Partida Rol por web

El Ichiro negó con su cabeza.

- No es a mi a quien debeis preguntar, acabo de llegar como usted.

Luego dejó que su compañero añadiera alguna cosa sobre el ashigaru que vieron antes. Quizá el podría dar alojamiento a su grupo, siempre y cuando la comida no corriese de su cuenta.

-Acabais de llegar. Habes visto algun sitio en que podamos descansar y comer algo, señor. Estamos cansados del viaje.

Ryuken niega con la cabeza.

- Aunque sería abusar de hospitalidad, hay un ashigaru que vela por los aldeanos de la zona y posee una casa "acogedora". - Tras darle la señal de donde se encuentra, acaba su comentario - Quizá dos o tres personas pudiesen dormir allí sin causar problemas al anfitrión...

-Gracias, amigo. Que los kami os sean propicios, si ellos lo disponen, nos volveremos a encontrar en el camino.

En voz baja para que solo ellos dos lo escuchasen...

-Más al norte, quizas.

Y tras la breve charla, un par de rapidas ordenes y la comitiva se puso en marcha.

-Jin, amigo, ¿Has escuchado al Tejon? Hay un Ashigaru encargado de la aldea, quizas pueda darnos algunas indicaciones para continuar el camino y cobijo para la noche o indicarnos un lugar mas apropiado para descansar.

Disculpadme.-Se excusa Jin mientras parpadea un par de veces, se había distraido observando los campos de arroz y por ello no pudo atender correctamente a su compañero de venganza.-Oh.-Sonrió lentamente a medida que hacía avanzar su caballo.-Vayamos cuanto antes, tal vez nos ayude a continuar con nuestro apacible viaje...-Sentenció bastante mas centrado en una nueva tarea que las horas anteriores pues al parecer el foco de todo su pesar ya había quedado atrás.

Frontera del León. Hora de Doji.

Gracias a las indicaciones del Tejón que sigue disimulando no conoceros, os juntáis todo el grupo de nuevo en la casa del ashigaru que no puede evitar poner cara de circunstancias. Es pronto en la mañana y sin duda confía en que no os quedaréis a dormir, a lo cual no puede negarse, pero le podría poner en aprietos económicos.

Os pregunta si puede ayudaros con algo, mientras os ofrece algo de te para beber.

-Llevamos dias durmiendo al raso y en aldeas con pocas comodidades. Nos vendira bien un castillo, en el que descansar una jornada o dos. Tengo entendido, que no muy lejos de aqui, hay un castillo bastante amplio que podria servirnos. ¿Sabeis de que castillo hablo? ¿A que distancia esta de la aldea?

Jin miró al Ashigaru.-Mis señores necesitan descansar en un castillo tras un tiempo de viaje agotador desde la gran capital.-Sentenció Jin mientras evaluaba al Ashigaru.-Sería usted tan amable de decirnos una ruta segura a seguir?.-Le preguntó sin tapujos algunos.

El Tejón decició pasar la noche al raso, dentro del poblado. Así dejaría a aquellos de más rango que él dormir en la casa del ashigaru.
Habló este asunto con su compañero, si se mostraban neutrales o incluso hostiles hacia el grupo que les seguía, podrian ganarse la confianza de aquellos que los iban a sufrir y averiguar posibles intentos de robo.

Frontera del León. Hora de Doji.

Observáis como Ryuken cuchichea algo al oído del otro Tejón, que asiente.

Mientras tanto, el ashigaru os hace unas indicaciones sobre la dirección del castillo más cercano. Algo que ya sabíais. También confirma vuestras sospechas: el señor del castillo no es otro que Ikoma Tsunemon, vuestro enemigo.

-Bien, no se hable mas. Partiremos al alba hacia el castillo. Que sorpresa se llevara Tsunemon al vernos.

Mientras sonreia para que el ashigaru lo viese.

Mas tarde, en un momento libre. Le dare ordenes a mi samurai leon cuyo nombre he olvidado.

-Monta guardia en el exterior, si el ashigaru manda a alguien hacia el castillo, atrapalo, vivo a ser posible. Nos sera util.

Jin respetuoso miró tanto al Ashigaru como a los samurais reunidos.-Permaneceré en una de las posadas de té de la zona para no incomodar a sus señorías con mi indigna presencia.-Comentó siguiendo el plan de Nobunaga tras lo cual abandonó la hacienda con una inclinación profunda y salió en busca de un lugar alejado desde el cual poder acampar y vigilar las salidas del pueblo hacia dicho castillo.

Frontera del León. Hora de Doji.

Cuando cada uno está a punto de irse por donde quiere, un aldeano llega corriendo. ¡El señor Tsunemon llega con su guardia! Algo en su voz os alerta. No parece una buena noticia que el señor de las tierras llegue a una aldea y que los habitantes se alegren tan poquito de ello.

El aldeano llega totalmente empapado en sudor, como si hubiese venido corriendo desde hace tiempo.

-¿El señor Tsunemon aqui? ¿Es habitual que el gran sepor venga por aqui?

Le pregunto al Ashigaru.

Frontera del León. Hora de Doji.

El hombre niega con la cabeza. En su cara no ves agrado, pero tienes tus dudas que sienta real aprecio por ningún samurái. Él tiene que aguantar lo que hagan con él, sin quejarse.

Jin respiró hondo canalizando el vacío necesario en su interior.-Nobunaga!.-Dijo apoyando con fuerza su mano en el brazo del otro samurai.-Agrupa a los hombres y colocaos a los lados del camino, le cortaré el paso y acabaremos con esto rápidamente.-Sentenció mientras entraba en la casa del ashigaru y agarraba el Yari que tenía de seguro como Ashigaru.-Lo necesito-san, hablad con mis señores.-Le dice mientras lo recoge y marcha al exterior.-Daos prisa en esconder a la Dama y rezad a los Kamis para que nos otorguen fuerzas.-Dijo a modo de despedida y colocándose el sombrero de paja en la cabeza para comenzar a caminar a buen paso hacia el interior del pueblo y colocarse en una esquina como si fuera un ronin cualquiera con el rostro oculto bajo el sombrero de paja, esperando a que el hombre pasase cerca de él y el pudiera evaluar el número de hombres y si la situación lo propiciaba le cortaría el paso.

"Ninguno debe ver más puestas de sol de las que merece"

-Hace algun tiempo escribi el epitafio de Tsunemon, ahora lo grabaremos en la historia y en nuestros corazones, por el honor y la venganza.

Muerte a Tsunemon. Yo, Nobunaga noh Toranaga, heredero de mi padre, orgulloso hijo del clan Akodo, reclamo mi herencia ancestral y reestablezco mi legitimo lugar en la casa de mi padre.
Solo queda, limpiar mi casa de la plaga de traidores y gusanos que moran hoy dia en ella.

Vuelvo a casa.

Buntaro, Tsurugi, Sigueru, cruzad el camino y escondeos separados entre las hierbas. No dejeis que os vean. No sabemos si saben a que venimos, pero no hemos venido a explicar nada, solo a cobrar venganza y hacer justicia. Cuando cargue contra Tsunemon, apareced desde su espalda, anulad a sus tiradores primero, juntaos y ya no os separeis, cuidad unos de otros y no malgasteis vuestras fuerzas, que cada golpe cuente.

Munetoki, sube al tejado, cubrenos con tus flechas desde alli, encuentra un hogar en sus corazones para todas tus flechas, cuando las hayas agotado, te esperamos en la calle, tu espada tambien se saciara de sangre, pero recuerda, las flechas solo son utiles clavadas en sus cuerpos, las que se claven en el suelo no le serviran a nadie.- Dijo Nobunaga con una media sonrisa, para aumentar la moral.

Mutsurugi, peleabas por mi padre con valor y honor. ¿Pelearas ahora por mi igual? Combate a mi derecha, pero deja que yo descargue el primer golpe, por mi padre y mis hermanos.

Yukio, eres leon como yo, desconozco que te empujo a la vida de Ronin, pero has de saber que en mi casa, seras el segundo leon a mis ordenes, que la perpectiva de una vida de honor y futuras victorias te ayude a pelear como si los kami guiaran tu espada. Ocupa mi izquierda y no me arrebates el honor de la primera sangre.

Guren, si el arco se de ta bien, tus flechas desde el tejado nos irian muy bien, si no, creo que Ryuken apreciara tu acero a su lado.

Ryuken, no me debes obediencia ni nada similar, pero si has llegado a apreciarme en algo y confias en mi, pelea junto a nosotros, los leones, superado el choque inicial, dirigete a su retaguardia, trata de que no huya nadie, desde el tejado nos cubre Munetoki, el velara por ti.

Que nadie ataque sin recibir su orden. Cuando debas empezar a disparar, gritare tu nombre, Munetoki. Cuando grite el nombre de mi padre, Toranaga, cargaremos los leones y cuando grite mi nombre, los tres al otro lado del camino, atacais. Mientras tanto, Jin, creara un distraccion, si no me equivoco, eso nos dara una pequeña ventaja para acercarnos al enemigo y ocupar posiciones, o nos permitira evaluar si el plan sirve o debemos atrincherarnos en la casa y combatir dentro.

Ashigaru, mi nombre es Toranaga noh Toranaga del clan Akodo, legitimo señor de estas tierras. Me debes obediencia, elige si ser fiel al Traidor que dice ser tu señor o mantenerte fiel a la memoria de mi padre y pelear hoy por mi, no tendras otra oportunidad de elegir.

Señoras, escondeos en la planta de arriba, no dejaremos que lleguen con violencia hasta vosotras, pero si ocurriera, acudire como un tifon en vuestra ayuda. Solo llamadme.

- Me parece, señor, algo precipitado - Dijo el Tejón sin más - Pero tenéis mis puños y mi espada a vuestra disposición...

Al menos disponian del factor sorpresa para el ataque. Ryuken esperaba que hiciesen una emboscada correcta en lugar de un ataque frontal, pero de todas maneras no era cosa suya.

Su vida podría acabar en breve pero solo tenía un pensamiento. Aiko. Trató de buscarla entre el grupo, y una vez hallada se despidió:

- Ha sido un honor conocerla - La miró a los ojos e imploró - Si la batalla acaba mal, una joven podría retirarse de la batalla para honrar nuestras muertes con una vida apacible y feliz.

Por alguna razón esperaba que ella no luchase, pero sobre todo... esperaba que sobreviviese de la manera que fuese. Ryuken sabía que se había enamorado de la misma manera que sabía que podría ser un amor imposible... si es que sobrevivían.

Se dirigió junto a la gente de los primeros puestos de la vanguardia, desde donde trataría de hacerse un hueco hasta la parte posterior del grupo de sus enemigos.