco.

Hacéis los preparativos que consideráis oportunos y antes de que os déis cuenta las fuerzas de Tsunemon entran por el poblado. Vuestras fuerzas son menores que las del señor de la guerra León, pero el factor sorpresa sabéis que puede jugar en vuestro favor, además de un mejor entrenamiento, ya que muchos de sus hombres son ashigaru sin tácticas de combate comparables a las vuestras.

Ryuken apenas vió empezar la batalla. Sabía cual era su cometido y trató de escabullirse entre un par de casas para llegar a la retaguardia del enemigo.

En cuanto la escaramuza empezó, solo pudo dar unos empujones para llegar a su puesto, y esperar a que los enemigos llegaran a él.

Jin no perdió mas tiempo, subió a uno de los tejados del pueblo desde el que dominar el centro del mismo, tener una buena linea de disparo y poder ocultarse en la cara contraria en caso de recibir respuesta de los arqueros del enemigo, allí permaneció con su carcaj en la cintura y su arco encordado a la espera del enemigo y cuando lo vió no tardó en comenzar a tensar el arco y preparar la primera flecha.

Frontera del León. Hora de Doji.

La treta parece tener efecto y Tsunemon se adentra en el poblado sin percatarse del peligro hasta que es demasiado tarde. Tal y como habíais planeado, caéis sobre él y el combate comienza. Obtenéis una clara ventaja que parece que será definitiva. Las armas comienzan a cobrarse su tributo y la sangre comienza a manar por doquier, tiñendo el suelo de rojo.

Tsunemon, sorprendido, comienza a lanzar órdenes. Sus hombres, dentro de sus posibilidades cumplen lo mandado y se lanzan contra vosotros. Ya sea trepando o corriendo, todos se van acercando a vosotros.

Mientras, los aldeanos huyen, a sabiendas de que pase lo que pase, no tienen nada que ganar.

Frontera del León. Hora de Doji.

El combate continúa sangriento. Una capa rojiza y pegajosa os comienza a cubrir.

Entre el ruído a vuestro alrededor, Ryuken levanta la cabeza para ver que no quedan más enemigos a su alrededor. Al menos vivos. El Tejón se ha llevado a varios ashigarus por delante, que han pagado con su vida por unirse a quien no debían. Ryuken, cubierto de una mezcla de sangre y sudor ve como una figura se acerca a él y le reta a un enfrentamiento particular. ¡Es el propio Tsunemon! Para desgracia de Jin o Nobunaga, ambos se encuentran demasiado lejos de él para cobrarse la venganza que desean.

En otro lugar del combate, Guren se ve rodeado de enemigos, su maestro corre a ayudarle y éste insta a Jin a seguirle para ayudarle a combatir. El samurái Gorrión está rodeado por seis ashigaru que se os reparten de dos en dos cuando os ven llegar.

Mientras, Nobunaga sigue dando órdenes al resto mientras lucha a brazo partido contra los ashigaru y samuráis que osan atacarle. Las calles de la aldea comienzan a teñirse de escarlata, formando auténticos ríos de sangre. Nobunaga puede observar, como dos de sus hombres caen en seguida, su compañero León y el otro Tejón, y un tercero algo más tarde, el Cangrejo.

Frontera del León. Hora de Doji.

Ryuken había conseguido llegar con puñetazos y codazos hasta la zona de la retaguardia del señor de la guerra. Unos ashigaru intentaron rodear al Tejón que, usando su temible fuerza, lanzó por los aires a uno de ellos para acabar impactando a sus compañeros.

Una lanza le rozó el brazo y otra el costado, para cuando miró a quienes habían intentado cazarle ya estaban muertos. Una flecha en cada cabeza. Ryuken hizo una seña de aprobación a su guardaespaldas del tejado, estuviese donde estuviese, y volvió a la lucha.

Un golpe de codo rompió la cabeza de uno de sus enfrentados y su puño noqueo a otro rival más. Si bien no estaba saliendo limpio de estos encontronazos, aún no había una herida suficientemente dolorosa como para hacerle retroceder.

- Basta, Tejón - una voz rugió tras él - Es hora de que esta escaramuza, sea por la razón que sea, acabe.

El señor Tsunemon se encontraba ante él.

- No debería ser contra mi - dijo entre dientes - yo soy una katana de alquiler que no debería tener este honor... pero ya que estamos aquí los dos...

Levantó un brazo y crujió cuando lo movió. Se llevó las manos a su katana para el enfrentamiento.

- Mi nombre es Ichiro Ryuken del clan menor del Tejón y estoy en una misión de vasallaje, por la importancia de vuestro ser usaré mi espada en lugar de mis puños para este combate. - La presentación estaba hecha, se posicionó de manera tosca para el choque y con la sonrisa torcida añadió - Usted primero.

Frontera del León. Hora de Doji.

Los ashigaru se lanzan contra Jin, pero éste es más rápido y se posiciona mejor. El combate va a empezar y no todos vivirán para contarlo.

Frontera del León. Hora de Doji.

Así que te atreves a enfrentarte a mi, ¿eh? Morirás como el resto. Dice orgulloso el León mientras te mira con desprecio.

Prepara su posición y se lanza contra ti. Su katana corta el aire y tu cuerpo. Un chorro de sangre sale de ti y tiñe la tierra a tu alrededor. Te mantienes en tu posición, estoico. Aguantas el dolor. No gritas.

Jin sintió la rabia en su interior, derramó la sangre de los primeros hombres con la mortal precisión de sus flechas mientras ávido de venganza y corroído por una justa rabia buscaba con la mirada teñida del rojo de la sangre la figura de Tsunemon para darle muerte.-TSUNEMON!! TE DARÉ MUERTE!.-Chilló pero los vientos de la guerra lo alejaron del hombre mientras lo buscaba con su arco aún en las manos, vió al pequeño gorrión sobrepasado por un pequeño grupo de ashigaru, dos de ellos lo vieron a él e intentaron atacarle, Jin fue mas rápido y cargó una flecha en el arco, lo tensó y lo disparó rápidamente mientras avanzaba hacia el primero de ellos, la flecha voló e impactó en su pecho y sin dilación lanzó el arco al suelo y lanzó un cuchillo contra el ashigaru sin remordimientos que laceró su carne a la altura de la clavícula.-Daidoji Jin reclama vuestras vidas, huid o morid con honor!.-Dijo mientras en un fluido movimiento desenfundaba la Hoja Kakita de su maestro y mantenía una postura de combate exquisita aprendida por años de duro sufrimiento, finalmente el foco de toda su inspiración había llegado a su fin.

Frontera del León. Hora de Doji.

Uno de los Ashigaru queda gravemente herido, pero no muere. Su cuerpo cae al suelo y se debate entre la vida y la muerte, atravesado por una flecha y un cuchillo.

Su compañero, ante el ataque, se lanza contra tí como un poseso y consigue impactarte. Pese a todo, el corte no es demasiado grave, pero dos como ese y estarás muerto.

Jin recibió el impacto con estoicismo, escupió sangre a un lado reculó y abrió completamente su guardia en un ataque tachado de suicida por su sensei lanzando un tajo descendente y mortal sobre el torso de su contrincante que cayó a plomo desparramando sangre por su cuerpo y el suelo.-Elegisteis morir...-Se llevó una mano a la herida y aguantó el dolor como pudo.-Tsunemon vas a morir.-Dijo a nadie en particular antes de sumirse nuevamente en el clamor de la guerra.

Ryuken recibió un golpe de katana que lo dejó tambaleandose, pero poco después se recuperó y contraatacó con su hoja intentando buscar una falla en la armadura de su enemigo.

Su contrincante se movió con la rapidez del relámpago y esquivó su embestida... Las cosas se ponían dificiles para el Tejón, que no sabía si podría resistir muchos más golpes de hoja antes de caer muerto.

Parecía que el día sería funesto...

Frontera del León. Hora de Doji.

El ataque de Tsunemon te deja unos segundos fuera de combate y por ello, tu ataque fracasa. Debes ponerte en situación o podrías morir. El general enemigo se lanza de nuevo contra ti. Su ataque acierta por los pelos por un pequeño tropiezo que tienes.